| 5; Bloody mary |

—¿Para qué me llamaste, Draken? —Kazutora se paró atrás de él.

—Cuánto tiempo —el rubio con el tatuaje en la sien se volteó a verlo—, Kazutora.

El susodicho sonrió.

—¡Oi! No esperaba verlos aquí —ambos se sorprendieron al escuchar su voz, ella llevaba unos guantes manchados de sangre y se veía como si acabara de salir de una pelea—. Kenchin, Kazu.

Ella se sacó las gafas oscuras descubriendo sus ojos y sonrió.

—Perdón por interrumpir su charla de hombres, hagan de cuenta que no estoy aquí —murmuró, poniendo sus gafas entre su escote—. Sólo necesitaba deshacerme de esto.

Draken la vio de reojo pero no comentó nada y su vista volvió a Kazutora, éste parecía divertido.

—¿Por qué no cancelamos la pelea, Kazutora? Gane o pierda, no nos sentará bien —murmuró.

Hanna suspiró, por un momento creyó que Draken querría pelear ahora pero al ver que no era así tuvo unos segundos de relajarse.

—No lo entiendo, Kazutora —se puso frente a él—. ¿Por qué odias tanto a Mikey? Él testificó a tu favor, por eso saliste antes de la correccional. ¿Sabes lo mucho que...?

Al terminar de sacar uno de los guantes y ponerlo en una pequeña bolsa se sacó el otro con cuidado de no dejar huellas y los guardó igual.

—Cállate —Kazutora apretó la mandíbula—. Dos años, Draken... Dos valiosos años de mi vida en una celda.

Hanna miró los guantes y luego a los chicos, por alguna razón tenía un mal presentimiento.

—Ya no soy quién solía ser —afirmó, encarándolo.

—Y aun así, te considero mi amigo—replicó Draken con seriedad, luego de eso hubo un incómodo silencio que solo se rompió con el teléfono de Hanna sonando.

Ambos se voltearon a verla, ella hizo una mueca incómoda.

—Lo siento, debo contestar esto —murmuró, sacando su teléfono y contestando—. Well?

Kazutora y Draken la observaron en silencio con el ceño fruncido, el rostro de la chica pasó de relajado a molesto en cuestión de segundos, ambos se preguntaron qué pudo causar esa reacción tan repentina.

And what about it? I don't give a shit about that idiot. I told you to get the information we're looking for, even if you have to torture him —Hanna apretó la mandíbula.—: ¿Y qué? No me importa ese idiota, te dije que lo torturaras hasta tener la puta respuesta que estamos buscando.

Ambos hombres parpadearon, no habían entendido nada de lo que ella acababa de decir, pero el nivel de fluidez en inglés que la chica sin tener ni un solo acento era de verdad muy fascinante para su gusto.

I'm sorry, master —escuchó al capitán de la segunda división de Pandora a través de la línea, disculpándose. Rodó los ojos.

Senna, you can't just let it go. I need answers and I need them now, so go grab that motherfucker and bring him to me... Or I'm gonna shoot you in the ass, you get me? —masculló—. Senna, no puedes dejarlo ir y ya. Necesito respuestas y las necesito ahora, así que ve y agarra ese hijo de puta y tráelo ante mí... O voy a dispararte en el trasero, ¿me entiendes?

Draken pensó que si Mikey estuviera viendo esa escena probablemente enloquecería de amor, aunque lo único que él entendería son las malas palabras que salían de la pequeña y rosada boca.

—¿Y... tú entiendes algo de lo que está diciendo? —murmuró Kazutora.

—No tengo ni idea —masculló Draken.

Ambos la observaron tirar la bolsa con los guantes ensangrentados al bote de basura luego de encenderla en llamas. Draken alzó la ceja, ¿por qué parecía tan acostumbrada a hacer eso?

Senna, I killed that stupid bitch earlier this afternoon, now I'm doing some shitty business. I trust you enough to catch that asshole so don't disappoint me, I'm not really in a good mood right now —Hanna observó las llamas consumir los guantes en silencio—: Senna, maté a esa estúpida perra temprano esta tarde, ahora estoy en un negocio de mierda. Confío en ti lo suficiente para atrapar a ese gran gilipollas así que no me decepciones. No estoy de buen humor ahora mismo.

Yes, master.

Hanna colgó la llamada y suspiró, pasándose una mano por la sien y masajeando la zona levemente antes de girarse y fingir una dulce sonrisa a los chicos que le veían confundidos.

—Lo siento, mi primo tenía problemas con el tráfico de estados unidos —se rascó la mejilla y miró su reloj—, lamento quitarles parte de su tiempo. Pueden continuar.

Kazutora carraspeó y luego de suspirar, se apartó de Draken.

—Tú... Dijiste que me seguías viendo como tu compañero, y eso es lo que detesto de ti, Draken —Kazutora miró de reojo a la chica—. Vamos a destruir a la Toman pasado mañana.

—Esto no es lo que quiere Mikey —Draken frunció el ceño.

Kazutora continuó caminando como si nada, Hanna solo bajó la mirada, se le había pasado la rabia que tenía cuando escuchó a ambos hablar con tanta tranquilidad.

—Dile a tu amigo, Hanna, que tú tampoco estarás de su lado —se despidió Kazutora antes de irse. Hanna chasqueó la lengua, sin apartar la mirada del suelo.

