56.

-Una vida por mil.- dijo Ink.

-Me impresiona que tú desees esto.-

Error queria hablar, pero aquella presencia se lo impedia.

Paralizó del miedo a todos. Menos a Ink.

-Quiero que acabemos esto, Chara.-

-¿Acabarlo?-

-Esta maldición. Todo. Eso quiero.-

Chara parecia molesta.

-Yo soy la única que decide cuando esto se detiene. Tus ancestros me prometieron esto, ellos mismos lo pidieron. ¡Yo tengo el poder pata devorar todo el reino! Pero no lo hice porque así lo acordé. Cumple tu parte. -

-Te daré lo que quieras, si detienes esta maldición.-

Chara sonrió.

-¿Incluso tú alma? Reina Roja.-

A Error no le gustaba aquello que escuchaba.

-Incluso mi alma.-

Error tenia ganas de gritar, pero no podia. Y su cuerpo tampoco respondía.

Antes de que Chara hablara, Ink interrumpió.

-Oh, gran demonio rojo. Escucha mi trato. Un juego te muestro. Y si ganas, llevate las almas que desees. Incluso mi corona si quieres. No mencione hace poco, que hoy era un "Frabulloso" dia?-respondió Ink sonriendo.

-Te escucho.-

-Cumplirás cualquier petición que te haga sí pierdes. Y si tú ganas,  llevate las almas que quieras. -

-¿Cúal es el juego?-

-Toma mi alma, y sabrás.-

Chara se acercó y agarro a Ink del cuello de su vestido.

Lo soltó tras mirarlo fijo un rato.

-No tienes alma. No puedo quitarte nada.-

-Mi alma la escondí antes de llegar aquí al jardin. Sabia que Gaster me trataria de matar, y sabia que negociar contigo no sería fácil... Sí encuentrás mi alma, es tuya, junto a las que quieras. Tú ganarás. Pero si pierdes...-

-Cumpliré la petición que hagas.-

-Tienes hasta que el reloj de arena complete todo, o sea, tienes 10 minutos. Suficiente para un demonio que esta donde sea la encuentre.-

-¿Cual reloj?-

Ink se acercó a Error y saco del bolsillo de este dicho reloj de arena, el cual puso en la mesa sin girarlo.

-¿Lista? Demonio Rojo.-

-Siempre.-

-¡Oh! Pero... mientras te espero, ¿Puedes dejar a mi mascota? Quiero hablar con alguien y no aburrirme.-

Chara miró a Error, el cual cayó al suelo al por fin poder moverse.

-Suerte.-dijo Ink para girar el reloj.

Justo en ese momento, Chara desapareció.

-¿Estás bien, Rurú?-Preguntó Ink mientras le ayudaba a levantarse.

-¿Qué se supone que estás haciendo sin consultar? Incluso sigues sangrando, te puedes desangrar y--

-Tranquilo. Mientras ella no encuentre mi alma, y esta siga bien, yo estaré bien. Otro truco de una reina roja.-dijo sonriendo Ink.

-Es arriesgado esto que haces... ¿Que tál si lo encuentra?-

-Lo escondí muy bien. Sabia que esto pasaria. Tenia que estar preparado para todo.-

-¿Porqué no me contaste de esto?-

-¡Te iba a dar un infarto si lo sabias! ¿A qué tengo razón?-

-No... bueno, sí.-

Ink dio una leve risita.

-No sabia que eras tan bueno peleando. Siempre te veias tan tranquilo...-

-He estado entrenando. Ciertamente tengo la habilidad de cazador y Lobo. Pero me hacia falta clases. Además, si recuerdas, Reaper me enseño un par de trucos trás la fiesta de té.-

-Creo que deberé recompensarlo a El tambien, porque has cumplido bien tu misión, Cachorrito.-

En el tiempo transcurrido, Chara ya habia ido por el bosque de ambos reinos, incluso busco en el castillo blanco y en el castillo rojo.

Solo quedaba el castillo principal.

Ink y Error se quedaron quietos en aquel lugar, acurrucados, ciertamente estaban cansados.

Chara regresó.

-Hiciste trampa.-Dijo Chara molesta.

-No lo hice.- respondió Ink mientras se levantaba del suelo. -Como ves, no tengo mi alma yo. No mentí. No hice trampa. ¿De que me acusas?-

-No esta en ningún castillo, busque en cada casa, incluso en cada cueva. No está.-

-Sigue buscando, de seguro la encontrarás.-

-No mientas.-

-No lo hago. Estoy cumpliendo mi parte del trato, si lo hubiese roto, ya no estaría aqui.-

Las palabras de un demonio eran poder, al formar tratos ambas partes estan atadas.

Y eso hicieron al comenzar aquel juego.

Si Ink incumplia una regla dicha en el trato, seria consumido por llamas.

De ser Chara el que lo rompa, seria totalmente destrozado a pedazos hasta la muerte.

La tierra tembló.

-Se acabó el tiempo. -dijo Ink señalando el reloj de arena.

-¡Hiciste trampa!-

-No lo hice. Te dije que no tengo mi alma, te deje comprobar. No incumplí nada.-

Chara gruñó. Odiaba perder tratos. Pero no podia ir en contra de sus propias palabras.

-¿Qué es lo que deseas? Reina Roja.- dijo para luego arrodillarse.

Originalmente , el demonio estaba abajo de la reina roja, era otra mascota.

Pero al ser alimentada por almas, alcanza más poder, hasta superar a la reina. Eso paso por generaciones.

-Quiero que cuando vaya a sellar el pacto al sacrificar al Rey Blanco, todo acabe. Para siempre. Quiero destruir la ley universal. -

-Para eso, tú solo necesitas decir las palabras correctas en dicho sacrificio. Yo solo sigo sus deseos ahora. Aceptare a su petición. Entonces... ¿Qué desea?-

Ink se quedó callado. Lo pensó un momento.

Miró a Error y sonrió. Error quedó desconcertado.

Luego miró a Chara.

-Escuché el deseo en tú mente. ¿Estás seguro que eso quieres?-

-Sí.-

-Así será. Ahora, por favor, acabe por fin esta maldición, con las palabras correctas.-

Ink asintió y miro a Error.

-Alejate un momento, ¿Sí?- pidió.

Error asintió y se alejo.

Ink sacó la daga de Gaster.

-Chara, El demonio que viene cuando lo llamas... te estoy llamando, porque quiero que escuches lo que pido...-

Al comenzar a decir eso, se corto con la daga la mano de manera leve.

-Con mi sangre te llamo, un sacrifio te ofrezco. Devora al rey blanco, y cumple mi deseo. Que la ley universal sea rota, ninguna cadena nos ate nunca más. Las historias no afectaran nuestras vidas, y cada quien podrá ser libre de todo cargo.-

El suelo abajo de Gaster, se abrio, sin dejarlo moverse siquiera, cayó a aquel abismo, el cual se cerró.

-Soy Chara. El demonio que viene cuando llamas. Escucho tu petición. La ley se ha roto. Con un rey blanco se abrió, y con uno se selló.-

Todo el suelo tembló en todo reino. Todos sintieron esa liberación.

Un sentimiento de paz. Donde sus penas fueron eliminadas por fin.

-Antes de irme, quiero saber... ¿Dónde ocultaste tú valiosa alma? No podré descanzar si no lo sé.-

Ink sonrió y se acercó a Error.

-No pude darselo a alguien mejor,que aquel con el que quiero estar.-respondió Ink, mientras mostraba el collar en el cuello de Error.

-Bien jugado, Reina Roja. Juguemos de nuevo alguna vez.-

Y entonces, el demonio desapareció.

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