50.
Al dia siguiente, en el castillo de la reina roja, a la misma hora que ayer.
Eso era lo acordado con Zephyr.
Y allí estaban, en el mismo jardin donde se hizo la otra fiesta de té.
Pero ahora solo estaban los dos reyes tomando el té en silencio.
-¿Y bien? No has dicho nada, Hermano.-dijo Zephyr.
-Solo pensé que tú ibas a comenzar.- respondió Ink.
-¿De qué podria hablar? Tú eres el dueño del lugar.-
-Bien, entonces, las negociaciones.-
-¿Qué propones?-
-Paz. Eso deseo.-
-Pides algo muy tonto. -
-Entonces, ¿Qué propones tú?-
Zephyr dejó a un lado su té y puso un rostro serio.
-Bien sabes las veces que te he intentado matar, ¿Verdad?-dijo Zephyr.
-Oh, sí. Todas contaditas.-dijo sonriendo Ink.
-¿Cómo te libras de todo eso?-
-Es el poder de una Reina Roja, quizás.-Dió una leve risita Ink.
-Quiero ese poder, Ink. -
-¿El que tengo para salvarme de tus trampas? ¿Quieres saber cual es?-
-Sí.-
-Confianza. Lealtad. Lo mismo que Cross ha sido para tí. ¿No es así? Mis servidores, son más que trabajadores, Zeph. Son la única verdadera familia que tengo... a pesar de todo, estan allí. ¿A quién tienes tú que soporte todo lo malo?-
-Cross nunca me ha faltado eso. Siempre ha estado allí.-
-Pero hermanito, la pregunta esta... En el porqué lo hace. ¿Porqué? ¿Por que lo desea de verdad? ¿O quizás porque tienes algo que el desea? Lo obligas a no faltarte la lealtad.-
-Eso no importa siempre y cuando obedezcan.-
-No son mascotas, Zephyr. Son personas.-
-Son peones, Ink. Son facilmente reemplazados. Lo sabes. ¿No recuerdas que madre lo dijo? Es un juego de ajendrez. Siempre y cuando el rey no sea capturado... El juego sigue.-
-Eres muy frio en ese sentido, Zeph... ¿Qué haras si dejas de ser Rey? ¿La gente lo esperará con ansias para matarte? ¿Quién te está esperando? ¿Quién se preocupa por tí?-
Zephyr sonrió y miró fijo a Ink.
-Tú.- respondió sin dudar.
Zephyr sabia bien la debilidad de su hermano.
Siempre la supo, y no era el único, pues tambien era la suya de cierta manera.
Pero, A Ink le afectaba más.
Zephyr lo era todo para El. Siempre dependio de su hermano.
-Estás jugando sucio, Rey Blanco.-
-Y tu aún no comprendes que esto dejó de ser un juego hace mucho tiempo, Reina roja.-
-¿Qué es lo que deseas? ¿La corona? No te entiendo a veces, Zephyr. Habla.-
-Quiero reinar, quiero el poder, Ink.-
-¿Aún cuando sabes que morirás?-
Zephyr, que en todo momento permanecía totalmente perfecto, pareció por un segundo como si hubiese perdido la compostura,dudó.
-Aún cuando se eso, lo deseo.-
-¿Y qué propones?-
-Entregame la corona.-
-Quítamela.-
-No puedo.-
-Exacto.-
Las coronas de ambos reyes, poseian algo, y era que no podian ser simplemente quitadas.
Si la Reina roja, no se la entregaba a alguien, no se la podian quitar, el poder no cederia a cualquiera.
Y si lo hace, es porque el anterior murió, y la corona acepta a la siguiente línea de sangre.
-Que gracioso, pero como mencione, necesitamos un trato justo, en el que ambos ganemos, ¿No querias eso?-
-Es correcto, Zephyr.-
-¿Entonces?-
-Mira, hermano, sucede un problema, y es que tú quieres mi corona, y yo no planeo dartela. O sea que me pides cosas que no me benefician, y tal como haz dicho, vinimos a ganar ambos.-
Zephyr cada vez se veia más irritado.
-Todo sería más facil si hubieses muerto con alguno de los que mande a matarte.-
-¿Sabes? Si hubieses dicho eso en otro momento te podria condenar a muerte.-
-No me entiendes, Ink. Necesito la corona, la necesito.-
-¿Necesitarla? ¿Acaso es una adicción tuya o qué? -
-No lo entenderias... Te quiero salvar.-
-¿Salvarme? Cada vez te escuchas más retorcido.-
-Por favor, necesito que entiendas esto. Si morimos... volveremos a nacer en algún momento, ¡Nueva vida! Este ciclo nunca se detendra y... seremos parte con nuestros ancestros, todo estará mejor.-
-¿Suicidio en pareja? Hm... Es una oferta tentadora pero no gracias. ¿Seguro que no necesitas terapia?-
-Solo... piensalo. Por favor, y... te esperaré a las 6 de la tarde en el castillo, con tazas de té y demás, ¡Lo que quieras! Pero... ven con intenciones de entregar tu corona.-
Zephyr se levanto, se disculpo y se fue rápidamente.
Ink se quedó alli, pensativo.
Si, algo estaba muy mal.
Un momento Zephyr estaba de su lado y al otro solo lo queria muerto, y al siguiente un suicidio doble.
Esos cambios eran dudosos, incluso sus verdaderas intenciones, como si...
-No es su plan.- dijo Ink.
Error salió de entre los arbustos, tal y como le habia ordenado Ink, "Quedate allí y mantenlo vigilado".
-¿Entonces de quien es?-preguntó Error.
-Tengo una carta que entregar.- dijo para luego entrar al castillo, Error le siguió detrás.
-¿La de tu madre?-
-Es correcto.-
-Aún no sabemos si es verdad que... El esta vivo.-
-Solo es un salto de fe, Error. -
-Es peligroso.-
-Zephyr dijo que a las 6 nos vemos, pero son alrededor de las 4, quizás las 5. Hasta el lo sabe, no tiene suficiente tiempo.-
-¿Podrás con eso?... Digo, ya sabes... con todo esto...-
Ink se detuvo y le tomó de las manos, sonriendole.
-Rurú, ¿Confias en mí?-
-Lo hago, siempre.-
-No estoy solo,y tú más que nadie lo sabes...-
-Quisiera tanto poder hacer más por tí.-
-Es mi guerra, Rurú. Pero... - Ink se quitó de su cuello, un collar, el cual tenia una carta de un A de corazones, parecía ser de cristal.
Luego de eso, se lo puso a Error.
-Cuando llegue el momento, sabrás que hacer con esto.-dijo Ink.
-¿Qué? No, no, no se que puedo hacer con esto yo... ¿Es valioso? No puedo cuidarlo.-
-Haz dicho querer ayudarme, ¿No? Con eso lo harás, confío en tí. Ahora... dile a Nightmare que prepare el carruaje, yo ire a buscar la carta. El plan comienza ahora, Rurú. Todo depende de no fallar.-
-No le fallaré.-
-Oh y... cuando todo esto acabe,¿Qué te parece una pequeña recompensa por ser un buen chico?- Ink sonrió, luego se retiró dejando a Error solo en el pasillo.
Error solo sonrió viendole.
Realmente se habia enamorado.
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