Objetivo actual: Sobrevivir

En alguna parte de algún lugar

El sol estaba en su máximo esplendor.

Estabas inconciente tendido boca abajo en el suelo o mejor dicho tierra, una corriente de aire ondeaba tu cabello.

Abriste los ojos dando un fuerte jadeó, apoyaste tus manos sobre la tierra y levantaste hasta quedar sentado.

-Que noche tan alocada...- dices sobando tu cabeza con pesar.

Después de sobar tu cabeza miraste a los alrededores, solo viste árboles, arbustos, maleza y hongos luminosos.

-¿Dónde carajos estoy?- preguntaste levantandote.

Estabas en un camino de tierra en lo profundo de un bosque.

-¡¿Chicas?!- llamaste pero no hubo respuesta.

Volviste a mirar a tus alrededores buscando a las chicas pero no encontraste nada más que la vegetación del bosque y alguno que otro insecto gigante.

Espera... ¿Insecto gigante?

4 libélulas gigantes para el ser humano común, iban volando rápidamente en tu dirección. Pensaste que te atacarían, intentaste correr pero algo estaba enredado en tus pies.

Caíste de cara al suelo, te volteaste rápidamente para ver qué era lo que te impidió correr.

Era tu mochila.

-Me lleva la...- no terminaste tu frase al ver qué las libélulas ya se encontraban a metros de ti, cerraste los ojos y cubriste tu cara con tus brazos esperando lo peor.

Pero afortunadamente pasaron de largo sobrevolando tu cabeza.

Diste un gran suspiro de alivio al ver qué esas libélulas te ignoraron, desenredaste tu mochila de tus pies.

Tomaste tu mochila y rápidamente te apartaste de aquel camino de tierra, te sentaste recargado en el tronco de uno de los cuantos árboles que habían ahí.

Revisaste tus bolsillos del pantalón buscando algo.

-¡Ajá!- exclamaste felizmente sacando tu celular de tu bolsillo.

Con una sonrisa en tu rostro encendiste y revisaste si tenías señal, esa sonrisa desapareció cuando te diste cuenta que no había nada de señal...

-Noo... ¡Maldición!- gritaste al cielo con desesperación -Me pregunto si las chicas estarán bien...- dices con preocupación.

Con Anne

Anne se encontraba caminando con cautela por lo profundo de un bosque

-Este lugar me causa escalofríos...- murmuró para si misma.

Anne miro a sus alrededores y solo vio insectos de gran tamaño, al ver eso solo hizo una mueca de asco.

-¿Que clase de lugar es este?- dijo arrugando la cara con desagrado.

De pronto, algo aterrizó a espaldas de Anne generando un pequeño temblor en el lugar.

Anne volteó rápidamente hacia atrás y lo que vio hizo que diera un gran jadeó.

Era una mantis roja gigante. La mantis lanzó un chirrido, Anne grito y salió corriendo.

La mantis empezó a perseguir a Anne.

Con Sasha

-¡Sueltenme creaturas horrendas!- grito la rubia enfadada.

Sasha estaba amarrada de brazos y piernas por una cuerda.

-¡En cuanto me libere de estás ataduras suplicaran clemencia!- dijo mientras forzejeaba con la cuerda.

Era llevada por un escuadrón de sapos con armadura en dirección a una fortaleza con una gran torre.

Con Marcy

-¡Este lugar es increíble!- dijo mientras caminaba y escribía en un libro que para ser más específico, era jo.

Marcy alzó la mirada al cielo y logro ver una parvada de palomas con ojos de moscas, ella jadeó de sorpresa y nuevamente empezó a escribir en su libro.

Marcy estaba tan concentrada que no miraba por dónde iba, hasta que empezó a caer por unas grandes y largas escaleras.

De regreso contigo

Estabas revisando tu mochila viendo lo que contenía.

-Muy bien...- murmuras -Cadena de tres metros y medio- enroscaste la cadena en tu cuerpo como una bandolera de municiones al estilo Rambo -candado, llave del candado, libro de la buena bruja Azura...- esbozaste una leve sonrisa al ver aquel libro.

