La chica estaba ya preparada para afrontar un nuevo día en su vida, ayer conoció al joven Natsu y aquellas imágenes no paraban de llegar a su cabeza. Fue algo tan irreal que parecía una mala pesadilla. Se vistió con un ropa propia de Fiore, aún no se acostumbraba a llevar esas prendas  ya que siempre llevaba aquel sombrero, su bastón y esa ropa tan sexy que provocaba al enemigo más que su poder mágico.

Sentir el calor del sol fue algo agradable, su casa se situaba cerca del gremio de Fairy Tail del cual ahora formaba parte. Echo a andar para llegar hasta la entrada, tenía ganas de realizar alguna misión, no quería que nada le estropease aquel bonito día. Algo le dio en su mejilla, sorprendida se toco la mejilla y vio que era barro, uno de los hombres que tenían un puesto cerca se lo había lanzado.

-Monstruo, por tu culpa murió gente en la guerra-dijo enfadado y lanzando otra bola de barro que logro esquivar en el último momento.

-No eres mas que una vulgar asesina-una mujer tapaba a su hija entre sus faldas atemorizada.

Otros hombres se juntaron con él para lanzar alguna que otra hortaliza, Irene iba a irse pero el recuerdo del que fue el amor de su vida en el pasado llamando a esta monstruo hizo que no pudiera moverse. Cuando iba a ser impactada con tomates ella cerro los ojos asustada pero en lugar de eso sintió calor, al abrirlos pudo ver que habían sido calcinados.

-¿Estás bien?-pregunto el joven ofreciendo su mano.

-Si-susurro ella agarrando esta y poniéndose en pie.

Ante la atenta mirada de estos Natsu la llevo al gremio donde tampoco fue muy bien recibida por parte de ciertos grupos de magos unidos recientemente. Mira había perdonado lo que le hizo durante la guerra, en cambio Erza no.

-Natsu, no deberías juntarte con ella, nos hizo mucho daño-su mirada era seria como de costumbre pero en aquella ocasión el joven no le tenía miedo.

-Gajeel casi mata a Levy, Jet y Droy, Juvia secuestro a Lucy y casi nos cuesta la destrucción de nuestro gremio contra Phantom Lord, Laxus provoco mucho daño enfrentando a nuestra familia...incluso tu has perdonado todo el daño que te hizo Jerall-por primera vez Natsu replico de aquella manera a Erza que ante esos argumentos poco podía hacer.

-Ella...ella me abandono...-dijo agachando su cabeza.

-Y ahora se te ha dado la oportunidad de arreglar las cosas con ella, muchos aquí no tenemos padre ni madre...deberías agradecer poder hablar con ella-dicho esto paso por el lado de Erza quien había perdido el debate.

Irene solo siguió al joven ante la mirada de todo el gremio, al llegar a la barra para pedir comida se sentó en una silla a esperar.

-Erza puede ser algo cabezota pero se que con el paso del tiempo te perdonara-le dijo en voz baja el maestro que estaba al lado emborrachándose.

La maga bajo la vista a la barra y asintió, al menos esperaba que eso ocurriera en un futuro.

Lucy se acerco hasta ellos y la saludo.

-Hola...esto...¿te va bien en tu nueva vida como miembro de Fairy Tail?-pregunto ella algo asustada porque conocía su increíble poder.

-Si...si gracias-respondió ella algo nerviosa.

Aunque la verdad era otra, se sentía incomoda, solo salía para comprar comida y volver lo más pronto a casa porque la gente de allí no era como en el hogar del que era su majestad. Y el consejo mágico lo vigilaba de cerca haciendo que fuera aún más incomodo.

-Bueno, ¿hacemos una misión?-pregunto el joven dejando el plato vacío.

Ella le siguió en silencio hasta el tablón, como ella era tan poderosa no dudaban en tomar una una muy peligrosa dado su recompensa que también era muy alta.

-Esta es de...derrotar a unas bestias lagarto, no parece muy complicada-leía Natsu extrañado.

-Las bestias lagarto no son muy comunes, ademas cuentan con un gran tamaño y resistencia, no es misión para novatos porque uno solo podría arrasar un poblado en un abrir y cerrar de ojos-explico ella leyendo la petición.

-Pues vamos a ello-dijo emocionado.

La tomo de la mano y se largaron ante la mirada de Erza quien empaco sus cosas para seguirlos, no quería dejar solo a Natsu con una mujer tan sumamente peligrosa. En la estación Natsu subió tembloroso al tren , fue ponerse en marcha y caer mareado.

-Veo que no aguantas los viajes-dijo ella algo divertida.

-Me siento...mal...-tenía ganas de vomitar.

Ella le puso la mano encima y realizo un conjuro, los mareos se fueron, su estomago poco a poco fue aliviándose y estaba mucho mejor.

-Muchas gracias-dijo feliz y con una sonrisa.

Erza miraba todo escondida bajo un disfraz para no ser detectada, incluso se puso otro perfume para que Natsu no pudiera olerla.

En un vaivén del tren Natsu cayo encima de la joven tocando sus pechos sin querer, se aparto sin darse cuenta de lo que había hecho ante la mirada roja de ella.

-Lo lamento-se disculpo.

-No pasa nada-ella solo se acerco a la ventana a admirar el paisaje.

Y así marcharon a su primera misión juntos.

Continuara.