Operación: Haciendo tratos con mis enemigos

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—Ah... Ah... Ah... Debo apurarme a llegar a casa de esos idiotas y hablar con la tonta antes de que Bobby se de cuenta de que me salí de casa... —Hablaba Ronnie Anne mientras corría a toda velocidad hacía la casa Loud.

Debía hacer algo de una vez por todas y eso era hablar con la que era la más bondadosa de los Loud pero que ahora era la más rebelde y antipática chica que jamás se haya visto.

Pero se volvió así no porque quería si no por que la obligaron.

—Ya verás Loud cuándo te encuentre te daré una buena paliza por haber sido tan idiota —dijo con enojo mientras continuaba corriendo.

Quién sabe por qué razón quería darle esa paliza al albino.

—¿En serio? No tienes una mejor idea que andar preguntando cómo sopenca por toda la ciudad a cada persona, ¿Si alguna ha visto a tu hermano perdido? —Comentó escéptica Carol Pingrey.

Ambas estaban sentadas en la cama de Leni discutiendo la mejor forma posible de encontrar a Lincoln pero era más fácil contar estrellas que hacer que la rubia molesta le diera la razón a la joven Loud.

—Pues si, eso fue lo mejor que se me ocurrió... —Comentó apenada la rubia de los Loud.

—¡JAJAJAJA!... No —Rio Carol mientras negaba con la cabeza para luego ver con burla a Leni. —No seas tan crédula Loud. —Dijo de forma dura. —Si Lincoln se fue seguramente es por que no quería volver a verlas en lo que les quede de vida después de cómo lo trataron. —Tiro la primer piedra.

—¡Ah! —Leni abrió la boca por la impresión al tiempo en que un nudo se formaba en su garganta. Sus ojos le comenzaron a picar muchísimo. De pronto se sentía asustada y con mucho miedo.

Miedo de que esa persona especial que la ayudo en muchas ocasiones a sacar su licencia de conducir y que ella fallo muchas veces intentándolo no quisiera volver a verla. Miedo de que ese niño que intentó cuidar siempre pero que ella siempre terminaba siendo cuidada por él no quisiera volver a hablarle en lo que le quede de vida. Miedo de que su único hermano y tal vez el mejor hermano que exista no sienta nuevamente el mismo amor que le tenía antes de la idiotez de la mala suerte.

—¿Qué pasa? ¿Acaso la verdad te aterra? —Preguntó Carol con una sonrisa burlona al ver que la idiota esa había empezado a temblar.

En verdad era patética.

—N-n-no él no nos...

—¿Él no las odiaría? —La cortó Carol antes de que Leni empezará a llorar. —¡Ay por favor, ya madura Loud! —Le gritó antes de que ella empezará a llorar. Le chocaba que Leni anduviera vestida de chica rebelde pero que muy en el fondo fuera tan solo una estúpida niña llorona. —¡No te hagas ilusiones! ¡Si yo fuera Lincoln les desearía la mismísima muerte a todas aquellas personas que se atrevieron a quererme y luego a traicionarme por una semejante estupidez! —Empezó a gritarle a la pobre. Se levantó de la cama y se puso en frente de ella para poder seguirle gritando mejor. —¡No puedes estar pensando en que Lincoln esta allí afuera esperando a ser encontrado! ¡Debes estar lista para lo peor! ¡Ya deja de pensar en que el conejo de pascua es real, en que hay un duende con una olla de oro al final del arco iris y por un demonio deja ya de pensar que las personas no pueden odiar, si ya medio país te odia a ti y a tú maldita familia! —La señaló con su dedo índice. Carol para este punto había perdido la cabeza y solo quería sacar su frustración sobre esta inútil.

—P-pe-pero... —Se intentó defender Leni pero el nudo en su garganta se lo impedía y todas las verdades que la amiga de Lincoln no dejaba de tirarle en la cara le dolían muchísimo.

—¡Ay ya callate! —Gritó Carol. Leni se encogió en su sitio. —Para tu información, no existe el conejo de pascua, ni los duendes, tampoco el amor de las personas cuándo son traicionadas, ¡No existe nada de eso! —Continuó con su ataque la joven chica.

Los ojos de Leni miraron a todas partes. En verdad nuevamente le abrían los ojos. No podía creer que fue tan ciega.

Lincoln no la recibiría con los brazos abiertos, no después de lo que le hicieron.

Debía estar preparada para lo peor...

—¿Sabes que podría estar muerto, no? —Habló Carol ya más tranquila. Parecía triste.

Leni la volteo a ver con una cara de miedo y sorpresa entre mezcladas.

