Lobo solitario

Los rayos del sol golpeaban tu cara, gemiste de molestia ante eso y lentamente abres lo ojos.

Tenías abrazada tu mochila sobre tus piernas y sobre la mochila había una especie de cienpies de color blanco.

Abres los ojos en grande al ver aquel insecto, el cienpies por su parte se te quedó mirando antes de lanzar un chirrido.

Rápidamente le diste un puñetazo que lo lanzó lejos de ti pero al darle aquel golpe tu cuerpo te empezó a doler bastante.

Los efectos de las heridas en tu espalda y el sobreesfuerzo de anoche aún seguían presentes.

-No movimientos erráticos... Entendido...- dices con dolor en tu voz.

Diste un bostezo antes de empezarte a estirar tu cuerpo con dificultad, algunos de tus huesos crujieron al estirarte.

Dormiste mal en esa rama.

-Otro día más en este maldito lugar- expresas sonando "optimista" pero era todo lo contrario.

Lanzas tu mochila a un arbusto que se encontraba a un lado del árbol, hiciste lo mismo con la piel de erizo y tú cadena.

Tomas el machete para usarlo de apoyo y comenzaste a bajar del árbol con cuidado.

Finalmente tus pies tocaron tierra e inmediatamente fuiste a dónde tiraste tus cosas.

Envolviste la cadena al rededor de tu cuerpo, te colocaste tu mochila en tu espalda y pusiste la piel del erizo sobre tu hombro.

Respiras profundamente antes de caminar rumbo a...

A dónde sea.

Por tu camino por el extenso bosque, te encontraste con unas vías de tren lo cual te pareció curioso.

Antes de cruzar por aquellas vías miraste a ambos lado para asegurarte de que nada viniera y te arrollara.

En cuanto alzaste el pie para dar un solo paso, un tren a toda velocidad paso enfrente de ti lo cual casi te da un infarto.

Por lo que alcanzaste a ver, el tren estaba siendo asaltado por...

-¿Niños?- te preguntas confundido mientras mirabas por dónde se iba aquel tren.

Parpadeas un par de veces antes de volver a tomar rumbo a lo desconocido.

Seguiste con tu camino hasta llegar a un hermoso campo abierto con lago y cascada incluida.

-Que bonito lugar- murmuras admirando aquel paisaje -Si esto fuera Minecraft, ya me habría hecho una casa aquí- dices recordando aquel juego que jugabas con Luz de vez en cuando.

Caminas hacia el lago y te pusiste de rodillas en la orilla de este mismo. Clavaste el machete en el suelo a un lado de ti, juntas tus manos en forma de caso y las hundiste en el lago. Rápidamente sacas tus manos del lago y bebes del agua que se escurría de tus manos.

Diste un suspiro de satisfacción para después repetir la acción varias veces hasta saciar tu sed.

Te pones de pie, tomas tu machete y vuelves a adentrarte al bosque.

Horas después

-Malditos pulgones gigantes- expresas con fastidio ya que hace unos momentos te enfrentaste a 2 de esas cosas. No fueron mucho problema afortunadamente.

Tenías unos raspones en la cara y brazos. Tus pantalones estaban algo rasgados y las lianas que tenías en la cara ya no estaban dejando a la vista una fea y cool cicatriz de una garra que pasaba de tu ceja a tu mejilla.

Te detuviste para mirar tu vestimenta.

-Tengo que conseguir ropa nueva- murmuras para ti mismo y con conseguir te refieres a robar.

No te habías dado cuenta que te detuviste en medio de un camino, estabas tan concentrado en como conseguir ropa, comida, agua y un techo donde quedarte por si llovía, hasta que escuchaste 2 jadeos de sorpresa.

Volteas inmediatamente y notaste a dos criaturas con complexión de rana estaban mirándote en estado de shock, una de ellas sostenía una canasta con pan y algunas otras cosas.

Una de aquellas ranas tenía la piel azul y la otra tenía la piel morada, ambos vestían como campesinos.