La imagen de una Luz sonriente llegó a tu mente.

-Al menos tengo algo con que distraerme... Continuemos, casco de bicicleta, un lápiz, una libreta de notas, celular- dices lo último metiendo tu celular en la mochila -y por último...- el último objeto te dejo sin palabras.

La caja musical que te habían dado tus padres cuando apenas eras un recién nacido.

Una mirada triste y de melancolía se hizo presente en tu rostro.

-¿Que hace esto aquí?- te preguntaste a ti mismo pero derrepente unas palabras llegaron a tu mente.

(Ya que estás ahí, sirve de algo y busca un cargador en esos cajones de ahí)

-Luz...- entrecerraste los ojos.

De pronto escuchaste que algo se estaba acercando. Rápidamente tomaste tu mochila y te ocultaste en un arbusto abriendo un pequeño hueco para poder ver.

Abriste los ojos en grande. Viste una tarántula gigante remolcando una carreta de madera con varias cosas en la parte trasera, 2 extrañas criaturas con anatomía de sapo se encontraban al frente de la carreta manejandola, uno de ellos tenía su piel rojiza parecía tener cuernos sobre su cabeza y el otro tenía un casco que no dejaba ver su rostro. Un tercero se encontraba en la parte de atrás de la carreta hurgando entre las cosas, poseía una piel verdosa y una gran cabellera lacia que terminaba en una coleta.

Querías hacer contacto con ellos pero algo te detuvo y ese algo era que esos sapos iba armados.

-¿Que tanto buscas ahí Fens?- pregunto el sapo rojo.

-Solo estoy revisando el botín, aver si hay algo interesante- dijo mientras seguía hurgando entre las cosas -Esas estúpidas ranas creyeron que no iríamos a cobrarles los impuestos que debían-

El sapo rojo soltó una carcajada.

-Nada cómo un poco de fuerza bruta para hacerles recordar quienes son los que mandan- dijo con orgullo en su voz -¿Si o no Mire?- pregunto al sapo con el casco.

Solo se escuchaba la respiración pesada de aquel sapo.

-Olvídalo...-

-Oye Bog, mira esto- hablo Fens tomando algo de entre las cosas, un machete oxidado.

-Ten las riendas Mire- dijo el sapo rojo ahora conocido como Bog dándole las riendas al mencionado.

Bog volteó hacia sus espaldas esperando ver algo que lo impresioné pero se llevó una gran decepción al ver el machete.

-¿Para eso me llamaste?- dijo con una expresión aburrida.

-Sep- Fens esbozo un sonrisa.

-¡Tira esa porquería!, ¡No nos sirve de nada!- grito molesto Bog.

-Pero...- la mirada fulminante de Bog hizo que Fens no tuviera de otra más que tirar el machete fuera de la carreta.

Tu veías como se alejaban poco a poco hasta que los perdiste de vista, saliste de tu escondite con tu mochila ya puesta y te acercaste al machete que estaba tirado en medio del camino.

-Pobre machete...- murmuras tomando el mango del machete -Esos pendejos no saben que mientras más oxidado es mejor- balanceaste el machete de un lado a otro, notaste que era un poco pesado.

-Al menos ya tengo con que defenderme aparte de la cadena- dices mirando hacia el bosque.

Te adentraste al bosque en dirección a lo desconocido.

Tiempo después

El sol ya estaba por ocultarse.

Caminabas por el bosque mientras cortabas con el machete la maleza que se interponía en tu camino.

A tus espaldas una sombra paso rápidamente de un arbusto a otro.

-¿Eh?- volteaste rápidamente pero no lograste ver nada -Creó que me estoy volviendo loco...- murmuras.

Volviste a seguir con tu camino sin darte cuenta de que 3 figuras a cuatro patas te seguían a un distancia considerable.

Tu estómago emitió un sonido dando a entender algo.

-Hambre...- te sobaste el estómago y miraste a los alrededores buscando alguna fuente de alimento.

