Aliadas por pura conveniencia

Link del capítulo original: https://www.fanfiction.net/s/13492317/11/La-Rebeld%C3%ADa-De-Leni

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Carol se sentía sumamente incómoda. Era cómo si tuviera un peso extra sobre ella mientras dormía. Se removió entre sueños para ver si así desaparecía dicha incomodidad.

Pero por más que gruñia y se moviera, esta no se iba. Parecía cómo si alguien...

—¿¡Qué carajos!? —Exclamó molesta al levantarse y darse cuenta de lo que tenía encima.

Leni estaba dormida sobre ella, abrazándola por la cintura. Obviamente Carol se molesto por el contacto físico de alguien a quién ella odiaba y mucho. Se levantó de la cama quitándose de encima a la más torpe de los Loud.

Pero no bastandole con eso, tomó a Leni por los hombros y la obligó a verla.

—¿Qué demonios te pasa tarada? —Preguntó molesta, en verdad Leni la irritaba y mucho. —Oye, ¿Me estas escuchando? —Preguntó extrañada pero sin relajar su expresión malhumorada. Veía como Leni ladeada su cabeza a un lado. Cómo si no tuviera fuerzas para nada.

—Linky... P-por favor... N-no me dejes... —Susurró ella como si estuviera agonizando o algo por el estilo.

Carol levantó una ceja al escuchar tal cosa.

—Será que... —Sacó su lengua y tocó la frente de la chica con su mano. La retiró un segundo después. —Si, esta torpe tiene mucha fiebre. —Dicho eso. Soltó a la chica y esta cayó de espaldas sobre su cama.

Carol puso una expresión cansada y salió de la habitación. Se estiró un poco y se dirigió escaleras abajo. Busco con la vista a alguien a quien le pudiera decir que la tonta esa estaba enferma.

Apretó los dientes un poco al ver a Lori sentada en el sofá. La mayor abrazaba sus rodillas a la altura de su pecho. Tenía un semblante triste y parecía estar algo melancólica, sus ojos tenían señales de haber estado llorando.

Carol no tuvo de otra que acercarse a informarle la situación.

—Oye tú —le habló.

Lori se dio la vuelta lentamente.

—¿Qué sucede-¡Carol! —Se sobresalto al ver a su archienemiga frente a ella y en su casa. —¿¡Qué crees que haces aquí!? —Gritó Lori molesta. Parece que olvido su malestar.

Carol simplemente rodó los ojos y se cruzó de brazos. No tenía ánimos o tiempo para esto. Estaba asquerosa y agotada, lo único que quería era irse a casa.

—Oye, también me alegra verte —dijo con sarcasmo. —Pero tu torpe hermana esta hirviendo en fiebre y cómo qué no es mi problema atenderla, ¿No?

Lori se intimido un poco al escuchar el modo de hablar de la chica a quien ella consideraba su rival, además de alguien vomitiva mente gentil, amable y amorosa con cada ser del universo.

Pero dejó todo eso de lado al escuchar que su torp... Hermana menor estaba enferma.

—¡Oh no! ¡Leni! —Lori salió corriendo rápidamente por las escaleras. Debía ver a Leni lo antes posible y atenderla lo mejor que podía.

—Se me olvidaba —la detuvo Carol de repente. Lori la volteo a ver un tanto impaciente. —Dile a Leni que me busque en mi casa cuando se sienta mejor. —Le pidió ella de mala gana.

Lori lo dudo un poco pero no tenia tiempo que perder, rápidamente asintió para irse lo más rápido posible para ayudar a su hermana.

—Estúpida... —Murmuró Carol con enojo.

Ya sin más que decir o hacer allí, emprendió su camino a casa. Observó el cielo mientras se dirigía a su auto y vio que era aún de mañana, tal vez las diez u once de la mañana.

Llegaba a su casa, abría la puerta y la cerraba con un fuerte azote. Si sus padres estaban en casa no le podía importar menos. Desde que se enteró del abuso que él sufría y de que se escapó de su casa, su humor era muy dañino... Para todos a su alrededor.

Se metió al baño y no espero para quitarse la ropa y darse un baño en la bañera. Se dejó descansar por el tiempo que fuera necesario. De todos modos, se había vuelto algo antisocial y salir con amigas ya no estaban en sus planes de vida.

Lentamente cerró sus ojos y dejó que el agua caliente relajará su cuerpo y mente. Aunque su alma aún seguía atormentada y solo unas pocas personas sabían por que.

