Especial: ¨Cumpleaños de Manjiro¨

20 de Agosto, 1998

Shinichiro, el hermano mayor de Manjiro, se tomó la libertad de invitar a la chica que le gustaba y a su hermanita menor a pasar el día de su cumpleaños en la casa de los Sano. Esa fue la primera vez que se conocieron Manjiro Sano y Hana Yagami:

El cumpleaños número ocho de Mikey.

—¡Hola!

Hana tenía seis años en ese entonces, era una tierna niña de cabellos negros peinados en dos pequeñas coletas a los lados y unos enormes ojos grises que se sentían como la noche estrellada de Van Gogh, al menos para dos pequeños pares de ojos que le vieron por primera vez.

—Gracias por venir —se inclinó con respeto como su hermano le había enseñado—. ¿Huh?

—Anda, Hana-chan.

La voz que escuchó después fue la de Haruki, su hermana mayor, quien intentaba que saliera de atrás de ella para hablar con el celebrado. Hana se asomó brevemente un momento por las piernas de su hermana para verlo.

El niño con ojos inolvidables.

—Saludo a Manjiro-kun.

Era tímida a primera vista, en realidad era que no le gustaba mucho conocer gente nueva, sólo estaba ahí porque su hermana le había obligado a ir y porque estaría Shinichiro. 

—Un... pla-cer —arrastró sus palabras—, Man-jiro-kun, soy Ha-na... Ya-ga-mi.

Los ojos desinteresados de Manjiro se posaron en ella entonces, el primer pensamiento que Manjiro tuvo al verla fue: ¨¡Qué linda!¨ Pero su rostro no lo expresó. Ella sólo movió su mano.

—No hables como robot, cielo —Haruki masculló entre dientes—, esto no es halloween.

—Um —Mikey sintió que algo en su cabeza hizo click—, ¡hola!

Ese día Mikey descubrió un sentimiento parecido a cuando veía la banderita en su menú infantil favorito, esa sensación de felicidad que se expandía por todo su ser y su corazón latía rápido.

—Puedes llamarme ¨Mikey¨ o ¨Michael¨ —pretendió que no le interesaba.

Vio a Emma atrás de él, mirando curiosa a la chica.

—Ella es Emma-chan —señaló entonces a su hermana—, es mi hermana menor.

La rubia de ojos miel que, en ese entonces, tenía seis años, le sonrió amistosa.

—¡Hola, Hana! —sonrió con alegría, lanzándose entonces a abrazarla—. Soy Emma.

Hana se quedó completamente quieta como espantapájaros, sin saber qué decir o hacer, ante la repentina cercanía. Por suerte para ella, al ver esto Shinichiro soltó una carcajada y se acercó a los más pequeños.

—Hana-chan es una chica tímida, Emma —le apartó y entonces estiró sus brazos a la pequeña—. ¿Quieres venir conmigo un rato?

—¡Sí〰️♡!

La gran sonrisa que hizo cuando Shinichiro la cargó hizo que el corazón de Mikey quisiera salirse de su lugar, supo desde ese momento que él querría ver esa sonrisa más seguido. Haruki entonces se agachó frente a ellos con una sonrisa. La hermana mayor de Hana era una pelirroja de ojos azules de la edad de su hermano mayor.

Su hermano estaba coladito por ella así que la conocía.

—Manjiro-kun, Hana-chan y yo te preparamos un regalo de cumpleaños —le entregó una cajita de regalo—. Asegúrate de abrirlo más tarde, ¿sí? Lo escogió ella misma.

—Okay —asintió con la cabeza y entraron de nuevo a la casa de los Sano.

Shinichiro bajó a la pequeña pelinegra cuando estuvieron adentro y la dejó con Emma para él ir a sentarse junto a Haruki. Un pelinegro de ojos marrones se le acercó entonces con una gran sonrisa, la pequeña pensó que estaba rodeada de muchas personas atractivas, con felicidad.

—¡Hola!

Sí, Hana Yagami, incluso a sus cortos seis años, ya estaba loca por los rostros atractivos.

—Mi nombre es Keisuke Baji —fue lo primero que dijo Keisuke al verla, mientras hacía una pose extraña, mordiéndose los labios—, pero puedes llamarme ¨Edward¨ o ¨Ed¨

Hana se rió al verlo.Mikey observó en silencio esto, por alguna razón, sintiéndose molesto de que Baji estuviera hablando con ella. En aquel entonces no le dio mucha importancia a qué clase de sensación era.