Draken la vio de reojo, no sabiendo qué debía comentar al respecto. Estaban en el medio de un callejón, completamente solos y la chica que siempre pareció tierna acababa de quemar unos guantes ensangrentados mientras hablaba mierda en inglés por teléfono unos minutos antes.

—Es cierto —ella interrumpió el silencio que se había creado después de que Kazutora se fuera, parecía nerviosa de alguna forma—, Ken—chan, lo siento pero mi única prioridad es proteger a Keisuke —afirmó, alzando los hombros y mirando a Draken con seriedad—, sé que lo entiendes.

—No.

La volteó a mirar y observó su cara, tenía leves salpicaduras de sangre sobre su rostro.

—Peleaste con alguien —comentó. ¿Por qué se había peleado con alguien?

Actuaba de manera sospechosa, como si... como si hubiese matado a alguien.

—Estoy embarazada —ella chasqueó la lengua—, Keisuke y yo seremos papás.

Draken sintió que su mundo se fue abajo cuando la escuchó decir eso, Mikey estaría destrozado cuando se enterara de aquello y él no sería quién se lo dijera. No tenía las agallas suficientes.

—Es un secreto, por el momento solo él, y yo lo sabemos —agregó la pelinegra rápidamente.

—¿Por qué me lo dices? —arrugó la nariz—. ¿Qué demonios ganas con eso? No se lo diré a Mikey.

—Gracias, realmente lo aprecio —Hanna asintió con una sonrisa mientras su mano iba hacia su vientre—. Nos enteramos hace un tiempo, nosotros... Um, bueno, todo esto es muy extraño, ¿sabes?

Quizá las cosas no fueran viento en popa, después de todo, se agregaría ella misma a la lista de madres adolescentes y su estilo de vida ya era demasiado frenético pero suponía que tener una familia con Keisuke era algo que valdría la pena. Ser líder de una pandilla no era fácil, pero ser mamá probablemente lucía más aterrador que morir en medio de una pelea.

—Sí, puedo imaginar como se puso Baji al enterarse —Draken no pudo evitar sonreír.

Todos en la Toman sabían que Mikey y Baji estaban enamorados de ella, pero los ojos de Hanna siempre miraban al vacío, Emma decía que le gustaba alguien y que ya tenía a alguien más.

Draken nunca entendió a quién se refería.

Pero podía pensar en un par de nombres.

—¡De todos modos! —le jaló la oreja suavemente.

Luego de que la muerte Shinichiro, Hanna se distanció de Mikey gradualmente hasta dejar el vacío que quemó el corazón de Mikey, pero eso era otra historia, frunció el ceño.

—¿Se puede saber por qué no fueron más cuidadosos?

No tenía caso regañarles por crecer tan rápido, eran una pareja de catorce años con muchos problemas mentales, seguro que les había ganado la tentación pero le daba un dolor de cabeza tremendo solo pensar en ello. Además Hanna siempre fue muy precoz en esos temas.

—¿Qué vas a hacer? —frunció el ceño—. Ni siquiera pudiste conseguir una casa donde vivir y—

—Ouh, eso fue un golpe bajo —se quejó ella y sonrió—. Todo es culpa de Baji, desde que dormimos juntos y vivimos bajo el mismo techo, bueno... ¿Lo has visto salir de una ducha?

Draken alzó la ceja.

—¡Maldición! It's too hot for me, I can't say no to that —se alzó de hombros—: Es demasiado caliente para mí, no puedo decirle no a eso.

—De nuevo hablas inglés —murmuró—. Y que sepas que golpearé a tu novio cuando lo vea.

Ella se rió.

—Bien, pero no dejes huérfano a mi hijo —afirmó y luego se puso seria—. Hermano...

—Sí, lo sé —asintió—, ya lo entiendo.

Ella acarició su vientre.

—Haré lo posible por proteger a Kei, así que por favor, trata de que Mikey no lo intente tocar... No quiero tener que lastimarlos —sus ojos se cristalizaron—, no quiero pero...

Su mirada se afiló.

—Si tengo que hacerlo, no dudaré dos veces en proteger mi familia —la mirada de mamá leona que le dio fue clara.

Draken la abrazó y sintió que esa chica ruda que había visto gritar a través del teléfono y quemar evidencia de un crimen no existía en ese momento, solo la chica pequeña que solía pasar sus tardes con la Toman haciendo feliz a los chicos con su agradable sonrisa y su tierna actitud. Ambos se despidieron en silencio.

—¿Ya no hay vuelta atrás?

Mikey estaba viendo su CB250T con pesar mientras mantenía su mano sobre el tanque, Draken le acababa de contar como había ido su conversación con Kazutora, evitando hablar de Hanna.

—¿Qué habría hecho mi hermano?

—¿Quién sabe? —Draken le sonrió—. ¿Y si lo conversas con tu nena hasta quedar satisfecho?

Mikey no dudó ni un segundo en subir a la motocicleta y huir, necesitaba tiempo y espacio.

.

.

.

Tumba familiar de los Sano


—Le conté a Draken sobre el bebé —Hanna se paró a su lado, poniendo su mano sobre el hombro de Baji, quien estaba agachado frente a la tumba de Shinichiro, éste puso su mano encima de la suya y la besó—. Sé que se encargará de que no te toquen un pelo, no puedo prometer lo mismo de parte de Valhalla.