—Oye despierta —Carol le daba golpecitos un tanto fuertes en el rostro a la rubia de los Loud para despertarla de una vez por todas. —Vamos chica, no tengo toda la noche.

Leni por su parte, poco a poco empezaba a recobrar el conocimiento. Veía todo oscuro y borroso. Y lo primero que vio fue un rostro muy familiar frente a ella.

—¿L-Lori? —Habló un tanto confundida.

Carol soltó un suspiro un tanto molesto.

—Oye, no me insultes así —le dijo ella. No sonaba muy feliz.

Seguramente porque estuvo esperando una hora a que esta chica despertará.

Fue entonces que Leni abrió los ojos de par en par como si hubiera recordado algo.

—¡Ahora veras Carol Pingrey! —Gritó furiosa.

—¡Agh! —Gritó Carol en el momento en que Leni se le abalanzó y logró derribarla, cayendo ambas al suelo nuevamente.

Estuvieron forcejeando en la arena por unos minutos hasta que ya no pudieron más.

—Ah... Ah... Ah... Ah... —Leni tenía la respiración sumamente cansada.

—Ah... Ah... Ah... Ah... —Carol... También.

Ambas estaban acostadas de espaldas sobre la arena del desierto en una muy fría noche.

Estaban una al lado de la otra, probablemente sin energías para matarse entre sí.

Leni volteaba a ver a Carol durante cortos períodos de tiempo y sin encontrar las palabras adecuadas, volvía a desviar la mirada para luego volver a verla.

Carol observaba el oscuro cielo de manera cansada. Empezaba a cansarse por lo que Leni hacia.

—Adivinare, ¿Quieres saber por que no me fui y te deje abandonada en el desierto pero no sabes cómo preguntarmelo? —Habló Carol sin verla.

Leni se sorprendió por la inteligencia de la rival de Lori. Eso que dijo era justamente lo que quería hacer.

—Si, era eso... —Murmuró Leni con timidez.

Carol soltó un suspiro cansado. Leni se intrigó al verla cerrar sus ojos.

—Tu preocupación por tu hermano me recordó a cierta chica estúpida que torpemente se quedó sin hermano hace mucho tiempo...

Leni se quedó sin habla al escuchar tal cosa. La Loud puso total atención a lo que la chica tenía que contar.

—Hace unos años había una muy bien portada y obediente niña que tenía un único deseo. Tener un hermano menor... —Carol se sentó en la arena. Leni la imitó. —Ella se sentía muy sola en casa cuando sus padres se iban a trabajar y por eso es que ella anhelaba tener a alguien con quien jugar. —Carol volteo a ver a Leni. —Ella quería un hermanito. —Le contó. Leni asintió. Ella sabia lo que era estar sola. Aun teniendo tantas hermanas menores a veces se sentía muy sola ya que todas tenían diferentes gustos.

No fue hasta que llegó Lincoln que ella podía jugar con él, lastimosamente siempre terminaban haciendo lo que ella quería y no lo que él quisiera.

Es como si ella lo obligaba.

Carol levantó una ceja al ver cómo la chica se sujetaba la cabeza y la movía de un lado a otro. No tuvo de otra que levantarse del suelo y hablarle.

—Oye...

Leni dejo de hacer eso y la volteó a ver.

—Mejor vamonos a casa, veo que el frío aire de la noche te esta haciendo mucho daño —comento Carol.

Leni no lo entendió al instante pero frunció el ceño al ver la sonrisa burlona de la chica esa. Obviamente se estaba burlando de ella.

Se levantó de mala gana del suelo, se limpió un poco la arena de su ropa y se fue siguiendo a Carol.

—¿Qué pasó con la niña después? ¿Tuvo un hermanito cómo lo quería? —Preguntó Leni con los brazos cruzados. Viendo de reojo a Carol mientras está conducía por la interestatal para volver a casa.

Pero Leni empezó a sudar al ver que la chica bajo la mirada, su rostro se ensombreció un poco y una horrible sonrisa de dientes puntiagudos emergió en su boca.

—Si, lo obtuvo... O eso se hubiera hecho realidad si la muy tarada no hubiera hecho una estupidez —comentó Carol.

—¿A que te-¡AAAAAAH! —Leni iba a preguntar pero se tuvo que sujetar del asiento con todas sus fuerzas ya que Carol piso el acelerador con fuerza.