—Hana, tú puedes ser Hanna —le dijo Mikey entonces—. Como Emma tiene nombre extranjero, decidimos que nosotros también tendremos uno. ¿Qué dices, te gusta?

—¡Sí! —la niña de seis años le regaló una de esas grandes sonrisas—. Hanna Yagami, huh.

Fue entonces que Manjiro se propuso que haría lo que fuera sólo para ver esa sonrisa siempre. Se pusieron a jugar entre todos en el patio mientras los mayores hablaban hasta que el abuelo de los Sano llegó con un pastel.

Todos se reunieron a cantarle el Happy birthday.

Más tarde Mikey se daría cuenta que el regalo de las hermanas Yagami fueron unos chacos.

—¡Whoa —Baji había gritado asombrado—, están geniales!

—¿Verdad? —la niña sonrió, inflando su pecho—. Yo los escogí.

—¡Eso es genial! —Emma la abrazó de nuevo—. ¡¿Te gustan las artes marciales, Hanna-chan?!

—Hm —asintió con la cabeza—. ¡Soy la mejor!

—¿La mejor? —Baji se inclinó hacia ella con una sonrisa—. Pruébalo.

Con el tiempo Hana se daría cuenta que esos tres no sabían lo que era el espacio personal, no, más bien, a pesar de que lo sabían, no les interesaba mucho el tema.

—¿Ahora? —ladeó la cabeza.

—¡Yo le gano a Baji! —Mikey sonrió—. ¡Ven al dojo familiar mañana y probaremos tus artes marciales!

No fue mucho tiempo después que Hanna había pasado a ser parte de su círculo más cercano. Como él había ofrecido, a veces ella iba a entrenar en el dojo de su familia junto a Emma y Keisuke, otras veces la veía cuando Shinichiro salía con su hermana y ella los seguía, tenerla cerca era algo a lo que no tardó mucho en acostumbrarse.

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Shinichiro jamás se imaginó que Manjiro y Keisuke se enamorarían de ella.

O que Emma se convertiría en su mejor amiga y hermana del alma.

Creando la historia que cambiaría sus vidas para siempre.

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20 de Agosto, 1999

Había pasado un año desde que Hanna Yagami entró a su vida, Manjiro era el menos enamorado y celoso del barrio, a veces peleaba con Baji por captar su atención pero era algo muy leve, no la gran cosa. 

—¿Entonces se hace así? —Mikey entrecerró los ojos.

Mikey cumplía nueve años, Hanna tenía siete ahora, la pelinegra se había dejado crecer el cabello y ahora le llegaba un poco más abajo de los hombros, ya no usaba dos coletas, ahora sólo una.

—No, giras hacia el otro lado —ella le mostró cómo doblar el papel—, así.

Mikey abrió la boca al ver cómo formaba la figura tan fácil.

—¡Esto es magia! —chilló, emocionado—. ¡Es increíble, Hana!

—¿Verdad? —Hanna sonrió grande—. Soy la mejor.

Haruki se encargaba de llevar actividades para los chicos, ese cumpleaños en particular fue origami, la pelinegra parecía ser muy buena con las manualidades al igual que Emma.

—¿Dónde aprendiste a hacer esto?

Keisuke y Mikey, por otro lado, solo se miraban como ¨¿qué estamos haciendo?¨

—¿Hm? —miró al techo—. ¡Akane-neesan y Sei me enseñaron!

Mikey arrugó la nariz, no le gustaba cuando Hanna mencionaba a aquel chico, siempre se le iluminaban los ojos. Volteó a ver a Baji para notar que le miraba igual de mosqueado.

Compartían el sentimiento. 

—Pequeños gremlins —Shinichiro se acercó a ellos—, vengan a cantar el cumpleaños feliz.

—¡Sí!

Hanna adoraba los cumpleaños por alguna razón, así que desde que ella entró a sus vidas, no había un solo cumpleaños de ellos que no se celebrara, incluso el de su abuelo. 

—Ven —le mostró una cuchara con el pastel—, Mikey, di ¨ah¨ 

Mikey crearía entonces esa tradición para los años por venir, sólo porque le encantó que ella le diera de comer. Horas más tardes llegaría Haruchiyo y Mikey se exasperaría de nuevo al ver a alguien más robándose la atención de la pelinegra.

