42.

-¿Qué tiene que ver eso con el reino, Zephyr?-

-Que te salvaría sin importar qué. -

-Sigo sin entender a lo que quieres llegar.-dijo Ink confundido.

-Oh, bueno... Mientras tú aprendías a manejar una guillotina, Yo veía como mi padre colgaba mujeres en todo el castillo diciendo que no le satisfacían.-

-Zephyr...-

-No pude guardar por mucho tiempo secretos, ¿Sabes?... El... Rey blanco anterior...-

-¿Lo mataste?-

-¿Qué?-

-Al Rey blanco.-

-Eso no es relevante ahora, y lo sabes. Rumorean que fuiste el causante de la muerte de tu madre.-

-No la llames mi madre. Porque no se comportó como tal solo... como una Reina roja.-

-Lo dices como si las reinas rojas fueran lo peor del mundo.-

-¿Acaso me equivoco?-

-Lo haces, sí. Yo opino que ese papel lo tienen el rey blanco.-

-Entonces, ¿Aceptas que tú eres el villano?-

-Quiero que entiendas, que te quiero salvar.-

-¿De qué? ¿De mi corona?¿De mi reinado? ¿De liberar a todos?-

-De la vida, Ink. De la maldita vida... Dandote así lo que te prometí alguna vez. ¿O ya lo olvidaste?  Despues de todo... tú me lo pediste.-

Antes de dar tiempo de responder a Ink, el cual se quedó en silencio, Llegaron Cross y Error.

-Han vuelto pronto.-dijo Zephyr viendoles.

-Así es, ya le di un recorrido.-dijo Cross.

-Ya veo...- Dijo Zephyr

-Majestad.-dijo Error dando una reverencia viendo a Ink.

Pero se sorprendió con la expresión que tenía Ink.

Era una que desconocía.

Era como si tuviera... Miedo.

-¿Reina Roja?-Llamo Error.

-¡Oh, Rurú! Has regresado.-dijo sonriendo Ink, ahora sí volviendo en sí.

-Así es.-dijo Error desconcertado.

-Por ahora, estemos en paz, Ink. Mañana hablaremos a la misma hora. En tú castillo. ¿Qué tal? Terminaremos de tratar sobre nuestras negociaciones...-dijo Zephyr.

-Que así sea.-dijo Ink.

-Entonces, Cross, por favor, escoltalos a la salida.- ordenó Zephyr.

-Como ordene.-dijo Cross sonriendo.

Los tres se retiraron, dejando a Zephyr solo en el jardin.

El rey Blanco, molesto, solo tiró todo lo que estaba en la mesa al suelo.

-Tendré la corona, padre. Lo prometo.-






-Gracias por acompañarnos hasta acá, Cross.- dijo Ink.

-No hay de qué, Majestad. Es mi trabajo.- respondió el caballero blanco.

El carruaje ya estaba afuera, esperando a los del reino rojo.

La reina se retiró primero.

-Gracias por ayudarme hoy.-dijo Error.

-Todo por la libertad, adelante, Lobo feróz.-dijo Cross mientras le daba unas palmaditas en la espalda, y, con un movimiento tan rápido, le arrebato del bolsillo las cartas que había encontrado, guardandolas ahora en el suyo.

-Adios.-dijo Error mientras se retiraba.

Al irse el carruaje, y las puertas cerrarse, fue al trono, donde se encontraba Zephyr.

-¿Y bien? ¿Qué fue lo que decías de los secretos?-dijo Zephyr sonriendo.

-Oh, aquí estan. El lobo los encontró, pero solo dos de ellos, se negó a hablar, pero aquí los tengo, majestad.- dijo mientras le entregaba los dos sobres.

Claro que Cross no dejaría a Error llevarse aquellas valiosas cartas. No era tan tonto...


-¿Acaso esto es una broma para tí?- dijo molesto Zephyr.

-¿Qué?- Preguntó Cross.

Entonces, Zephyr le lanzó devuelta los papeles.

Todo estaba en blanco.

Y ademas, tenía el sello del reino blanco.

Aquella vez que Error entró a buscar la carta en el cuarto del Rey, había tomado aquellas hojas.

-Estás hojas...- Dijo cross.

-Son mias, pero no he escrito en ellas. ¿Puedes explicar que clase de broma es esta? ¿Quizás el lobo pensaba usar una carta con mi sello en mi contra?-

-No, Esto era...-

-Cuando consigas algo útil. Hablame. Hasta entonces, reflexiona, Cross.-

-...Sí, majestad.-










-¿Y bien?-Preguntó Ink.

-Conseguí lo que me pidió.- dijo Error sonriendo, mientras sacaba de otro bolsillo que iba por dentro de su camisa, las cartas.

-Bien hecho... ¿Cómo lo conseguistes? Y aún falta uno...-

-Cross me llevó a donde le pedía para conseguirlas. Y la última... está en el castillo del reino errante.-

-¿Cross sabe de esto?-

-No exactamente. No le conte nada, pero vió que agarraba unas cartas.-

-¿No le dijiste, o sí?-

-Por supuesto que no, como me enseño. Cumplí al pie de la letra su petición.-

-Oh, Buen chico.-Dijo mientras le acariciaba la cabeza.

-No fue nada...-

-Ahora... ¿Sabes que viene?-

-¿Qué?-

-Te mereces un premio por hacer bien tu trabajo~-

-¿Enserio?¿Cual?-

-Lobito ansioso, tendrás que esperar~-Dijo apra luego dar una leve risa.

-¡Solo una pista!-

-Te gustará. Solo diré eso.-

Error solo sonrió y suspiró mientras miraba por la ventana del carruaje.

"Cualquier cosa que venga de usted, definitivamente me gustará." Eran los pensamientos de aquel lobo.

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