| 30; Antes de ti II |

Al día siguiente de la competencia que, por supuesto, Hanna ganó, fue la primera vez que vio al rubio teñido. Mientras caminaba hacia la tienda de conveniencia por encargo de Ryoko vio a un tipo de apariencia extraña peleando contra una piedra cerca al río.

—¿Hm?

Como era igual de chismosa que Mitsuya, Hana se acercó a aquel chico con una ceja alzada y una sonrisa divertida.

—¿Qué te hizo la piedra —le preguntó, asomándose a su lado—, para que la trates así?

El chico se asustó al sentir su presencia y cayó sobre su trasero, mirándole terriblemente aterrado. Hanna ladeó la cabeza al ver sus ojos azules.

—¿Estás bien? —inquirió, viéndole con una sonrisa burlona—. ¿Quién se cae del susto en estos tiempos?

Por alguna razón, cuando lo vio, sintió que lo conocía de algo.

Yo a este lo conozco...

Era raro que se sintiera de ese modo, pero aún no podría saberlo, y no sería hasta aproximadamente unos doce años después que Hanna finalmente entendería por qué fue que se sintió así aquella vez, pero eso era otra historia.

—¿Cuál es tu maldito problema? —masculló el rubio.

Hanna alzó la ceja al ver cómo se comportaba, parecía un gato asustado.

Tiene agallas... Agallas y branquias.

—Oi —se acercó a él y le pisó el pecho, aplastándolo contra el suelo—. ¿Quién demonios te crees que eres, maldita pulga?

—¡Su-suéltame!

El rubio era débil, ni siquiera pudo quitarse su pie de encima, lo cual le hizo arquear la ceja enseguida.

—¡Quítate!

Ni siquiera estaba usando su fuerza real.

—¿Hah? —entrecerró los ojos—. Oi, tu cara estúpida me suena de algo. ¿Nos conocemos...?

El chico levantó la mirada a la suya de nuevo. No. Ella tenía pésima memoria para los nombres, quizá incluso los rostros, pero sí reconocería algo serían los ojos así que era imposible.

Ojos azules, huh...

—¿D-disculpa?

La actitud del chico era graciosa. ¿Cuál era la palabra exacta? Miró al cielo un momento y luego la bajó al chico cuyos ojos lucían al borde de las lágrimas, le recordaba a Bambi, el ciervito.

Oh, es adorable.

—Como sea —chasqueó la lengua y le quitó el pie de encima—, es aburrido si ni siquiera intentas zafarte de verdad. ¿Qué eres? ¿Un niño chiquito?

El chico de ojos azules estaba temblando de verdad y comenzó a llorar, tan aterrado que le causó incomodidad, se sentía como una de las bullies del colegio en ese momento al verlo así.

Oh, está traumatizado.

Hanna suspiró, no era divertido pelear contra alguien más débil que tú, eso fue lo que aprendió de Shinichiro en el pasado y aunque no siguió su legado totalmente.

Había algo en ese chico que le recordó a él.

Suspiró. De repente se sintió observada así que volteó la mirada, encontrando a los ojos menta mirándola fijamente, frunció el ceño y volvió a ver al chico en el suelo bajo su pie.

—¿Y bien? —le extendió la mano entonces—. Levántate de ahí, ¿eres idiota acaso?

Aunque titubeó, el chico de todos modos tomó su mano y se levantó con su ayuda, lo vio limpiarse la tierra mientras ella verificaba que estaba bien.

—Eres muy débil —comentó—. ¿De dónde saliste, pulga?

—¡¿Por qué me llamas así?! —inquirió, irritado de repente—. ¡¿No sabes quién soy?! Yo... ¡Yo estoy en una pandilla!

Hanna pensó dos cosas cuando lo vio actuar así, la primera era que ese chico estaba tan aterrado e incluso traumatizado por alguna mierda que le pasó que temblaba porque sí.

¿Qué clase de vida has tenido?

La segunda era que, incluso teniendo miedo, fingía que era el pez gordo como mecanismo de defensa.

—Pues no —se burló—. ¿Y una pandilla, en serio? sí que no sabes quién soy yo.

Incluso si Hanna no fuese la líder de Pandora, seguía teniendo el respaldo de sus perros salvajes. ¿Cómo se vería la cara de ese chico siendo golpeado por Baji?

Mikey lo patearía solo por gritarle.

Draken y Mitsuya lo harían puré.

Ni qué hablar del resto de la Toman.

—No tengo mucha paciencia.

—¿Huh?

El chico tragó fuerte y dio dos pasos atrás cuando la vio acercarse, la chica se veía enorme pese a que no era tan grande realmente, solo un par de centímetros más alta, pero exudaba un aura peligrosa.

El tipo de aura que te advierte...

Que no debes meterte ahí...

Y que huyas.

La pelinegra verificó que no tenía heridas, al menos que hubiesen sido hechas por ella, por lo que suspiró.

—No te mataré porque considero que eres gracioso —le dijo—, pero te haré morder el suelo la próxima vez si actúas así.

Le dio un par de palmadas en el hombro y se alejó de ahí. Seguía algo incómoda por la mirada verde sobre ella.

—Le pisaré la cara la próxima vez que lo vea en el suelo —aseguró para sí misma, metiéndose las manos en los bolsillos y yendo a su casa—. Definitivamente.

Sacó un bombón y lo metió a su boca tras destaparlo, pensando qué estaría haciendo su hermoso y sexy novio. Se dispuso a terminar sus quehaceres rápido para ir a buscarlo.

—Esa pulga —recordó al chico cuando vio una flor azul en el camino—, ¿de qué me sonará su rostro...? Tenía unos ojos... Bah, qué importa.

Llegó a la tienda de conveniencia y comenzó a buscar lo que Ryoko le puso en la lista.

—Si no me acuerdo entonces no es importante —determinó—, y si era importante, pues ya se chingó.

Hanna tenía demasiadas cosas en la cabeza en ese momento como para agregarle un desconocido a la lista, probablemente ese chico no sería importante en su vida así que no tenía caso pensar en ello, especialmente con la memoria que tenía.

Probablemente no recordaría su rostro la siguiente vez que le viera.

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.

.

Takemicchi se sorprendió de oír sobre la primera vez que Hanna le había visto. Ya lo había pensado antes, pero Hanna realmente era una persona bastante interesante y excéntrica.

—¿No eres... un poco violenta, Hanna-san? —se rascó la nuca al repasar lo que dijo—. No puedo creer que le dijeras eso a alguien que acabas de conocer...

Hanna sonrió.

—En realidad fui bastante suave a comparación a otras personas —su sonrisa decía que no mentía—. Recordé ese día cuando hablabas con Hina antes de la pelea de Tenjiku.

—¿Sí?

Hanna asintió.

—Hina nos contó en una ocasión que, a veces, actuabas distinto —comentó—, que unos días eras el ¨Takemicchi adulto¨ que la trataba de maravilla y otras veces eras un completo idiota.

—Oh.

—Yo pensaba que tenías dos personalidades —confesó—, pero ese día de la pelea pensé...

¨Es la diferencia entre el Takemicchi del pasado y el del futuro¨

—Y todo cobró sentido —afirmó, dándole un vistazo al juego de shogi—. Tu forma de actuar distinto algunas veces, lo desesperado que te veías a veces, la actitud que tomabas.

—¿Por qué...?

Hanna dejó a Daisuke en la cuna tras verlo dormir de nuevo, viendo a Keisuke hacerse al lado de su bebé y estirar su mano para acariciarlo.

Esa imagen la atormentaba a diario.

—¿Por qué —inquirió al ver que él no continuó hablando—, qué?

—¿Por qué nunca dijiste nada antes? —preguntó—. Sobre conocernos.

—Bueno, tú parecías no recordarlo y yo tampoco —se tocó la cabeza un momento—, tengo mala memoria debido a...

Takemicchi vio este gesto y ladeó la suya.

¨¡Hana, abre la puerta!¨

Hanna titubeó un momento sobre si decirle la verdad sobre por qué perdió la memoria. Decidió que no era necesario cuando vio el juego sobre la mesa. En momentos así le gustaría ser como Kazu y echarle la culpa a Mikey de todo.

—Ah, debido a... al accidente —Hanna se rascó la mejilla—, ya sabes.

Sí... El accidente.

La pelinegra apretó los labios, mirando el juego sobre la mesa y negando con la cabeza para ahuyentar los recuerdos y las voces que amenazaban con hundirla todo el tiempo.

—Oh —apretó la mano—, ¿entonces por eso no lo recordabas? Pero entonces, ¿cómo lo recuerdas ahora?

—¿No te dije que lo recordé el otro día? —su ojo comenzó a temblar así que se lo tapó con la mano izquierda—. Pulga... A veces eres un... estúpido.

Takemicchi se disculpó cuando la vio estresarse pero Hanna sólo suspiró, restándole importancia mientras se sentaba de nuevo y recostaba su cabeza sobre el espaldar del sofá.

—Entonces... ¿A Baji-kun le molestaba que pelearas porque estabas embarazada o porque eras su chica? —inquirió—. No me quedó muy claro eso.

Las pocas veces que había narrado, le sonaba a que Baji en realidad disfrutaba de verla así, lo cual no le cuadraba con la idea que generó de él durante la batalla del tres de agosto.

—Un poco de ambas —meneó la cabeza—. Baji decía que no le gustaba la idea de alguien más viendo esa faceta de la que él se enamoró.

Takemicchi alzó una ceja, pensando que Baji era algo extraño. De por sí el hecho de que a él le gustara esa faceta de Hanna ya era extraño.

—¿Quién...?

¨¿Quién se enamoraría de esa faceta en su sano juicio?¨

Fue lo que se preguntó Takemicchi mentalmente, Hanna previo su pregunta y sonrió. Ella conocía perfectamente la respuesta a esa pregunta por lo que sólo fijó su vista en el shogi.

—¿Puedes... contarme más?

Hanna lo miró un rato en silencio y asintió, pensando en dónde continuar, estaba intentando resumir la historia lo mejor que podía, pero al mismo tiempo dejando que sus memorias brillaran.

Se veía cansada,
pero supuso que así era ser madre.

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16 de Julio del 2005

Shibuya Bar 


—Es que eres demasiado —Emma se soltó a reír—. Algo me estás ocultando.

Ambas estaban sentadas en el camerino del bar donde Hanna se presentaba, la rubia la estaba ayudando a maquillarse.

—No sé de qué hablas —fingió que silbaba—. ¿Por qué crees eso?

—¿Bromeas? Soy tu mejor amiga —le picó la mejilla con la parte de arriba de la brocha—, te conozco mejor que tú misma.

La pelinegra sonrió, no pudiendo negarlo, pero no estaba lista para hablar sobre su embarazo aún. Se aseguraría de decírselo una vez que hubiese hablado con Keisuke primero. 

—La señora Baji nos encontró el otro día —decidió cambiar de tema—, ya no hay vergüenza suficiente para explicar las palabras... Así no era, al revés.

Emma soltó a carcajadas cuando le contó lo que sucedió y negó con la cabeza. Una vez que la había dejado perfecta, la abrazó y se separaron brevemente mientras ella iba hacia la tarima.

¨¡Presentando a la reina...!¨

Vio a Keisuke sentado en la primera fila con una sonrisa que iluminó su rostro tan pronto la vio. Agradeció a su público con una pequeña reverencia mientras veía a su hermana sentada con su guitarra, haciendo que su corazón doliera un poco, al saber que no era ella realmente.

—¿Lista? —preguntó la chica que trabajaba como guitarrista a veces, ella asintió—. ¡1, 2, 3, cua-!

♪Cuando la vida te deja alto y seco♪
♪Estaré en tu puerta esta noche♪
♪Si necesitas ayuda, si necesitas ayuda♪
♪Apagaré las luces de la ciudad♪
♪Mentiré, engañaré, suplicaré y sobornaré♪
♪Para hacerte bien, para hacerte bien♪

—¿Es la canción que escribió para Baji?

