Capítulo 12 Conflicto familiar
Mal corrió por el control en las manos de su madre, pero Uma la tackleó y la sometió en el suelo. Doce, once, diez... No llegaría a tiempo hasta el control antes de que Maléfica se de cuenta de que puede apagar la barrera. Uma le golpeó la cara y Mal odiaba admitir que tenía buen puño. Mal giró y puso a Uma debajo suyo, aunque intentó levantarse, Uma no se lo permitió.
—Bien, mi turno —Mal preparó su puño, pero alguien la jaló del cabello y la arrastró por el suelo lejos de Uma.
—Gracias compañera —Uma se sacudió la tierra.
—De nada, capitana —Maddy se rió. Anthony se limpió la sangre de su labio y pateó a Mal.
—¿Querías jugar a la heroína? Atente a las consecuencias —Anthony la jaló de la camisa de nuevo al suelo y la pisó, obligandola a besar la tierra. Uma la pateó. Maddy saltó sobre ella. Tres, dos, uno.
Tal vez Maléfica no sabía que la señal solo se deshabilitaba por veinte segundos, así que mientras no presionara el botón por desesperación estaban a salvo.
—Día de patear a Mal ¿puedo unirme? —preguntó CJ Garfio, la hija menor del capitán.
—Capitana, concédame el honor también —dijo Harry lamiendo la sangre que resbalaba de su mejilla.
—¡Por supuesto! Todos los que alguna vez hayan querido patear a Mal acérquense y disfruten el show, hay suficiente para todos —Uma se carcajeó. Rápidamente un grupo de hijos de villanos se acercó. Unos se unieron y le lanzaron tierra o piedras, otros se sumaron y la patearon en el suelo, otro pequeño grupo se limitó a reír.
Shan Yu atacó a Lonnie y la dejó en el suelo. Ella bloqueó su ataque fatal con una tabla de madera, intentó huir arrastrándose por el suelo, pero Shan Yu la tomó del talón y la jaloneo de regreso.
—Terrible deshonra para tus ancestros, no estas a la altura de tu madre, ni siquiera de tu padre.
—¡Sueltala! —ordenó Evie al terminar de preparar un ácido corrosivo con los podres ingredientes de la Isla de los Perdidos, se lo lanzó a Shan Yu y no logró el efecto esperado, solo una quemadura que le dejó la piel enrojecida, pero logró hacer que soltara a Lonnie y su espada. Robó su arma y estaba dispuesta a terminar con él, pero Evie le recordó cuál era su misión: recuperar el control.
—¡Atrapen a ese duende! —escucharon gritar a Mal desde las escaleras del edificio junto al Castillo de las Gangas. No sabían a qué duende se refería Mal, no veían a ninguno pasar por ahí. Shan Yu lanzó una roca en dirección a Evie y Lonnie, aún con todo su brazo izquierdo inmovilizado por la quemadura del ácido, el guerrero Huno no se rendía y estaba decidido a finalizar lo que comenzó. Corrió y las empujó a ambas con su cuerpo al suelo. Lonnie sostuvo la espada con fuerza y no la soltó. Shan Yu tomó su espada por la hoja afilada y una línea de sangre resbaló por el filo.
—Esto es mío —pateó a Lonnie en el estómago y recuperó su arma. Ensució el mango con su sangre e intentó apuñalar a Lonnie. Ella lo esquivó. Evie gateó fuera de la escena y se encontró con un carrito de verdura vieja que empujó contra Shan Yu y lo quitó del camino.
—¿Estás bien? —escucharon un estruendo del otro lado de la plaza y la estatua de Maléfica había desaparecido, ahora Gastón estaba debajo de los escombros de la vieja y fea estatua. Lonnie asintió y Evie la ayudó a levantarse. No sabían quien tenía el control de la barrera, Mal había hablado de un duende, sin embargo ninguno de los duendes que encontraban tenía el control entre sus manos. Vieron a Maléfica atravesar el caos de villanos y dirigirse a un basurero, rebuscó en la basura y sacó un objeto verde brillante.
—¡Es el control! —Lonnie se giró para recuperar la espada de Shan Yu y juntó a Evie corrió para recuperar la batería. Entonces Maléfica gritó.
—¡Ese niño tiene una máquina que no nos deja abrir la barrera, atrapenlo! —una ola de villanos se apresuró a capturarlo. Los antihéroes intentaron retenerlos. Mal también gritó una orden para proteger a Carlos a toda costa.
—Hay que ir por el control —dijo Lonnie, Evie se negó.
—Hay que ayudar a Carlos —suplicó.
—Nuestra misión es recuperar esa batería.
—¡Carlos no nos dejaría solos!
—¡Todos los que alguna vez hayan querido patear a Mal acérquense y disfruten el show, hay suficiente para todos! —oyeron a Uma alentar a la multitud, al parecer tenían a Mal en el suelo totalmente indefensa. Un gran grupo se acercó para patearla, tirarle cosas y burlarse.
—¿Qué hacemos? —preguntó Evie. Mal y Carlos eran sus mejores amigos, pero si no recuperaban el control todo por lo que se habían esforzado sería en vano.
—Tú ayuda a Carlos, yo me encargó de recuperar el control.
—¡Te matará antes de qué te des cuenta!
—Nos matará a todos si no le quitamos el control.
—¡Ay, rata callejera! —gritó Maléfica, aunque no estaban seguras del porqué.