Quererla era un trabajo de tiempo completo.

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20 de Agosto, 2000

El tercer cumpleaños, Mikey cumplía diez, había conocido ese año a un chico llamado Ken Ryuguji, él le decía Kenchin de cariño mientras Hanna le decía Kenny o Ken-chan. Hanna adoptó a Draken (su apodo general) como su hermano mayor tras la muerte de su madre.

—¿Es chistoso?

A diferencia de con Baji, Draken o su amigo Mitsuya no le generan esa sensación extraña cuando están junto a ella.

—Supongo —Mikey se alzó de hombros.

Hanna se sentó junto a Draken y él con un puchero.

—¡Mitsuya-kun dijo que soy fea! —se quejó con lágrimas en los ojos—. ¡¿Soy fea?!

—N-no... ¡Mitsuya! —Mikey se giró a ver al de cabellos lila—. ¡¿Por qué le mentiste a Hanchin?!

—¿Yo? —Mitsuya frunció el ceño—. ¡Ella dijo que se sentía fea, sólo le dije que tenía razón!

Draken lo miró entonces, aguantando una risa.

—¿Eres tonto? —se burló y negó con la cabeza, viendo a la chica—. Oye, Hanna, hermanita, no le hagas caso. Mitsuya claramente no ve muy bien. ¿Verdad, Mikey?

—¡Hm! —asintió.

Cada año en su cumpleaños seguirían reuniéndose para celebrar gracias a Haruki y Shinichiro, poco a poco se fueron incorporando más chicos, primero fueron Draken y Mitsuya.

—¿Sabían que si alguien les da un beso de cumpleaños —Hanna comentó, sentándose con un libro en sus manos—, van a estar juntos toda la vida?

Mitsuya y Draken se miraron entre sí.

—Besa a Mikey —dijeron al unísono.

—¡Eh! Si ustedes lo besan —los retó ella entonces, con una sonrisa.

—¡¿Hah?!

—Si no, no...

Los escaneó con la mirada un momento antes de sonreír.

—Son miedositos —se burló ella.

Baji fue el primero en pararse a buscar a Mikey, luego Draken que no pretendía ser llamado ¨miedosito¨ por el resto de su vida, Mitsuya fue el último en correr.

—Son tan tontos —Emma y ella soltaron risitas—, cuando terminen será nuestro turno.

—¡Hecho!

Hanna soltó una carcajada al ver la cara perpleja de Mikey cuando recibió un beso en la mejilla de Baji, seguido de eso el de Draken y Mitsuya en cada una de sus mejillas. Los tres miraron a Hanna con una sonrisa orgullosa. Ella sólo sonrió junto a Emma y fueron hacia él.

—¡Genial —se acercó a Mikey—, ahora todos estaremos junto a Mikey para siempre!

Ella se inclinó y le dio un pequeño beso en la esquina de la boca, el rubio sintió que su cerebro de repente dejó de funcionar. Sus amigos comenzaron a reír también al verlo sonrojado.

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20 de Agosto, 2001

El día que cumplió once años, Hanna tenía nueve años, se sintió extrañamente poderoso.

—¡Kenny!

Hanna correteaba al mayor y hacían monerías, era gracioso ver a Draken así, usualmente era tan compuesto. Emma estaba terminándose de arreglar pero tan pronto se acercara, Draken volvería a su estado natural.

—¡Manjiro!

—¿Huh?

Se volteó a ver a Haruki, quien le sonrió mientras le ponía una corona en la cabeza.

—Hoy eres el rey —comentó—, siéntete muy feliz. ¿Está bien?

Hanna, que ahora estaba cabalgando a Draken como si fuera un caballo, llegó a su lado y sonrió.

—¡Ne, Mikey, sé mi rey —le gritó con una sonrisa—, aunque sea por hoy!

Mikey se acomodó la corona mientras la miraba con una sonrisa, ya le había dicho eso anteriormente, que ella sería la reina de Tokyo y quería que fuera su rey. Él asintió. 

—¡Muy bien! 