Podrían decir lo que quisieran pero ella no podía estar preparada para eso.

Su boca empezó a temblar mucho, tal vez por el miedo, tal vez por la impotencia o por la rabia que empezaba a sentir al pensar en que su hermano ya pasó a mejor vida.

¡Ding! ¡Sssssshhhhzzzzz!

¡Ay! —Se escuchó sonar el timbre de la puerta seguido del típico aullido de dolor de quién sabe quién que lo tocó por la descarga que recibió.

Si, las paredes eran tan delgadas que hasta el segundo piso se escuchó.

—Yo abro —se escuchó decir a Lori.

Nadie le dijo nada. Seguramente por que la familia ahora era muy distante entre si.

Leni observó con enojo a Carol Pingrey mientras un par de lágrimas amenazaban con salir de sus ojos.

No quería aceptar tal cosa.

—No es cierto —dijo Leni. —Yo sé que Lincoln esta vivo. —Habló con enojo.

Carol rodó los ojos ante tal comentario idiota por parte de la idiota.

—Mira, piensa lo que quieras pero te diré una cosa —dijo Carol. Leni la observó con enojo. —No te vayas a poner a llorar cómo niña estúpida cuándo veas que sucede lo peor, ¿De acuerdo? —Advirtió con desinterés.

Leni simplemente bajó la mirada. No se iba a dar por vencida ni ahora ni nunca, eso jamás. Encontraría a Lincoln vivo y punto.

Y no importaba si la odiaba, ella podría morir tranquila tan solo con saber que su hermano menor estaba bien.

Sería suficiente para su torpe mente.

¡Toc! ¡Toc! ¡Toc!

Ambas voltearon a ver a la puerta al escuchar que alguien la tocaba.

Para Leni era extraño ver que alguno de sus familiares tocará la puerta y para Carol era muy tedioso lidiar con más integrantes de esta horrible familia.

Pero no le dio más importancia al asunto. Se encogió de hombros y se acostó en la cama con los brazos atrás de su nuca. Se percató de que Leni la observaba con molestia.

—¿No vas a abrir? —Preguntó molesta al ver a la lenta tan distraída.

Leni soltó un suspiro cansado. No tenía de otra que abrir la puerta aunque no quisiera ver a nadie mas.

Si ya su invitada le daba muy duro y por donde más le dolía. Ver a su familia la hacía sentir muy pero muy mal.

Unos segundos antes.

—¿Si? —Habló Lori al abrir la puerta encontrándose sorpresiva mente con una muy cansada y agitada Ronnie Anne.

La hermana de su novio, digo de su ex novio.

—Ah... Hola, ¿Esta... Leni?... Ah... —Preguntó de forma entrecortada la latina.

—¿Ronnie Anne? —Dijo Lori estupefacta. —¿Qué haces aquí? –Preguntó. No esperaba volver a ver a la hermana menor de su ex en esta casa y mucho menos buscando a alguna de ellas.

—¿Esta o no está? —Preguntó de forma molesta la pelinegra. No tenía intención ni tiempo para conversar con la ex de su hermano.

Debía hacer esto rápido y de forma precisa.

—Pues... Si —dijo Lori con pesar. —Ahora duerme en la habitación de Lincoln por que...

—Gracias —la cortó Ronnie Anne. —Con permiso. —Acto seguido la hizo a un lado y entro a la casa tomando rumbo hacía el segundo piso.

Lori levantó la mano para llamarla y detenerla. Pero poco podía hacer ahora en su estado.

—Ah... —Suspiró de forma cansada la mayor de los Loud.

Mientras tanto Ronnie Anne se encontraba enfrente de la puerta de la habitación del que fue su amigo pero que ahora por azares del destino ya no se encontraba cerca.

—Solo espero que el patético este bien... —Dijo con pesar. —Por que definitivamente no lo estará cuándo lo encuentre. —Murmuró cambiando rápidamente su expresión a una más molesta.

Quién sabe por qué.

¡Toc! ¡Toc! ¡Toc!

Tocó la puerta para llamar a la que estaba dentro de la habitación.

Pasaron unos segundos hasta que alguien le abrió y ese alguien era Leni Loud. La chica rebelde.

—¿Qué quieres? —Preguntó Leni de brazos cruzados mientras se apoyaba de espaldas en el marco de la puerta.

A la latina le sorprendió la nueva actitud que había adoptado la hermana más dulce que Lincoln tenía. Sin duda alguna le afecto la desaparición del tarado.