Vieron a Jay con los ojos rojos y llorosos sostener el control en sus manos. Jay arrancó la gema del control y escondió la gema en su ropa. Sin la Escama del Dragón para alimentar el control de la barrera era imposible abrir la cúpula.
Jay las vió a lo lejos como dos manchas borrosas que podía reconocer apenas por la silueta y corrió a ellas escapando de Maléfica y los villanos que quedaban. Se talló los ojos y lagrimeo.
—No las puedo ver, no puedo andar solo —exclamó tratando de limpiarse los ojos.
—Esta bien, tienes la batería solo hay que protegerla —le dijo Lonnie sacando una botella de agua de su mochila y lavándole los ojos.
—¡Hay que ir por Mal! —gritó Evie.
—No puedo, no puedo hacerlo —lloró Jay. Aún le ardían los ojos y el agua no le ayudó a recuperar la vista —¡Maldición! —se volvió a tallar.
—Yo iré, Evie cuida a Jay.
—Bien.
Antes de que Jay pudiera protestar, Lonnie lo silenció con un beso en los labios que duró lo suficiente para hacerlo olvidar el dolor de sus ojos. La hija de Mulán blandió la espada y espantó a los hijos de villanos que rodeaban a Mal.
—¿Cómo robaste el control de las manos de Maléfica? —le preguntó Evie a Jay, realmente estaba impresionada que lograra una hazaña así estando medio ciego.
—Vi cuernos, una cosa brillante y corrí. Maléfica será la Emperatriz del Mal, pero sigue siendo una vieja loca que se olvida de los detalles.
(***)
Mal seguía en el suelo, recibiendo golpe tras golpe sin oportunidad de levantarse y dar revancha. Oyó a Maléfica gritar algo, pero no entendió lo que dijo. Alguien más se acercó a la horda que la rodeaba y los asustó. Abrió los ojos para reconocer a su salvadora y resultó ser Harriet blandiendo su espada.
—H-Harriet, ¿qué haces? Te... V-van a...
—No sirve de nada ocultarlo ahora —Harriet bloqueó el ataque de Uma con facilidad. Harry intentó atraparla con el garfio, pero ella lo empujó y le arrancó el garfio de la mano.
—¿Estás de su lado? Pero... —CJ estaba confundida —¿Qué? Íbamos a gobernar los siete mares juntos en familia.
—Ser una familia sería genial, si papá no estuviera obsesionado con el mar y el olor a pescado fuera sencillo de quitar ¿verdad, camaroncito? —se burló de Uma. La morena le robó la espada a CJ y de nuevo atacó, hasta que una segunda espada de color negro con sangre seca en el filo se atraveso. Lonnie intervino y mantuvo a raya a los villanos que se aproximaban. Harriet ayudó a Mal a levantarse y le sacudió la tierra. Mal escupió un puñado de polvo y sangre, en esos momentos agradecía tener sangre de dragón que la mantuviera fuerte en momentos horribles.
—Hay que ayudar a Carlos —dijo Mal recuperando el aliento.
—Jay ya tiene la batería, pero esta medio ciego, tenemos que llevarlo a un lugar seguro.
—Tú ve con Jay, Harriet y yo nos encargamos de estos idiotas —pidió Mal.
—Nah ah, ustedes se van —Harriet se giró a ellas —. Hay un barco pequeño en el muelle, llevense a los antihéroes y escapen.
—¿Qué qué? —Lonnie no la entendía.
—No vamos a dejarte pelear sola, mucho menos ahora que saben que eres una antihéroe.
—Yo puedo con ellos, siguen siendo niños tontos que no saben lo que significa ser pirata de verdad. No desperdicien el tiempo y llevense la batería a Auradon mientras Maléfica no pueda abrir la barrera de otra forma.
—Volveremos por ti —prometió Mal —. Te buscaremos cuando llevemos la batería al barco y este a salvo.
—Lo que digan, ya vayanse —Harriet comenzó la pelea contra sus hermanos, Uma y los pocos hijos de villanos que se quedaron a ver el show. A Mal le costó trabajo respirar mientras corría, pero logró llegar hasta Jay e Evie.
—Necesitamos reunir a los antihéroes y huir ahora.
—¿Vamos a huir? —preguntó Evie.
—No podemos ganar, solo nos queda irnos mientras tenemos la batería —reconoció Mal —. Yo iré por Carlos, Ben y los antihéroes, ustedes tres irán al barco que dijo Harriet y protegerán a Jay hasta que nosotros lleguemos.
—Haremos todo lo que podamos —dijo Evie.
—Ay, que lindos, pero no lo harán —Jafar los encontró e intentó golpear a Jay con una réplica de su bastón. Lonnie la partió por la mitad con su espada —¡Dame esa escama de dragón o también los dejaré ciegos! —enseñó el polvo que le lanzó a Jay —. Denme la escama y les doy el antídoto para curarlo.
—Jamás —exclamó Jay. Mal le quitó la escama a Jay y se la mostró a Jafar.
—Bien, bien, pero dame el antídoto —ordenó. Jafar se burlo.
—Sé cómo funcionas, hija de Maléfica. Dame la escama y te doy la cura.
—Y yo sé como funcionan ustedes —respondió.
—¡¿Qué demonios haces?! —preguntaron Lonnie e Evie casi al unísono. Si Jay no estuviera ciego ya le habría quitado ambas cosas a los dos.
—Confíen en mí —suplicó —. Vayanse.
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