2- El primero
─Bueno, a ver, cuéntame todo.
No sentía muchas ganas de compartir mi reciente experiencia con nadie, pero Alicia había estado ahí para apoyarme en mi escape hacia el desbloqueo de nivel.
─No hay mucho para contar. Fue... Un beso... Nada más.
─Vamos, no creo que eso sea todo. Prometo guardar el secreto.
No conocía a Alicia desde hacía mucho tiempo, solo habían pasado unos cuatro meses. Tampoco sabía si podía confiar en que guardaría el secreto, pero a estas alturas estaba entre la espada y la pared porque en parte sí quería contarle a alguien lo que había sucedido.
─Bueno, te contaré ─murmuré.
─Siiiii, ¡amo el chisme!
Debí darme cuenta con esa frase que Alicia no iba a ser para nada discreta, pero aun así le revelé todo.
─Estuvo... bien.
─¿Bien? ¿Solo bien?
─Realmente no tengo nadie más con quién compararlo, así que sí, solo bien.
─Y... ¿Eso fue todo? ¿Ahí terminó la cosa?
Hubiese deseado que no fuera tan insistente, porque mentir no era mi fuerte y realmente no sabía qué otra cosa decirle más que la verdad. De modo que eso fue lo que hice, quizás omitiendo alguna que otra parte que consideraba innecesaria, tal como cómo venía el chico, si ustedes me entienden.
Ella no paraba de hacer caras y emitir sonidos de sorpresa. Se me hacía un tanto insoportable y a la vez gracioso. No podía confiarle a nadie más esto. No tenía amigas, era una persona muy solitaria, y mis otras dos hermanas mayores y yo no teníamos esa clase de relación donde me sintiera cómodo confiándoles mis secretos más íntimos.
Sé que ellas no hubiesen dicho nada a nadie y sé que decírselo a Alicia fue mi primer gran error. Lo descubriría unas semanas después cuando llegaron a mis oídos "rumores" de que Will y yo "andábamos", y todo esto sucedía entre mis compañeros de universidad; lo cual hacía que ver a Will a diario fuese bastante incómodo.
Nos veíamos en clase y en los pasillos de la universidad, pero ninguno decía nada, era como si fuésemos completos extraños uno para el otro. Sin embargo, hubieron otros encuentros en el medio e incluso después de que surgieron los rumores.
En uno de esos encuentros él me sacó en cara el hecho de que esos rumores se esparcieran por la clase y yo simplemente traté de explicarle que había confiado en la persona equivocada; aunque él no lo entendió así. A pesar de eso, él siguió viéndose conmigo, y yo sabía bien que era porque él pensaba que en algún momento podría meterse en mis pantalones, cosa que yo no tenia pensado, puesto que él era virgen al igual que yo. No digo que fuese malo que sea virgen, el chico apenas tenía 18 años, pero si iba a tener mi primera vez, prefería hacerlo con alguien que al menos supiese cómo usar un condón.
Sin embargo, por alguna extraña razón, me había obsesionado bastante con Will. Quería hablar con él todo el tiempo, pero la única forma que tenía de hacerlo era a través de Facebook; así que esperaba con ansias a que él se conectara cada noche y me hablara, o yo a él, que era lo que generalmente terminaba pasando.
El tiempo fue transcurriendo y me di cuenta de que él me veía solo cuando tenía ganas, o para ser más explícita, me usaba. Y lo peor de todo es que yo se lo permitía.
Hubo una noche en la que fui a la casa de Alicia y de allí me escapé a la casa de Will. Me dijo que ya no quería que nos viésemos más, y eso, me rompió el corazón. Me sentía devastada. Una tristeza que nunca en mi vida había experimentado por amor.
Lloré y lloré mientras Alicia me contenía y yo maldecía por haberme involucrado tanto con Will, por haberle entregado mi corazón y algo más, a quien no lo merecía. Esa tristeza me acompañó durante unos cuantos meses. Me costó bastante recuperarme de, quizás, mi primera decepción amorosa.
No obstante, los viejos hábitos tardan en morir, y para el día de su cumpleaños le mandé un mensaje por Facebook saludándolo y deseándole un feliz cumpleaños. Esa fue la entrada de nuevo a su vida.
Volvimos a vernos un par de veces. De nuevo caía en su red, en una relación tóxica donde él no me apreciaba ni me cuidaba, es más, se mandaba mensajes con otra chica estando conmigo y yo viendo toda la situación, sintiendo que me moría por dentro.
Fue muy difícil para mí salir de ese lugar donde la toxicidad reinaba, pero fueron muchos años después donde pude darme cuenta de eso. En el momento en el que sucedieron las cosas con Will, permití que me pisoteara a su gusto, y que él también difundiera rumores sobre mí, como que habíamos tenido relaciones sexuales.
Yo seguía siendo virgen y no iba a darle el gusto de tomar lo único que no le había regalado aún. Si bien la relación se cortó porque él así lo quiso, hoy lo agradezco, porque él nunca mereció mi amor y yo nunca merecí su maltrato.
Simplemente no sabía aceptar otro tipo de amor. Era el primer acercamiento a una especie de relación que tenía y era lo único que conocía.
Pensé que si le entregaba una parte de mí, él se terminaría enamorando y pidiéndome que fuera su novia. Hoy, viéndolo desde lejos, puedo decir que vivía en una fantasía. Mis ojos estaban cegados por la inmensa necesidad que tenía de ser amada por un chico. Añoraba tener una relación de verdad, un novio; pero Will nunca fue el indicado.
Al final, terminé cediendo y contándole lo que había ocurrido a una de mis hermanas, la del medio, Gwen.
─No llores más por ese imbécil Zo. No merece tus lágrimas. ─Gwen era las más directa de mis hermanas, no iba a dar vueltas si necesitaba decirte algo, simplemente lo hacía y, a veces, podía ser muy cruda─. El hecho de que sea más joven que tú no lo inhibe de ser un maldito imbécil. Es hora de que aprendes que hay hombres a los cuales solo les importa una cosa.
─¿Qué cosa? ─respondí mientras seguía sollozando.
─Follar. Y una vez que lo hacen, te tiran como un trapo usado.
─Pero si nunca lo hice con él ─contesté tratando de limpiar las lágrimas que todavía seguían saliendo.
─No importa. Él seguro quería, pero como no se lo diste simplemente pasó de ti y se fue en busca de la siguiente. No llores, prometo que las cosas mejorarán.
Se acercó a mí y me envolvió en un abrazo que resultó bastante reconfortante. Creo que era la primera vez que compartía tantas cosas con Gwen, y la verdad me había sorprendido que no me hubiese juzgado y solo me hubiese escuchado y aconsejado.
Realmente quería pensar que lo mejor estaba por llegar, pero... Bueno, la vida te termina sorprendiendo y no siempre para bien.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top