-¿Debería preocuparme?-preguntó en casi un susurro Error a Nightmare.

-¿Tú crees?-Respondió Nightmare.

-No a parado de sonreir mientras ve por la ventana.-respondió Error.

-De seguro esta pensando en otro.-dijo sarcástico Nightmare.

-¿Qué?¿Enserio?- preguntó Error que se lo creyó.

-Oigan, puedo oirlos, ¿Saben? Estamos en el mismo carruaje.-dijo Ink mientras les veía.

Dream, Nightmare, Error e Ink se encontraban en un carruaje, mientras que en el otro iban Geno y Reaper, todos en dirección al castillo rojo.

Nightmare y Error estaban en los asientos frente a Ink y Dream.

Pero en todo el trayecto hubo un largo silencio, además que Ink no paraba de sonreir mientras veia a la ventana, cosa que preocupaba a Error.

-¿Tiene una sorpresa en mente, Majestad?-preguntó Dream.

-Algo así. Una muy divertida.-

-¿Es mi recompensa?-Preguntó Error.

-Oh~ ahora que lo mencionas, Rurú... Tú recompensa te la daré más tarde.-dijo sonriendo con cierto tono seductor.

-Majestad, disculpe mi rudeza, pero aún tengo muchas dudas.-dijo Nightmare.

-¿De qué?-

-¿Era verdad... todo lo que dijo allá?-

-Hm... ¿Qué de todo?-

-Ya sabe. Sobre... Ugh, que... su mascota...-

-¿Cómo puedes llamarle mascota?-

-Pero--

-Tiene nombre, igual que tú. No recuerdo que tu fueses tan grosero, Nightmare.-

-Per--

-Además,eso ya queda como un tema aparte que hablaré en el castillo. Por ahora, quiero que se queden tranquilos.-

-...Bien.-

-¿Y bien?-Preguntó Reaper sonriendo mientras veia a Geno.

-¿Qué?- preguntó Geno.

-Ya no tendremos que escondernos como antes. Ya nadie nos buscará.-

Geno sonrió.

-Es cierto...-

-Que bueno que Goth podrá conocer todo en este tiempo.-

-Sí. Me preocupaba que tuviera que vivir aislado de todos... -

-Pues no será así. ¿No te parece fantastico, Bebe?-

Geno asintió. Luego comenzo a ver por la ventana con una sonrisa.

Los carruajes se detuvieron al estar frente al castillo.

-Rurú, no te olvides de Jabby.- dijo Ink al bajarse del carruaje.

-¿De quién?...-

Ink rodó los ojos.

-Del dragón. Tratalo con cariño.-

-Ah... Esta bien.-dijo para byscar al huevo en el carruaje.

Todos iban bajando uno tras otro del carruaje hasta que ya todos habian bajado.

Ink sin esperar a los demás, que seguian a paso lento tras El, fue hasta las puertas principales.

Los guardias allí presentes las abrieron de par en par.

Y allí...

Había un anciano muy molesto.

-¿Puedo saber porqué utilizaste tú deseo por mí?-Preguntó molesto la tortuga, de brazos cruzados.

Allí estaba Gerson. Con ambas manos.

-Oww~ Pensé que me recibirías con un abrazo. -Dijo Ink.

-¿Porqué debería? Estoy molesto, Rey malcriado.-

-¿Malcriado? Te acabo de resucitar, Abuelo.-

-No soy tu abuelo, soy tú tio, desgraciadamente.-

-Aprende a agradecer, anciano.-

-Agradezco lo que tiene sentido. Tú no tienes sentido. Estaba disfrutando la gran vida y vienes a traerme aquí devuelta.-

Todos los demás, aparte de Ink y Gerson, estaban sorprendidos sin creerselo.

Ink apretaba los puños, estaba molesto a simple vista.

-¡Usé mi petición para tí!-dijo Ink.

-No te lo pedí. Podías pedir lo que sea. Un deseo de un demonio... ¿Y decidiste revivirme? ¿Porqué?-

-...Porque te extrañaba.- dijo Ink mientras se le salian lagrimas.

Gerson se sorprendió.

Esperaba otro de esos problematicos gritos dignos de El. Incluso que le mandaran a encerrarlo devuelta, pero no esperaba que aquel Rey malcriado, simplemente llorara como un niño frente a El.

Pero... no lo culpaba. Siempre se habia pasado reteniendo su dolor.

Gerson sonrió.

-Hey, Ven aquí, niño mimado.-dijo Gerson mientras lo abrazaba.

Y allí Ink se desmoronó.

Le correspondió el abrazo y rompió en llanto.

De verdad su deseo se habia cumplido.

Allí estaba. Aquella persona que alguna vez, por una tontería de niños, decidió encerrarlo y cortarle las manos.

Sin pensar un poco en lo que tuvo que tolerar.

-Ya, Ya...No llores. ¿No se supone que eres un rey orgulloso que no deja que le vean llorar?...-

-Solo... Déjame terminar de creer que estás aquí.-

-Obvio que estoy aquí. Útilizaste el deseo de un demonio para traerme. Un deseo que podias usar para algo mejor que este pobre anciano que no le dejas descanzar en paz.-

-Te necesitaba...-

Gerson sonreía mientras le acariciaba la cabeza.

-Aquí estoy. Anda, ¿Vas a quedarte todo el rato llorando? Tienes que contarme de lo que me he perdido.-

Ink comenzo a limpiarse las lagrimas y se separó del abrazo mientras asentía.

-Hey, ¿Se quedarán estáticos viendome? Solo soy una tortuga vieja. No hay nada nuevo.- dijo sonriendo para luego caminar dentro del castillo.

Todos los demás le siguieron detrás.