36.

Capitulo dedicado para:
SOTR654-Again

-¿Estás bien?- se atrevió a preguntar porfin Reaper.

Ink se la había pasado triste en su habitación, sin levantarse de su cama, básicamente en posición fetal.

-Mi tio no ha vuelto...-

-Tendrá cosas que hacer...-

-No, El nunca tarda tanto.-

-Se ha podido escabullir por mucho tiempo en este castillo, nada le debió pasar.-

-El me dijo... que un dia no regresaría.-

-¿Qué?-

-Sí... porque... Tan solo el venir aqui, rompe muchas normas...-

-Sigo sin entender a ese señor.-

-Es complicado.-

-Todo lo que implica al reino rojo es complicado, tú, por ejemplo.-

Ink rió.

-Hey, No era un chiste. ¿Sabes lo que era decirte hola y que me respondieras con un "Suicídate"?-

-Simplemente... pensaba que eras mi enemigo, Ya sabes... trabajas para mi madre...-

-

¿Y ahora?¿Qué soy para tí.?-

-Eres mi amigo, Súpongo.-Respondió sonriendo Ink.

-Me alegra saber eso, pensaba que me dirías algo como "Vete a la mierda".-

-Oh, no, no. Tengo modales. O sea, sí te diría lo mismo pero más cortés.-

Ambos rieron.

Aquella amistad le hacía más facil manejar los constantes abusos de poder de su madre.

-¿Sabes, Ink?-Dijo la reina roja mientras le acomodaba un velo en su cabeza.

-¿Sí, Madre?-

-Tú gobernarás este lugar. ¿Lo sabes, no?-

-Sí, Madre.-

-Zephyr está en el reino blanco, preparandose para asumir el trono.-

Ink no respondió, Comyet sonrió.
Le había educado para nunca responder si no le pedía respuesta.

-Sus reinos están en constantes conflictos. Pero todo se resolverá. Pero... ¿Sabes? No puedes dejarle tú el trono. Que el ceda.-

-¿Cómo podría hacer eso?-

-No creas que no estoy al tanto de tí, Maldita engreída... Este reino lo vas a gobernar bien, ¿O si no, Sabes qué? Todos van a morir. No importa si yo estoy viva o muerta... Moriran. El demonio los devorará a todos... sin un reino estable, que es lo único que mantiene este lugar, se irá a la ruina. El poder de nuestro imperio hace que todos... esten a salvo.-

-...¿Qué debo hacer?-

-Reinar correctamente, ¡como todas las generaciones de reinas rojas! Cumple tu papel. ¿O acaso quieres enfadar al demonio que está alrededor del reino?-

Ink se quedó en silencio.

Tenía que cumplir su papel.

-Hey, Perdona por aparecerme hasta ahora, pasaron muchas cosas, ya sabes.-explicaba Gerson.

-Me dejastes solo.-respondió Ink.

-¿Qué? No, No es así. Yo no te haría eso...-

-Pensé mucho, ¿Y sabes qué? Es una estupidez todo lo que dices. "Pensar en romper el destino", "liberarse de la condena". ¡Mentiras! No sabes nada de este reino.-

-¡Eso no es verdad!-

-¡Lo es! ¿Sabes qué? ¡Vete, Anda! No vuelvas a esta reino.-

-¿O sino que?-

-Te mataré con mis propias manos.-

Tras decir eso, comenzó a caminar a la salida del lugar, dandole la espalda.

-Perdóname.- fueron las palabras de Gerson.  -Perdón por no poder haberte salvado de tu madre.- dijo para luego irse por la ventana.

Ink, al notar que se había ido, pudo llorar sin preocuparse.

Había adquirido el comportamiento de su madre solo por pura apariencia.

Quería que su tio se fuera de aquel reino, que no volviera.

Era muy arriesgado.

Y... Quizás tambien se rindió de pensar en otra salida.

"Debo seguir el camino de una reina roja." Era lo que pensaba.

Pero aquellas palabras de Gerson, le hacían dudar aún más.

Solo lloraba sin parar.

No había podido hacerlo libremente.

Su madre siempre estaba al pendiente y cuando lo escuchaba llorar le azotaba diciendo que "Una reina roja siempre mantiene la postura."

Odiaba eso.

Odiaba todo eso...

-Hey, Ya, Ya...-Decía Reaper mientras llegaba y le abrazaba.

Tras ese día, Gerson no volvió a tocar el reino rojo.

-Hey, Ink, ¿Quieres que le pida a las sirvientas que preparen un dulce?- dijo Reaper sonriendo.

-No, Gracias.-Respondió.