Viste como se arrastraban varios insectos por el tronco de un árbol, la idea de comertelos paso por tu cabeza pero rápidamente te deshiciste de esa idea, sabías que eran proteína pura gracias a los documentales que veías con tu tía pero el sabor sería asqueroso.

Luego observaste unos hongos de sombrero azul, escamas blancas en forma de calavera y tallo blanco.

-interesante...- dices clavando el machete en el suelo y arrancando uno de esos hongos del suelo para examinarlo.

Mientras mirabas con atención aquel hongo, una araña negra de tamaño considerable descendió sobre su telaraña enfrente de ti.

Te diste cuenta y miraste la araña, ella te miro y tú viste que ella te miro y ella vio que tú viste que ella te miro y tú viste que ella vio que tú viste que ella te miro.

La araña soltó un chirrido y rápidamente te alejaste del susto tomando tu machete.

La araña se estaba preparando para saltar sobre ti y tu te pusiste en guardia empuñando el machete con una mano ya que en la otra tenías aquel hongo.

De pronto la cuerda de telaraña se rompió y la araña cayó al suelo de cara.

Cayó de cara contra un pequeño hongo azul.

Una gran y potente explosión se escuchó por todo el bosque, la explosión creo una corriente de aire que sacudió todos los árboles de alrededor.

La araña no sobrevivió.

Tu cara estaba algo chamuscada, tu cabello estaba erizado, tosiste un poco de humo. Sacudiste la cabeza para quitarte toda la suciedad y que tu cabello vuelva a a la normalidad.

-Creo que mejor comeré insectos...- dices con cierto temor mirando el hongo que tenías en tu mano.

Empezaste a escuchar unos gruñidos y ladridos detrás de ti. Volteaste al instante y viste lo que parece ser 3 erizos casi del tamaño de un lobo y de hecho parecían más lobos que erizos.

El pelaje y púas de uno de los erizos era azul, dedujiste que era el líder de los otros, los otros 2 poseían un pelaje y púas café.

-Oh no...-

El erizo azul lanzó 3 de sus púas a tu dirección cosa que te sorprendió y rápidamente te hiciste a un lado esquivando las púas.

-Creo que no tengo más opción- soltaste el hongo, tiraste tu mochila a un arbusto y desenvolviste la cadena de tu cuerpo para usarla como arma.

Sostenias la cadena con tu mano izquierda y con la derecha el machete. Estabas atento a cualquier movimiento que hicieran esas bestias.

El erizo azul volvió a lanzarte sus púas y tú con un movimiento de la cadena desviaste sus púas.

Corriste en dirección a los erizos, los 2 erizos cafés corrieron en tu dirección y de un gran salto se abalanzaron contra ti.

Te barriste por el suelo esquivando a los erizos, ellos cayeron de cabeza contra el suelo.

Dejaste de barrerte y te levantaste para seguir corriendo hacia el erizo azul, desviaste otra púa con el machete.

Cuando ya estabas lo suficientemente cerca del erizo azul intentaste cortarlo con el machete pero este lo esquivó saltando a un lado.

El erizo intento morderte el brazo con el que lo atacaste pero velozmente lo pateaste en el hocico mandándolo unos metros lejos de ti.

Uno de los erizos café se subió sobre tu espalda arañandote con sus garras. Gruñiste de dolor al sentir como esas garras rasgaban tu playera y espalda.

El erizo que tenias sobre tu espalda intento morderte la nuca, soltaste el machete y rápidamente agarraste aquel erizo de sus mandíbulas, con la adrenalina del momento todas tus fuerzas lo elevaste sobre tu cabeza y lo azotaste contra el piso.

El otro erizo café se abalanzo hacia ti, aún no soltabas al erizo que anteriormente azotaste así que lo usaste como arma y golpeaste a su compañero con su cuerpo.

El líder de los erizos estaba corriendo en tu dirección dispuesto a atacarte así que decidiste lanzarle al erizo que sostenias.

Ambos erizos chocaron y rodaron por el suelo, sonreiste al ver eso pero tú sonrisa desapareció al ver de reojo que el tercer erizo se te aventó a morderte el cuello.

Ágilmente extendiste tu cadena entre las fauces del erizo pero caíste al suelo por el peso y fuerza de este mismo.