—¿Crees que Kazutora intente hacerme algo?

—Quizá él no... ¿Pero y los otros?

Baji se levantó.

—Yo sólo espero no ver al hijo de puta de Kisaki cerca tuyo porque te juro que lo mato si te llega a tocar un solo cabello —apretó la mandíbula—, sé que ese enano de pacotilla intenta algo malo.

Baji sonrió.

—No está bien maldecir en frente de los santos, además —se levantó y la abrazó de la cintura—, en tu estado no está bien que te esfuerces demasiado. No voy a permitir que vayas.

—No puedes obligarme a quedarme en casa, tu madre no está y moriré de los nervios si no estoy ahí al pendiente de ti —rodeó su cuello con sus brazos y acarició el cabello del pelinegro—, descuida, no voy a intervenir. Yuki y Senna estarán junto a...

—¿Sólo ellos?

—Um, también estarán Ashido y Kimi —comentó. Keisuke acarició entonces su mano con su pulgar—, también Akira y Asa.

—¿Asa no es el experto en navajas?

—Necesitamos personas que sepan lo que hacen —apuntó ella—, ellos van a protegerme pero tienen órdenes explícitas de atacar si algo te sucede. Yuki y Senna se quedarán conmigo en todo momento, tranquilo —afirmó.

Keisuke miró hacia el cielo y suspiró, sonriendo.

—Bien, de todos modos irás, nunca le haces caso a nadie —rodó los ojos cuando ella asintió sonriendo—, solo prométeme que no harás ninguna locura. ¿Sí?

—Solo si tú me prometes lo mismo —susurró ella, ambos se miraron a los ojos.

Keisuke la besó y ella le devolvió el beso con la misma intensidad, sabiendo que ninguno podría prometer algo así. Sus vidas no eran las de los adolescentes normales.

Ellos no eran adolescentes normales.

.

.

.

Mikey se quedó quieto observando el paisaje con una lucha interna.

—Sabía que te encontraría aquí cuando Draken dijo que estarías charlando con tu chica toda la noche —se volteó para verla, parada ahí con una camisa blanca y la chaqueta que le identificaba como la líder de Pandora, ella sonrió—. Hola, Mikey.

Apartó la vista de ella y suspiró, todavía no podía entender lo que ella había dicho la última vez que se habían visto pero no podía estar enojado con ella por mucho tiempo y eso lo molestaba.

—¿Por qué viniste?

—Hay algo que tengo que decirte —ella miró al suelo.

Mikey la miró de reojo pero su mirada siguió con plenitud la forma en la que ella puso sus manos sobre su vientre y lo acarició sutilmente, arrugó la frente.

—¿Vas a irte de nuevo?

Pronto sintió cómo su mundo se vino abajo al entender el gesto.

—Mikey, no quiero que mañana ninguno de ustedes salga herido —lo ignoró—. Los quiero y me preocupo por us-

—Descuida —dijo—, si esto es así, daré la orden de que no lastimen a Baji.

No era como si él quisiera lastimar a su amigo de la infancia, apreciaba al pelilargo, no quería lastimarlo, quería que estuviera de vuelta aunque, la miró de nuevo, le hubiera robado su mundo en cuestión de segundos.

—No tienes que abogar por su vida.

—No nos conoces lo suficiente si me estás diciendo eso —ella sonrió con tristeza—. Mikey, yo...quiero que tengas esto.

Él frunció el ceño cuando ella se acercó y estiró su mano, el anillo tocó su mano en cuanto la estiró hacia ella. El anillo blanco con la inscripción Hanna en letras negras tocó su palma.

—No sé qué pueda pasar pero tengo un muy mal presentimiento —comentó—, y quería que recordaras con esto nuestras promesas, Mikey.

Manjiro la miró a los ojos confundido.

—¿Por qué siempre que te tengo... Tengo que perderte?

—Tal vez ese sea nuestro destino, Manjiro Sano —ella sonrió triste—, pero nunca olvides que te amo.

Para Mikey no había nada más cruel que escuchar aquellas palabras de su boca cuando sabía que ella estaba a punto de formar una familia con su amigo de infancia, su corazón se rompía.

.

.

.

30 de Octubre del 2005


—La pelea es mañana.

—Sí —Chifuyu se detuvo y le miró de reojo—. Necesito que me acompañes a cierto lugar.

—¿Eh? —Takemicchi parpadeó—. ¿Adónde?

Ni siquiera le respondió y solo siguió caminando así que lo siguió, confundido. Cuando terminaron de subir aquellas escaleras fue capaz de ver a Baji con la cabeza viendo hacia el cielo.

—Siento haberte llamado sin previo aviso —se disculpó el ojiverde.

Baji solo se enderezó y sonrió al verlo, su corazón se contrajo un momento, se sentía de algún modo culpable por no ser capaz de decirle a Matsuno la verdad, pero creía que era lo mejor.

—Chifuyu, ¿buscas que te de otra páliza?

—¿Baji-kun? —Takemicchi recién salía del shock.

Keisuke solo le miró, confundido de que estuviera ahí también.

—¿Descubriste algo sobre Kisaki? —preguntó Chifuyu.

Baji se vio notoriamente sorprendido ante su comentario.

—¿Qué? —trató de recomponerse y verse indiferente.

