6- Consejos

No tuve el coraje de levantar a papá de la cama a esa hora para que me llevase a la casa de Nelly, de modo que llamé a un taxi.

─Tu padre no tiene problema en llevarte hasta Nelly. ─Mamá estaba siendo bastante insistente con el tema, incluso cuando el taxi ya estaba en camino.

─No mamá. No quiero molestarlo, ya está acostado y hace frío. No voy a hacer que se levante. Puedo ir perfectamente en un taxi y apenas llegue te escribo. ─Papá tenía una salud delicada y eso hacía que tratara de cuidarlo todo lo posible, aun si él mismo no se cuidaba─. Escucha, es el taxi tocando bocina.

A mamá no le había gustado para nada que hiciera algo que no iba con su pensamiento, generalmente era así. Me sobreprotegía demasiado. Los gajes de ser la última de sus hijos en casa, supongo. Igualmente, no había nada que pasara en casa de lo que ella no estuviese al tanto, a veces se volvía agotador.

─Déjala tranquila mamá. Solo va a la casa de su amiga ─espetó Gwen, poniéndose de mi lado.

─Bueno, ve. No hagas esperar al taxi. ─Clásico cambio de táctica para hacerme sentir como si siempre hubiese estado de acuerdo con lo que iba a hacer y que ella siempre me apoyaría─. Te quiero hija. Escribe cuando llegues.

Había momentos en que ella me decía esas palabras y mis defensas bajaban. ¿Cómo no podrían hacerlo? Yo también la amaba. Años después descubriría otras cosas de mi madre que me harían dudar si la había conocido en absoluto.

─Te amo mamá. Deséame suerte. ─Le di un beso en la mejilla, luego saludé a Gwen y salí disparada de casa.

No puedo dejar de decir que el acto de chica que no le teme a nada no era real. No me hacía ninguna gracia ir sola con un hombre que no conocía a una hora de la noche donde ya nadie andaba en las calles, por el mismo frío del incipiente invierno; pero era un riesgo que había decidido tomar y ya no podía echarme atrás.

Le di la dirección de la casa de Nelly y emprendimos camino. Por suerte no era tan lejos que digamos, pero eso no hacía que me sintiera más relajada.

El conductor no me dirigió la palabra en todo el viaje y me sentía agradecida por ello. Estando a dos cuadras de la casa de Nelly, le había enviado un mensaje diciéndole que ya estaba llegando y que estuviese atenta.

Cuando el taxista estacionó en la puerta de la casa de Nelly, ella ya se encontraba afuera, esperándome. Le pagué al taxista y me bajé rápido.

─¡Zoey! ¡Pasa! Hace mucho frío.

Y rayos que lo hacía. Pensé que había ido bien abrigada, pero luego recordé que mi vestimenta había estado pensada para otra ocasión y que ante la inesperada cancelación de Noah, no preví el hecho de ponerme algo más acorde al clima. La casa de Nelly, gracias al cielo, estaba calentita y mi temperatura corporal comenzaba a asentarse.

─Gracias por esto Nelly. De verdad...

─Shhhh silencio ─susurró─. Mis padres están en el living y se escucha todo. ─Cerré la boca inmediatamente antes de decir algo fuera de lugar─. Ven, te los presentaré y después podemos pedir algo para comer.

El living de la casa de Nelly estaba al costado de la entrada, así que no había demasiada distancia. Sus padres estaban sentados cada uno en un sillón, ambos leyendo un libro.

─Buenas noches ─saludé tímidamente.

Los dos levantaron la mirada que tenían fija en sus libros y por un momento me sentí intimidada.

─Mamá, papá, ella es Zoey. Una compañera de la universidad.

─Oh, hola querida. Nelly nos ha hablado mucho de ti. ─Su madre tenía cabello negro hasta por los hombros y usaba unos lentes para leer rojos, bastante modernos. Cuando se levantó para saludarme, vi que era mucho más alta que Nelly y yo─. Mi nombre es Susan. Mucho gusto. ─Se acercó y me saludó con un beso en la mejilla.

─Mucho gusto señora. Gracias por recibirme en su casa.

─Por favor llámame Susan, el señora me hace sentir más vieja de lo que soy.

─Bien, Susan ─mi voz casi había desaparecido, me sentía bastante incómoda cuando conocía a personas nuevas. Era salir de mi zona de confort y no me agradaba demasiado.

─Y ese señor gruñón es mi esposo George. Es medio sordo, así que ni te molestes en saludarlo. ─Casi me río en la cara de Susan, pero ella hizo lo mismo así que pude relajarme y reír también por su broma─. ¿Van a pedir algo para comer?

─Sí, eso creo ─respondió Nelly risueña.

─Pueden comer en la cocina y ver la tele mientras comen. Nosotros nos iremos a dormir en unos minutos. ─Susan me miró y tomó mis manos─. Fue un gusto conocerte Zoey. Me alegra saber que Nelly tiene una buena amiga.