Y no en mal manera. Por que la vez pasada que fue a su casa a pedir su ayuda para encontrar a Lincoln. Se oía cómo una persona muy diferente. Más madura, mucho más decidida y con mucha pero mucha seriedad.

No se parecía en nada a la dulce y linda chica sonriente de la que Lincoln le platicaba a veces.

Lamentablemente no pudo darle una repuesta en ese entonces ya que Bobby la saco prácticamente a patadas evitando así que pudiera darle una respuesta en ese momento.

Y se tardó mucho ya que su hermano mayor le prohibió que viera a cualquiera de la familia Loud, exceptuando a Lincoln si es que volvía en algún momento.

—Vine a verte —respondió Ronnie Anne.

Leni abrió los ojos enormemente por la sorpresa.

—¿A mi? —Preguntó mientras se señalaba a si misma con uno de sus dedos.

Ronnie Anne asintió.

—Así es, es por Lincoln —murmuró mientras se rascaba el codo derecho y desviaba la vista a un lado.

—¿¡Lincoln!? —Exclamaron dos personas al mismo tiempo.

Leni quién se asombró al escuchar que habían noticias de su hermano y Carol Pingrey quién al escuchar el nombre de su pequeño amigo, se levantó de la cama y se asomó por la puerta a un lado de la Loud y observando también con sorpresa a la niña pelinegra que no conocía.

Ronnie asintió.

—Si, verán me gustaría que-¡AAAAHHH! —No pudo continuar ya que ambas rubias la tomaron de las manos y la jalaron con fuerza al interior de la habitación. —¡Ugh! —Soltó Ronnie al ser obligada a sentarse en la cama.

—¿Dónde está? —Preguntó Leni con una enorme sonrisa y estrellas en sus ojos, se le había olvidado que ahora era una chica rebelde y seria.

—¿Esta bien? —Preguntó Carol de la misma forma que Leni.

Ambas se veían renovadas.

Ronnie sonrió de forma nerviosa, al parecer había un mal entendido. Sus ojos miraron a un lado y a otro mientras su frente empezaba a sudar mucho.

Esbozo una enorme sonrisa nerviosa al ver a las dos chicas mayores que ella que la observaban de forma esperanzadora. Cómo si ella fuera la portadora de buenas noticias.

Lamentable no lo era.

—Aaaah... —Suspiro por lo bajo. —No chicas, yo no sé dónde está Lincoln... —Explicó desviando la vista a un lado con mucha tristeza.

Poco a poco, muy lentamente tanto Leni cómo Carol iban borrando la expresión soñadora que tenían en su rostro. Cambiando a una expresión de confusión mezclada con una de tristeza.

Era cómo recibir un balde de agua fría.

En ese momento sentí que mi vida se volvía a apagar... Cómo si pudiera decir que estoy viva.

—Ah... —Dijo Leni con tristeza. —¿Entonces? ¿A que vienes? —Preguntó con enojo renovado.

Ronnie Anne les explico a ambas que venía a ofrecerles su ayuda para encontrar al torpe.

—No le digas torpe, por favor —pidió Leni con enojo.

—Pero lo es —afirmó Ronnie Anne con cansancio.

—¿Por que lo dices? —Preguntó Carol confundida. A ella tampoco le gustaba que tratarán mal a tan lindo chico pero debía de admitir que a veces nos toman por tontos cuándo somos muy buenos.

—¿¡Por que va a ser!? —Exclamó Ronnie Anne extendiendo sus brazos al aire. —¡En más de una ocasión le ofrecí mi ayuda cuándo lo veía en la escuela con ese maldito traje de ardilla! —Explicó.

Leni y Carol abrieron la boca por la impresión.

—¿Y saben lo que me decía? —Preguntó. Leni desvío la mirada a un lado. Carol frunció el ceño. —Pues que pronto las cosas se solucionaran por si solas y que por favor no llamara a la policía por que su linda familia sufriría mucho. —Dijo Ronnie con tono soñador. Había juntado sus manos mientras parpadeaba mucho al decir lo último.

Leni se sintió nuevamente impotente. Otra vez se enteraba de cómo su hermano recibía una bala por ellas cuándo no lo merecían.

Ella no lo merecía.

—¡Ah! —Gritó Leni cuándo Carol la empujó con brusquedad.

Se dio la vuelta y encaró a la otra rubia. La cuál parecía molesta.

—¿¡Ves lo que hicieron tú y tu maldita familia!? —Reprochó Carol.

—Si... Ya sé... —Dijo Leni bajando su mirada al suelo.

¿Cómo no verlo? Si cada día me doy cuenta de que yo pude haber hecho algo y no, por andar de idiota y buena persona, pasó lo que pasó.

