9- Aprendiendo a decir no

¿Qué se supone que se hacía en momentos así? Miré a uno y miré a otro y volví a hacer lo mismo un par de veces. Temí por un momento que pensaran que era bizca.

Ellos también se miraron y el silencio que pasó durante su "quién la tiene más larga" juego de miradas, se me hizo eterno y doloroso.

─Emm, hola chicos ─mi voz salió como un graznido. Era como si se me hubiese cruzado una flema en la garganta, ¡cosa que absolutamente no fue así!

─¡Hola Zoey! ─Se escuchó al unísono. Bueno, ¿se habían puesto de acuerdo para saludarme o qué?

─¡Hola! ─repetí, porque no sabía qué otra cosa decir.

Un silencio sepulcral nos rodeó y nunca en mi vida estuve más agradecida como cuando vi a Nelly acercarse por detrás de ellos.

─¡Zoey! ¡¿Qué haces ahí?! ¡Vamos! ¡El examen está por comenzar!

Miré a los chicos con una sonrisa incómoda y empecé a caminar pasando entre los dos.

─Lo siento chicos. Debo irme. ¡Después hablamos!

Llevé una mano a mi frente, tratando de secar el sudor que tenía encima. Mi corazón latiendo a mil y caminando lo más rápido de lo que lo había hecho en varios años.

─Nelly, juro que nunca te he amado tanto como en este preciso momento.
─Me detuve un segundo, tratando de comprobar algo─. Creo que me hice un poco de pis encima de los nervios ─confesé en un susurro.

─No te preocupes. Me pasa todo el tiempo ─me respondió Nelly con el tono más tranquilo del mundo─. Vamos al baño.

─¡No! No puedo regresar. Si ellos están ahí y me ven, sabrán que mentí respecto al examen. Tendré que aguantar hasta el receso.

Y eso hice. Los 45 minutos más largos de mi vida. Cuando el profesor nos dijo que ya teníamos receso, salí corriendo del aula como si la vida se me fuese en ello, hasta encontrar un cubículo del baño que estuviese vacío.

Hice lo mío, me lavé las manos, me miré en el espejo y acomodé un poco mi cabello antes de salir. Justo en el momento en que ponía un pie fuera del baño, mis ojos divisaron a Noah y mi corazón se saltó un latido.

Traté de pasar desapercibida cuando empecé a caminar de vuelta hacia el aula, pero su voz me hizo imposible continuar.

─¡Ey Zoey! ¡Espera!

No era mi intención hablar con él, la verdad es que quería evitarlo al igual que a Dean. Hablar en persona con cualquiera de ellos me provocaba muchos nervios, que hacían que mi estómago doliera y mis manos sudaran.

─Noah, hola ─susurré, tratando de secar mis manos en mi pantalón.

─Quería hablar contigo. Hoy... En la entrada de la universidad... Emm... Quise hablarte, pero justo apareció otro chico y... Y... Luego te fuiste.

La forma en que me hablaba era distinta, eso es seguro. Parecía... ¿Nervioso?... No no. Eso no era imposible. Era Noah de quien se trataba. ¿Por qué habría de estar nervioso por hablar conmigo? Yo no era nada para él.

Intenté calmarme y responderle con mi cara, sonando lo más serena posible.

─Sí, lo siento. Ya llegaba tarde y bueno... Cosas que pasan, ¿no? ─No pude evitar que una risita nerviosa saliera de mi boca, aunque Noah no pareció notarlo.

─¿Te estás viendo con ese chico?

Su pregunta me descolocó por completo. ¿A qué venía eso? De repente, una idea loca se cruzó por mi cabeza. ¿Podía ser que...? No, no era posible, pero... ¿Noah estaba... celoso?

Decidí que lo mejor sería evadir su pregunta. La realidad es que no estábamos en una relación, por ende no le debía ningún tipo de explicaciones.

─No entiendo a qué viene tu pregunta Noah. ─Perfecto, hacerse la desentendida era una buena estrategia.

Pude ver que mi respuesta no era la que esperaba, seguramente quería algo más directo, pero no pensaba ceder tan fácil.

─Solo quiero saber si sales con él. No es muy difícil de entender. ─Su actitud había cambiado de un minuto a otro, su ceño se había fruncido y su postura endurecida. ¿Me estaba haciendo un planteo en el hall de la universidad? ¿En medio de tantas personas? ¡Eso sí que no!

─Lo siento Noah, pero no voy a responderte eso. No estamos en una relación como para que tenga que darte explicaciones. ─Empecé a moverme con la intención de abandonar la conversación, hasta que una mano atrapó mi brazo, deteniendo mis pasos.

─Perdón. No es mi intención sonar como un novio celoso. Sé que no somos nada y sé que no me debes explicaciones, pero... ─Mordió sus labios, como tratando de decir algo y a la vez conteniéndose─... Lamento haber pasado de ti el otro día. Sé que te dejé plantada a último momento y que estuvo mal de mi parte. Yo...

─Te ibas a ver con otra chica. Tranquilo, lo sé ─contesté más serena de lo que pensaba que iba a sonar, cruzando mis brazos sobre mi pecho.

Noah se quedó callado, mirándome, seguramente sopesando qué decir.

─¿Co- Cómo lo sabes? ¿Alguien te dijo algo? ─Pude ver algo de sudor bajando por su frente, había tocado un nervio en él.

─¿Conoces la frase "mentira verdad"? Bueno, eso es exactamente lo que hice. No lo sabía a ciencia cierta, pero tú lo acabas de confirmar, así que gracias Noah. De verdad, muchas gracias.

Esta vez no le di la oportunidad de que dijese algo más o de tomarte por detrás para continuar la conversación. Esta vez fui más rápida que él y me alejé de ahí a las corridas.

Lo había hecho, me había defendido a mí misma. Me había puesto antes que a cualquier chico lindo que me hubiese notado y estaba rebosando de alegría por ello. Tenía ganas de saltar, dar volteretas, lo que fuese. ¡Toma Noah! Nunca más me tratarás como segundo plato, ¡porque no soy el segundo plato de nadie!

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