—Sí —Mitsuya sonrió a Draken—. Técnicamente todas sus canciones son para él. Bueno, no todas, pero...

Manjiro, que estaba en la mitad de ambos, observó en silencio a Hanna. La guitarrista sonreía también, recordándole a Haruki, mientras que Hanna movía su pandereta marcando el ritmo.

♪Cuando los enemigos están en tu puerta♪
♪Te llevaré lejos de la guerra♪
♪Si necesitas ayuda, si necesitas ayuda♪
♪Tu esperanza colgando de una cuerda♪
♪Compartiré tu sufrimiento♪
♪Para hacerte bien, para hacerte bien♪

—Me gusta esta canción —Emma suspiró con una sonrisa—, es tan romántica.

Draken asintió de acuerdo con ella.

—Es difícil creer que Hanna creó una canción como esta.

—Es como la que nos dedicó —Emma miró a Draken con los ojos brillantes—, ¿no te parece?

♪Dame razones para creer
♪Que tú harías lo mismo por

—Tienes razón —le sonrió a Emma—, tienen ritmos hechos para bailar.

Mikey veía cómo Hanna comenzaba a bailar con una gran sonrisa en el rostro, y de vez en cuando miraba a Baji, quien le sonreía también, era como si él no existiera ahí.

—Hm —Mitsuya asintió—, Hanna baila mucho desde que...

Se quedó callado al ver a Mikey apretar la mandíbula, sabía bien qué iba a decir y no le gustaba.

♪Y lo haría por ti, por ti♪
♪Cariño, no voy a seguir adelante♪
♪Te amaré mucho después de que te hayas ido♪
♪Para ti, para ti♪
♪Nunca dormirás solo♪
♪Te amaré mucho después de que te hayas ido♪
♪Y mucho después de que te hayas ido, te has ido, te has ido♪

—Realmente está coladita por él —Koko suspiró, asomado en la barandilla—. Su música ha dado un gran cambio desde que está con él.

Inupi, que estaba recostado escuchándola, asintió.

—Lo sé —suspiró—, es increíble. ¿No crees?

♪Cuando caes como una estatua♪
♪Voy a estar ahí para atraparte♪
♪Ponerte de pie, ponerte de pie♪
♪Y si tu pozo está vacío♪
♪Nada me impedirá♪
♪Dime qué necesitas♪
♪¿Qué necesitas?♪

—A ti —los ojos marrones brillaron cuando se inclinó hacia él—, te necesito a ti.

Hanna sonrió mientras extendía su mano hacia la mejilla de su novio, fijando sus ojos en los contrarios, con toda la adoración que le tenía.

♪Honestamente, me entrego 

Apartó su mano y marcó el ritmo con la pandereta en su cadera, sin dejar de sonreír.

♪Tú siempre has hecho lo mismo por

Mikey la vio apartarse de Baji para dar vueltas, su cabello largo hacía ondas en el viento y su sonrisa brillaba como el sol, la misma sonrisa que lo enamoró desde el principio. 

♪Así que lo haría por ti, por ti♪
♪Cariño, no voy a seguir adelante♪
♪Te amaré mucho después de que te hayas ido♪
♪Para ti, para ti♪
♪Nunca dormirás solo♪
♪Te amaré mucho después de que te hayas ido♪
♪Y mucho después de que te hayas ido, te has ido, te has ido♪

—Mi corazón —Mikey se apretó el pecho al verla. 

Las letras de Hanna siempre fueron bastante precisas sobre cómo se siente, después de todo, Haruki le enseñó a cantar para que pudiese expresarse, era doloroso leer canciones como esas.

♪Eres mi columna vertebral♪
♪Eres mi piedra angular♪
♪Eres mi muleta cuando mis piernas dejan de moverse♪
♪Eres mi ventaja♪
♪Eres mi corazón duro♪

El corazón de Mikey dolía, siempre, desde que se dio cuenta que otros brazos la esperaban.

—¿Qué opinas, Mikey?

Él se volteó a ver a Emma, confundido, no había oído su pregunta.

—De Hanna-chan, ¿no me escuchaste?

Si le preguntaban por Hanna, tenía que decir que era mentira que llevaba toda la vida soñando con ella.

Incluso si todavía lo hacía.

Y Manjiro diría que no era verdad que le dolía todo por dentro porque no estaba a su lado, por más que la quería con él.

♪Eres el pulso que siempre he necesitado♪
♪Como un tambor, cariño, no dejes de sonar♪
♪Como un tambor, cariño, no dejes de sonar♪
♪Como un tambor, cariño, no dejes de sonar♪
♪Como un tambor, mi corazón nunca deja de latir♪

—Lo siento —apretó su sonrisa—, no estaba prestando atención.

Emma rodó los ojos.

—Te pregunté si te parece que hice un buen trabajo maquillándola, Mikey.

♪Por ti, por ti♪
♪Cariño, no voy a seguir adelante
♪Te amaré mucho después de que te hayas ido♪
♪Por ti, por ti♪
♪Nunca dormirás solo♪
♪Te amaré mucho después de que te hayas ido♪

—Ah —le echó un vistazo.

Con o sin maquillaje, Hanna siempre era hermosa en sus ojos.

Aquello, de algún modo, le recordó a la vez en que Baji estaba alegando con Hanna que se tardaba mucho en llegar a clases y que seguro era porque se tardaba maquillándose, aunque lo decía a modo de broma.

¨¿No te vas a sentir rara sin maquillaje después?¨

Cuando Hanna respondió que no usaba maquillaje, todos los presentes la vieron boquiabiertos.

¨Santa mierda... ¡Eres hermosa!¨

Él lo pensó, pero Baji lo dijo en aquel entonces, luego de un leve sonrojo, ella procedió a explicar que la razón por la que se tardaba era porque le gustaba mucho dormir y no tanto ir a la escuela.

—Sí, Emma —le sonrió a su hermana—, te quedó muy bonito, una obra de arte.

♪Por ti, por ti♪
♪Cariño, no voy a seguir adelante
♪Te amaré mucho después de que te hayas ido♪
♪Por ti, por ti♪
♪Nunca dormirás solo♪
♪Te amaré mucho después de que te hayas ido♪

—Te amaré mucho después de que te hayas ido —Keisuke sonrió al repetir sus palabras, viéndola atentamente—. Tan hermosa que es mi nena.

Amaba la forma en que Hanna bailaba, su corazón siempre bailaba al ritmo que ella cantara.

♪Como un tambor, cariño, no dejes de sonar♪
♪Como un tambor, cariño, no dejes de sonar♪
♪Como un tambor, cariño, no dejes de sonar♪
♪Como un tambor, mi corazón nunca deja de latir♪
♪Y mucho después de que te hayas ido, te has ido, te has ido♪
♪Y mucho después de que te hayas ido, te has ido, te has ido♪

Hanna, en el futuro, no cantaría esta canción sin llorar por muchos años.

.

.

Los siete de Pandora solían visitar con frecuencia el escondite incluso fuera de las reuniones.

Pandora, para resumir, era un conjunto...

¨Daddy issues, mommy issues, commitment issues, trust issues...¨

Donde veías todos los 'issues' posibles reunidos.

El día en que se reunieron para hablar sobre Moebius y sus últimas acciones gracias al líder de ese momento, fue el mismo que Hanna les comentó lo que se enteró tan pronto quedaron solos.

—¡Tienes que estar bromeando! —Asa soltó—. ¿Es chiste?

—Parece chiste —agregó Kaede, negando con la cabeza—, pero Hana no diría algo así.

Miraron a Akira.

—A mi no me miren —frunció el ceño—, yo apenas me vengo enterando también.

Man, I can't believe it yet —Senna se quedó viéndola—: Hombre, no puedo creerlo todavía.

Akira asintió.

—¿Cómo es que estás embarazada?

Los cuatro inseparables fueron los primeros en enterarse, de paso sus capitanes y subcapitanes.

—Es sencillo —dijo Yuki, acomodándose las gafas—. Verás, cuando dos personas tienen sex-

—¡Eso no!

Kimi le tapó la boca, avergonzada, mientras Hanna sólo veía a su pandilla de idiotas desde su trono en el escondite de Pandora.

Estoy rodeada de gente estúpida.

—Es por no leer la biblia —afirmó Senna—, arrepiéntete, pecadora. 

—A ver, pandilla de inútiles —suspiró—. ¿Es en serio?

—Es que... Es que ustedes, par de hormonales de mierda —Akira se cruzó de brazos—, ¿no se estaban cuidando?

—Sí... o no, ¡agh! —se pasó la mano por el cabello—. ¡Les juro que lo hacíamos! No sé qué pasó.

—Yo sí —se burló la castaña.

—Cállate —masculló, acomodándose en su trono—, gafitas.

Aún seguía tratando de entenderlo, había hecho cuentas, pensado en los posibles momentos, la única conclusión a la que llegaba siempre eran dos:

Fue el día de la ducha o el día que Baji la vio con Koko.

En la ocasión de la ducha era posible, pero ella recordaba vagamente que usaron condón en aquella vez, especialmente porque Ryoko escondía de esos en toda la casa. Para evitar justo lo que pasó...

Así que se inclinaba más hacia la segunda.

Keisuke había estado celoso al verlo cerca de ella porque conocía la historia de Hajime, Seishu y ella así que le había dado como cajón que no cierra todo el día y por toda la casa, literalmente, por lo que pudo ocurrir en algún momento de descuido.

¿En serio estaba embarazada?

¿Un bebé de Keisuke y ella?

¿Qué iba a hacer?

Se masajeó la sien, no tenía caso pensar en eso, ya era un hecho confirmado que estaba embarazada y no había forma de salvarse de esa. Por más que hablara con Ryoko, la decisión final recaía en Keisuke y ella, pero estaba aterrada de cómo reaccionaría.

Era algo que cambiaría sus vidas para siempre.

Estaban hablando de un futuro ser humano que tendrían que darle de comer, cambiarle los pañales y eso no era todo.

Un bebé...

¿Saben lo mucho que Hanna odiaba los hospitales? Era aterrador, más aún sabiendo que no sólo tendría que ir, sino que ella tendría que hablar por el bebé. 

Ni siquiera hablaba por ella misma.

Cuando era pequeña Haruki se encargaba de decirle todo al doctor e incluso ahora Ryoko lo hacía por ella, se cubrió la cara con la mano.

Esto no era como ser niñera de Luna y Mana.

Sería su responsabilidad enteramente.

¿Realmente estaba lista para ser madre?

En momentos así tenía que admitir que era una niña, su madre estaría decepcionada, aquello hizo que se saltara una respiración.

Si mi viejo se entera, nos mata.

¿Qué estupidez estoy pensando?

Mi viejo ni se acuerda de mí.

Hanna bajó la mirada. Era esa sensación de odiar a aquel hombre, pero por el simple hecho de ser su papá no poder hacerlo del todo, como sentir que una parte suya lo perdonaría solo porque le gustaría sentir lo que sienten esas niñas chiquitas que veía con sus padres.

¿Qué herencia familiar tendría su hijo?

Hanna heredó los ojos grises de su padre, la forma de mentir de su madre y la manera de llorar de su hermana. Era imposible no ver la herencia familiar.

Si era con Baji, sería una buena.

Serían una bonita familia juntos.

No había que arrepentirse.

Así era su confianza en su novio, inconscientemente se tocó el vientre, acto que no pasó desapercibido por los otros tres de los cuatro inseparables.

—¿Estás bien?

Akira puso su mano sobre su hombro, sabiendo que estaba sobre pensando, de nuevo. La pelinegra asintió y fingió que estaba pensando en lo de Moebius.

—Como sea, espero que la tercera división se encargue de reunir información sobre ese incidente rápido —miró a Akira y Kimi, concentrándose en un tema a la vez—. Acabaré con Moebius si es verdad lo que se dice.

—Creí que no acabamos con ellos por el tiempo que tenían —se acomodó las gafas—, ya que no querías llamar la atención de Mikey.