Volteó a ver a Leni sin prestarle atención al camino y continuó contando la historia de la niña esa.

—Un día su madre le dio la gran noticia de que tendría un hermanito y, ¿Qué crees? —Preguntó.

—¿¡Quéeeeee!? —Gritó Leni con los ojos cerrados.

—¡Fue el día más feliz de toda su vida! —Exclamó ella con emoción.

Giró a un lado el volante para lograr esquivar un camión que se acercaba a ellas, logrando esquivarlo por muy poco.

—Los meses pasaron y con cada día que se iba, era un día menos para poder tener a su hermanito a su lado.

—¡AAAAAAH! —Gritó Leni. Ella sentía que a cada segundo la velocidad aumentaba más y más.

—Pero un día... —Continuó ella, de repente sus ojos empezaron a derramar lágrimas. —La muy estúpida dejó unos cubos al pie de la escalera, ¡Y su madre con casi nueve meses de embarazo no los miró a tiempo y resbaló con estos rodando por los dolorosos escalones de madera! —Gritó ella con frustración.

—¿¡Qué pasó después!? —Preguntó Leni sin verla a los ojos.

—¿¡Tu que demonios crees!? —Le gritó Carol con furia. —¡Su madre termino con lesiones muy graves!, Pero el bebé, su futuro hermano... —Carol se quedó callada por un momento. Observó el camino el cuál parecía no tener fin. —Él murió... Por culpa de su estúpida hermana mayor quién no pudo ser una buena hermana y asegurarse de que todo fuera seguro a su alrededor. —Ella hablaba sin emoción alguna.

Leni aún tenía miedo de abrir los ojos, pues la velocidad a la que iban, en verdad la aterraba y mucho. Pero se dio valor, abrió uno de sus ojos y observó a la chica para preguntar lo siguiente.

—L-la n-niña... ¿E-eras tú? —Preguntó con dificultad.

Carol piso el freno y de no ser por que ambas traían puestos los cinturones de seguridad, hubieran salido volando atravesando el vidrio de enfrente del auto.

Leni tenía la respiración agitada mientras que Carol observaba fijamente el horizonte como si hubiera algo interesante que ver allí.

—Si... Yo soy la niña estúpida —susurró ella con la voz quebrada.

Leni se tapó la boca por el impacto de la noticia. Además de que su respiración estaba muy agitada, con el pecho doliéndole un poco.

—Aunque mis padres y mis demás familiares me dijeron que fue un accidente y que no era mi culpa... Eso no cambió nada, soy una asesina al igual que tú... —Señaló a Leni con su dedo índice.

La rubia de los Loud se sujetó la cabeza nuevamente y empezó a negar con mucho miedo.

—No, no lo soy...

–¿En serio? —Preguntó escéptica. —¿Crees tu que un niño desnutrido como lo estaba Lincoln, podría llegar lejos? ¿Qué una mujer rica y poderosa lo recogería de la calle, lo llevaría a su casa y le daría comidita caliente para que ya no siguiera pensando en sus estúpidas y malas hermanas?

Cada palabra, cada maldita palabra de la chica frente a ella la hacían sentir un miedo terrible. Pero también un odio, un odio de lo más aterrador posible.

¡Smack!

No se inmutó o sorprendió en lo más mínimo por el fuerte puñetazo que le acababa de dar a Carol en la cara. No sintió nada por la trágica historia que le acababa de contar y no sentiría más lastima.

Aunque si le dolía el puño por la fuerza que uso. Pero eso no parecía importarle.

Carol quedó con su cabeza viendo hacía abajo.

Se lamentaba un poco por el dolor que sentía, boto unas cuantas lágrimas por la frustración y el dolor en su alma.

Pero a Leni no le importó el estado de salud o mental de ella. Ahora solo quería irse a casa y echarse en su cama que pronto seria de Lincoln.

Tomó a Carol del cuello de la camisa, le quitó el cinturón de seguridad y la hizo sentarse de forma brusca en el asiento del copiloto y ella se sentó en el asiento del conductor.

—Sabes, estos días he estado muy mal por la falta que me hace Lincoln, mi hermano menor —comenzó Leni. Mientras hacia un enorme esfuerzo para recordar las enseñanzas de Lincoln para poder conseguir que el auto encendiera. —Y no tengo tiempo para estar perdiéndolo contigo, mi hermano puede estar allí afuera y si, se que podría estar muerto... —Se detuvo un segundo ante lo que acababa de decir. —Pero tengo fe de que no es así. —Sonrió un poco al momento en que también logro encender el auto y ponerlo en marcha.