—Trabajas como espía para la Toman, ¿no? —Baji frunció el ceño—. Tras investigar por mi cuenta, descubrí lo peligroso que es Kisaki. No hace falta que sigas en Valhalla.

Baji sonrió de lado, no esperaba menos de él, sabía que sería capaz de ver a través de él enseguida, pero era peligroso que alguien pudiese escuchar aquello.

—¿De qué hablas?

Chifuyu sintió que se calentaba su cabeza.

—Mañana, cuando empiece la pelea, ¡te convertirás en un verdadero enemigo de la Toman!

En realidad Chifuyu creía que Baji podía ser un verdadero idiota de vez en cuando.

—Chifuyu, ¿cuántas palizas debo darte para que comprendas? —lo miró.

Se recostó entonces sobre el barandal de aquel puente mirando hacia abajo. Keisuke entendía su posición, sabía perfectamente lo que estaba arriesgando y aunque le fastidiara, alguien debía tomar la decisión de hacer algo.

—Sólo puedes confiar en tus compañeros. Estoy con Valhalla —afirmó, sonriendo.

Mikey era demasiado impulsivo, Hanna era demasiado noble, él era la mitad de ambos. La impulsividad suficiente para tomar las riendas y la nobleza perfecta para no tirar todo por la borda, su única debilidad era su familia.

—Y mañana acabaremos con la Toman.

Tenía una familia que proteger, así que ya no podía dar pasos en falso.

—Chifuyu... ¿Me dejarías hablar con Baji a solas, por favor? —pidió Takemicchi.

El Matsuno lo miró perplejo un momento y luego asintió, apartándose y dándole privacidad. Takemicchi conocía el punto débil de Baji así que, una vez más, intentaría convencerlo.

—No tengo nada de qué hablar contigo —declaró Baji.

—No sé qué es lo que pretendes, Baji. La verdad me da igual —Takemicchi miró hacia un lado—. Hagas lo que hagas, solo tienes que sobrevivir mañana.

—¿Hah? —lo volteó a ver.

—No mueras, por favor —susurró, preocupado—. Mikey sufriría mucho...

—Es mi enemigo —murmuró—, yo mismo lo mataré mañana —mintió—. Ve a decírselo.

Takemicchi lo miró a los ojos.

—Hanna quedaría destrozada si algo te pasara —sus lágrimas se acumularon en sus ojos.

Baji dejó de caminar y lo miró.

—Si no eres capaz de hacerlo por Mikey, hazlo por ella. Vive por ella.

El pelinegro sonrió de lado.

—Ya veo, ella te envió a interceder por nosotros. ¿No es así? —A juzgar por la confusión que mostró Takemicchi, Baji fue capaz de saber que esta vez no estaba en lo correcto. Tenía sentido.

Su novia podía ser de todo, pero jamás se entrometería en sus decisiones personales, incluso si estas presentaban un peligro para ellos. Ella valoraba sus decisiones como las suyas propias.

—Hanna-san también es líder de una pandilla, Baji-kun. De por sí ya corre peligro aunque es fuerte —afirmó—, pero tiene una debilidad y esa debilidad eres tú.

El pelilargo miró al suelo. Sí, lo sé, quiso decir.

—Por favor, no los lastimes —suplicó en voz baja.

—Puedes decirle a Mikey que mientras nadie de la Toman toque un solo cabello de mi mujer, trataré de no matarlo sin consideración —dicho esto, se apartó con la cabeza en alto y las manos en los bolsillos de la chaqueta blanca que lo identificaba como miembro de Valhalla.

Takemicchi apretó la mandíbula mientras lo veía irse, notó que la pelinegra iba acercándose.

—Por un momento creí que los habías enviado tú —comentó el pelilargo cuando bajó las escaleras y la vio a ella con dos tarros en la mano, la chica le miró confundida—. ¿Qué tienes ahí?

—Tu mamá dice que debo tomar muchas vitaminas así que tuve que ir a la farmacia y me dieron esto, no sé pero de solo verlos me dan ganas de vomitar —comentó, haciendo una mueca—. ¿No quieres uno? Se supone que estamos embarazados.

—No creo que sea una buena idea que yo tome eso —se sentó a su lado en las escaleras y tomó uno de los tarros que decía prenatal con la nariz arrugada—. De todos modos, me encanta que digamos que estamos embarazados —la abrazó por la cintura y besó su mejilla.

—¿Has pensado en lo que te dije sobre el nombre?

Baji suspiró.

—Ya te dije que es muy pronto para pensar en nombres, no tienes ni cinco meses —rodó los ojos.

Ella hizo un puchero que lo hizo sonreír.

—Qué malo eres, Kei—chan, nunca es suficientemente temprano para pensar en nombres.

—Ya, ya —la miró con una sonrisa—. ¿No te antojas de algo?

—Quiero dorayakis —afirmó.

—Ah —él no se refería precisamente a comida.

.

.

.

—Ya veo —dijo, Takemicchi lo veía desde abajo con preocupación—. Solía jugar con Baji en estas barras cuando éramos pequeños.

Mikey sonrió y miró al cielo.

—Nos peleábamos todo el tiempo pero no tardábamos en reconciliarnos pero esta vez... Es en serio —murmuró.

En general la mayoría de sus peleas eran por la atención de Hanna, se dijo a sí mismo en la mente. Arrugó la nariz al recordarlo, ¿cómo había terminado todo así? Todos en la Toman original creían que ella sería suya, pero en realidad estaba con Baji.

