Por más que lo quisieran sus manos no encajaban. ¿Qué  pasaba?

Fueron tantos aquellos momentos que parecen ajenos.

Ella sonríe y Él entiende que todo es como un parapente.

Esposa y esposo, ellos fueron. Más ninguno lo acepto en su momento.

En un principio un cuento de hadas que mientras el tiempo pasa la magia se acaba.

Sexo, engaños y mentiras acabaron lo que en un principio fue una farsa. ¿Qué se hace, cuando el corazón marchito quiere amar?

Ella quiso y lo dio todo.

Él tarde lo acepto. Pero, para nada porque ella estaba marchita. Siendo el reflejo de algo que dejo de ser.

Esta desgatada, rayada y quebrada. Reconstruyendo de apoco lo que él muy tarde se dio cuenta que amaba.

Ahora, es Él quien busca de ella perdón y amor. Muy tarde señor.

Ambos quisieron separase. Tomaron caminos distintos para más nunca mirarse.

Olvidando que la tierra es redonda; más tarde que temprano sus ojos mirarían de frente al otro.

Ahora ella tiene una sonrisa. Sus ojos jades brillan llenos de alegría, en su mano radiante se aprecia la unión a un ser que sí la valoro. El anillo de boda brilla y ella muestra una expresión enternecida.

Alguien, la aceptó y la amó cuando ella destrozada apareció. Apreciando las cicatrices que como pintura se extendía por su alma que en un momento  fue rota. Cuidando de ella, con su aptitud de guerrera, esperando con paciencia que ella lo viera. 

Las manos de ellos dos encajan . Hechas a la perfecta medida.

Él tan  sólo espectador de la hermosa mujer que perdió.

Por ser egoístas y ambiciosos, no nos damos cuenta del tesoro que se aleja. Aquel que vale más que el oro o cualquier riqueza. Le hacemos daños y maltratamos su corazón. Dándonos cuenta tarde del error.

⁴