-¿Estás seguro? No te preocupes, tú madre no lo notará.-

-No quiero nada, Reaper, No es necesario.-

Aquella actitud le molestaba un poco al caballero.

Aquel Ink con el que normalmente hablaba, y se había acercado a El, había vuelto a encerrarse.

Y no le gusta para nada aquello.

-No te ves para nada bien, ¿Es por lo de Gerson? -

-Gerson no me interesa, y no vielvas a mencionar ese nombre.-

-Entiendo.-

Aquellos dias llenos de charlas y chistes, terminaron en dias aburridos y llenos de lo mismo.

Aquel brillo en Ink se había apagado.

El pequeño niño se había rendido, no quería luchar más.

O quizás entendio que no tenía escapatoria.

Ink se encontraba viendo por los ventanales al pueblo, o más bien a las estrellas del cielo.

Eran alrededor de las 2 de la mañana, pero no podía conciliar el sueño.

-¿No puedes dormir?- preguntó Reaper atrás de el.

Ink no se molestó en voltear a verlo.

-Algo así.-Respondió.

-Ya veo.-

Hubo silencio un momento, hasta que Reaper volvió a iniciar la conversación.

-Extraño verle felíz.- fue lo único que dijo Reaper, lo cual, quizás fue suficiente para captar la atención del menor.

Pero no respondió.

-Me preocupa, Demasiado... No debería preocuparse por el futuro.-

-No lo entiendes, Reaper. Tú sobras, no tienes un destino, ¡Tu puedes hacer lo que desees!-

Aquellas palabras eran verdad.
Había veces que los personajes de cuentos tenían más de dos hijos.

Se supone que uno toma el puesto de la madre y otro el del padre.

Pero los que sobran, no son nada. No tienen nada.

Así que acostumbran a trabajar a diferencia de los otros.

-Tú tambien puedes definir tu destino, Ink.-

-Eso es mentira.-

-Tú madre es la que te necesita, el reino lo hace, ¡Pero tú destino lo tomas tu mismo! ¿Sabes que pasa si te niegas? Te diré, nada. ¡Nada pasará! Porque cuando muera no te puede obligar a nada. No estas obligado, mucho menos atado.-

Ink se sentía esperanzado con ello.

Pero... Reaper olvidaba un detalle que no sabía.

El demonio que devora a aquel que no cumple su camino.

-No se que hacer, Reaper...-

-Siempre puedes contar conmigo, haré lo que sea por hacerte feliz.-

-Tonto... Ojala fuera tan fácil.-

-¿Qué te molesta? Si no me lo dices, no puedo ayudarte.-

-...-Ink dudó en decirlo, corría el riesgo de que lo odiara por ser parte de ello.

No quería que la única persona que estaba de su lado, lo odiara.

-Me vas a odiar, y si puedes me matarás.-

-No lo haría, jamás.-

-¿Cómo puedo confiar en tí?-

-Bien, si quieres, no me lo digas ahora, dimelo en otro momento. Por ahora, ¿Quieres que te cuente cosas mias? A ver si así confías más en mí.-

-¿Qué podrías contarme?¿Tus aventuras?-

-Te sorprenderías.- sonrió triunfante. -Hace un par de días, en lo que rondaba por el reino, Conocí a alguien...-

-¿A alguien?-

-Sí, Un... Lobito demasiado interesante, su nombre era Geno.-




























Ink un día entró a su habitación.
Y allí estaba su madre, la cual había estado buscando por todo el castillo.

Se habia colgado ella misma en la habitacion de este.

Dejando una carta, la cual el contenido solo lo pudo leer Ink.

Y desde ese día, Ascendió al trono.




















Y un día, Ink le contó aquel secreto a Reaper.

No todo, Solo que su destino estaba obligado a cumplirse por culpa de un demonio que rondaba el castillo.

Tal como dijo, Reaper no se molesto.

Más bien se entristeció.

Y como conocía a Ink, Sabía que el no mataría personas para alimentar al demonio y mantenerlo en calma.


Así que, sin su consentimiento, tras la muerte de su madre y el ascenso a la corona de este, mataba clandestinamente.












Una noticia a oidos de Ink llegó.

Libros fueron publicados llenos de secretos que no se debían saber.

Y allí, Ink trató de encontrar a Gerson y le mandó una carta para rogarle que anulara la publicación.

Así fue por tres cartas seguidas.

Pero Gerson las negaba todas.

Decía que todos merecían la verdad.

Decía que debía de publicarse más.

Ink lo amenazó de que debía de parar.

Pero Gerson solo le amenazó de vuelta con que "Con mis propias manos seguiré escribiendo para dejar a todos saber lo que esconden".

Y por un arranque de molestia, ordenó que le cortasen las manos.

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