—Lamento no haberlo traído de vuelta —se disculpó Takemicchi.

—No es tu culpa. ¿Qué se puede hacer si no va a retractarse? Baji... traicionó a la Toman —murmuró Mikey con la cabeza agachada.

Era irónico, se pasó toda su vida detrás de ella, tratando de evitar que ese idiota de cabellos blancos o el rubio de la cicatriz o el pelinegro amigo del rubio se la robaran, pero jamás creyó que al final se la llevaría su propio amigo.

—Mañana vamos a pelear —afirmó—. Todos en la Toman estamos listos.

La mirada del rubio se tornó gélida.

—Ya tomé una decisión.

Sin quererlo, Mikey no pudo evitar recordar el día en que supo que perdería la batalla contra Baji. Quizá ninguno sabía que aquel día Mikey había pasado por el mismo parque junto a Draken y había sido testigo de aquella muestra de afecto de la chica con uno de sus grandes amigos.

La forma en que lo llevaba de la mano y sonreía, él no podía entender porqué le había dolido tanto.

.

.

—Nee, Kenchin.

—¿Mikey? —ambos se detuvieron a varios metros de donde Baji y Hanna caminaban, Draken le había mirado.

—¿Qué pasa?

—¿Qué sucede cuando dos personas se aman?

—Pues tienen sex-

—No. No eso, idiota —Mikey se puso rojo de solo pensar en aquello—. Me refiero...

—Se conectan —murmuró Draken, entendiendo a qué se refería con la pregunta, su mirada fue a Hanna—. Cuando dos personas se aman crean un lazo especial y...

—¿Tú crees que ese lazo... Lo tengan Baji y Hanna? —preguntó con nerviosismo.

Draken arqueó la ceja mirándolo.

—No me mires así, los viste también.

—¿De qué demonios hablas? Sólo vi dos chicos corriendo.

—De la mano, Kenchin, iban de la mano —alegó Mikey, como si aquello significara que se casarían.

—Y si fueras tú de su mano, ¿eso sería suficiente? —alzó la ceja.

A Draken no le gustaba ese tema, el hecho de que sus dos amigos estuvieran interesados en la misma chica era algo que lo ponía de mal genio. Especialmente porque la chica parecía desinteresada en ellos, incluso si de vez en cuando los trataba bonito, ella simplemente era una buena amiga para ellos.

—No...

—Bueno, para crear un lazo no basta solo con correr de la mano con alguien —le dio un pequeño zape en la cabeza—. Amar no es tan fácil y no debe tomarse a la ligera. Preguntame si lo tienen cuando ya estén casados y tengan hijos —se cruzó de brazos.

Mikey arrugó el ceño.

—A Hanchin ni siquiera le gusta la idea de casarse.

—Pero nunca le ha molestado el tema de los hijos —apuntó, golpeándolo en la sien con sus dedos—. Creo que no hay forma de saber si Baji y ella tienen esa conexión, pero... Deja de pensar en eso, si tanto te gusta. ¿Por qué no vas a por ella y ya?

—No podría entrometerme —suspiró—. ¿Pero y si ella es mi sueño?

.

—¿Tienes algún sueño?

—¿Sueño? —ella ladeó la cabeza y luego miró hacia arriba—. Me gustaría ser la reina de Tokyo algún día, ¿sabes? Que todos me miren con respeto y nadie sea capaz de burlarse de mí nunca más.

—¿Se burlan de ti? —se sorprendió—, ¿en la escuela?

Ella frunció los labios y se cruzó de brazos.

—Dicen que soy... Rara, no debería de juntarme con chicos en la escuela y debería vestir más como chica —meneó la cabeza—, ese tipo de cosas.

—Así que te juntas con chicos en la escuela —Baji se cruzó de brazos y arqueó una ceja.

Hanna rió.

—¿Estás celoso?

—¿Celoso? Mitsuya.

El susodicho se volteó cuando escuchó su nombre, casualmente iba pasando por ahí en el momento justo, Hanna soltó una carcajada al verlo.

—¿Yo qué? —se acercó a ellos.

—Dile que no puede juntarse con chicos en la escuela, solo la Toman.

—Así es —Mitsuya dijo con el ceño fruncido.

Hanna sonrió.

—¿Cuál es tu sueño, Keisuke?

—Um... ¿Un lugar con muchos gatos?

—Cuando me gane la vida cantando, yo te lo construiré —aseguró ella, con una pose que decía fighting—. Y les haré un escondite magnífico que sea solo para la Toman original. Habrán muchas motos y una tarima donde les cantaré.

Mitsuya y Keisuke le sonrieron.

.

.

.

Mikey arrugó la nariz cuando la vio parada en una de las esquinas del santuario donde la Toman se reunía, ella se veía hermosa como siempre. Recordó entonces su estado y suspiró.

Baji había ganado.

Era suya. Y él... solo podía resignarse a verla ahora. ¿No se suponía que a Baji no le interesaban esas cosas? ¿Cuántas veces lo oyó decir eso a las chicas que se acercaban a coquetearle?

¿Cómo habían terminado así si realmente no le ¨interesaban¨?

Se recordó la forma en la que Hanna solía coquetear con los chicos que le parecían guapos, mirando al cielo, Hanna era... Provocadora, coqueta y seductora por naturaleza.