Draken la bajó entonces y ella se acercó a él, abrazándolo. Baji sólo apretó los labios y volteó a ver a otro lado mientras Draken hizo una mueca y Emma acababa de llegar con ellos, todos dejaron de lado aquella escena y comenzaron a jugar, no fue sino hasta la noche que Mikey sintió que le estallaría el corazón de felicidad.

—Es un anillo —le dijo, entregándole la cajita—, tiene tu nombre en él. ¿Genial, no?

Hanna le había dado un anillo con su nombre inscrito en él y ella tenía la contraparte del mismo con el nombre de ella, uno negro con letras blancas y el otro blanco con letras negras, como el yin y el tang.

—Me encanta —le sonrió grande.

En ese entonces Mikey no lo sabía, pero esos anillos contraerían una gran promesa entre ambos.

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20 de Agosto, 2002

—¡¿Quién quiere romper la piñata?!

Hanna siempre era la del corrinche.

—¡Yo, yo!

Keisuke y Kazutora siempre le seguían el corrinche, claro está. El mejor amigo de Baji era un chico algo extraño pero cuando estaba junto a Baji y Hanna era más natural. Se llevaban muy bien entre ellos.

—¿Qué son esas...?

Draken se quedó en silencio al ver la ¨piñata¨ que llevaba Shinichiro en las manos. 

—¿Eso es...? —Mitsuya también ladeó la cabeza al verlo—. ¿Un... onigiri?

—¡Sí! —Hanna sonrió mientras veía a Shinichiro colgando la piñata—. ¡Mi hermana y yo la hicimos! ¿Qué les parece?

—Muy...

—Original —sonrió Draken.

Mitsuya sólo asintió.

—Sí, eso —comentó al ver que Kazutora y Baji estaban peleando por quién iba primero a golpearla—. El primero debe ser el cumpleañero, par de tontos.

—¿No tienen hambre? —Pahchin estaba comiendo papas fritas.

—¿Quién sabe? —Hanna le robó un par—. ¿Tú sí?

—Ey, son mías —pero Pahchin siempre terminaba compartiéndole igual—, tonta.

Luego Kazutora y Pahchin, Hanna parecía llevarse bien con todos.

—¿Hah? ¿Tienes gelatina en la cabeza? —le picó la frente con el dedo—. No me digas tonta.

De momentos ella y Kazutora se echaban la culpa de sus problemas.

—¡Eso es tu culpa!

—¡No, es tuya!

—¡Es de Mikey! —gritaron ambos al unísono. 

Mikey parpadeó.

—¿Y por qué mía? —ladeó la cabeza al verlos discutir sobre algo que claramente ellos hicieron solos—. Yo ni siquiera estaba ahí.

O Baji la acompañaba a pasear y terminaba llorando por algún comentario de ella.

—Te digo que eres un llorón.

—No lo soy —estaba llorando.

Pero luego le daba besos para contentarlo, cosa que no le gustaba mucho a Mikey, pero no tenía como decirle que parara porque no había forma de que pudiera explicar por qué le molestaba.

—Ya te dije que deberías usar faldas.

—Las faldas no tienen estilo.

—Claro que sí —rodó los ojos.

—Entonces usa una conmigo y lo haré —le extendió una sonrisa—. ¿Mitsu-kun?

—Lo pensaré...

También a veces se peleaba con Mitsuya por quien se vestía con más estilo.

—¡Que no te comas mis papas!

—¡Pero son papas! —se quejó—. ¡¿Quién se resiste a las papas fritas?!

O con Pahchin por quien podía comer más, pero eso era lo de menos.

—¿Cuál es la diferencia entre esas dos...?

—Para mí que si son amigas se parecen —murmuró mientras miraban a Hanna jugar con Emma a la rayuela—. ¿O no?

—No —Draken sonrió—, Emma es un ángel y Hanna un demonio.

—Emma te bendice —afirmó Mitsuya—, Hanna te maldice.

—Emma-chan te desea que te vaya bien —Mikey le puso la mano en el hombro—, y Hanna te desea que te atropelle un tren.

En general Hanna adoraba a los chicos y ellos a ella, a su modo.

—¡Ahora di ¨ah¨! —la chica fingió que llevaba un avión con la cuchara en sus manos.

—Ah —Mikey abrió la boca obedientemente.

Hanna le dio de comer el pastel de su cumpleaños número nueve y desde entonces era otra tradición que él impuso: hacer que ella le diera pastel en cada uno de sus cumpleaños.