-¡¿Que es esa cosa tan fea?!- pregunto horrorizado la rana azul señalandote.

-¡¿Dónde?!- preguntaste alarmado volteando hacia atrás empuñando el machete.

Creías que se refería a una bestia o algún insecto gigante pero lo que no sabías es que se refería a ti.

-Cariño... Tiene un arma...- le susurro la rana morada a su pareja mientras miraba tu machete.

Al ver qué no había nada, dejaste de estar en guardia.

-Supongo que fue una libélula- volteas a ver a las ranas.

-Parece que se escapó de algún lado, mira esa cadena- susurró la rana azul.

-Si y mira esa piel que está sobre su hombro- le susurro devuelta la rana morada -De seguro despellejo a ese pobre animal y lo devoró- dijo alarmando a su pareja.

-Oh no, de seguro va a querer hacer lo mismo con nosotros- expreso con temor el azul.

Tu solo los mirabas sin lograr escuchar lo que hablaban. Diste un paso hacia ellos para poder hablarles pero estos inmediatamente dieron un paso atrás.

Notas aquello y rascaste tu barbilla con tu mano mientras entrecerrabas los ojos.

-Estoy comenzando a sospechar que se referían a mí y creo que me tienen...-

-Miedo, tengo mucho miedo- dijo la rana morada ocultandose detrás de su pareja.

-Tranquila querida, tengo un plan- hablo tratando de tranquilizar a su mujer -A la cuenta de tres, le lanzamos las cosas y salimos corriendo ¿De acuerdo?-

-De acuerdo- contesto su pareja.

-Muy bien... A la una...- empezó a contar la rana azul.

Empezaste a caminar hacia ellos con cautela.

-Tranquilos, vengo en son de paz- dices levantando un poco tus manos en señal de paz.

-Dos...- continúo contando la rana azul.

-Solo quiero saber...-

-¡Tres!- grito la rana azul interrumpiendote.

Lanzó la canasta que llevaba consigo. Su intención era lanzarte a la cara aquella canasta para tener más tiempo para escapar pero al no tener mucha fuerza que digamos la canasta aterrizó justo ante tus pies.

Miraste la canasta con confusión.

-¡A correr!- grito de nuevo la rana azul tomando de la mano a su pareja y dicho y hecho se fueron corriendo.

Todo eso te dejo perplejo.

-Supongo que no son muy amistosos con los forasteros...- dices para luego tomar la canasta y ver lo que contenía.

Pan, leche, galletas, carne de escarabajo, patas de grillo, gusanos fritos, una variedad de frutas y verduras y para finalizar unas hojas que desprendían un aroma agradable.

-Algo es algo- dices tomando rumbo al bosque.

Horas después

Unas nubes grises ocultaron el sol.

Pronto lloverá.

Te encontrabas saliendo del bosque y al frente de ti había un terreno. Parecía ser una especie de rancho, un rancho abandonado.

El rancho era rodeado por unas vallas, había una casa con algunas ventanas rotas y con un gran agujero en una pared.

También había un granero que se encontraba en pésimas condiciones, la pintura que alguna vez tenía desapareció.

Lo que parecía ser una zona para cultivos solo se podía ver tierra infértil y una que otra planta muerta.

En el centro de todo, había un pozo.

Un panorama bastante triste y tétrico.

Apoyaste una de tus manos en la valla y saltaste de lado por está misma. Te aseguraste de tener todas tus cosas en orden para después caminar hacia la casa.

Sin darte cuenta pasaste sobre una huella gigante que parecía de un dinosaurio.

Asomaste la cabeza por el agujero de la casa, casi no se veía nada por la oscuridad pero lo poco que alcanzaste a ver no era nada bonito.

Había 2 grandes manchas de sangre seca en el suelo, sobre aquellas manchas habían esqueletos de lo que parecían ser dos reptiles. Uno era más pequeño que el otro.

