Al salir, del castillo blanco, Cross ya les esperaba afuera junto a los demas, frente al carruaje.

La multitud que antes les iba a atacar, estaban tendidos en el suelo inconsientes. Sin ninguna herida, solo noqueados.

Reaper notó la mirada que Ink daba a aquello y se apresuro a responder.

-Como usted a ordenado, majestad. Ní una sola herida, solo dejarlos indispuestos.-

-Gran trabajo.-Respondió Ink.

Geno, Nightmare y Dream, al ver a Ink llegar, fueron rápidamente donde El.

-¡Majestad! ¿Está usted bien? ¡Esta sangrando!-dijo Dream refiriendose a la sangre en el vestido.

-Oh, no. Es sangre seca, Dream. No hay problema.-respondió sonriendo.

Nightmare fulmina a Error con la mirada.

-¿Puedo saber porqué alguien como tú sostiene la mano de su Majestad?-Cuestionó Nightmare.

Error iba a responder, Pero Ink se apresuró.

-Nightmare, ¿Qué clase de conportamiento es ese frente al futuro Rey?-

Nightmare quedó sin comprender. ¿Era acaso una especie de broma? ¿O Acaso de verdad...?

-Necesito una explicación.-Dijo Geno.

-Como has oido, bebe. ¡Se le propuso despues de haber salidos victoriosos! Que pillín salió tu hermano.- dijo Reaper.

Entre todos comenzaban a hablar alborotados y reian en un circulo, rodeando a Ink.

Y a unos pasos de distancia, estaba Zephyr, indeciso y nervioso por lo siguiente que pasaria.

No merecia saludar a su hermano, mucho menos volver a gobernar. Todo su pueblo debia de odiarlo a estas alturas, ya que nunca luchó para defenderlos.

-Su Alteza.-llamó Cross.

Zephyr se sorprendió y le miró.

-Ya no es necesario que me llames así, Cross. Nunca tuve la corona.-

-Pero yo solo le servía a usted. Para mi, siempre será mi Rey.-

-No hay corona, y no creo que lo mejor sea que yo reinara.-dijo Zephyr, luego miro hacia Ink. -Nísiquiera puedo mirarle a la cara...-

-Su majestad no debe de estar molesto con usted.-Dijo Cross.

-¿Eso crees?...-

-Con permiso.-Dijo Ink y se alejó de los demás, luego comenzó a caminar a paso lento y firme hasta Zephyr.

Zephyr solo pudo retroceder un par de pasos, y desviar la mirada. Preparado para cualquier golpe que Ink quiera lanzar.

-¡Zeph!~-Exclamó feliz al lanzarse y abrazar a su hermano con cariño.

Este se esperaba todo menos eso, pero, correspondió.

¿Cuando habia sido la última vez que abrazó a su hermano?

-Hey, no llores, llorón.-Dijo Ink para luego dar una leve risita.

Y así era, Zephyr lloraba.

-Yo... Lo siento tanto. Se supone que yo deberia ser el que te cuide y sin embargo yo solo...-

-Zephyr, mírame.-

Ink puso sus manos en sus pómulos. Obligandole a mirarle.

-Eres mi hermano. No tienes que esforzarte por protegerme, debido a que el punto de ser hermanos, es que estemos el uno para El otro.-

-Yo no pude estar para tí...-

-Tonterías. Por más que lo niegues, hiciste agradable aquellos dias con Madre. Sufriste, pagaste cuando Padre se enteró que mentias... Ahora me tocaba a mi hacer algo por tí-

-Pero...-

-Eres mi única familia. ¿Lo entiendes? Padre ya se fue, por fin estamos libres, ¿No? ¡Ya puedes venir todos los dias a mis fiestas de té! ¡Incluso podemos hacer pijamadas!-

Zephyr no pudo evitar reir.

-¿Cómo puedes perdonarme tan fácil?-

-Nunca hiciste nada malo.-

Zephyr sonrió.

-Gracias.-

-Oh, no. Aún no agradezcas, además tengo algo que te pertenece.- Ink se separó del abrazo.

Entonces, junto sus manos y comenzó a murmurar algo, hasta que en sus manos apareció la corona del reino blanco.

-Esto y sus poderes, son tuyos, Zeph.-

-Tú serías mejor reinando que yo.-

-¿Pero qué dices? No puedo reinar dos reinos a la vez. ¡Tú serás el Rey Blanco! Pues, es por ese titulo la razón que naciste. Tienes la oportunidad de reinar como se debe.-

-Los poderes de un Rey blanco son demasiado para mi.-

-Entonces, será mejor que comiences pronto a mejorar. De rodillas.-

Zephyr hizo caso y de rodillas ante Ink se puso.

-Zephyr, A partir de hoy hasta el final de tus dias, Protegerás a este reino y a sus habitantes. Con el poder dado desde los origenes, Cuidaras a cada persona que sea de este reino, velaras por su bienestar, y siempre harás lo correcto. Yo, Ink, La Reina Roja, Te concedo la Corona Del Rey Blanco junto a sus poderes.- dijo Ink, y al terminar, le puso la corona.

-Así será.-Respondió Zephyr.

-¿Cuál es tú primera orden con ese poder que llevas?-pregunto Ink, mientras miraba a la multitud "dormida".

-Por el poder que se me otorgó, libero a mi pueblo de aquella maldición que provoco el Rey anterior. Serán libres por fin, podran vivir como les plazca. Levantense, y curen sus heridas.-Dijo Zephyr.

La multitud comenzo a brillar levemente, y luego al apagarse el brillo, se levantaron.

Parecian totalmente perdidos, y se aterraron al ver a Zephyr.

-¿Qué harás?-Preguntó Ink sonriendo.

-Lo que un rey debe hacer. Cuidar.- respondió Zephyr.

Levanto una de sus manos, y murmuró palabras no comprendidas.

Cambio los recuerdos de cada persona del pueblo, les hizo saber lo sucedido, todos comenzaron a girtar de felicidad y saltar.

-¿Eso es lo mejor? Pensé que les borrarias la memoria.-

-Eliminar recuerdos no es la mejor manera de explicar las cosas.-

-¡Larga vida al Rey Zephyr!-comenzaron a decir, a lo que este no pudo evitar sorprenderse.

Normalmente si lo decian, era obligación.

Pero... lo dijeron sin ser obligados, de verdad le seguian ahora.

-Yo ya me tengo que ir, tengo mucho que hacer en mi reino... ¡Espero vengas pronto a visitarme, Hermano!-

Zephyr sonrió.

-Así sera, Hermanito.-

Ink y los demás subieron a dos carruajes y se fueron de vuelta al reino rojo.

Aún habia mucho que tratar.

-Su alteza, Rey Blanco.-llamó Cross.

Zephyr se giró a verlo.

-Puedes renunciar, si así lo quieres. ¿No dijiste que siempre quisiste hacer algo?-

-Jamás podria abandonarlo, Su Alteza.-

-¿Porqué me sigues siempre?-

Cross sonrió.

-Es un secreto, Su Alteza. ¿Porqué no mejor va adentro y comienza por primera vez su trabajo como Rey?-

Zephyr sonrió.

-Eso haré.-