Hanna era importante para él, ¿lo admitiría? Probablemente no.

—¡Miren —gritó Draken—, la mía es un dragón!

—¿También? —Mitsuya miró de reojo—. ¡Es la misma!

—Es porque somos hermanos dragones —Hanna les sonrió, tocándose las costillas y señalando sus cabezas—, la mía también lo es, pero es un bebé dragón. ¿Ven?

Ese cumpleaños Hanna y Haruki llevaron cometas para elevarlas juntos, ese par le daba demasiada importancia a sus cumpleaños, era algo que Mikey apreciaba terriblemente.

—¿Porqué la mía es un pulpo? —Kazutora hizo una mueca.

—¡La mía es un pez! —comentó Pahchin.

Hanna iba con Emma elevando las suyas, despreocupadas de todo, a Mikey le gustaba verla así.

—¡El que la eleve más alto, gana! —propuso Baji, corriendo entre risas.

Shinichiro sonrió mientras elevaba la suya desde donde estaba sentado con Haruki. Le alegraba ver como Mikey corría y jugaba con sus amigos como un niño normal, la visión de él feliz era suficiente para hacer que su corazón finalmente estuviera tranquilo tras pasar tantas cosas.

—¡Oi, Mikey! —alzó la mano, moviéndola para que él la viera—. ¡Ven aquí!

Estaban en el patio de su casa para variar en su cumpleaños número doce, Hanna tenía diez.

—¡Juguemos a algo!

Baji se sentó al lado de la pelinegra con una sonrisa.

—¿Hm —Mikey se sentó al otro lado de la chica de cabellos negros—, a qué?

Emma se hizo a un lado de Draken y Mitsuya, Pahchin y Kazutora al otro, todos formando un círculo.

—¡Soy un sandwich! —se quejó Hanna—. Ustedes no dimensionan el espacio personal, tch.

Aunque Emma y Hanna fueran chicas, Hanna siempre los obligaba a aguantarlas en sus cumpleaños, halloween y las navidades, decía que tendrían el resto de los días del año para excluirlas si les apetecía así que ninguno decía nada.

—¡Ya sé! —Kazutora salió corriendo y volvió con una botella—. ¡Juguemos verdad o reto!

Mikey sabía que en el fondo a ninguno de los chicos les molestaba realmente su presencia.

—¡Sí!

Algunas preguntas de verdad y uno que otro reto de comer pasto o besar el piso pasaron entre la tarde de ese cumpleaños, hasta que la botella finalmente dio un giro terminando en la pelinegra. 

—¿Verdad o reto —Draken preguntó con una sonrisa de medio lado—, Hanna?

Todos la miraron expectantes.

—¡Verdad!

—¿A quién le propondrías matrimonio? —preguntó Kazutora, señalándola con el dedo.

Hanna pareció pensarlo por un momento y entonces sonrió grande. Mikey sintió su corazón de nuevo latir con fuerza al verla sonreír. ¿Qué le pasaba? ¿Acaso tenía problemas en el corazón?

—A Shinichiro-kun —afirmó la pelinegra, orgullosa—. ¡No, a Waka-chan!

Mikey borró su sonrisa un momento.

—¡Ey! Eso no se vale —le recriminó Mitsuya—. ¡Son demasiado mayores!

—¿Hm? —ella ladeó la cabeza—. ¿A Emma entonces...?

Mikey sintió como su ceja temblaba. ¿Emma...? La rubia de ojos miel soltó una carcajada al verlo, era claro que se estaba burlando de él, pero no podía decir mucho al respecto.

—¡Emma es una niña —le gritó entonces Pahchin—, así que tampoco se vale!

Hanna infló sus cachetes, molesta.

—¡Bien! Entonces me casaré con Mikey-kun —se cruzó de brazos.

Baji bajó la mirada al suelo, Kazutora solo le dio una sonrisa apretada mientras Draken negó con la cabeza.

—Ya lo he decidido, si no me caso con Waka, voy a quedarme en la familia Sano—les sacó la lengua a todos—, no importa con cuál.

No faltó mucho para que Mikey sintiera sus mejillas colorearse.

¿Mikey estaba enamorado? Sí.

—¡Oho! —Kazutora se rió cuando, nuevamente, la botella cayó en Hanna—. ¿Verdad o reto?

—Verdad.