Con todas tus fuerzas y gracias a la cadena, mantenías a raya la filosa dentadura de la bestia que intentaba morderte el rostro. Pero eso no evito que recibieras un zarpazo de sus garras cerca de ti ojo izquierdo, afortunadamente el zarpazo paso de tu ceja a tu mejilla sin dañar el ojo.

Diste un gran grito de dolor mientras tenías cerrado el ojo izquierdo por el dolor y rápidamente le diste un punta pie en sus partes nobles.

La sangre empezó a brotar de tus heridas.

El erizo chillo del golpe, en un rapido movimiento le envolviste la cadena en el cuello y hocico. De un rodillazo en las costillas te lo quitaste de encima.

Te levantaste del suelo sujetando firmemente la cadena para que no se liberará el erizo, una ráfaga de púas iba en tu dirección, atraiste con las cadena al erizo y te cubriste detrás de el.

Lamentablemente para el erizó, las púas se clavaron en su estómago y pecho. Murió a los pocos segundos.

Estabas jadeando del cansancio, tenías pocas opciones o eso era lo que pensabas al ver aquel hongo que arrancaste hace unos momentos justo enfrente de ti.

Recordaste lo que le había pasado a la araña, una idea llego a tu mente puede que salga mal pero no había de otra.

Agarraste el hongo y lo apretaste. El hongo empezó a emitir un sonido como si del explosivo que colocan los terroristas en el counter strike se tratará, eso te alarmó y de un rápido movimiento lo lanzaste y te cubriste la cabeza.

El hongo cayó justo en medio de los 2 erizos, ellos miraron el hongo y luego se miraron entre ellos.

Otra gran y potente explosión se hizo presente.

Asomaste la cabeza por encima del cadáver del erizo y revisaste el panorama. No quedó rastro de aquellos erizos, solo un cráter en el suelo.

-Al fin se terminó...- dices aliviado.

Estabas agotado y te dejaste caer de espaldas al suelo... Grave error... Diste un fuerte grito de dolor asustando a unas aves que salieron volando.

Tu estómago emitió un sonido.

-Oh...- gemiste mientras te levantabas con dificultad, quedaste sentado en el suelo.

Miraste el cadáver del erizo y tú estómago volvió a emitir un sonido.

-Tienes que estar bromeando...-

Horas después

El sol se había ocultado dejando paso a la luna y las estrellas.

Estabas sentado en un pequeño tronco en el suelo frente a una fogata.

Estabas calentando una brocheta de carne en la fogata, estabas sin tu camisa y tenías lianas cómo si fueran vendas por todo tu cuerpo y en la cara pero solo en la zona afectada.

Terminaste de calentar la brocheta y la alejaste de la fogata, la soplaste un poco y empezaste a comerte la carne.

Después de unos minutos te terminaste la carne.

-No estaba tan mal... Solo le faltó un poco de sal- dices mientras te levantabas y tomabas tu machete que estaba al lado de ti.

Pateaste un poco de tierra hacia la fogata para apagarla.

Empezaste a trepar un árbol con ayuda del machete hasta llegar a una rama lo suficientemente grande para ti. Llegaste a aquella rama y te recostaste en ella recargando tu espalda en el tronco.

En otra rama justo al lado, se encontraban colgadas tu mochila, la piel de un erizo y tú cadena.

Clavaste el machete en el árbol y estiraste la mano lo suficiente para agarrar tu mochila. Al agarrar la mochila, rápidamente la pusiste sobre tus piernas, empezaste a buscar algo en ella hasta que alfin encontraste lo que buscabas y eso era... Tu celular.

Míraste fijamente tu celular, lo encendiste y activaste la cámara frontal para grabarte en modo selfie.

Empezaste a grabarte. Diste un suspiro antes de empezar a hablar.

-Día uno en este extraño y peligroso lugar...-

















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Bueno... Eso es todo por el cap de hoy.

¿Que les pareció?

Antes de irme quiero desearles una feliz navidad, que se la pasen bien en este día especial.

¡Hasta la próxima!

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