Capítulo 6
Todo el reino estaba feliz festejando el gran cumpleaños número 18 de la princesa heredera Perla. Un día festivo tanto en la alta sociedad como en la baja, los plebeyos inclusive celebraban este día. ¡Todos aman a la princesa Perla! Y Scarlett lo sabía.
Un brindis por aquí, otro por allá. El gran palacio real resplandecía con tantos preparativos y bellos adornos que brillaban como la luz del sol. Invitados especiales que acaparaban las miradas de la alta sociedad.
- ¡denle la bienvenida al general de caballeros negros de la reina Isabella! ¡Sir Argos Hwang Fiore, el caballero negro está aquí presente!
Algunos murmullos se podían escuchar rapidante, tan pronto como presentaron al guerrero. “<<Es un hombre de bajo rango… ¿Cómo puede estar aquí presente?>>” “<<es el general de los caballeros que protegen a la reina…>>”, y varias cosas más.
- ¿general de los caballeros negros? –pregunto el joven conde Marcus mientras tomaba un sorbo de vino de su copa- interesante.
- aquí llega el general de caballeros rojos que protegen al rey, Sir Erick Jung –dijeron y el hombre de cabello rojo entro al palacio muy bien vestido, tanto que podría confundirse con un noble- Disculpe, sir Erick… ¿el caballero misterioso no ha venido?
-el no recibió su invitación, talvez se les olvidaron entregársela… -explico el pelirrojo, pero sabía que, aunque su padre fuera invitado, el no asistiría-
-es una gran pena, averiguaremos lo que paso
-saben lo que paso… -susurro el joven mientras se acercaba a su compañero-.
No paso mucho para que el conde se acercara a estos dos caballeros. Erick por supuesto fue cortés en hacer una reverencia por respeto, pero Argos solo se limitó a agachar un poco su cabeza.
-gusto en conocerlos, caballeros –inicio Marcus- me alegra finalmente conocer a nuestros héroes del reino, he oído hablar maravillas acerca de ustedes, sobre todo de las bocas de muchas señoritas.
-es un honor, joven Conde…. Si no me equivoco usted debuto hace muy poco, lamento lo de su padre
-gracias, Sir Erick. Puedo llamarlo así, ¿verdad?
-claro.
-Y usted –dirigió su mirada hacia el de ojos ámbar- me ha llamado la atención que haya venido con su armadura oscura, esa piel... y, sobre todo, su apellido, el segundo… ¿es realmente un Fiore?
Fiore era el apellido de aquellos relacionados biológicamente con el rey Dante, por lo que escuchar ese apellido era de suponer que tendría alguna relación con esa noble familia.
-mi padre adoptivo –dijo Argos- el funesto marques Fiore
-un momento, si el marques es tu padre, quiere decir que usted y la marquesa Nataly….
-en efecto, somos hermanos, pero solo adoptivos, yo uso más el apellido de mi madre
- ¿su madre no era una plebeya?
-bueno –interrumpió Erick- nosotros estaremos ocupados, disculpe conde Marcus, no interrumpiría si no fuera importante
-eh claro –reacciono tranquilo el de ojos celestes y dejo que ambos caballeros se fueran por su lado.
Marcus se mantuvo en su lugar viendo como el par se alejaban. Su vista fue dirigida hacia la gran familia Fiore. ¿Realmente ese caballero era hijo adoptivo del funesto marques, padre de Nataly, prima de las princesas? Si era el hijo adoptivo, entonces seguramente lo desheredaron después de la muerte del padre de la marquesa. Pero jamás se había imaginado eso.
Un brindis por aquí y otro por allá, de nuevo.
- ¡Inclínense, el Rey y la Reina han llegado! –dijo el presentador que más bien era el mayordomo del palacio, conocido como la mano derecha del rey mismo- en unos minutos bajaran las princesas y la anfitriona de esta bella fiesta
Todos se inclinaron ante la llegada de los reyes. Los ojos del Rey viajo por toda la sala, solo vio a los invitados, ningún caballero de cabello rojo excepto por el joven general de sus caballeros rojos.
- ¿A quién buscas con tanta desesperación?
-a nadie importante –respondió secamente el hombre rubio- Esta fiesta debe ser la mejor de todas, se trata del cumpleaños de nuestra princesa heredera y también será comprometida, es importante que nada malo pase
- ¿por eso no le enviaste una invitación?
-no hay porque pensar en cosas negativas, querida.
Una melodía con violines fue la que anuncio la llegada de las dos princesas, Scarlett y Annabelle. Todos las miraron con atención.
-la rosa de nuestro reino, la princesa Scarlett –presento el mayordomo llamando la atención de los presentes-, junto a la pequeña joya del reino, la princesa Annabelle han llegado
Todos aplaudieron tras la llegada de ambas princesas. No paso mucho para que la anfitriona llegara a la sala donde se celebraba su cumpleaños. Era la única con vestido rojo y el cabello suelto, presumiendo sus brillantes rizos dorados, y resaltando el azul de sus ojos.
-Nuestra anfitriona, la princesa heredera Perla ha llegado. Inclínense ante la futura reina –y asi como lo dijo, todos se inclinaron al recibirla-
-hija mía –dijo el rey tras acercarse a la joven rubia- como es tu cumpleaños de mayoría de edad, es hora de que también te comprometas
-pero, cielo… -interrumpió la reina- Perla ya fue comprometida desde pequeña con un príncipe de un reino aliado
-así es, pero no estoy seguro que haya recibido la invitación, por eso pensé en el hijo del duque…
-del… duque? –eso pareció no gustarle mucho a la princesa-
-si, por cierto… ¿y Scarlett? –miro hacia su hija menor notando como es que la pelirroja faltaba allí- ¿A dónde se fue?
-no lose, simplemente desapareció
-que manden alguien a buscarla, no puede perderse de la fiesta de Perla, que mala educación que desaparezca así de la nada
- ¿y si alguien la secuestro? –se le ocurrió pensar a la reina debido a la preocupación-
-manda a uno de tus caballeros entonces, pero ninguna aquí se va, suficiente con Scarlett
Mientras eso pasaba, la pelirroja había salido hacia el jardín principal donde llegaban los invitados, la mayoría la saludo y otros tuvieron la indecencia de ignorarla. No era hija del rey, no era alguien por quien inclinarse, así pensaron. Incluso lo dijeron de forma en que la princesa los escuchara.
¿Qué les pasaba? ¿Por qué tenían que ser tan irrespetuosos con ella? ¿acaso ella tenía la culpa de no compartir sangre con el rey? ¡Claro que no!
Se desvió del jardín hacia una banca que estaba cerca, así admiraba mejor las flores, sobre todo a las rosas, sus favoritas. “<<quisiera desaparecer…>>” pensó Scarlett.
Una mano toco el hombro de ella desde atrás. Cuando se volteo a verlo con una expresión confundida, se preguntaba quien era ese hombre tan bien arreglado. Un momento… ¿un hombre se le acerco? Scarlett nunca socializo con un hombre de su edad aproximada.
¿Quién es?
-Disculpe, señorita –hablo el hombre el cual tenía unos ojos azules verdosos- ¿está todo en orden? Me preocupe al verla aquí tan sola, parecía triste por alguna razón…
-N-no… -tartamudea nerviosa y se puso de pie para verlo mejor- ¿Quién es usted? Jamás lo había visto aquí
-me disculpo mucho, mi nombre es Benjamín de Bryon
Continuará...
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top