El ambiente se torno más tétrico de lo que ya era.

-Esto no me gusta nada..- sostienes tu machete en guardia y entras a la casa.

Tus ojos no estaban acostumbrados a la oscuridad del lugar así que decidiste dejar tus cosas en el suelo y sacas tu celular de tu mochila.

Enciendes la linterna de tu celular y al encenderla pudiste notar que te encontrabas en lo que era el comedor de la casa.

Aun lado se encontraba la cocina.

Alumbras tus alrededores con la linterna notando marcas de garras en las paredes y suelo.

La mesa del comedor estaba destrozada al igual que algunos gabinetes de la cocina en la cuál habían montones de utensilios rotos por el suelo.

Un rayo se escuchó por los cielos dándote un buen susto, diste un pequeño brinco chocando con algo en la pared.

Te volteas de inmediato para ver con lo que habías chocado.

Se trataba de un hongo luminoso. Todo el lugar se empezó a iluminar por aquel hongo. Decides apagar la linterna de tu teléfono para ahorrar batería.

Guardas tu celular en tu bolsillo y al momento de dar un paso escuchas como algo se quebró. Quitas tu pie y bajas la mirada, viste una fotografía en blanco y negro enmarcada.

Te agachas lo suficiente para tomar aquella foto y mirarla con detalle.

En la foto se mostraba una familia feliz de anfibios... Tritones.

Eran 3 en total, los 2 más grandes parecían ser una pareja y el otro más pequeño era el hijo de esos 2.

Volteaste a mirar con lástima a los esqueletos que se encontraban en el suelo.

Una pregunta llegó a tus pensamientos.

-(¿Dónde estará el tercer integrante de esta familia?)- dejas la foto en donde la encontraste para después ponerte de pie y empuñar tu machete.

Llegaste a lo que era la sala y tocas un hongo para iluminar el lugar.

No había nada fuera de común excepto que no había televisión y que había una máquina de coser a pedal.

Caminaste por extenso pasillo mientras palmeabas las paredes buscando otro hongo luminoso.

Finalmente lograste tocar el hongo que se encargaba de iluminar el pasillo, al llegar la luz a ese pasillo pudiste notar varias fotos en las paredes.

Habían 2 puertas, una a tu derecha y otra a tu izquierda.

Abres la puerta de tu izquierda mostrando que era un cuarto de consejería.

La otra puerta daba a un baño.

Caminas otro poco por el pasillo hasta toparte con otras 2 puertas.

Al abrir una de aquellas puerta, la luz del pasillo iluminó un poco aquel lugar.

Era la habitación de un niño, habian juguetes y peluches regados en el suelo, la cama tenía una manta de color azul al igual que las cortinas.

Cierras la puerta de esa habitación y decides ir a la otra, al abrir esa puerta lograste ver una cama matrimonial, todo estaba bien ordenado.

Deduces que ahí era donde dormían los mayores.

-(Al parecer todo está despejado)-

Solo faltaba revisar un lugar.

A las afueras del granero

Estabas parado frente a la entrada del granero.

Un esquelo se encontraba recargado en la entrada.

-Entonces aquí fue donde terminó... (¿Que los habrá matado?)- te preguntas ya que seguramente la cosa que les hizo eso estaría merodeando cerca.

Una tabla de madera se encontraba bloqueado las puertas del granero.

Quitas la tabla y lentamente abres las puertas.

El lugar estaba en tinieblas, sacas tu celular y prendes la linterna alumbrando el interior.

Había un gran caparazón de caracol vacío, pacas de heno, unos rollos de tela y un baúl de gran tamaño.

Te adentras en el granero hasta llegar al baúl.

Abres el baúl dejando ver su contenido, 2 trajes.

|Voten por el traje que más les guste ya que un traje se queda y el otro se va xd
Pd: ignoren la espada y su funda en la segunda imagen|

Una gran sombra se alzó a tus espaldas.