Sí, la razón principal por la que Hanna y Pandora no acabaron con Moebius en un principio era esa.

—Así es...

Porque necesitaban esta pandilla liderando a Shinjuku en los reflectores y desviando la atención de los demás de Pandora, pero cometieron un grave error creyendo que ellos eran los dueños de Shinjuku.

—Como sea —chasqueó la lengua—, los mataré.

Los capitanes de Pandora se miraron entre sí antes de asentir, Hanna reprimió una arcada y soltó un quejido.

Malditas naúseas.

—Maldito Keisuke Baji —se quejó—, ¿cómo se atreve a embarazarme?

Keisuke siempre hablaba de hijos y casarse, de una forma tierna e inocente según ella, pero no se había atrevido a hablar con él al respecto por temor a su reacción y cómo podría afectar su relación actual.

—¿De qué hablas? Se necesitan dos para bailar bachata —silbó Senna—, y dos para embar-

Ella lo fulminó con la mirada, el pelimorado se aclaró la garganta al reconocer esa mirada.

—Sólo digo que ustedes dos bailan mucho —silbó—. Bailar la bachata con un hombre como Baji es como querer quedar embarazada.

Todos lo vieron sin saber qué demonios estaba diciendo. Para ser justos, él tampoco entendió qué dijo.

Ya'know what? I might as well go crazy and kill you too —alzó una ceja—: ¿Sabes qué? También podría volverme loca y matarte.

A veces sus amigos olvidarían que ella además de ser Hana Yagami, era ¨Whitesnake¨ de Pandora. Los demás volvieron a hablar del tema de Moebius para evitar problemas con ella.

—Ya dije que mataré a los desgraciados que toquen a las mujeres —fue lo que declaró Hanna sobre el tema—. Así que si es verdad, esos bastardos de Moebius no merecen vivir.

.

.

19 de Julio del 2005

Takemicchi volvería al pasado ese día, luego de enterarse en el pasado que Draken moriría gracias a una pelea entre facciones de la Toman, sólo para encontrarse en una posición comprometedora con una rubia de ojos miel en ropa interior.

—He oído que ha habido algo de movimiento en Shinjuku —comentó Draken—, dicen que una tal 'Pandora' ha estado causando problemas. ¿Qué vamos a hacer, Mikey?

—¿Hm?

El rubio, que estaba pensando que estaría haciendo Hana en ese momento ya que dijo que no iría esta vez a la reunión, volteó a ver al de la trenza. Draken suspiró y repitió lo que dijo.

—Enviaré a Smiley a averiguar entonces.

—¿Sólo a Smiley? —Draken arrugó el ceño.

—¿No? Pues a Baji también —se alzó de hombros, notando la mirada de Draken, suspiró—. Ve tú también, si quieres investigar.

Draken asintió.

—Por ahora concentrémonos en el tema de Moebius primero —le restó importancia—. Luego veremos qué sucede con Pandora.

—¿Pandora? —Pahchin ladeó la cabeza—. ¿Quiénes son esos?

Lo averiguaremos.

—Una pandilla que tiene casi el mismo tiempo que Toman al parecer —comentó Draken—, sólo hemos oído rumores de que pertenecen a Shinjuku.

—Espero que no estén metidos en esto o juro que voy a-

—Wow, calma —Mitsuya le puso la mano en el hombro—. Escucha, Pah, según lo que se ha filtrado, están en contra.

Mikey miró hacia el frente entonces, preguntándose quién sería el líder de esa pandilla, debía ser fuerte por lo que había oído, pero al mismo tiempo oyó que era alguien despiadado y aterrador.

—Un líder fuerte —apoyó la mano en el tanque de su babu—. Dicen que es muy inteligente.

Los rumores decían que Whitesnake era un líder de las sombras pero aunque Pandora no fuese como Moebius tampoco era como Toman. Tarde o temprano tendrían que pelear si no llegaban a un acuerdo con ellos.

—Habrá que ver —Draken le sonrió—. Quizá sea una buena persona.

Mikey asintió, viendo como Mitsuya se iba a buscar a Takemicchi mientras Pah era distraído por Pehyan.

¿Quién era la persona tras el nombre de 'Whitesnake'?

.

Takemicchi llegó junto a su novia al templo Musashi luego de que Draken lo citara ahí, era irónico que saliendo de aquel lugar con esa rubia en ropa interior se hubiese encontrado con Hina.

No tenía mucha suerte.

Al menos, se dijo, no volvería a ver esa chica nunca más y si se quedaba callado, Hinata jamás se enteraría.

—¡OI, OI —lo interceptaron un par de tipos rudos—, ESTO NO ES UNA EXHIBICIÓN!

Takemicchi parpadeó confundido ante la forma en la que ese desconocido se acercó.

—¡SALGAN DE AQUÍ!

—Pero me dijeron que viniera aquí...

Mitsuya se volteó a ver entonces, había estado esperando a un tal Takemitchy, que Mikey y Draken invitaron. Lo pusieron a él de niñera por chismoso, siempre era así, incluso con Hana.

—¡¿HUH?! —otro hombre lo agarró del cuello de la camisa y lo levantó hacia él—. ¡ESTE ES EL PUNTO DE REUNIÓN DE LA TOMAN!

¿La reunión de Toman?

Mitsuya se acercó al chico con cara de niño perdido. ¿Ese era el tipo que Mikey invitó? Bueno, qué mas daba, necesitaba confirmarlo primero.

—¿Podría ser que tú eres Takemitchy?

Takemicchi lo volteó a ver, con la sorpresa, todavía flotando.

—S-sí.

—¿Por qué estás amenazando a los invitados del presidente?

Mitsuya pateó al hombre, este se disculpó y lo soltó enseguida. El chico de cabellos lila meneó la cabeza.

—Sígueme —le dijo.

Takemicchi se sorprendió de ver a Mikey montado en su motocicleta junto a otros motociclistas, Draken se volteó a verlo también.

—Yo, Takemicchi —saludó Mikey, dándole una sonrisa entonces—. Perdón por llamarte de la nada.

Draken fijó su vista en él y frunció el ceño.

—¿Por qué mierda trajiste tu novia?

—¡Ah! Lo siento —se rascó la nuca, incómodo—, no tenía idea que iba a ser así.

Draken miró a Hinata detrás de él y suspiró, acercándose a ella y agachándose levemente.

—Hina-chan, lo siento por lo de antes —se disculpó con una sonrisa—, cuando te estaba amenazando para probar a Takemicchi.

Era una lástima que ese día Hanna dijo que estaba ocupada con su 'tarea o algo así' ese día. Tareas sus huevos, seguro que estaría durmiendo o metiéndose en problemas en algún sitio.

Conocía bien a su hermanita.

—¡Oh —Hinata sonrió—, está bien!

Como fuera, esa hubiera sido la oportunidad perfecta para que se conociera con Takemicchi y Hinata a la vez, sabía que había estado interesada en ellos desde que escuchó lo del otro día.

—¡Oi, Emma —gritó Draken entonces a la rubia—, ven aquí!

La rubia, que estaba con las demás chicas, se volteó hacia ellos.

—Ahí voy —Emma chasqueó la lengua.

Estaba molesta porque llamó a Hanna a contarle lo que sucedió un par de minutos atrás y la pelinegra se soltó a reírse antes de decirle que estaba en una reunión de Pandora urgente así que la llamaría de nuevo.

—Esta es la novia de Takemicchi —le dijo Draken—, así que asegúrate de protegerla.

Además ahora en la Toman también se estaban reuniendo y estaría ella sola.

Haciendo de niñera,
de nuevo, pero sin Hana.

—Lo tengo —Emma evadía su mirada, molesta—. ¿Oh?

Sus ojos chocaron con el chico que había estado con ella horas antes y parpadeó antes de curvar sus labios hacia arriba.

Lo que se pierde Hana.

—Juju —se rió de la ironía—. ¡Hola, pequeño cobarde〰️♡!

La pelirroja que iba con Takemicchi reaccionó enseguida ante este comentario a lo que Hanagaki hizo una mueca enseguida.

Realmente no tenía suerte.

.

.

—¡Jefaaaaa!

Todos se voltearon a ver a Kimi, quien corría preocupada, entrando al escondite. Hanna ladeó la cabeza al verla así, no había estado en sus mejores ánimos desde la noticia de su embarazo, se sacó el bombón de la boca.

—¿Qué pasa, Kimi?

Su único consuelo era que Emma acababa de cometer una estupidez de la cual aún estaba riéndose por lo bajo, quería ir con ella pronto para burlarse en su cara.

—Hay un problema con Moebius.

—Que los mate dice.

Hanna intentó pararse entonces.

Moebius esto, Moebius lo otro,
ya la tenían harta.

Su cuerpo estaba cambiando a una medida extenuante y estaba en el borde emocionalmente, con tanta ira últimamente que quemaría un carro si se le atravesaba en el camino.

—Calma —Yuki la sostuvo del hombro contra el asiento—, primero oigamos cuál es el problema.

—Tienes que dejar ese hábito de correr a los golpes...

—Lo más importante siempre es saber soltar —todos asintieron ante las palabras de su líder, ella sonrió—, pero como a mi la vida me enseñó fue a soltar tremendos golpes... Pues se chingan todos esos perros.

Senna suspiró.

—Vas a ser mamá. ¿No?

—¿Y?

El pelimorado arqueó la ceja.

—¡¿Cómo vas a pelear embarazada?!

—Estoy embarazada, no incapacitada —señaló—. Y todo es posible con el poder de la mente.

—¿En serio? —se puso serio—. ¿No te importa?

—Um, quizá lo llame cielo —Hana echó la cabeza hacia atrás—, y ya saben... lo mande para allá.

Los chicos arrugaron la nariz.

Ninguno la creía realmente capaz de hacerlo.

Sabiendo la ilusión que le hacían los bebés. Especialmente luego de verla chismoseando vitrinas con ropa y accesorios de bebé esa misma tarde, pero Hana era impredecible igual.

—O no —bajó la mirada—, tengo que hablar con Keisuke sobre eso primero, mañana o algo...

¿Cómo reaccionaría su Green flag andante?

Probablemente lloraría, el solo pensarlo le generaba maripositas en el estómago. ¿O eran pataditas? No, entrecerró los ojos, había que leer sobre el embarazo porque no tenía idea de nada.

—Eh —Akira carraspeó y miró a Kimi—, reporta rápido, Kimi. Nos desviamos del tema.

—Moebius...

Hanna sintió su sangre hervir por completo cuando escuchó lo que los de Moebius habían hecho. Kaede agregó que había comprado a un hombre de Moebius y venía en camino.

Sus chicas eran eficientes.

.

.

Luego de una paliza de parte de Hinata tras enterarse de la situación con Emma, Hinata se fue.

Ay, Hanna, te perdiste toda la diversión jaja.

—Qué miedo —murmuró la rubia—, así que...

Volteó a ver a Takemicchi en el suelo luego de la paliza que le dio la chica e hizo una mueca.

—Incluso con una chica como esa —Emma vio a la chica alejarse, no iba a mentir, le causó algo de diversión—, aún así te diste un chance conmigo, ¿eh?

Se puso las manos en las jarras, realmente era triste que Hanna estuviera ocupada con Pandora en ese momento, hubieran disfrutado tanto la escena juntas.

—Pero no me malinterpretes porque no pienso nada de ti en general —miró de reojo a Draken—, sólo quería convertirme en una adulta rápido.

A diferencia de Hanna con Baji, a ella no le había funcionado mucho lo de darle celos a Ken, no tenía caso. Aunque no podía compararse considerando que Baji estuvo enamorado de Hanna desde chiquito.

Y así se hacían llamar mejores amigos.

—Estoy comenzando a odiarlo —suspiró, moviendo sus manos—, no se interesa para nada en mí. Todo lo que le importa es Mikey, las motos y meterse en peleas con sus puños.

Takemicchi miró hacia Draken un momento y luego volvió su vista a Emma.

—Así que —apretó los labios—, me preguntaba si se enojaría...

