12- Animarse

Había empezado a llover, pero Dean me esperaba parado al lado del auto y me abrió la puerta para que me subiese.

Estaba vestido con una camiseta con una frase de una canción de los Rolling Stone, jeans y zapatillas. Llevaba unos anteojos redondos de color negro, muy parecidos a los de Harry Potter. Su cabello estaba un poco despeinado y ahora mojado por la lluvia, lo cual hacía que se viese mucho más sexy de lo usual.

Dio la vuelta para subirse al auto, justo cuando la lluvia se convirtió en diluvio.

─Juro que miré el pronóstico antes de salir de casa y no decía nada de que iba a llover, sino habría traído un paraguas ─expresó un tanto agitado y secándose los anteojos, que estaban completamente mojados.

─No sabía que usabas anteojos ─sostuve con algo de sorpresa, pero con una sonrisa.

─Mal día para decidir dejar los lentes de contacto y usar estos ─dijo sonriente.

─Supongo ─contesté con una risita nerviosa. Quise decirle que yo también los usaba y que sin ellos no veía nada, pero me límite a sonreír como tonta, porque sentía tanta vergüenza que no sabía qué decir.

─Creo que tendremos que esperar un poco hasta que pare de llover tanto. ¿Te parece bien?

─Sí claro. No hay problema ─respondí con un poco de pesar, ya que la película iba a empezar a menos de diez minutos─. No creo que lleguemos a ver la película ─sostuve con mi voz un poco apagada. Además de que me daba pavor tener que estar mucho tiempo con él en el auto y que nos inundara el silencio, ante mi clara falta de habilidad para sacar conversación.

─Ten un poco de fe. Ya verás que pronto parará de llover. Hasta entonces podemos conversar un poco para conocernos mejor ─su voz era tan seductora que podría haberme dicho que se venía el fin del mundo y yo le hubiese creído. Simplemente estaba embelesada.

Asentí levemente, todavía nerviosa por la cercanía que había entre nosotros en el pequeño auto y pronto el silencio se convirtió en un conversación larga y tendida, de la cual nunca pensé que sería protagonista.

Fue Dean quien rompió el hielo. Contándome sobre su vida. Tenía una hermana mayor, la cual no vivía con él porque estaba estudiando medicina en otra ciudad. Él vivía solo con su madre, puesto que sus padres estaban divorciados desde que él era muy pequeño.

Cuando se trataba de otra persona, sentía que podía participar de la charla como si se tratase del tema más común del mundo, pero llegado el momento de hablar de mí, todo se vino abajo y me invadió la ansiedad.

─Bueno, cuéntame un poco de ti Zoey Young. ¿Qué es aquello que te apasiona?

─Woe, empezamos por lo profundo ─expresé un poco más nerviosa, mientras sentía cómo el calor comenzaba a subirse por mi cuerpo, hasta mis mejillas.

─Si quieres puedo empe... ¡Mira! ¡Dejó de llover! ─señaló Dean, con una sonrisa de oreja a oreja.

Yo también sonreí y agradecí al cielo por haber despejado el clima y sacarme del que consideraba un aprieto.

Efectivamente el cielo se había despejado y el sol iluminaba cada espacio por donde pasábamos con el auto. Dean conducía un poco más rápido de lo que me hubiese gustado, pero entendía que era porque quería llegar a la función. Íbamos a ver "A todos los chicos de los que me enamoré". Era una comedia romántica, lo sabía, pero Dean accedió cuando le conté el argumento y me dijo que a él también le gustaban las comedias románticas, lo cual hacía qué tuviese un punto más en mi lista.

Dean estacionó el auto en el aparcamiento del cine, con solo diez minutos de tardanza, por lo que lo más probable era que todavía estuviesen mostrando avances de otra película.

Ambos nos bajamos tan rápido como pudimos y pretendí correr, pero ahí mismo pasó algo por lo que me hubiese gustado que la tierra me tragara. Me resbalé y terminé de culo en el piso mojado. Tenía ganas de llorar porque me había golpeado muy fuerte, pero algo dentro de mí, quizás mi orgullo, me lo impidió.

─¡Oh no, Zoey! ¿Estás bien?

Dean fue un sol. Él ni siquiera esbozó un atisbo de sonrisa, sino que se preocupó por mi estado y, cuando logré incorporarme, tomó mi mano para que fuésemos corriendo juntos. Sentir el calor de su mano en la mía, hizo que sintiera toda clase de cosas alborotadas en mi cuerpo. En realidad ya las sentía desde que estábamos en el auto, aunque traté de desviarlas de mi mente.

Ahora tendría que salir de nuevo de mi estúpida ensoñación, porque ya habíamos llegado a la entrada del cine y Dean estaba por comprar los boletos. Así que yo fui a comprar las palomitas de maíz y los refrescos.

─¿Lista? ─me preguntó, al verme ataviada con el balde de palomitas de maíz y los dos refrescos, que con mucha caballerosidad, terminó agarrando él.

Asentí ante su pregunta. Estaba más que lista. Muy en el fondo y, a pesar de mi timidez, deseaba que intentara besarme, así que sin que se diera cuenta, tomé de mi bolso una pastilla de menta y la metí en mi boca para estar lista, si es que el momento se llegaba a dar.

Cuando entramos a la sala, la película ya había comenzado, pero mi mente se había quedado pensando en el posible beso entre Dean y yo.

─¿Te parecen bien estos asientos? ─murmuró en una sala que estaba prácticamente vacía, a lo que yo asentí porque las palabras se habían escapado de mi boca.

Nos sentamos justo en la fila del medio, mi lugar favorito porque podía ver la pantalla en su plenitud.

─Espero que sea buena, vi que tenía muy buenas críticas ─confesó Dean, mientras se metía un puñado de palomitas en la boca.

─Sí. Está basada en un libro y es increíble. Yo me lo...

─Shhhhh ─se sintió de algún lado del cine.

No me había dado cuenta de que había empezado a hablar más fuerte de lo normal y miré a Dean, poniéndome roja como un tomate. Los dos nos reímos en silencio y luego nos dedicamos a ver la película.

Cuando ya iba por la mitad, y la protagonista ya se había puesto de novia de manera falsa con el protagonista, miré a Dean de reojo, quien parecía bastante compenetrado con la película. Sin embargo, unos minutos después su brazo pasó por detrás del espaldar de mi butaca, y su mano se colocó sobre mi hombro.

En ese momento, quise reír, saltar, correr, gritar y miles de otras emociones que se mezclaban en mi ser, pero traté de mantener la compostura para no parecer una loca de remate.

Unos segundos después una idea entró en mi cabeza y por más que quería correrla y hacerla añicos. Mi corazón se había acelerado y podía escucharlo latiendo tan fuerte que creía que iba a enloquecer. "Es ahora o nunca", podía escuchar que mi mente repetía una y otra vez, una y otra vez. Así que lo hice. Me lancé a ello.

Giré sobre mi asiento, miré a Dean y él me miró, tomé sus mejillas con mis manos y... Lo besé.

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