¿Haría lo que fuera para ser él quien se casara con ella? Por supuesto que sí.

—¿Besarías a Mikey?

—Reto —cambió de parecer—, reto.

¿Se lo diría? Ni loco, jamás.

—Besa a Mikey —la retó Pahchin, con una sonrisa burlona, ella iba a cambiar de opinión de nuevo así que no la dejó—. ¡Ya cambiaste, no se vale dos!

—¡Bien!

—¿Huh? —Mikey parpadeó cuando sintió los labios de la chica estamparse contra sus labios.

Entre burlas de Kazutora y Draken por lo sucedido, Mikey sonrió alegre.

¨Esperaba que esos tiempos siguieran así para siempre.¨

Fue lo que deseó ese cumpleaños.

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20 de Agosto, 2003

Lamentablemente el destino no siempre va conforme con lo que deseamos.

El cumpleaños número trece de Mikey fue probablemente el peor en su vida ya que perdió a su hermano mayor. Hanna y él celebraron su cumpleaños por la mañana yendo a visitar a Shinichiro en la tumba familiar de los Sano.

—¿Qué crees que me diría? —susurró él—. No puedo creerlo...

—Um...

¨¡Feliz cumpleaños, Manjiro!¨

Mikey sonrió con tristeza, ambos se sentaron a comer pastel frente a la tumba. Hanna solo apoyó su cabeza sobre el hombro del mayor en un intento de demostrarle que estaba ahí con él y lo apoyaba. Mikey no dijo nada y sólo apoyó su cabeza contra la de la menor.

¨Espero que seas feliz... Recuerda que te amo, eres mi ototo¨

El rubio apretó sus labios en una sola línea y dejó caer una lágrima. Sí, eso sonaba como Shinichiro, se dijo con una pequeña sonrisa.

—Shin...

Luego de dar sus respetos caminaron hasta la casa de los Sano, Draken y Emma los recibieron con una mirada tranquila.

—Vengan —los guió Draken con una sonrisa—, vamos adentro.

Emma se hizo de ganchito en los brazos de la menor para ingresar a la casa de los Sano.

—¡Feliz cumpleaños, Mikey-kun!

Haruki y el abuelo de Mikey habían preparado un pequeño pastel para distraer a Mikey del dolor aunque fuera por un momento.

—Gracias...

Mikey sonrió y asintió.

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20 de Agosto, 2004

¡Hello, hello!

Cuando Hanna regresó a Japón tras vivir en el extranjero, se sentía algo extraño porque cada día en su cumpleaños recordaba el día en que la conoció por primera vez, en aquel entonces se había propuesto ¨que siempre la vería sonreír¨

Pero le había perdido.

Hanna se fue al extranjero tras la muerte de su hermana mayor, un par de días después de su cumpleaños número 13, como alguien que había perdido a esa persona importante, sabía que ella ocultaba mucho dolor detrás de esa sonrisa tranquila.  

—¿Qué piensas, cumpleañero? —Hanna lo abrazó—. No deberías estar tan pensativo. Ya llegó por quién lloraban.

—Hana —Baji gruñó por lo bajo al verla.

—Ay, no seas celoso, Kei —Hanna sonrió mientras se alejaba de él—. Qué celoso eres, eh.

Baji sólo rodó los ojos, , Mikey lo miró. 

Keisuke le había ganado en la batalla por su amor.

—Yo —Smiley se acercó a ellos junto a su gemelo—, ¿qué hay?

—¡Smiley! 

Hanna se lanzó a abrazar al pelinaranja, Baji suspiró, causándole una sonrisa a Mikey.

—Qué hay, preci-

—¡Que no le digas así a mi novia!

Aún si era algo triste que no fuera él quien se quedara con la chica estaba feliz por ellos.

—Eres un aguafiestas, Baji —Pehyan se soltó a reír.

La Toman se reunió entonces y comenzaron a charlar, hacer bromas, Hanna comenzó a molestar a Hakkai y luego se pelearon mientras Baji y Mitsuya los separaban entonces.

Lo normal.

—¡Es que ustedes también! —Draken se echó a reír—. Voy yo a verlos y van los tres en la moto.

Baji, Chifuyu y Hanna se echaron a reír.

—¡Es que se nos cayó Ryusei —Chifuyu a duras penas podía hablar de la risa—, y no nos dimos cuenta!