—Si, ya se —Carol repitió lo que dijo Leni pero con tono más tonto. —Idiota... —La insulto.

—¡Oye no le digas así! —Le gritó Ronnie Anne.

Leni levantó la vista, abrió los ojos por la impresión, ¿Alguien la estaba defendiendo después de lo que hizo?

—Ya sabemos que es una buena para nada cómo las demás pero no ganaremos nada con estarselo recordando a cada rato —explicó Ronnie Anne.

Leni puso una expresión cansada. Al parecer los insultos hacía ella no faltarían en esta posible sociedad con estas dos.

—¡Jajaja! —Rió Carol divertida mientras se tocaba la frente. —Vaya niña al parecer tienes razón y eso me agrada. —La elogió. —Soy Carol Pingrey una buena amiga de Lincoln, ¿Y tú? —Se presentó mientras le ofrecía su mano.

—Ronnie Anne —Ronnie estrecho la mano de la rubia. —Y también soy una buena amiga del tarado de Lincoln. —Comentó ella.

Leni frunció el ceño mientras desviaba la mirada a un lado cruzada de brazos. Al parecer salía sobrando aquí.

—¿Y bien chicas? —Habló Ronnie. —¿Cómo le haremos para encontrar a Lincoln? —Preguntó.

Ambas rubias se miraron entre sí y no pudieron evitar sonrojarse. Llevaban un par de horas allí metidas y no habían resuelto nada. Todo gracias a Carol y a su resentimiento contra los Loud.

—Bueno... —Empezó Carol.

—Tal vez si recorremos la ciudad de manera más cuidadosa podríamos encontrar pistas sobre el paradero de Linky —propuso Leni.

—¡Ay, pero te dije que esa era una idea muy idi...

—¡Genial idea Leni! —Exclamó Ronnie Anne interrumpiendo a Carol. —Así podríamos hablar con las personas para ver si lo han visto ya que cualquiera se daría cuenta si viera a un niño vestido de ardilla, ¿O no? —Platicó Ronnie con una sonrisa obvia.

—Pues... ¡Si, es obvio jajajaja! —Rió Carol ante la mirada enojada de Leni.

—Si, jajaja —continuó riendo Ronnie Anne. —Muy bien, nos veremos mañana en el centro comercial a las ocho de la mañana para planear dónde empezaremos a buscar, ¿Entendido? —Dijo Ronnie mientras se levantaba de la cama de un salto y se dirigía a la puerta.

Ambas rubias se miraron entre sí y luego a la latina.

—¿Y por que no lo planeamos ahora? —Preguntó Leni.

—Si, ¿Cuál es la prisa? —Preguntó Carol.

—Me escape de casa y mi hermano podría volver en cualquier minuto, así que mi tiempo es limitado —dijo Ronnie apresurada. —Así que hasta mañana.

Dicho eso último la latina salió de la habitación a toda prisa. Había venido a hablar con Leni para proponerle algo y al parecer lo logró.

Solo esperaba que esta sociedad tan explosiva funcionará para encontrar al patético por que ya no sabía que más hacer.

Mientras tanto Leni y Carol daban por finalizada esta reunión.

—Bien hasta mañana... —Se despidió Carol de Leni mientras se encaminaba a la salida pero antes de salir le dijo. —Torpe.

Leni solo se molesto de brazos cruzados mientras la veía salir de la habitación de Lincoln.

—Cómo sea... —Dijo restándole importancia a los insultos de la rubia.

De todos modos ahora debía pensar en cómo encontrar a su hermano. Ya que contaba con la ayuda de Carol, una chica que la odia pero que esta dispuesta a hacer lo que sea para encontrar a Lincoln y a Ronnie Anne, una niña que es muy buena amiga de su hermano y que está dispuesta a encontrar a Lincoln.

Me preguntó si serán novios...

Aunque este no sea el momento de pensar en algo así, no puedo evitar pensarlo.

De todos modos cómo hermana mayor es imposible ignorar las relaciones de mi hermano.

Aunque se lo preguntaré cuando lo encuentre.

—Ya verás Lincoln, te encontraré pronto... —Dijo Leni mientras se recostada en la cama. —Aunque me odies por lo que hice. —Murmuró mientras abrazaba la almohada.

No tuvo de otra que cerrar sus ojos y sumergirse en un sueño que tanto necesitaba.

Aunque aún fuera temprano.

Parecía que llevaba despierta muchas pero muchas horas.

Quizás días.

Y necesitaría muchas energías para mañana.

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