Carol simplemente la observaba con enojo, un hilo de sangre salía de su boca y no dudaría en regresarle el golpe a la Loud en cualquier momento.

—Lamentó lo que le paso a tu hermano menor —continuó. Llamando la atención de Carol y deteniendo cualquier ataque hostil por parte de ella. —Pero a veces las cosas pasan y uno no puede evitarlo.

—¡Tu pudiste evitar que Lincoln sufriera tanto! ¡Pero eres demasiado estúpida cómo para entenderlo!

—¡YA LO SE MALDITA SEA! —Leni gritó más fuerte que Carol haciendo que esta retrocediera un poco. —Ya lo sé... —Murmuró con tristeza.

Carol simplemente se cruzó de brazos y desvío la mirada.

—Vaya la hora en la que te diste cuenta —comentó Carol.

Leni suspiró con cansancio. Vio una señal que decía "Estado de Michigan a 200 km" y siguió conduciendo por donde la señal le indicaba.

—¿Tienes la esperanza de encontrarlo? —Preguntó Carol de repente.

—¿A Lincoln? —Preguntó Leni, grave error.

—¡No, a Santa Claus! —Le respondió de mala gana haciéndola sentir muy mal. —¡Claro que a Lincoln, imbécil! —Gritó nuevamente.

Leni decidió ignorar las ofensas y responder la pregunta.

—Claro que si, tengo la esperanza de encontrarlo y traerlo a casa nuevamen...

—¡Estas loca si crees que te voy a dejar que lo lleves a ese lugar! —La interrumpió Carol de forma escandalosa.

Leni la volteo a ver sorprendida.

—No, no confío en ti. Será mejor que te ayude a buscarlo y que él decida con quien quiere estar —Carol puso sus términos a un plan que ella ingenió en un segundo.

Leni lo pensó un poco. Por una parte seria bueno tener a alguien cómo Carol ayudándole a buscar a su hermano y por otra, no tendría que desconfiar de ella ya que no era de su familia pero aún así debería estar atenta por si intenta matarla o algo.

Aunque ahora que lo pensaba bien. Carol intento matarla y eso como que no era muy bueno.

Una alianza con ella tendría la palabra peligro de por medio.

Leni se sentía mareada de repente y su cabeza empezó a dar vueltas y vueltas haciendo que la otra rubia la observará un tanto confundida. Siempre se le olvidaba que a veces le daban náuseas al estar en un auto en movimiento. Por lo que sentía que vomitaría en cualquier segundo.

—¡Ay, muévete! —Carol se harto de verla así. La rubia piso el freno deteniendo así el vehículo. Movió con brusquedad a Leni y la hizo sentarse en el asiento del copiloto.

Se sentó en el asiento del conductor y condujo por horas hasta que llegó a la casa de Leni.

Durante todo el trayecto ninguna dijo nada. Una por que Leni estaba mareada y otra por que Carol estaba astiada de la rubia Loud.

Al llegar a la casa Loud ambas bajaron del vehículo y al poner los pies sobre la tierra, ambas empezaron a sentir los dolores del enorme esfuerzo de la noche anterior.

—Au... Au... Au... —Se quejó Carol por el dolor en sus extremidades.

Leni por otro lado se acercó a un bote de basura para vomitar. Después de eso ambas se ayudaron entre sí de muy mala gana para poder llegar a la puerta y por fin tocar el timbre.

La Loud intentó advertirle del peligro pero fue muy tarde. Carol se llevó un choque eléctrico en su dedito.

Carol abría los ojos de una vez. Volteó a ver la hora en el reloj de su muñeca y vio que ya era mediodía.

—Mejor me cambio de ropa —se dijo así misma. Se levantó de la tina de baño y después de envolverse en una toalla, se fue a su habitación. —Ahora que lo pienso, esa torpe no me dijo que opinaba sobre de que le ayudaría a buscar a Lincoln... —Se puso a pensar. —Aich, ni modo tendré que esperar a que esa boba se mejore y venga a visitarme, eso sí Lori le dice lo que le dije. —Finalizó ella para luego encerrarse en su habitación para cambiarse.

Quién sabe cómo les iría a ellas dos en sus planes de encontrar a Lincoln.

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