—¡Empezaremos la reunión previa a nuestro combate con Valhalla! —escuchó a Draken.

Quizá por eso Baji, pese a no estar 'interesado en esas cosas', había terminado embarazándola. Sí, estaba seguro que si él estuviese en los pantalones de Baji probablemente también habría terminado ella así.

¿Qué demonios estaba pensando?

—Gracias a todos por venir —Mikey se paró frente a todos—. Mañana vamos a pelear contra Valhalla. Ellos buscaron pelea, no ganaremos nada con esto... Y Baji está con el enemigo.

Hanna cruzó su mirada con él al instante, ella no lo entendía pero tampoco se suponía que debía estar ahí, después de todo, era la líder de Pandora y no tenía nada que ver con Toman.

—¡En la Toman no nos apiadamos de los traidores! —gritó.

—Ya no hay vuelta atrás, Takemicchi —Chifuyu agachó la cabeza—. Sólo espero que Hanna no enloquezca.

Mikey se quedó en silencio un rato hasta que suspiró.

—¿Me permiten un capricho infantil? —todos se sorprendieron ante su sorpresivo cambio de actitud. Mikey se sentó—. Yo... No quiero pelear contra mi amigo.

Takemicchi y Chifuyu abrieron grande los ojos, Draken y Mitsuya sonrieron al mismo tiempo que Hanna lo hacía también. Mikey se levantó entonces.

—¡Esta es la solución que encontré y quiero que me ayuden! —repuso—. ¡Mañana vamos a acabar con Valhalla y traer a Baji de vuelta a la Toman! ¡Así es como vamos a pelear!

Todos comenzaron a gritar con pasión. Hanna se rió al notar la cara que puso el bastardo de Kisaki, parecía tan sorprendido de que Mikey decidiera no ir contra Keisuke, aun así, no se confió del enano de gafas ni por un instante. Su mirada fue de vuelta al rubio.

Gomen, Ken—chin. ¿Soy un mal comandante? —le susurró a Draken.

—¿Acaso no escuchas su respuesta? —le respondió, Mikey sonrió al oírlos gritar "¡Toman, Toman!" con tanta propiedad—. Ella también está orgullosa de ti —murmuró con sus ojos en la chica que se apartaba con serenidad.

Mikey la observó irse en silencio, sabiendo que ella solo había estado ahí por miedo a perder a su amado, sus ojos entonces se apartaron hacia el pelinegro en la motocicleta que la esperaba a unos metros de ahí. Draken también los observó abrazarse apenas ella llegó ahí.

—Tomaste la decisión correcta —le puso una mano en el hombro—, Mikey.

—Sí...

.

.

.

Al parecer se les había hecho costumbre ir después de la medianoche a aquel lugar, Hanna parecía tener una clientela muy recurrente con los de la Toman. Esta vez incluso Mitsuya y los hermanos Kawata estaban ahí por lo que habían tomado una mesa más grande del fondo.

—Gracias a todos por venir —Hanna se sentó en un asiento que había en el escenario y habló cuando había acomodado el micrófono a su altura—. Esta canción se llama bloody mary.

La música comenzó.

♪Dinero. Oh♪

—¿Dinero? —el rubio de la zona VIP se rió.

—¿Acaso nos está dedicando su canción? —murmuró, contando un fajo de billetes con una sonrisa—. ¿...Cómo es que tiene tanto tiempo libre para escribir nuevas canciones?

♪El amor es sólo una historia que ellos pueden probar♪

♪Y cuando te vayas♪

♪Les diré que mi religión eres tú♪

♪Cuando Poncio venga a matar al rey en su trono♪

♪Estoy lista para sus piedras♪

Takemicchi observó junto con Hinata la pantalla de atrás, leyendo la letra. ¿Poncio? Por alguna razón había notado que ella siempre hablaba de religión...

¿Era religiosa acaso? No le daba esa vibra realmente.

♪Bailaré, bailaré, bailaré♪

♪Con mis manos, manos, manos♪

♪Arriba de mi cabeza, cabeza, cabeza♪

♪Como Jesús dijo♪

♪Yo bailaré, bailaré, bailaré♪

♪Con mis manos, manos, manos, sobre mi cabeza♪

—¡Ooh! Me gusta esta canción, dan ganas de bailar —le comentó Hina, emocionada.

—¿Cómo Jesús dijo...?

Mikey se rió al ver que Takemicchi se concentraba más en leer que en prestarle atención a Hanna, es que era tonto.

♪Manos juntas, lo perdonaré antes de que muera, porque no lloraré por ti♪

♪No crucificaré las cosas que haces♪

♪No lloraré por ti♪

♪Verás, cuando te vayas, yo seguiré siendo una maría sangrienta♪

—¿A quién le canta hoy, al dinero? —bromeó Nahoya.

Keisuke, completamente ajeno a ellos, estaba bebiendo una soda mientras la veía con una sonrisa.

—Cállate, mira allá.

Su hermanito menor señaló al pelinegro en una de las esquinas de las primeras filas.

—Es un tonto, ¿cómo puede estar tan tranquilo luego de dejar la Toman? —Smiley chasqueó la lengua.

♪Amor, no somos solo arte para que Michelangelo esculpa♪

♪Él no podría reescribir la bronca de mi corazón furioso♪

♪Esperaré en la cima de las montañas de París, fría♪

♪No quiero morir sola♪

—¿Eh, francés de repente? —Takemicchi estaba asombrado por el manejo de idiomas de Hanna.