Sentiste una perturbación en la fuerza, volteas lentamente hacia atrás para ver a lo que te enfrentabas. Jadeaste al ver la criatura que tenías enfrente.

-Sali de guatemala para entrar a guatepeor-

Un gran lagarto verde de cuello con volantes.

El lagarto al ver qué finalmente notaste su presencia dio un rugido extendiendo sus volantes.

Logras esquivar un mordisco de aquel lagarto dando un salto hacia un lado.

El lagarto intenta darte un latigazo con su cola pero afortunadamente evades el ataque dando un salto hacia atrás.

Guardas tu celular con la linterna ya apagada y retrocediste unos cuantos pasos hasta chocar contra una pared.

La bestia arremetió contra ti intentando darte una mordida.

Rápidamente agachas la cabeza haciendo que el lagarto estrellara su cabeza contra la pared.

El golpe aturdió al reptil, intentaste cortarle la cabeza aprovechando el momento pero el lagarto reaccionó y con su cola te golpeó en el estómago.

La fuerza de aquel golpe hizo que salieras volando fuera del granero atravesando la pared.

Quedaste tendido en el suelo con tu machete a un lado, te agarrabas el estómago con dolor. Al menos la cadena amortiguó un poco el impacto.

-(Supongo que aquí termina mi caminó...)- te levantas poco a poco -(Lo siento mucho tía, no podré volver a casa...)- a duras penas te mantenías de pie. Un hilo de sangre bajaba por la comisura derecha de tus labios mientras que tu cabello formaba una sombra que tapaba tus ojos.

El lagarto salió del granero dando un fuerte rugido.

-(Esa maldita bestia me va a matar... Al igual que a esa pobre familia)- Escupes algo de sangre. Tus piernas empezaron a temblar -(Ni siquiera me puedo mantener de pie...)- caes de rodillas al suelo.

El lagarto se posicionó a unos metros lejos de ti, te miraba atentamente mientras que en la pupila de sus ojos te reflejabas.

El reptil rugió de nuevo y corrió hacia ti con sus fauces abiertas para acabar contigo de una vez.

En lo más profundo de tu conciencia, pasaban las imágenes de todos tus seres queridos.

Dentro de la casa. Algo en tu mochila empezó a sacudirse violentamente.

Cuando el lagarto estuvo apunto de morderte algo lo detuvo en seco.

Tu...

Habías detenido el hocico de aquel reptil con tus manos con una increíble fuerza.

De tu cuerpo salía vapor, levantaste la mirada poco a poco para revelar una mirada llena de irá con los ojos en blanco. Una extraña aura dorada rodeó tu cuerpo mientras que tu cabello se erizaba.

Diste un gran grito con eco para después darle una patada al lagarto en la cara.

La patada hizo que el lagarto saliera disparado arrastrándose unos cuantos metros por el suelo.

El reptil se levantó aturdió de aquella patada pero antes de que pudiera hacer algo fue impactado en las costillas por un cabezazo tuyo que lo mando nuevamente a arrastrarse por el suelo.

Tenías tu machete en mano y sin dudarlo te lanzaste contra el lagarto.

El lagarto vio eso y rápidamente se levantó. Con su cola te intento golpear.

Cuando la cola estaba a centímetros de golpearte desapareciste en un instante.

El reptil pensó que había acertado su ataque pero un codazo fue impactado en su cabeza haciendo que se estrellara en el suelo generando un cráter.

Tomaste con ambas manos el machete y lo alzaste sobre tu cabeza dando un salto.

-¡MUERE, ANIMAL INFELIZ!- gritas con furia antes de acabar con la vida de ese reptil.

















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Sigo vivo cabrones.

¿Que les pareció el cap de hoy?

Siendoles sincero, me costó mucho trabajo hacer este capítulo. Tuve que escribirlo como unas 4 veces por qué habían algunas cosas que no me convencían pero finalmente pude terminarlo.

Sin más que decir eso es todo.

Y como dice el plepikin...

¡Me despido vampiro!

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