Era frustrante que ni siquiera reaccionara al respecto.

Ya veo, estaba intentando darle celos a Draken-kun...

Takemicchi suspiró.

Las mujeres eran simplemente demasiado complicadas.

Escuchó a Draken llamarlo por lo que corrió a su lado y luego les gritó a todos que se reunieran entonces.

—¡Otsukare sama desu, rīdā! —le gritaban—: ¡Buen trabajo, comandante!

Takemicchi vio con intriga como todos hacían filas y se inclinaban respetuosamente, cuando Mikey llegó a la cima y comenzó a hablar sobre una disputa con Moebius.

¿Qué demonios era un Moebius?

—Si nos enfrentamos —continuó Mikey—, probablemente será alrededor del tiempo del festival de Musashi.

Takemicchi no estaba entendiendo nada, Mikey se sentó mientras sonreía, preguntando qué pensaban todos. Draken vio su rostro de que no estaba entendiendo y se acercó a Mitsuya.

—Explícale a Takemicchi —le dijo.

Mitsuya asintió, acercándose a él para explicarle que era Moebius y lo que estaba pasando, le sorprendió cuando Mitsuya dijo que era una pandilla dos generaciones más vieja que la Toman y que controlaba Shinjuku últimamente.

—¿Huh? —parpadeó—. ¿Toman no es quién controla este lugar?

—Toman tiene control sobre Shibuya —aclaró—, Shinjuku es una cosa completamente distinta, además Toman aún está algo nuevo.

Para Takemicchi fue realmente un shock aquello ya que en su mente Toman era la top gang de todo Tokyo en el futuro, pero en este momento no lo era.

Así que habían pandillas más grandes que Toman en este tiempo...

.

.

—Repite eso.

Whitesnake acertó un golpe en el hombre que compraron de Moebius, el hombre cayó al suelo mientras trataba de recuperar el aliento que perdió con el golpe, no podía ni siquiera ver el rostro de la persona que lo estaba golpeando.

Don't be a hen, I didn't even hit you that hard —frunció el ceño—: No seas gallina, ni te golpeé tan fuerte.

Lo agarró del cabello para obligarlo a verla, sus ojos estaban completamente perdidos.

Ni siquiera lo había golpeado tan fuerte.

—Re-pi-te-lo.

Whitesnake, a cualquier persona que le golpees el esternón —encendió su cigarrillo y la miró fijamente—, no va a poder hablar, no todos somos monstruos como tú.

—Que no seas humano —Senna le agarró el puño y empujó al hombre al suelo—, no significa que los demás sean así.

Pero la pelinegra sólo los ignoró y se fijó en el hombre.

—¡Repítelo si quieres vivir!

Cuando el hombre vio que ella levantó su mano para golpearlo de nuevo, se cubrió con las manos, temblando. Los ojos de la persona tras la máscara blanca eran aterradores.

Esa era la serpiente que aterrorizaba Shinjuku.

—¡Es... es el amigo de Haruki Hayashida! —repitió, escupiendo sangre—. ¡Su novi-!

Cuando el hombre cayó al suelo por la patada que le dio, Hanna suspiró, volteándose. Las náuseas hacían todo más difícil por momentos, frunció el ceño bajo la máscara. 

—Lo dejaré pasar esta vez —se quitó los guantes y se limpió las manos con un pañito húmedo que le entregó Akira—, porque hoy no hay asesinatos en nuestra agenda.

—En ninguna agenda hay asesinatos —Kaede alzó una ceja—, nunca.

Yuki se acomodó las gafas.

—En la de Hanna sí, sólo que no hoy —aclaró—, es hasta el próximo... 3 de agosto.

—¿Por qué tienes una agenda con eso?

—Es más práctico —afirmó la castaña como si fuera obvio—, ¿cómo se acordaría de otro modo?

—Creí que tenías una cita el 3 de agosto —comentó Senna—, ¿no iban a ir al festival Musashi?

—Hm, eso es en la noche —Hanna asintió entonces—, pero en la mañana Yuki y yo tenemos algo pendiente.

—¿Cómo haces eso?

Hanna se removió la máscara hacia un lado y los miró con los labios entreabiertos.

Kaede, Kimi y Yuki observaron en silencio la belleza natural de su líder. Ella era la definición de una serpiente.

Tan hermosa, pero tan letal.

Hanna ni siquiera tenía idea de lo hermosa que era, aunque si pensaban en su mamá y hermana, todo tenía sentido.

—¿Entonces qué haremos...?

Todos se quedaron hablando un poco al respecto hasta que el hombre despertó, Hanna volteó a verlo y cuando recordó lo que dijo, no pudo evitar sentir la ira recorrer su sangre de nuevo.

—Desháganse de esta peste de Moebius —apretó la mandíbula, tocándose la cabeza por el terrible dolor que tenía—. No dejen evidencias... ni testigos.

Yes, boss!

Hubo un silencio entonces en el que Hanna sólo se masajeaba la sien y miraba al suelo.

Moebius había cruzado la línea.

Todo era una estupidez al inicio, pero realmente habían hecho algo imperdonable, la ira que estaba sintiendo en ese momento no se apaciguaría, ni siquiera moler a golpes a aquel hombre era suficiente.

—Asa.

El pelirrojo volteó a verla, notando su ira. Hanna era la persona más vengativa del mundo, era gracioso porque una vez le habían dicho que era genial que no fuera vengativa.

—¿Sí, jefa?

Kaede la observó en silencio cuando se estaba masajeando la sien, a ella le había costado comprar aquel hombre, pero Hana se deshizo de él tan fácil.

Bueno, esa era su líder.

No la llamaban el ¨terror¨ de Shinjuku por nada, después de todo, era un apodo que se ganó por sí sola a punta de golpes. Kaede suspiró, lo importante era que pronto recuperaría el dinero que invirtió.

—Ese hombre dijo... Dijo el nombre de Pahchin —quiso confirmar—, ¿verdad?

—Así es —el ojiazul apretó los labios y asintió, incómodo—, jefa.

Hanna maldijo entonces, con Pahchin involucrado... La Toman estaría involucrada al final.

—Dejen de investigar —ordenó entonces—, esta mierda acaba de escalar a un gran mierdero.

La pelinegra fue a sentarse en su trono entonces, la reina que lideraba Pandora, la que lideraría todo Tokyo en el futuro.

¿Qué haremos ahora... Mikey?

.

.

Mientras Hanna estaba echando humos por la cabeza, Pahchin estaba pateando a Takemicchi, molesto por lo sucedido con Kiyomasa. No, en realidad era sólo una excusa, estaba molesto por lo que le hicieron a su amigo y a la chica de su amigo.

Pero este chico servía de chivo.

—¡Esa mierda dolió! —se quejó Takemicchi al caer al suelo—. ¡¿Qué mierda está-?!

—¿Hah? —un hombre castaño se puso frente a su cara, sorprendiéndolo—. ¿Tienes algún problema?

—Tú eres Hanagaki —Pahchin se metió las manos a los bolsillos—, ¿no es así?

—Te encargaste del escuadrón de Kiyomasa en el incidente de las peleas callejeras —lo acusó—, ¿no es así?

Pehyan, el vice capitán de la tercera división de la Tokyo Manji Gang, era un hombre que, a la vista de Takemicchi, no entendía nada el concepto de distancia corporal.

—¿Huh?

Mitsuya apartó la mirada a su celular al recibir un mensaje de Hana.

Bebita dragón

Cada día más canon mi pobreza.

Incluso había una imagen adjunta de los centavos que tenía en su billetera, por demás, vacía. No pudo evitar reír fuerte ante esto y responderle de inmediato.

Takashi♡

Ya somos dos

Esta reunión de pobres va a estar potente :)

Pahchin, el capitán de la tercera división, comenzó a reclamarle a Takemicchi por lo de las apuestas. Mitsuya suspiró, guardando su teléfono y acercándose de nuevo cuando lo vio sulfurarse de más.

—Oi... No empieces una pelea con el invitado del líder, Pah —Mitsuya lo llamó—. El incidente de Kiyomasa no era más que él usando mal el nombre de Toman como quisiera.

—¿HAH? —Pah se sobresaltó—. ¡No sé nada de esa mierda porque soy jodidamente estúpido!

A Mitsuya le tembló la ceja.

Estaba rodeado de estúpidos.

—¡El cerebro de Pah es gelatina! —gritó Pehyan también—. ¡¿Okay?!

—¡Si no sabes, entonces no te metas —le gritó Mitsuya a modo de regaño—, estúpido!

Takemicchi parpadeó algo confundido. Al final fue Draken quien le puso fin a la extraña pelea y se acercó a Takemicchi pidiéndole que los entendiera.

—Están al borde en este momento —masculló.

—¿Al... borde?

—El líder de Moebius es un tipo llamado Osanai —explicó Mitsuya—, se metió en una pelea con el mejor amigo de Pah sobre alguna mierda estúpida.

Apretó sus manos en puños.

—Los miembros de Moebius se aliaron contra el amigo de Pah —continuó—, violaron a su novia en frente de él, colgaron a su familia y tomaron todo su dinero.

Takemicchi frunció el ceño, aterrado de esas atrocidades.

—Esa no es una pelea de niños, ¿verdad? —Mitsuya apretó la mandíbula—. Asqueroso.

Él que pensaba en su mamá, hermanita y Hanna cuando hablaban de familia, sólo podía imaginarse una porción de la ira que debía haber sentido el mejor amigo de Pah y Pah.

Si alguien las tocaba, él los mataría.

No tenía ninguna duda de eso, incluso si tuviera que ir a la cárcel por eso, la realidad era que lo que hicieron no tenía perdón de Dios y esa clase de personas no merecían vivir.

Moebius —chasqueó la lengua—, es... esa clase de pandilla.

—Qué horror...

.

Hanna observó a todos de reojo mientras se mordía una de las uñas.

—¿Qué vamos a hacer?

—Esto se convirtió en pelea de Toman —negó con la cabeza—, Pahchin seguro que está furioso.

—Bueno —comentó Akira, exhalando el humo de su cigarrillo—, tú lo estás y ni siquiera eras tan cercana a esos dos.

Hanna asintió con la cabeza. Si había visto una que otra vez al amigo de Pah y su amiga, pero en general nunca había hablado con ellos tanto que digamos.

Era imperdonable.

Miró por la ventana de su escondite, la noche era frenética y no perdonaba nada. Podría matarlos, pero si Mikey se enteraba y si los chicos sabían que era una asesina, quizá la dejarían de amar por eso.

No, no podía hacerlo.

Apretó los labios.

—¿Por qué no dejamos esto por hoy? —propuso el peliblanco—. Necesitas descansar y pensarlo bien. Ya sabes, consultarlo con la almohada.

Hanna asintió.

Pandora captains, you are dismissed —miró a los capitanes reunidos—: Capitanes de Pandora, ya pueden irse.

Akira fue el único que se quedó a su lado, en silencio, esperando que ella se calmara un poco mientras estaba en su lugar favorito.

—¿Qué vas a hacer?

—Quiero matarlos y...

Hanna comenzó a soltar lágrimas de la ira que sentía.

—Podríamos encargarnos de ellos —dijo el peliblanco entonces—, sin que Toman se de cuenta.

—Es imposible —murmuró—, Mikey o Kei se darían cuenta que algo anda mal.

Incluso si Mikey no se enteraba pronto, Keisuke era otro nivel. Miró la fotografía de su novio en su teléfono.

—No podemos matarlos.

Aquella noche se decidió que Toman pelearía contra Moebius mientras Pandora intentaba encargarse bajo las sombras de lo que más pudieran.

—Pero debemos hacer algo —agregó—, pero sin que se enteren.

Pero sin interferir con los principales actores porque era lo máximo que podía hacer sin llamar la atención innecesaria de Toman a ellos.

.

Takemicchi había decidido convertirse en el guardaespaldas de Draken.

