-Por favor, detente aquí.- ordenó Ink mientras daba unos golpecitos al carruaje.

El que lo manejaba se detuvo.

-¿Aquí? Pero...-cuestionó Error.

-El último está en el reino central, ¿No?-

-¿Vamos a buscarlo ya?-

-Mañana puede ser el último dia que hable con Zephyr. Y ademas, no sé si tengo tiempo, Error. Necesito terminar esto rápido.-

-...Bien.-

Ambos salieron del carruaje.

-Espera aquí, volveremos enseguida.-Ordenó Ink al conductor, el cual solo asintió.

-¿Estás seguro?...-Murmuró Error.

-Siendo sincero, lo evitaría a toda costa, Error. Pero no puedo permitir que más gente sufra por la maldición.-

Entonces, ambos comenzaron a caminar al castillo.

-Nadie más habia venido aquí desde que los reinos se separaron... ¿Sabias eso?- comenzó diciendo Ink con nostalgia.

-No, no lo sabia. ¿Y a qué se debía?-

-Porque... El único con la llave soy yo. O bueno, La reina roja.-Dijo mientras de su cuello, mostraba un collar que llevaba consigo, con una llave antigua.

Se notaba que era una llave con mucho tiempo de existir.

-Ya veo... ¿El rey blanco no?-

-Por lo menos este, no lo tenía. Gerson... Sí.-

-¿Y qué pasó con esa llave?-

-Bueno fue que--...- Ink se interrumpió a sí mismo, o más bien se detuvo, pensando en la respuesta.

Era cierto, tanto la reina roja como el rey blanco tenían una llave de ese castillo desde pequeños.

Gerson murió, pero nunca supo nada de la llave.

-¿Kiky?...-

-La llave... creo que la puede tener Zephyr.-

-¿Eso no es bueno... O sí?-

-El no sería capaz de venir aquí... yo... ugh, no estoy seguro. Solo espero que no encontrara la carta de casualidad.-Dijo Ink mientras comenzó a acelerar el paso hasta llegar a las puertas del castillo, para luego abrirlas de par en par.

Todo estaba limpio. Como si nunca hubieran dejado abandonado el lugar.

-¿Cómo es posible que todo sea vea tan... limpio?-Preguntó Error mientras comenzaba a entrar a pasos lentos y observar las paredes y muebles, incluso los adornos de plantas.

-Es un efecto de este castillo. Nunca preguntes el "¿Cómo?" en lugares de mi cuento. Aquí nunca hay respuestas tan lógicas, ¿Sabes?-

-Eso tiene algo de sentido ya que lo dices.- dijo mientras daba una leve sonrisa.

En las paredes, se podía ver pinturas de cada miembro de la familia real, cada generación.

Y mayormente, fotos de los actuales.

Todos felices.

-Bien, bien, ¿Donde estará mi querido hermanito?~- decía sonriendo Zephyr mientras caminaba por la sala principal del castillo.

Ink se encontraba bajo una silla, fácil de ver a simple vista.

Claro que Zephyr lo encontró hace mucho, pero no iba a dejarselo saber.

No queria romper el corazón de su hermanito diciendole básicamente que "no sabe jugar".

-¡Oh, Bueno! Súpongo que me rendiré, ¡Ink es taaaan bueno jugando! Me rindo~- dijo Zephyr dramáticamente.

-¡Boo!- dijo Ink al salir de su escondite y abrazar a su hermano de repente por la espalda.

-¡Oh, allí estabas! ¡Qué susto!-

-¡Zeph, Eres tan malo jugando a esto!-

-Heh, súpongo que lo soy. ¡O tú eres muy bueno jugandolo!-

Ambos hermanos rieron.

-¡Zeph, Zeph! Mira.- dijo Ink mientras lo soltaba y se acercaba a uno de los cuadros de la pared.

Un retrato de ambos juntos, abrazados y sonrientes.

-¿Qué pasó?- preguntó Zephyr.

Ink señaló una esquina del dibujo.

Allí estaba escrito: "Zephyr e Ink, Juntos por siempre." Dentro de un pequeño corazón.

-¿Mamá sabe que hiciste eso?-

-¡No lo sabe! Es que... este es mi retrato favorito... ¿No opinas lo mismo, Zeph?-

Zephyr sonrió mientras veía el cuadro.

-Opino lo mismo, Ink...-

-¿Ink?- llamó nuevamente Error.

Ink volvió al presente. Dejó de ver aquel retrato y miró ahora sonriendo a su preciado acompañante.

-¿Qué te he dicho de llamarme Ink?-

-Lo siento pero... ya le habia llamado muchas veces Kiky, más no reaccionaba, me preocupe. ¿Sucedió algo?¿Se encuentra bien?-

-No yo... Solo son... recuerdos horribles. ¿Y... qué decia esa carta sobre este reino?-

-Solo decía que... "Ve al inicio de todo esto, El reino fruto del amor" o algo así.-

-Oh... entonces no decía mucho.-

-¿Algúna idea?-

-La habitación de... mis padres.-

-Entonces, allá iremos.-