Las risas nunca faltaban cuando estaban todos ellos reunidos.

—¿Entonces qué hizo Haruchiyo? 

—¡Le prendió fuego a mi camisa! —se quejó Hanna.

Los ojos grises chocaron con los menta por un momento.

—¡Pero en buena onda! —se apresuró a decir, sonriendo—. ¿No es verdad, Samsung?

—No sé de qué habla —el peligrosa apartó la mirada—. No recuerdo haber hecho tal cosa.

Todos sonreían con las ocurrencias de Hana.

—¡Y entonces...!

Mikey miró al pelirosa, que estaba sentado a un lado de Muto jugando shogi con él, recordando que en uno de sus cumpleaños pasados le había llevado el cabello de unos tipos que hablaron mal de él. 

—¡Mo, Emma!

Hanna se había puesto a llorar porque no le dijo para ir con él, ella era así, igual de loca que Haruchiyo, no, igual que Baji.

Eran tal para cual,
aunque no le gustara admitirlo.

—¡No seas así —se quejaba la pelinegra—, dame eso!

Manjiro estaba feliz, tenía a sus amigos junto a él, aunque esporádicamente la tristeza lo atacaba y sentía que la oscuridad lo iba a consumir, allí estaba ella y sus amigos para salvarlo. 

—Mikey —Hanna se acercó y puso su mano en su mejilla—, ¿quieres ver mi regalo?

—¿Tu regalo? 

—Hm —asintió, entregándole la cajita—, anda. Míralo.

Era una caja de dorayakis con muchos taiyakis también, sus ojos brillaron grande mientras le agradecía a la pelinegra una y otra vez, la sonrisa de la pelinegra le recordaba al sol. 

Hanna era el amor de su vida.

—Oh —Hanna apretó los labios y se separó—, ya... debo ir con Kei, ya sabes como se pone.

—Está bien.

Ella le dio un beso en la mejilla antes de ir con su novio, Mikey suspiró y volvió la vista a la caja.

Pero a lo mejor se equivocó de vida.

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20 de Agosto, 2005

Hanna se sentó a su lado en frente de la tumba de Shinichiro con un bowl de taiyakis, hizo una pequeña oración frente a la tumba y lo miró de reojo. Manjiro le vio con una pequeña sonrisa.

—Feliz cumpleaños —ella se acercó a él y le dio un pequeño beso en la mejilla—, Mikey. 

—Gracias —sonrió—, Hanchin. 

—Ahora que Draken está mejor...

Habían pasado tantas cosas en los últimos meses.

—¿No te gustaría ir con nosotros a un bar? Voy a cantar. 

—¿De verdad? —se alegró de oírla.

El sueño de Hanna era convertirse en una gran cantante como su hermana mayor, al menos eso decía ella, no estaba tan seguro porque siempre parecía mentir cuando lo decía. 

—Entonces vamos —Hanna sonrió, levantándose y estirando su mano hacia él—, juntos.

—¿Oíste eso, niisan? —se giró a ver la tumba con una sonrisa—. Voy a escuchar cantar a Hanchin en mi cumpleaños, apuesto que estarías celoso.

Ambos se sonrieron antes de él levantarse, también sería la primera vez que le escucharía cantar después de mucho tiempo así que se aseguraría de disfrutarlo.

—Hanna.

—¿Hm?

—¿Cuál es tu sueño?

—¿Mi sueño, huh?

La pelinegra lo abrazó mientras iban en camino al bar.

—Mi sueño es que toda la Toman sea feliz y que estemos juntos para siempre —sonrió—. Ese es mi sueño.

Por primera vez, no pareció que Hanna mintiera sobre su sueño.

—Es un lindo sueño —sonrió.

Cuando llegaron ya estaban Emma y Draken esperándolos, Hanna se separó de ellos brevemente para ir a hacer las pruebas de sonido, Draken y Emma lo miraron.

—¿Qué?

—Espero que no estés de gracioso, Mikey —murmuró Emma—, sabes que ella es la chica de Baji.

Ah, sí, ¿cómo olvidarlo cuando ese par siempre lo recordaba?

—Sí, lo sé —apretó su sonrisa—, mejor que nadie.

Draken lo abrazó entonces y le sonrió.

—Gracias a todos por escuchar —dijo Hanna cuando terminó su canción, entonces sonrió—. Hoy también cantaré una canción para una personita especial. 