Siendo rechazado por el mayor, por supuesto, ante la idea tan ridícula que era, por lo que terminó decidiéndose a seguirlo todo el día para evitar el conflicto interno entre Draken y Mikey.

.

—¿Cómo les fue en la cita entonces...?

—Bien, supongo... Ya sabes como son —Draken se metió las manos a los bolsillos mientras caminaba junto a Mikey—, no se pueden estar quietos sin hacer un desastre.

—¿Hm? —Mikey lo miró interesado—. ¿Qué hicieron ahora?

Draken levantó sus hombros.

—¿Quién sabe? Se perdieron un buen rato y volvieron como si nada —comentó, alzándose de hombros—. ¿Sabes como es ella?

Mikey sonrió y negó con la cabeza al pensar en Hana, como cosa rara. Es que mentiría si dijera que no estaba pensando en la pelinegra las veinticuatro horas del día y los siete días de la semana.

Sólo un poquito.

El mesero se acercó a ellos para darles la comida, logrando que Mikey saliera de sus pensamientos y volteara a ver su comida, notando un pequeño detalle que lo hizo enfurecer.

—¡¿QUÉ DEMONIOS?!

Takemicchi, que se había sentado un par de mesas más allá para seguirlos discretamente, se sobresaltó al escuchar a Mikey gritar de repente.

¿Una pelea tan pronto?

Se volteó a ver desde donde estaba, tratando de entender qué podía haberla ocasionado.

—¡NO VOY A PERDONAR ESTO JAMÁS!

¿Es este el comienzo de su pelea?

—¡NO TIENE BANDERITA!

Takemicchi parpadeó con el ceño fruncido al no comprender que estaba pasando, no veía nada malo entre ellos, pero el mesero que los estaba atendiendo tenía un rostro de pánico terrible.

—Pedí el menú infantil porque trae banderita —se quejó, inflando los cachetes—, ya no lo quiero.

El mesero se comenzó a disculpar entonces.

—Mira, Mikey —Draken, el más prevenido, puso la banderita sobre el omurice—, una banderita.

Takemicchi abrió y cerró la boca al mismo tiempo. ¿De dónde había sacado eso?

Draken-kun me asusta...

—¡WOW!

Los ojos de Mikey brillaron.

—¡Eres el mejor, Kenchin!

Takemicchi se quedó callado un rato al ver que se habían calmado y se dejó llevar por la comida que pidió.

—Como sea —Draken suspiró—, como te iba diciendo, Hanna ha estado rara últimamente.

Baji le dijo que Hanna estaba actuando extraño últimamente y quería ver si hablaba con él ya que siendo su hermano quizá le dijera que ocurría, lo cual era extraño, considerando que Baji vivía con ella por lo que podía fácilmente deducir que le pasaba.

Me viene a mí con sus problemas maritales.

—Incluso Baji se queja de eso —apuntó—, dice que...

Draken se quedó callado un momento al pensar en las palabras del pelinegro cuando le comentó que Hana estaba actuando raro.

¨No lo sé, actúa como si todo le molestara, tuviera secretos, es como si hubiese hecho algo malo¨

Específicamente había dicho que sentía que Hanna lucía como si le estuviera guardando un gran secreto, conociéndola probablemente estaba por meterse en problemas o ya lo había hecho.

Pero era demasiado orgullosa para pedir ayuda.

—Ya sabes —meneó la cabeza—, que está siendo rara, en general.

—¿Huh? —Mikey detuvo su comida para verlo—. Pero Hanchin siempre es rara...

—Sí —aceptó—, pero hay algo... Es como si estuviera haciendo algo malo a nuestras espaldas.

Mikey frunció el ceño.

¿Hanna haciendo algo malo a sus espaldas? 
¡PfftImposible.

La mayor parte del tiempo, Hana se encargaba de cuidar a los chicos de la Toman o de cuidar a las novias de Toman con Emma en las reuniones. No tendría tiempo para cosas malas.

Hanchin es demasiado tierna.

—Um, Hanchin es una buena persona —torció los labios—, ¿qué podría estar haciendo malo?

Mikey no consideraba que Hanna pudiera ser mala, la conocía demasiado bien para eso. Incluso si a veces actuaba como delincuente... ¿Qué tan mala podría ser una chica que lloraba porque veía videos de gatitos en la televisión? Era una tontería pensar en algo así, es decir...

¿Qué tan mala podría ser Hanna?

.

.

.

—¡AHHHHHH!

El tigre miró en silencio a la serpiente blanca mientras torturaba a aquellos hombres. Sus ojos grises eran fríos y calculadores mientras sus manos, bajo los guantes negros, se movían lento.

Evil... I must tell you, she's evil —pensó Akira en voz alta, riendo un momento al recordar a Draken y Mitsuya cuando les preguntaban sobre Hanna—. Malvada... te tengo que decir que es malvada.

Most definitely —Senna le sonrió de lado—: Definitivamente.

El sonido de la moto cortaba el aire con fuerza, como una bestia rugiendo con hambre mientras la pelinegra, con una mirada fría como el hielo, mantenía el acelerador presionado.

—¡AHHHHHH!

Hanna, que estaba usando sus audífonos en ese momento, movía la cabeza de un lado para el otro al ritmo de una melodía de Mozart. El hombre que gritaba veía aterrorizado la máscara de serpiente blanca de la persona sobre la motocicleta.

—¿Cuánto tiempo crees que se tarde esto? —pujó el pelimorado, recostándose sobre una pared de una esquina—. Estoy algo aburrido.

Akira, que estaba sentado a su lado, lo volteó a ver y se alzó de hombros.

—¿Quién sabe? —volvió la vista a la pelinegra—. Ella no parece tan aburrida, eh.

La moto avanzó lentamente, su rueda delantera tocando su tobillo con una presión insignificante al principio, suficiente para que la piel de ese hombre se retorciera y un escalofrío recorriera su espina dorsal.

Pero eso no fue lo peor para él.

Con un movimiento meticuloso, la enmascarada empujó la moto hacia adelante, aumentando la presión sobre su pierna. El hombre intentó gritar otra vez, pero el dolor fue tanto que esta vez lo dejó sin aliento.

—¿Cómo puede Baji mantener controlada esa fiera? —se quejó el pelimorado—. Es aterradora.

—Es el poder del amor —afirmó el peliblanco—, no hay otra explicación...

Akira pensó que era especialmente porque Hana mostraba una faceta menos violenta con los de la Toman en general, aquellos que desconocían su verdadera cara jamás podrían apreciar eso, pero Baji conocía algo más. 

¨¿Asustarme? No, mi nena es divina¨ 

Baji decía que la belleza de Hanna no lo asustaba.

Y no se refería a la física.

El sonido de los neumáticos deslizándose sobre la piel y el hueso se unía al rugido del motor, creando una sinfonía aterradora de sufrimiento.

Una escena tranqui.

Los ojos grises seguían fijos en el frente hasta que su teléfono comenzó a sonar por un mensaje.

—¿Hm? —se detuvo un momento al reconocer el sonido personalizado de Keisuke a través de los audífonos—. Espera un momento...

Me escribió mi amorcito♡

Akira vio con una sonrisa como Whitesnake se detenía porque recibió un mensaje que seguramente era de su novio. Enamorada ella luciría tan tierna incluso con un cuchillo en la mano.

Amor

¿Quieres ver una película en la noche?

Hanna sonrió mientras le respondía que sí antes de guardar su teléfono y quitarse los audífonos, le estaba doliendo la cabeza, era algo común según lo que dijeron los doctores, pero molesto.

—¡AHHHHHH!

—¿Por qué gritas? —se tapó el oído con un dedo mientras ejercía más presión contra la pierna de aquel hombre y frunció el ceño—. Ni siquiera he comenzado en serio, sólo te pisé un poquito.

—¿Que sólo lo pisó... y ya?

Los acompañantes parpadearon entre ellos.

—¡Le estás quemando la llanta de una moto encima! —gritó uno de ellos—. ¡Podrías haberle roto la pierna!

La pelinegra no apartó la vista del frente. Sus manos firmemente sujetaban el manillar, si pudieran ver su rostro se darían cuenta que permanecía inexpresivo, como si estuviera realizando una tarea cotidiana, porque eso era.

—Ajá —Hanna volteó a verlos con aburrimiento—. ¿Y qué...? ¿Quieren ser los siguientes?

Cada movimiento de la moto era calculado, cada giro del acelerador era una extensión de su fría voluntad. Whitesnake era el apodo que creó para Pandora, pero también tenía un significado especial para ella.

¨Hana, Benzaiten te bendijo cuando naciste¨

Las palabras de Haruki retumbaron en sus oídos y sonrió. Su hermana Haruki solía decir que un día soñó con Benzaiten (la diosa de la música y las bellas artes) y una serpiente blanca. La pelirroja decía que gracias a ese sueño fue que supo de su existencia.

—Es una maldita perra, loca —murmuró, aterrado—, psicópata.

Hanna parpadeó y apretó el acelerador de nuevo antes de apagar la moto.

—¿Loca? —su ojo tembló—. ¿Acaba... de llamarme 'loca' acaso?

—¡Oh no —se quejó el pelimorado—, aquí vamos de nuevo!

Senna y Akira se dejaron caer contra la pared por completo, suspirando, sabiendo que eso sólo alargaría la pequeña amenaza que darían originalmente.

Se volvería una terrible tortura.

En voz baja pensaron en lo sádica que podría llegar a ser aquella chica, todavía no lograban comprender de dónde había sacado ese lado, aunque Akira tenía sospechas de que era culpa de cierto personaje de su pasado.

—La ¨p¨ en mi nombre representa ¨paciencia¨ y por eso... no existe —sonrió con los ojos cerrados, bajándose de la moto—. Ahora... ¿Cuál de los dos quiere ir primero?

La sonrisa de la pelinegra sólo se ensanchó bajo la máscara mientras se tronaba los dedos. Mientras ambos la observaban, notaron algo diferente ese día.

—Se está conteniendo hoy —murmuró Senna, bostezando—. Pero mi moto...

—Creo que saber que está embarazada sí le aflojó el corazón —confirmó Akira con una sonrisa suave—, y no te quejes de eso.

Ambos se miraron entre ellos con una sonrisa.

—¡Vamos, perra —gritó—, ¿no estabas muy tranquilo diciéndome loca?!

Su jefa, Whitesnake era fuerte y despiadada, no tenían ningún tipo de dudas al respecto, después de todo con su corta edad ya era conocida con un apodo que quedaría marcado en la historia.

El 'terror' de Shinjuku.

.

.

.

—¡AAGH, YA TUVE SUFICIENTE!

Takemicchi se sobresaltó cuando oyó a Draken gritar de repente.

—¡CÁLLATE, MIKEY!

¿Es ahora que van a pelear?

Se volteó a ver sólo para notar que Mikey estaba dormido, acurrucado en la silla, y roncaba.

Demasiado fuerte, cabe mencionar.

—¡Deja de dormirte después de comer! —se quejó—. Igual que Hanna, por lo que veo.

Takemicchi arrugó la nariz al no poder escuchar lo último que dijo ya que fue más un murmullo que otra cosa, Mikey estaba murmurando algo entre sueños también.

Hanchin bonita —murmuraba—, Hanchin...

—Dios —Draken se pasó una mano por la cara al oírlo—, ¿qué voy a hacer contigo?

Takemicchi achicó los ojos sin poder creer lo que hizo a continuación.

—Lo está cargando —sintió una gotita de sudor en su cabeza.

Personalmente él estaba impresionado de darse cuenta que así era como Mikey era normalmente, como un niño pequeño. Era un poco anticlimático considerando lo aterrador e imponente que se veía como jefe de la Toman.

Draken era un tipo genial.

Soportando y ayudando a Mikey todo el tiempo, si Draken se volvía loco sería un gran problema, mientras lo seguía, Draken cargó a Mikey todo el camino. Notó que llegaron a un hospital entonces.

—Mikey —Draken lo despertó—, ya llegamos.

Mikey bostezó, confundido de qué hacían ahí.

.