Para Takemicchi leer las letras de la pelinegra eran una buena forma de conocerla, había notado que ella expresaba más en sus canciones que en la vida real. Quería ver si podía encontrar una pista sobre su relación con Mikey.

—¿Cómo es que terminaron juntos...? —masculló para sí mismo, sin comprender.

Hasta ahora sólo se le había ocurrido que la razón por la que se casaba en el futuro con Mikey era porque Baji moría, así que se preguntó si eso no pasaría al salvarlo, pero de todos modos eso no decía mucho sobre porqué era necesario casarse.

♪Bailaré, bailaré, bailaré♪

♪Con mis manos, manos, manos♪

♪Arriba de mi cabeza, cabeza, cabeza♪

♪Como Jesús dijo♪

♪Yo bailaré, bailaré, bailaré♪

♪Con mis manos, manos, manos, sobre mi cabeza♪

♪Porque no lloraré por ti. No crucificaré las cosas que haces♪

♪No lloraré por ti♪

♪Verás, cuando te vayas, yo seguiré siendo una maría sangrienta♪

De repente hubo un silencio instrumental en el que ella sólo se movía y un acompañante tomó su propio micrófono para solo decir cosas que no tenían sentido, de alguna manera sonaba bien.

La forma en que Hanna bailaba por un momento le recordó algo, pero no podía decir bien qué, estaba casi seguro que era la primera vez que le veía presentarse, entrecerró los ojos.

¿O no?

♪Porque no lloraré por ti. No crucificaré las cosas que haces♪

♪No lloraré por ti♪

♪Verás, cuando te vayas, yo seguiré siendo una maría sangrienta♪

♪Oh-oh-oh-oh-oh♪

♪Oh-oh-oh-oh-oh♪

♪Oh-oh-oh-oh-oh♪

—Parece un gato panzón —se burló Draken viéndola cantar.

El bar se llenó de aplausos en un momento apenas terminó la canción, intentó mirarla fijamente recordando las palabras de Draken en el futuro. Faltaba poco para la pelea, ella no se veía embarazada para él, pero eso fue lo que le dijo el mayor.

—Descuida, me encargará de cuidarles —aseguró en un murmullo.

Mikey observaba en silencio como ella no bailaba de pie, al parecer era por esa razón, de alguna forma le estaba quebrando el corazón poco a poco verla, pero no podía dejar de hacerlo. Se lo habían prometido mucho tiempo atrás, que la Toman siempre estaría ahí para verla cantar.

Para verla convertirse en la reina de Tokyo.

Estaría bien, todo estaría bien.

Incluso si él no se convertía en su rey.

.

.

.

31 de Octubre del 2005



El día del encuentro había llegado finalmente, Takemicchi estaba asombrado por ver tanta gente desconocida, Chifuyu le había explicado un par de cosas al respecto del contexto. Él solo estaba concentrado en buscar a Baji y a Hanna.

Eso había dicho Chifuyu cuando le explicaba quienes estaban ahí presentes.

—¡La Tokyo Manji! —gritaron—. ¡Valhalla!

—Vamos, Takemicchi —Chifuyu suspiró.

Debía impedir que Baji muriera y que Hanna perdiera al bebé, pero no veía a ninguno de los dos, no había nadie de Pandora ahí.

—¡Sí!

Manjiro comenzó a caminar hacia adelante con la cabeza en alto.

—Mikey...

—El invencible Mikey —murmuró alguien.

—Hansen —Mikey se dirijo al capitán de los Ikebukuro Criminal Black Members—. Gracias por acceder a supervisar el combate de hoy.

—Si nos aburren, acabaremos con ambos bandos —se burló Hansen, viéndole.

—¡Representantes de ambos bandos, un paso al frente! —gritó otro hombre del ICBM.

Draken estaba frente a Kazutora, lo observó en silencio, ambos pensando en la noche anterior cuando habían hablado. Kazutora inconscientemente volteó a ver hacia donde estaba ella y la saludó efusivamente con la mano, haciendo que todos se fijaran en ella también.

—Vaya —Chifuyu carraspeó—, ahí está Pandora.

Hanna se encontraba recostada sobre uno de los autos con el traje que la identificaba como líder de Pandora, el cabello recogido en una media cola y los ojos delineados. A su lado, la chica que Takemicchi reconocía como la capitana de la primera división, Yuki.

—Kazutora atrajo las miradas —murmuró Yuki con molestia. Hanna se cruzó de brazos sonriendo—. ¿Por qué sonríes? Se supone que queríamos pasar desapercibidos, Whitesnake.

—Déjala, secretamente ella adora ser el centro de atención —Kaito Senna, capitán de la segunda división y su otra mano derecha, un chico de cabellos morados y ojos verdes, sonrió.

Ashido y Kimi de su izquierda y a la derecha, Akira y Asa, se encontraban parados con solemnidad observando a todos los que posaban su vista en su líder.

—¿Un cinco contra cinco entre sus mejores hombres o un todos contra todos?

Mikey la miró en silencio por un momento, sin creer que realmente estuviera ahí.

—¿Qué van a hacer?

Draken apartó la mirada de ella para ponerla sobre la del Hanemiya, quien le miró también.