Una canción de alegría

en el día en que naciste

Te regalamos con un

corazón rebosante

—¿Hm? —Mikey reconoció aquella letra como "よろこびのうた" (Canción de alegría).

Una canción que generalmente cantaban en su cumpleaños. 

En una luz matutina

en homenaje a ti

Las flores se iluminan

Los pájaros trinan

—¿Qué...? —Hanna le sonrió desde la tarima y Mikey vio a los demás chicos salir de los camerinos del bar mientras sostenían un pastel. Uniéndose a la canción con sus voces. 

Siempre te adorna una sonrisa

Porque todos te amamos

Y siempre te envuelve

la felicidad

—¡Jaja!

No pudo evitar sonreír cuando su abuelo también salió detrás de Mitsuya y Pehyan.

Porque todos te amamos

Que linda está la mañana

en que vengo a saludarte

y es un placer felicitarte

—¡Feliz cumpleaños, Mikey!

Baji salió de atrás de él con una gran sonrisa mientras el pelirosa lo veía con una sonrisa en la esquina.

—No creíste que lo olvidamos, ¿o sí?

El día que tú naciste

nacieron todas las flores

En la pila del bautizo

cantaron los ruiseñores

—¡Venga ya, cumpleañero —le gritó Mitsuya, sonriendo—, acércate a tu pastel!

Ya viene amaneciendo

la luz del día ya nos dio

Levántate de mañana

Mira que ya amaneció

—Vamos, Mikey —Emma lo jaló del brazo con una sonrisa grande—. Ven acá.

Mikey la siguió hasta la mesa del centro frente a la tarima donde su abuelo puso el pastel en silencio.

Y el sol de la mañana

iluminado por la luz júbilo

Vamos, abre tus ojos 

es la mañana de tu nacimiento

—¡Todos al mismo tiempo! —gritó Draken entonces.

♪¡Happy birthday to you!♪

Hanna se bajó de la tarima con una sonrisa y le dio la señal para que soplara las velas del pastel. Mikey, con una pequeña sonrisa, se apresuró de inmediato a hacerlo.

—¡Ahora, di ¨ah¨! 

Mikey sonrió, feliz de que no hubiese olvidado su tradición y aceptó el pastel que le ofrecía. 

¨¡FELIZ CUMPLEAÑOS, MANJIRO SANO!¨

Fue lo que gritaron todos entonces, el corazón de Mikey latió con fuerza.

—¡Oi, vengan aquí para la foto!

—Hazte para allá —se quejó el rubio—. Estás gorda, Hanna.

—¡Chifuyu quiere morir! —Draken y Mitsuya corearon—. ¡Y Hanna lo va a matar!

—Gorda me la pone —se quejó Baji, abrazándola por la espalda—. Ups, pensé en voz alta.

Todos se soltaron a reír, Mikey ensanchó su sonrisa, Hanna lo volteó a ver con el corazón lleno de amor. Incluso si en esa vida no sería, Hanna siempre amaría a Manjiro Sano como él a ella.

—¡Digan whiskey!

El abuelo de Mikey rodó los ojos mientras los veía acomodarse.

—¡Queso! —gritó Hanna.

Todos soltaron a reír ocasionando que en la foto todos y cada uno de ellos estuviera feliz.

Sería la foto que Mikey más atesoraría jamás.

Sí, realmente aunque el destino no siempre estuviese de su lado, tenía momentos como ese donde tenía a las personas importantes para él y era lo único que importaba.

—¡Feliz cumpleaños —volvió a darle un beso en la mejilla—, Mikey!

Estaba feliz.

—Gracias, Hanchin —la abrazó por la cintura y guardó su rostro en el cuello de la menor—. Gracias por siempre estar aquí.

Tan feliz como una persona como él se merecía ser.

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¡Hello〰️♡!

Es corto para no hacerles muchos muchos spoilers jeje

*Creado el 20 de Agosto del 2024*

⚠⚠⚠

Banda, me di cuenta que tenía muy trocadas las fechas en este capítulo especial y pues no cuadraba nada entonces lo volví a escribir desde cero, perdón jsjs

Creado en Agosto 20 y editado en Octubre xd

Les dejo fotitos y memes de Manjiro, nuestro esposo y señor〰️♡

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