.

Hanna, en ese tiempo comparado a después de que Takemicchi la conociera, se podría decir que era un poco más...

¿Violenta?

¿Agresiva?

¿Sanguinaria?

No sabría describir la palabra correcta. Bueno, no era que lo dejara de ser del todo, pero tenía que admitir que quedar embarazada, de algún modo, sí la comenzó a calmar poco a poco.

Sólo un poco, por cierto.

Keisuke le envió otro mensaje comentándole la película que quería ver y que iría a comprar palomitas así que quería saber si necesitaba alguna otra cosa, le respondió enseguida que quería helado y dorayakis.

Amor♡

Por cierto, hoy la pongo.

No es pregunta, es aviso ;)

Las mejillas de la pelinegra tomaron color, agradeció mentalmente que no se había quitado la máscara aún, solo le envió un 'Hoy me la pones, mi amor' con un guiño. Podía imaginarse la reacción de Keisuke.

Siempre era así.

A Keisuke le gustaba coquetearle, pero se ponía rojo y nervioso cuando era al revés. Ella adoraba esa reacción.

—Acabas de acabar con cinco personas —Senna pateó a uno de los tipos que seguía, sorprendentemente, despierto y la miró—. ¿Qué tienes para decir en tu defensa, jefa?

Hana levantó la mirada y guardó su teléfono.

¿Oops?

Estaban en un estacionamiento abandonado en una zona descuidada, por la que rara vez pasaba gente.

—Eres la mamada, mija.

Una vez que todos los de Moebius estuvieron fuera de combate, Hanna se quitó la máscara.

—De verdad —Senna soltó una carcajada.

El par, cuyas máscaras eran de un tigre blanco (Akira) y un gato morado (Senna), la imitaron también. Los dos se quitaron los guantes desechables que llevaban, Hanna sólo los miró en silencio.

—¿Cómo es que tu novio te soporta?

—La soporta contra la mesa, la cocina, la cama —se burló Akira—, y cualquier superficie que encuentre en el camino.

La pelinegra entrecerró los ojos mientras lo miraba. Quería argumentar en contra, pero se quedó callada porque era tremendo facto el que acababa de soltar, Akira solo sonrió.

—Se puso roja —se burló—. En fin... ¿Qué hacemos con estos?

Senna señaló a los cinco hombres en el suelo, viéndola agacharse frente a ellos y comenzar a hurgarlos. Ambos ladearon la cabeza.

—Sólo déjalos ahí, jefa —Akira bostezó—, estamos cerca del hospital.

—¿Y...?

—Y pues ellos se pueden ir caminando —afirmó el peliblanco—, ellos solitos, al hospital.

—Y así me dicen que el psicópata soy yo —chasqueó la lengua, negando con la cabeza—. Oi, ¿qué es lo que haces?

Hanna sólo le enseñó el dinero que sacó de las billeteras de los tipos, mientras estaba comiendo una paleta en el proceso.

—Dinero, dinero, dinero.

Era dinero gratis.

—Robar es ilegal.

—Es cierto —Akira afirmó—. A Senna se le robaron las nalgas.

—¡¿Hah?!

Hanna pensó en Koko y Sei, inconscientemente, por el dinero, no se hablaba mucho con ese par desde que empezó a salir con Keisuke, era algo incómodo entre ellos.

Especialmente por la forma en que los dejó.

Meneó la cabeza, ya había pasado mucho de eso y estaba bastante feliz con su situación actual. Aunque todavía estaba tratando de procesar que estuviera embarazada, simplemente era irreal.

—¿Qué pasa, Senna? —se levantó, contando los billetes—. Tienes cara de enojado.

—¿Te parece?

—¿Estás enojado porque le desfiguró la existencia con una llanta a ese tipo?

Akira alzó una ceja.

—¡Sí! —Senna soltó un quejido, cruzándose de brazos—. ¡Era mi llanta, la mía, mi llanta!

Hanna sonrió levemente y negó con la cabeza mientras se subía a la motocicleta de Senna.

—No seas llorón —se quejó—, no creo que se haya dañado tanto.

La razón principal de porque dejaba la suya en el taller era para que nadie en la Toman pudiese reconocerla cuando estaba siendo Whitesnake.

—Y si es así, dale la cuenta a K —meneó la cabeza—, pero en silencio. Si alguien se entera, te cocino vivo.

Aunque también era cierto que faltaban algunas piezas que ella no había pagado aún para tener una excusa convincente.

—¿Cuánto tiempo más tendrás tu moto allá? —pujó el pelimorado, subiéndose detrás de ella—. Me cansa ser parrillero en mi propia moto.

—Aún no —chasqueó la lengua—, primero debemos asegurarnos de unificarnos con la Toman.

Pero ese sueño todavía parecía bastante lejano, por lo que Senna sólo suspiró mientras se resignaba, Akira les sonrió mientras los guiaba. No podía confiar en ese par para direcciones.

Tenían pésimo sentido de la orientación.

Para ser parte de una pandilla de motociclistas.

Irónico, ¿no es cierto?

Pararon un momento por una florería donde Hanna se detuvo a comprar un ramo que luego llevaría Senna en manos durante el resto del trayecto. Cuando finalmente llegaron al hospital, Hanna apretó sus labios.

—¿Segura que quieres entrar sola?

—Sí.

—Es una imagen difícil de ver, Hana —la detuvo Akira—. Estaremos tres pasos detrás de ti.

—Ya sé, par de idiotas, estaré bien —suspiró—, voy a entrar a verla. Hagan guard-

La pelinegra parpadeó al ver a Draken y Mikey entrar al hospital.

—¿Y eso...?

Hanna suspiró y les señaló la entrada trasera, no quería tener que verlos ahora mismo, estaba furiosa todavía con los tipos de Moebius y le enfurecía que no pudiera hacer nada directamente.

—Siete puntos en la cabeza, dientes rotos, retina desprendida en el ojo izquierdo —Draken estaba explicándole a Mikey—. Los golpes en todo el cuerpo dejaron costillas rotas y ha estado inconsciente durante cinco días.

Takemicchi observó con sorpresa a la chica que estaban viendo en ese momento.

Eso era horrible...

—Así trata Moebius a sus víctimas —comentó, metiéndose los manos a los bolsillos—, un transeúnte la encontró desplomada en la calle y denunció lo sucedido.

Takemicchi vio entonces una escena que le dejó comprender finalmente por qué Draken era tan importante para que la Toman del futuro no se descarriara de su actual propósito cuando los padres de la chica llegaron y Draken hizo que Mikey se inclinara ante ellos.

—Vamos a pelear con Moebius pronto —dijo Draken, todavía estaban agachados—. Nosotros lidiamos con nuestros problemas en nuestro mundo.

Mikey tragó.

—Todos los miembros tienen familias —afirmó—, personas por las que se preocupan.

Takemicchi, que estaba escuchándolos desde la esquina, miró de reojo a ese par.

—No podemos dejar que los lastimen —añadió con voz tranquila—, no podemos hacer a sus amigos y familias llorar cuando no están involucrados.

Necesitaban a Draken.

—No tienes que reverenciar, Mikey —le dijo—, sólo preocupate por los demás, ten corazón.

Porque Draken era el corazón de Mikey.

—Eres tan amable, Kenchin —Mikey miraba al suelo—. Lo siento, Kenchin. Yo...

Por un momento pensó en Hanna. ¿Cómo se sentiría si la chica que estaba ahí no fuera esa chica sino que fuera Hanna? Acabaría con el mundo entero, así que podía entenderlo mejor de ese modo, empatizando más con lo sucedido.

—Estoy feliz de que estés a mi lado —le dijo a Draken.

Draken compensaba lo que le falta a Mikey.

Takemicchi sonrió, decidido a volver, tenía nuevas pistas de cómo cambiar el futuro.

—Hombre —se quejó—, tengo hambre ahora.

—¡¿Huh?! —lo volteó a ver entonces—. ¡Acabas de comer!

—Dormir me hace dar hambre —replicó Mikey.

—¿Cómo funciona eso?

Cuando Hanna se iba a acercar al par de sonsos con una pequeña sonrisa al oírlos, chocó con una persona que iba caminando por el pasillo y frunció el ceño, volteándose hacia atrás.

—Oi —se quejó—, fíjate por donde vas, imbécil.

—¡P-perdón!

Ella alzó la mirada y encontró de nuevo esos ojos azules, pero esta vez se veían diferentes, más maduros y extrañamente decididos por lo que ladeó la cabeza.

—Sigues estando asustado —chasqueó la lengua al reconocerlo—. Como sea, apártate, pulga.

—Ah... ¡Hai!

Takemicchi no escuchó mucho lo que dijo aquella chica y tampoco la miró porque estaba demasiado concentrado en buscar a Naoto.

—¡Gomen!

Hanna lo miró por encima del hombro, había algo en ese chico que le dejaba un mal sabor de boca, como si tuviera que saber quién era.

—¡Yo, Mikey —alzó la mano—, Ken-chan!

Akira y Senna la miraron confundidos, normalmente se metería en problemas si chocaba con alguien, pero lo adjudicaron al hecho de que Mikey y Draken estaban cerca.

.

.

.

—¡¿Huh?!

Takemicchi se sorprendió al escuchar aquello.

¿No sólo se habían visto una sino dos veces antes de ese día?

Además ese día si era él, no su yo del futuro, miró al suelo. ¿Era por eso que sentía que ya la había visto antes? Podía entender que no la recordara de doce años atrás, pero si era él, quizá.

—Ese día, Takemicchi, te veías diferente —comentó con la mano en el mentón—, pero mi cabeza estaba en otro lugar porque...

Hanna miró sus manos y la sensación de la sangre que a veces la ahogaba, la misma que ahora en las noches no la dejaba tocar a su bebé, por temor a corromperlo.

—Cuando creé Pandora tenía tres reglas.

—¿Tres reglas?

—La primera era que no nos metemos con las familias del objetivo —dijo—, nada de niños pequeños y tampoco toleramos que toquen a las mujeres.

—¿Cuáles eran las otras dos?

Hanna lo miró con una sonrisa.

—La segunda era jamás pelear con Toman —comentó—, y la tercera era...

Hanna miró sus manos un momento.

'No matarás'

—No importa, esa nunca se cumplió —meneó la cabeza mientras se rascaba la mejilla—, el caso es que me sentía terriblemente culpable por lo que ocurrió a la chica del amigo de Pah.

—¿Huh? —parpadeó—. Pero eso no es tu culpa.

—¿No lo era?

Hanna apretó los labios.

—Si me hubiera desecho de Moebius desde el inicio...

Takemicchi notó la culpa en sus ojos y le puso la mano en el hombro, ella sonrió con los ojos cristalizados, podía ver que realmente le dolía. 

—Esa chica nunca...

Hanna vivía con ese dolor.

.

.

.


Julio 21, 2005


Mikey suspiró contra su babu mientras apreciaba el silencio que traía esa noche, había estado pensando mucho en Hanna últimamente, eso lo mortificaba considerando que era ¨la chica de Baji¨ desde hacía un buen tiempo. Se metió un dulce a la boca.

¿Cuánto tiempo había pasado ya...?

Un año entero y un par de meses, si no estaba mal, desde que Hanna y Baji comenzaron a salir. Era sorprendente que Hanna realmente era bien portada.

¿Por qué la dejó ir?

¿Por qué fue tan cobarde?

¿Ella realmente era feliz sin él?

En ese tiempo su relación con Baji se había extenuado un poco, había demasiada tensión entre ellos. Incluso más de la que ya había en el pasado considerando que, luego del tema de Kazutora, su amistad se había vuelto tensa de por sí.

No era lo mismo que en halloween y navidad.

En esos tiempos usualmente hacían pequeñas treguas, por ella, porque no querían arruinarle a Hana esos días, pero el resto de los días era difícil llevarse tan bien.

—Mikey.

Él se volteó entonces para verla, la pelinegra lo veía parada cerca a la barandilla del río y sus grandes ojos hicieron que tragara fuerte.