—Valhalla buscó pelea con nosotros, así que decide tú, Kazutora —pronunció con indiferencia.

Kazutora sólo arqueó una ceja.

—En el caso de que Valhalla pierda, nos entregarás a Keisuke Baji, es todo lo que queremos —decretó.

—¿Hah? Baji vino a nosotros por gusto propio, ¿sabes? No lo entregaremos por ninguna mierda —replicó con una sonrisa sarcástica.

—Nos devolverás a Baji, eso es todo —repitió Draken en tono aburrido.

—Tú... Realmente eres un caso, ¿no es así? —apretó las manos en un puño.

Hanna observó con los ojos entrecerrados lo que sucedía, le dolía la cabeza por alguna razón.

Oi, ¿no estás tratando de empezar una pelea aquí mismo? —Hansen interrumpió.

Kazutora le dio un golpe limpio sin dudarlo, sorprendiendo a Takemicchi y a todos los demás. Cuando el del ICBM cayó al suelo, Kazutora se rió.

—Tú, estúpida perra lenta... ¿Un supervisor, condiciones? —gritó—. ¿Acaso vinieron a jugar a la casita? Valhalla... vino a torturar a la Toman hasta la muerte.

Señaló a sus hombres.

—Deberíamos empezar... ¿No, Mikey? —Hanma sonrió grande, emocionado por la pelea.

—¡Vamos, Toman!

A medida que la pelea se desenvolvía, Hanna solo miraba aburrida como Takemicchi era golpeado una y otra vez, luego lo salvaban Mitsuya, Chifuyu y se preguntaba qué tan malo peleando tenía que ser para eso.

—¿Ese par aún hacen negocios con...?

Su mirada, sin embargo, fue a dar con los hermanos Haitani. Ellos la estaban mirando desde hace rato.

—Sí —Senna le respondió—. Por cierto, dice que está algo aburrido desde que no lo visitas.

—No puedo verlo —dijo—. Kei—chan es demasiado celoso —se quejó, cruzándose de brazos.

Antes de que Keisuke y ella comenzaran a salir era... un poco saltarina, pero de todas las personas con las que había estado, sabía que había cierto par que ocasionaba a Keisuke estallar de celos con la simple mención de sus nombres.

—¿De verdad? —Yuki sonrió burlona—. ¿Por qué será?

¿Era por el negocio o por que conocía su historia? No sabría decir.

—Quizá no lo sería tanto si te portaras bien —se mofó Senna.

Era bastante complicado, pero luego de que Keisuke los viera parecía que había quedado un poco traumado al respecto así que, como mujer fiel de su hombre, se propuso no darle razones a Keisuke para sentirse celoso o inseguro cuando oficializaron su relación hace ya más de un año.

—Es cierto, no es como que tuviera razones por las cuales celarte con esa persona. ¿O sí?

Al sentir que se burlaban de ella no pudo evitar sorprenderse y, acto seguido, hacer un puchero.

—En mi defensa... No tengo la culpa de que muchos pandilleros tengan caras así —dijo.

Sí, la mayor parte de sus conquistas eran pandilleros.

She's a sucker for handsome faces —se burló Senna—: Ella es una tonta por caras atractivas.

Hanna no tenía nada qué decir al respecto, era cierto que si veía un rostro atractivo se volvía un poco tonta e incluso coqueta. Notó como los hermanos le miraban de vuelta, intrigados de verla ahí cuando rara vez Whitesnake y Pandora se hacían presente en las peleas de otras pandillas...

A duras penas participaba en sus propias, cuando quería.

—Hm, esto se pondrá interesante —murmuró al fijar su vista en Takemicchi gritando, le había visto subir la moral de todos en la Toman con un par de gritos—. Se parece a Shini-kun... Pero en idiota.

Senna solo le vio curioso.

.

.

.

—¡Estás muerto! —retumbó la voz de Kazutora y el sonido de Mikey cayendo sobre un carro, llamando la atención de todos hacia allá.

—¡Mikey!

—Valhalla ha ganado —declaró Kazutora.

Hanna frunció el ceño, pero todos vieron a Mikey levantarse pese a la sangre que caía por su rostro, incluso el mismo que le había golpeado con aquel fierro minutos antes se quedó quieto.

—Kazutora, dime una cosa... ¿Soy tu enemigo? —preguntó con voz suave.

—Yo... Sufrí por tu culpa, por tu culpa fui al reformatorio...

—¿Hah? ¿De qué mierda estás hablando?

—¡Así que es obvio que eres mi enemigo! —Kazutora continuó dando su sermón a un Mikey que sólo lucía asombrado por las estupideces que salían de su boca.

Draken y Takemicchi no paraban de preguntarse de qué carajos hablaba ese chico.

—¡Hahaha♡ —Hanma soltó una risa—, es un loco bastardo!

Los secuaces de Kazutora sostuvieron entonces a Mikey, Hanna comenzaba a impacientarse por lo que apartó la mirada de ellos, de repente tenía náuseas y quería vomitar. ¿Era por el shock o acaso el bebé estaba reprochándole por ver aquello? Se preguntó mentalmente.

—Se acabó —Hanma sonrió al escuchar el sonido metálico que hacía aquel fierro al chocar con la cabeza de Mikey.

—Mikey perdió —murmuró uno de los hermanos Haitani.

Takemicchi palideció.

.

.

.

.

.

.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top