─Gracias. Igualmente Susan. ─El agradecimiento de la madre de Susan parecía más emotivo de lo normal. Alcancé a ver cómo se formaban algunas lágrimas en sus ojos, pero ella desvió la mirada rápidamente y se fue de nuevo al living.

Me quedé pensando en si Nelly de verdad no tenía más amigas que yo. Al parecer yo tampoco era la única persona solitaria a la que costaba hacer buenas amistades.

─Ey, tierra a Zoey. Vamos, muero de hambre.

Seguí a Nelly hacia la cocina, bastante amplia y pulcra, con muebles que no parecían usarse con asiduidad. En la puerta de la heladera habían varios menús sostenidos con imanes. Restaurantes de todo tipo: pizzas, sushi, comida mexicana, italiana. Había para elegir y más.

─¿Qué te apetece comer? ─Nelly tomó uno de los menús que estaban en la heladera y me lo pasó─. Este lugar hace unas pizzas exquisitas y tienen muchas variedades, sino podríamos pedir unas hamburguesas. ─Puso un dedo en su barbilla como si estuviese sopesando las posibilidades.

─Creo que unas hamburguesas estarían bien, siempre que vengan con papas fritas ─sentencié divertida.

─No serían hamburguesas si no viniesen con papas, dah. ─Ambas reímos, cómplices ante el chiste.

No sé por qué había sido tan tajante a la hora de descartar a Nelly como una posible amiga, no parecía tan densa como la había sentido durante clases. Quizás ella también necesitaba una amiga tanto como yo y eso hacía que se esforzara más por caer bien.

Terminamos pidiendo hamburguesas y cuando el delivery llegó, tomamos el paquete y fuimos corriendo a la cocina para lanzarnos a comer. Creo que ni siquiera nos dirigimos la palabra mientras comíamos, las dos estábamos hambrientas y no nos llevó tanto tiempo terminarlas, porque directamente las devoramos.

─No recuerdo haber comido tan rápido en mucho tiempo. Estaba deliciosa.

─¿Lo ves? Aquí solo tenemos los menús de los mejores lugares y ya hemos probado todos. Satisfacción asegurada. ─Nelly sonrió, todavía con una papa en su boca─. No quiero sonar entrometida y disculpa si lo soy, pero... ¿Por qué el cambio repentino de planes? ¿Pasó algo con tu chico?

Bueno. Había llegado la hora de dar explicaciones. No quería que se sintiera así, aunque sabía que algo debía decirle después de recibirme en su casa de manera imprevista y decidí que la mejor respuesta era la verdad.

─Me canceló, a último momento.

─¡¿Qué?! ¡Maldito! ─Nelly parecía realmente molesta y era la primera vez que la veía así.

─Tuve la misma reacción, pero no pude hacer nada al respecto. Mamá hubiese descubierto que le había mentido y no quería problemas.

─Entiendo ─Nelly hizo una pausa y tomó un sorbo de su bebida─. No soy nadie para dar consejos. Dios sabe que nunca he tenido una relación como para saberlo, pero desde mi punto de vista no está para nada bien que te haya cancelado a último momento. Puede haberle surgido algo, es verdad, ¿pero tú crees que haya sido así?

─Nop ─respondí sin pensarlo.

─Entonces ahí tienes tu respuesta.

─Para no tener experiencia, tus consejos son bastantes sabios. ─Ambas reímos fuerte, pero luego nos tapamos la boca temiendo que sus padres nos oyeran desde arriba.

─¿Qué vas a hacer si vuelve a escribirte?

─Esa es una buena pregunta. ─Miré al vacío, tratando de ponerme en esa situación, tratando de pensar cómo podía hacerme sentir un nuevo mensaje de Noah─. La verdad es que no lo sé ─contesté tomando mi cabeza con ambas manos y apoyando mis codos en la mesa.

─Oye, no te enrolles tanto. No serás la primera en caer en las garras de uno de esos jugadores seriales de chicas. Solo preocúpate por hacer algo que realmente quieres y no te martirices por tus decisiones luego. Hazlo con seguridad. ─Mis ojos se entrecerraron, no pudiendo entender la sabiduría que tenía esta chica─. ¿Qué?

─Nada. Es solo que me sorprendes. Pareciera que tienes una respuesta para todo.

─A veces hay que tomarse el tiempo para conocer a las personas y no juzgarlos por su tapa. No lo digo solo por mí, eso también cabe para ese tal Noah.

Nelly había dado en el clavo. Y ahora entendía que se había dado cuenta de mi incipiente rechazo a su amistad cuando compartíamos tiempo en la universidad. La había juzgado mal y ahora lo sabía, había sido una imbécil con ella, pero a la vez me hizo dar cuenta de que Noah estaba jugando conmigo, haciendo que yo mantuviese mi interés por él, incluso cuando tenía destratos hacia mí.

Tendría que preparar mi mente y mi corazón por si llegaba a hablarme de nuevo. Por el momento no le escribiría más. Al menos eso podía hacer.

Le agradecí a Nelly en silencio por sus consejos y seguimos la noche viendo películas y riendo con las escenas. Quizás esto de tener amigas no estaba tan mal después de todo.

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