¿Cómo podía simplemente pararse ahí y verse tan hermosa?

Mikey apretó sus labios mientras se acomodaba en su motocicleta, viéndola fijamente. Ella giró su cuerpo completamente hacia él entonces, usualmente no hacía eso a menos que fuera serio.

—¿Qué pasa —intentó sonar casual—, Hanchin?

—Oí sobre el problema de Pah y... Ya hablé con él —comentó ella, metiendo sus manos en los bolsillos de su pantalón—. Pahchin está furioso.

Hanna y Pah, a simple vista, eran amigos que peleaban usualmente por quien comía más o quien era más estúpido, pero en realidad ambos se querían y se cuidaban entre sí, a su forma.

Ella debía estar furiosa, igual que ellos.

Hanna siempre había sido sensible a las mujeres que eran abusadas, principalmente por el ambiente en que se crió. Tenía un punto débil por las mujeres así que estaba seguro que en ese momento estaba furiosa.

—Sí...

—Mikey —lo miró a los ojos cuando se acercó—, déjame pelear junto a ustedes, incluso si no me dejas unirme a Toman, déjame pelear con ustedes.

Lo había visto venir, Mikey suspiró, acomodándose en la silla de su moto antes de mirarla.

—¿Desde cuando pides permiso para pelear? —bufó—. Con la primera división sólo te vas metiendo en medio.

Usualmente ella hacía lo que se le daba la gana sin siquiera pensar, a menudo se peleaba con Baji y él por la misma razón aunque sus peleas eran distintas. ¿Y estaba pidiéndole permiso? Al menos eso parecía.

—Michael —lo miró fijamente—, quiero pelear con ustedes.

—No es tan sencillo, Hanchin —se cruzó de brazos—, esto no es un juego, es una pelea real.

—Ya lo sé —sus labios se fruncieron—, y sabes que soy tan fuerte como los demás.

La mirada de Mikey se centró en sus ojos.

Lo sabía, de verdad.

Hanna era más fuerte y tenaz de lo que se veía, era una cualidad que le ganó el respeto de todos los fundadores de la pandilla desde años atrás, incluso Mucho la respetaba aunque no se agradaban entre ellos, pero...

Seguía siendo 'su' Hanna.

No sólo era una chica fuerte y resistente, era ella, no cualquier chica. Nunca cambiaría su opinión sobre no dejarla estar en la Toman, por eso le dio un puesto de enfermera cuando la creó.

—Necesitan personas —afirmó la ojigris—, mientras más es mejor, ¿no es así?

Aunque ella igual se metía en problemas y peleas.

Generalmente esas peleas eran pequeñas, dentro de lo que cabía la palabra, pero esta vez era diferente, iban contra Moebius. Los monstruos que le hicieron todo eso a esa chica.

Moebius estaba a otro nivel.

No podía permitirlo ni iba a permitirlo por nada del mundo, incluso si tenía que pelearse con ella, no la dejaría exponerse al peligro de esa forma. Ella era demasiado buena para eso.

—Esto no es como las peleas de la primera división, Hanna —apretó la mandíbula—. Es una pelea donde toda Toman estará involucrada.

—Ya lo sé —afirmó—, pero hey, incluso puedo llamar a los chicos y te apoyaremos.

Con 'los chicos' Mikey supuso que se refería a los raritos que siempre estaban con ella cuando ella no estaba con la Toman.

—No.

Eran un grupo bien extraño que, a veces se veían como una pandilla pero de inútiles, todos eran buenos amigos de Hanna.

—Mikey.

—No.

—Mike-

—No eres cualquier chica —bufó, interrumpiéndola—, Hanna.

Hana era, además, la novia de Baji,
por si fuera poco.

—Eres importante para todos, para mí y para Baji también —afirmó—. Estoy seguro que él no querría que salgas lastimada. ¿O sí?

—¿Qué soy según tú? —alzó la ceja—. ¿Una damisela en peligro?

Hanna sabía que a Baji le molestaba que peleara, pero la razón no era que la viera como una damisela en peligro ni nada por el estilo, en realidad la razón era algo curiosa.

—No es eso —replicó con voz firme—. Hanna, esta pelea no es como las otras.

A pesar de que Mikey tenía prohibido que Hanna peleara, Hanna no era precisamente la persona más obediente del mundo. A diario se había metido en peleas de la Toman, especialmente en las de la primera división de Baji, para luego fingir que no pasó nada.

La razón por la que seguía insistiendo.

Era porque ella siempre se salía con la suya.

Pero esta vez no lo haría.

—Las cosas contra Moebius se pueden tornar... demasiado violentas, Hanchin —masculló, cruzándose de brazos—, y ese no es lugar para alguien como tú.

—¿Alguien como yo? —repitió con tono incrédulo—. ¿Qué se supone que significa eso?

Mikey insistía con seguir viéndola como una chica indefensa incluso cuando había probado cientos de veces que no lo era. En los ojos de Mikey, Hana era un ángel inocente que debía proteger.

Tenía la percepción de la realidad algo alterada.

Alguien que tenía que cuidar, pero ella se negaba a dejarse cuidar, por más que insistiera en el pasado con que dejara de ser la tipa ruda e independiente que era, no lo bacia. Ella sólo tenía que confiar en él. Meneó la cabeza al ver lo que estaba pensando.

—Alguien a quien todos queremos —afirmó el rubio—, a eso me refiero.

La tensión entre ellos era palpable, una batalla silenciosa que Hanna no estaba dispuesta a perder, pero Mikey tampoco. Hanna, de hecho, era mucho más que la novia de Baji para él.

Hanna era la luz en su oscuridad.

Era su mundo.

Su única debilidad.

Ella podía, con un sólo dedo de su mano, tener a sus pies al ¨invencible¨ Mikey si así lo quisiera, pero había algo que él jamás negociaría y eso era su protección.

—No vas a pelear con nosotros —declaró—, y punto.

Su voz no dejó espacio para argumentos.

—No puedes decirme qué hacer, Mikey.

Hanna apretó la mandíbula.

—¿No? Mírame —señaló sus labios—. No. Vas. A. Pelear.

Se bajó de la moto para acercarse a ella sin apartar la mirada de sus ojos.

—No estoy diciéndote esto como tu amigo, Yagami —aclaró de inmediato con voz firme—, lo estoy diciendo como el líder de la Tokyo Manji Gang.

Podrías cortar la tensión con un cuchillo, era el peso de su historia juntos y la presión de la próxima batalla que se cernía sobre ellos como una sábana pesada sobre sus cabezas.

—¡No entiendes una mierda —gritó—, Mikey!

Hanna sabía que Mikey no estaba jugando.

—¿Qué se supone que significa eso?

Pero también sabía que necesitaba pelear.

—Significa —tomó una breve inspiración—, que siempre eres tan malditamente sobreprotector y autoritario conmigo, me tratas como si fuera una niñita que necesita ser protegida cuando no es así.

—¿Hah?

—Tú crees que sabes lo que es mejor para todos —lo agarró del cuello de la camisa—, pero no es así, Mikey.

Mikey miró sus labios, odiaba tenerla tan cerca porque cada vez que lo estaba, no podía evitar pensar en lo mucho que quería besarla. Hanna ni siquiera sabía cómo se sentía él.

Ella lo había superado a él,
pero él no a ella.

Era la realidad con la que intentaba vivir cada día desde que se enteró que Baji y ella eran novios, era más difícil de lo que ella creía, había algo en él que no quería dejarla ir.

Quería róbarsela.

—Yo sólo... No quiero verte lastimada —su voz bajó un decibel—, no quiero que te lastimen.

—¿Y entonces yo qué hago, Mikey? —frunció el ceño—. ¿Esperas que los vea ir a la pelea contra esos monstruos y ya? ¿Qué luego los reciba de vuelta con una gran sonrisa?

—Sólo te estoy pidiendo que te quedes fuera de toda esta mierda, Hana.

—Y yo te estoy diciendo que no lo haré —masculló—, pelearé con ustedes, sólo déjame hacerlo.

Mikey frunció el ceño.

¡Ella nunca lo escuchaba!

A veces detestaba tanto su espíritu impulsivo, no tenía idea como Baji podía amar esa parte de ella, ¿cómo podía gustarle eso? Frunció el ceño.

Él sólo quería protegerla.

Incluso si sabía que ella podía protegerse...

¿Qué tenía eso de malo?

Era horrible y desesperante, a veces le gustaría agarrarla de los hombros y pedirle que dejara de ser tan así, sólo tenía que permitirle protegerla y cuidar de ella, ella estaría más segura así.

—Ustedes son mis amigos, voy con ustedes —se cruzó de brazos—. ¿Olvidaste que juramos estar en las buenas y en las malas para todos?

Hanna no entendía lo que pasaba por su cabeza, pero él jamás lo explicaría, quizá era la principal razón por la que nunca habían podido estar juntos realmente.

—No —negó con la cabeza—, no lo permitiré.

Él no podía explicar lo que sentía y ella no tenía paciencia para esperar hasta que él quisiera decirlo.

—Mikey, puedo ayudar —lo miró a los ojos—, quiero ayudarlos.

—Yo no... No quiero que pelees.

Mikey no podía soportar la idea de perderla o verla en peligro, pero sabía que ella lo desafiaría, eso sólo reforzaba su miedo de algún día ella se fuese a alejar de él completamente.

¿Por qué siempre lo llevaba al borde de la locura?

Se mordió el interior de la mejilla.

—¿Qué hay de lo que yo quiero? —lo miró a los ojos—. ¿No importa, Mikey?

—Hanna —la agarró de los brazos—. ¡No quiero perderte!

Hanna parpadeó confundida, él bajó la mirada, la imagen de esa chica seguía atormentándolo cada vez que pensaba 'y si hubiese sido Hanna' La sola idea lo estaba matando lentamente.

No quiero perderla.

No lo resistiría.

No soy tan fuerte.

A diferencia de Baji, que era capaz de confiar en ella plenamente y pelear codo a codo con una sonrisa en la cara, Mikey quería tomar a Hanna y encerrarla en una pequeña cajita de cristal donde nadie pudiera hacerle daño jamás.

Donde nadie pudiera verla, tocarla,
ni respirar su mismo aire.

—Mikey... Quiero pelear con ustedes —le puso la mano en la mejilla—, déjame hacerlo.

Ah, esa actitud de ella siempre era un obstáculo en su relación, una de las principales razones por las que terminó perdiéndola contra Baji. ¿Por qué no lo escuchaba cuando le decía que no debería hacer las cosas? Era fácil y no era con mala intención.

Sólo lo hacía por su propio bien.

—¡Me importa un carajo lo que tú quieras! —estalló finalmente, apartándola—. ¡Ya te dije que no!

Hanna retrocedió un poco con el ceño fruncido.

—¡No vas a pelear con nosotros —declaró—, jamás! Y ese es el fin de esta maldita discusión.

—¡¿Quién te crees que eres para gritarme —frunció el ceño, furiosa—, Manjiro Sano?!

—¡¿HAH?!

Mikey dio dos pasos más hacia ella.

—¡¿Quién te crees que eres —la empujó con un dedo en el hombro—, Hanna Yagami?!

Ambos se miraron con seriedad, sus corazones latían fuertemente al unísono de la furia que se creaba entre ambos. Mikey en su intento de protegerla y Hanna en su intento de probar que él estaba mal.

—¿Qué está pasando aquí...?

—Parece que están peleando —Mitsuya y Draken se miraron entre ellos—, otra vez.

—Baji.

El pelinegro sólo apretó la mandíbula mientras los veía en silencio con el ceño fruncido.

—¡Esto no es un juego, Hanna —le gritó Mikey—, no es un maldito cuento de hadas donde una chica puede jugar a ser el héroe!

Hanna frunció el ceño al verlo tan cerca de ella. ¿Qué había pasado con el pequeño vaquero que creía que conquistarían todo el país juntos? No lo entendía.

¿Qué significaba todo eso para Mikey?

