- ¿y bien? ¿Qué es lo que hacías en mi habitación?

Pregunto Scarlett con aquel tono neutral como si quisiera que la joven se fuera corriendo, pero también que se quedara a responderle. Marie tenía miedo, nunca se enfrentó a una situación así, por eso era la sierva de más confianza de Nataly, la cual es sobrina del mismo rey, de quien se esperaría ser humilladora con sus sirvientes. La mirada de Scarlett inmovilizaba a la joven.

-le juro por mi dignidad que esto no es lo usted piensa, como dije, solo buscaba el baño y me perdí

-¡es mentira, su majestad! Esta chica estaba hurgando entre sus cosas, no es de confiar

-al parecer tendremos que quejarnos con la marquesa Nataly, por su incompetente servidumbre…. ¿infiltrarse en la habitación de la princesa? Es una gran ofensa, sobre todo viniendo de una esclava

- no majestad, se lo ruego… lo está malentendiendo

-¿dices que la princesa esta mintiendo? –interrumpió unas de las criadas que servían a Scarlett- deberíamos cortarle la lengua  

-tranquila Amina, cierra la puerta y no dejes que nos interrumpan.

Eso fue suficiente para que Marie se asuste aún más.
“¿me cortarán la lengua y cubrirán cualquier rastro…? La señorita Nataly no me protegerá, tampoco mi hermano… la princesa da tanto miedo… ¡No quiero que me corten la lengua!” pensó Marie mientras miraba a la pelirroja que no cambiaba de expresión.

La sirvienta Amina cerró la puerta y no dejo que nadie más entrara a la habitación, haciendo guardia ella misma.

- ¿u-usted… me cortara la lengua?

- no, esto puede quedar como que nunca paso, pero a cambio, tienes que jurarme lealtad a mi

-pero yo… soy una sirvienta de la marquesa

-y lo seguirás siendo, pero ahora tu lealtad será hacia mi

Un silencio por la habitación las termino inundando. Scarlett seguía sin hacer alguna expresión en su rostro mientras Marie estaba desentendida. Jurarle lealtad a otra persona, pero seguir trabajando para otra… era algo que comúnmente no se hace y se podría interpretar mal.

- ¿Por qué quiere mi lealtad si no quiere que trabaje para usted?

-no pareces una chica tonta, si lo fueras, ya habrías aceptado… pero lo harás por tu vida, por tus manos y tu lengua porque de lo contrario las perderás

-sigo sin comprender, su alteza…

-tengo mis razones para perdonarte la vida, por ahora. Así que no discutas si quieres conservarte con vida y haz lo que te digo sin cuestionarme

Más tarde

Nataly había sido hospedada en el palacio de invitados especiales con sus dos siervos.
Perla no parecía muy feliz con la visita de su prima, Annabelle por su parte, no le dio importancia. Sabía que su prima era una aficionada por ser el centro de atención, por lo que no estaría pendiente de la marquesa porque sabía que así le daría el gusto. Mientras Scarlett conversaba con Amina, la única de las sirvientas que era cercana a ella.

-la chica estaba buscando algo en ese escritorio, su alteza

Amina señalo un escritorio de la habitación de la pelirroja, este se encontraba cerca del ventanal entre el armario y los zapatos. Un escritorio simple y pequeño que cualquiera al verlo, diría que es la mesa de noche. Pero tanto Amina como Scarlett sabían que no lo era.

-las apariencias engañan ¿verdad, Amina?

- sin duda alguna usted siempre está en lo correcto

-este escritorio se ve muy simple y pequeño, pero hay documentos y toda clase de dato importante guardado –dijo Scarlett- me recuerda a mi adorada prima, que bien esconde sus secretos, pero no soy tonta, sé que se puede volver en un fastidio mayor…

- ¿si la elimina de una vez?

-no podemos hacer eso Amina, no hasta que descubra cada secreto que esconde y revele su verdadero rostro. Además de eso, no es como si yo tuviera el poder de eliminarla…es la sobrina de su majestad y la respalda la Familia Fiore… son un fastidio

-pero usted es la segunda princesa del reino, si ella atentara contra usted, la protege la corona después de todo

-yo no pertenezco a los Fiore, por lo tanto, es más fácil que me ataque a mi primero, por eso envió a su criada, para sacar alguna información de mi escritorio, algo que ella pueda manipular y hacerme quedar mal no solo con mis padres, también con el reino

- no me gusta decir esto princesa, pero… la gente tanto los plebeyos como los nobles nunca le han… tenido favoritismo a usted, por así decirlo

-ya lo sé. Algún día tendrán que darse cuenta que han hecho mal –dijo la mujer de ojos azules juntando sus manos a la altura de su mentón, entrelazando sus dedos y apoyando sus codos en la mesa del escritorio antes mencionado.

Por la tarde de ese mismo día, la reina paseaba por su jardín de lavandas junto a sus dos hijas y Nataly que iba escoltada por Félix, que no le quitaba el ojo de encima.

-tienes un siervo muy leal, prima –dijo Perla con una sonrisa en su angelical rostro-

-sí, así es. Es el que lleva más tiempo sirviéndome, por eso hace un gran trabajo sirviéndome

- ¿Dónde está la otra chica? Creí que eran dos –hablo Isabela-

-¿Marie? Aun la estoy disciplinando, debe haber ido por agua, esa muchachita se la pasa hidratándose

-¿hay una posibilidad de que sea francesa? Cuando la escuche hablar le note aquel acento –añadió la princesa más joven-

-ah si… mi padre antes de fallecer los compro en Francia durante una subasta, Félix se adaptó rápido, pero Marie aún sigue aprendiendo

-vaya, me gustaría conocer Francia algún día… dicen que es el país del amor

-Annabelle, aun eres muy joven –regaño la reina a su hija de cabello castaño, sabia los deseos de la menor, pero era verdad que aún no tenía la edad para hacer esos viajes, sobre todo sola y siendo la tercera princesa-

-no creo que la edad sea tan importante… yo viaje cuando era un poco más chica que la princesa

La vista de Nataly fue directo a una joven peli castaña que parecía buscarla con desesperación.

- ¿me esperan unos minutos? Tengo que resolver algo con mi sirvienta

-claro, querida…

Nataly hizo una leve reverencia ante la reina y las dos princesas, siendo elegante y cuidadosa. Pronto se dirige con la pequeña Marie.

- ¿Qué te sucede? Pareces haber visto un fantasma… -ve que la chica apenas si reaccionaba- como sea, ¿Qué encontraste?

Continuará...