¿Eran sólo mentiras blancas que le dijo cuando quería conquistarla? Apretó la mandíbula, viéndolo fijamente a los ojos aunque los suyos comenzaran a escocer un poco por la ira.

—¡Ya no somos esos niños jugando a los estúpidos disfraces —le gritó—, supéralo!

Mikey estaba perdiendo la poca paciencia que estaba guardando con toda la situación, inevitablemente no podía dejar de pensar qué pasaría si esa chica hubiese sido Hanna.

—Es hora de que madures —masculló, ella iba a hablar pero no se lo permitió—, Hanna.

No permitiría que ella se acercara a esos brutos.

Mientras veían como Mikey gritaba a Hanna, Draken y Mitsuya apretaron los puños, pero fue Baji quien estaba todavía más afectado por la situación.

—Ya tuve suficiente de esta mierda —murmuró—, me harté de esto.

Mikey seguía gritando sin prestar atención al resto del mundo, para él sólo eran ellos dos, pero Baji lo notó.

—¡Supéralo, Hanna —dio otro paso, Hanna frunció el ceño—, maldita sea!

Detestaba la forma en que Mikey trataba a Hanna y la forma en que Hanna seguía perdonándole siempre. Incluso si ellos lo perdonaban también, Baji no quería que nadie lastimara a su chica.

Incluso si ese alguien era Mikey.

Hanna era fuerte, sí, Keisuke lo sabía perfectamente. Su fuerza era algo que él amaba y admiraba de ella.

Estaba orgulloso de ser su novio.

No cualquiera podría decir que salían con una mujer como ella, pero también sabía que en el fondo de la chica ruda había una niña pequeña y preciosa que merecía ser amada y tratada bien todo el tiempo.

—Baji —Mitsuya intentó agarrarlo antes de que fuera a cometer alguna locura, pero este simplemente se zafó y caminó hacia ellos—. Agh, mierda...

Draken apretó los labios.

—Mikey.

Baji la vio discutir con Mikey, hablando en tono neutral y cuidando siempre sus expresiones, su cabeza se movía tan extraño que era casi hipnotizante.

Sólo deja de hablar y golpéalo.

—¡Esta es la vida real —Mikey seguía y seguía—, la gente se lastima y hay gente que muere, Hanna!

Baji azotó una lata de gaseosa vacía contra el suelo cuando vio a Mikey ya estando a pocos centímetros de la boca de Hanna.

Siempre la misma mierda.

Estaba cansado de esa situación. Hanna y Mikey peleaban, pero a medida que se enojaban más y más, Mikey siempre terminaba acercándose tanto a Hana que quedaba prácticamente a punto de besarla.

Nanda —intentó sonar casual—, nanda.

El problema era que Hanna odiaba apartarse de él porque sentía que eso significaría perder la discusión y ella odiaba perder a un punto casi enfermizo.

—¿Qué mierda está pasando aquí?

Él sabía que Hanna golpearía a Mikey, si se pasaba de la línea, pero eso no evitaba que lo molestara.

—Baji —Mikey lo miró—, esto no es tu problema, apártate.

—Tú no le hablas a mi chica así y pretendes que no es mi problema —recriminó, haciéndose detrás de ella y abrazándola mientras miraba fijamente a Mikey—. Deja de gritarle a Hanna.

—Baji —Mikey advirtió.

—Déjalo, Kei —Hanna intentó contener la rabia cuando se dirijo a él, pero podía ver que estaba temblando—. No puedes decirle a Mikey qué hacer.

—Sí —aceptó—, pero tampoco puedo simplemente permitir que te hable así.

—Kei, si tú piensas que porque soy una chi-

—No te estoy protegiendo porque seas 'una' chica —masculló entre dientes—, sé perfectamente lo fuerte y capaz que eres, mi amor, pero eres mi chica.

Hanna lo vio boquiabierta.

—Nadie te trata así en frente de mí —declaró, volteando al rubio—. Ni siquiera tú, Michael.

—¿Qué vas a hacer, Baji? —el rubio sonrió de lado— ¿Golpearme?

—¿Me estás dando permiso? —lo miró fijamente—. No creas que no lo haría sólo porque eres el líder, Mikey, incluso te mataría. Haría lo que fuera por mi nena.

Hanna bajó la mirada completamente roja.

Qué vergüenza era que dijera eso en esa situación.

Mikey sólo lo miró fijamente, sintiendo los celos recorrer sus venas, de nuevo.

—Atrévete.

—Keisuke Baji, no te atrevas —ella se puso frente a Mikey—. Y tú, de verdad, Mikey... eres...

—¿Qué?

—¡Estoy harta de que me trates así! —expuso, frunciendo más el ceño—. ¡Harta, te digo!

—¡¿Sí?!

Mikey apretó la mandíbula cuando vio esa mirada en sus ojos, la había visto más seguido desde que Hanna comenzó se fue al extranjero, especialmente ahora que salía con Baji.

—Yo también —agregó el pelilargo.

Ambos se giraron a verlo.

—¿Qué? —Baji se alzó de hombros—. También estoy molesto de que te trate de ese modo.

Entonces Mikey...

.

.

.

—¡¿Mikey lo pateó?!

Hanna asintió.

—No tardaron en irse los dos a los puños —comentó, sonriendo brevemente—. Eran así todo el tiempo, desde pequeños...

—¡¿Y tú solo miraste?!

—Bueno —Hanna miró al techo—, al principio sí. Luego Draken y Mitsuya los separaron, el caso es que Baji y yo terminamos baneados momentáneamente de todo el asunto de Pah.

—Oh.

—Luego de eso, creo que al día siguiente o algo así, le confesé a Baji que estaba embarazada —sonrió al recordarlo—, ambos pasamos un día genial.

—Baji-kun...

Ella lo miró.

—Hablas de él con tanto amor.

—Sí —sonrió brevemente—. ¿Cómo más podría hablar de él?

Hana Yagami no creía en el amor al principio, incluso cuando salió con un par de personas sus relaciones siempre estaban destinadas al fracaso porque jamás se enamoraba o porque esa persona se obsesionaba.

Pero Baji siempre fue la excepción a la regla en todo.

—Lo amo... Lo amo con todo mi corazón, cuerpo y alma —declaró—. Keisuke Baji es... mi mundo, mi todo.

Mi amor...

Takemicchi la observó en silencio, no logrando entender cómo las relaciones entre Mikey, Baji y ella funcionaban. Lo agobiaba porque realmente no podía entender qué sucedió entre Mikey y ella.

¿Cómo Mikey ¨la perdió¨ y ella terminó junto a Baji?

Todos siempre hablaban de eso, pero ninguno se atrevía a decir en voz alta cuál era la verdadera razón o lo que sucedió.

—¿Qué sucedió después?

Lo único que Takemicchi sabía era que Baji ya no estaba y el vacío que dejó fue demasiado grande, por lo que Hanna refugiaba su amor en otras personas.

Buscando llenar su vacío.

Pero Mikey era el único de todos con quien sabía que se había casado en uno de los futuros. Mikey era especial para Hana, de alguna forma.

—Hm —Hanna miró el juego en la mesa otra vez y moviendo un peón—, luego de eso... Pahchin fue arrestado. ¿Recuerdas?

—Oh, sí —murmuró—, yo... estuve ahí.

Hanna asintió.

—Yo, bueno —hizo una mueca—. Le di una paliza a Mikey por eso.

—¿Huh? —Takemicchi parpadeó, su cerebro era como Internet Explorer por momentos—. ¡¿A Mikey-kun?!

.

.

.

Quizá fue la ira, Hanna no estaba segura, pero cuando Mikey le contó lo que había pasado mientras ella había estado ocupada con los asuntos internos de Pandora... Estalló.

—¿Qué...?

—Hanna.

—¡¿Cómo dejaste que esta mierda pasara, Mikey?!

La voz de Hanna fue fría, estaba parada enfrente de Mikey con los puños cerrados y los ojos en llamas, metafóricamente hablando, por si te lo preguntabas.

—Sólo pasó —Mikey miró al suelo.

Todo pasó tan rápido y justo frente a sus ojos.

Draken sosteniendo a Osanai, Pahchin lo apuñaló justo después de que oyeran a la policía, justo cuando habían ganado la pelea y absorbido a Moebius.

—Sólo pasó —repitió ella—. Sólo... pasó, dices.

Su voz sonaba completamente incrédula.

¨Lo siento, Mikey¨

¨Pehyan, cuida de la tercera división por mí¨

¨Yo me voy a entregar¨

Aunque Mikey no quisiera aceptarlo, Draken lo sacó de ahí y mientras corrían, Takemicchi se desmayó también por la paliza que había recibido por lo que tuvieron que llevarlo al hospital.

—¡¿Sólo pasó?! —gritó la pelinegra entonces, atinándole un golpe en la cara—. ¡¿Qué mierda significa eso, Mikey?!

Todos los capitanes en Toman se quedaron en silencio al ver a aquella chica perder los estribos, usualmente era más calmada, cuando no se metían con sus personas importantes. Mikey bajó la mirada con sólo una cosa en mente.

Ah, me lo merecía...

—¡¿Eres estúpido acaso?!

Hanna le dio otro golpe en la mejilla, haciendo que se tambaleara hacia un lado. Sanzu apretó la mandíbula, detrás de Muto, mientras la veía con el ceño fruncido.

Ninguno se atrevía a intervenir.

No, más bien era que tenían órdenes explícitas de nunca intervenir, una regla que Mikey impuso la única vez que Sanzu y ella pelearon frente a todos en el pasado.

Sólo podría decir que no salió bien para ella.

Así que, ahí estaba él, soportando en silencio los golpes.

¿Qué demonios le veía él a esa chica?

Muto la veía en silencio, siempre era sorprendente verla en acción pero molesto al mismo tiempo.

—Pahchin... cometió un error —susurró—, pero yo me enc-

—¡¿Un error?! —Hanna lo pateó en el pecho y Mikey cayó al suelo sin aire—. ¡Está en la correccional, Mikey!

Mikey se masajeó la mandíbula, el ardor del puño que atinó Hanna fue un recuerdo de sus sentimientos mezclados con dolor. Soltó un suspiro y la miró a los ojos, aún en el suelo.

—Mira, lo arreglaré —prometió—, voy a sacarlo de ahí, sólo tienes que confiar en mí.

Hanna trató de calmarse cuando lo vio respirar con dificultad.

Quizá se había excedido porque no midió su fuerza.

Estaba furiosa, pero eso no quería decir que estuviera bien lo que estaba haciendo. Dio dos pasos atrás mientras miraba de reojo a Baji, que sólo cruzó los brazos, viéndola fijamente.

—Bien —suspiró, extendiéndole la mano—. ¿Estás bien?

Mikey la tomó enseguida y se levantó, arrugando la nariz porque realmente Hanna le había golpeado fuerte. Usualmente se contenía, pero era prueba de lo furiosa que estaba.

—Hm.

Mikey no sabía cómo sacar a Pah, pero lo haría de algún modo. Se limpió el pantalón por costumbre.

—Estoy bien —murmuró entre dientes.

—Bien —la mirada gris se tornó gélida—. Esta mierda, Mikey...

Manjiro no pudo evitar pensar en lo bonita que se veía su Hanchin de ese modo.

—No se debe repetir —masculló, Mikey la miró y asintió—, ya hay dos de la Toman allá.

Mikey frunció el ceño con molestia ante su comentario.

—No —él se pasó una mano por el cabello—, descuida.

Hanna no odiaba a Kazutora del mismo modo que él, aunque ciertamente no lo había perdonado del todo por la situación de Shinichiro, seguía queriéndolo en el fondo, era un secreto a voces.

—Te prometo que lo voy a sacar de ahí.

Hanna miró a Mikey de reojo.

No se trataba de eso.

Pahchin se entregó él mismo, ella respetaba eso, pero al mismo tiempo consideraba que no debía arruinar su vida así.

Ella misma no sabía qué curso de acción tomar.

.

.

.

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