Capitulo veintitres
Ben:
Una semana ala intemperie y no hay señales de vida de ningún tipo, debe de ser medio día, la ultima señal de vida que vi fue la de un par de cuervos que terminaban de devorar los restos de lo que al parecer solía ser una chica de cabellos pelirrojos, y claro el ultimo ser humano con vida o algo parecido fue aquel que el helicóptero negro recogió en las afueras de lo que posiblemente era un pequeño poblado, uno de esos que no tuvo tanta suerte y alcanzó una fuerte inundación, lo que me hace pensar que posiblemente hubo un rió por aquí, observo mi ultima botella de agua, apenas queda poco menos de la mitad y tengo que hacer que me alcance. Decido entrar a lo que se supone que es una casa cuya puerta ha desaparecido entre escombros de madera y ramas de arboles, que además ésta atascada con una densa capa de nieve que aún no da señas de querer derretirse, opto por terminar de romper una de las ventanas traseras sin mucho cuidado. No es que éste confiado, es simplemente que he comenzado a rendirme, ésta búsqueda es una perdida de tiempo, quizá debo comenzar a asumir que he perdido a Hacha.
Ni si quiera me preocupo por ponerme en modo de defensa si así se requiriera, lo primero que reviso es la cocina, nada, alacenas, vacías, llave de agua, apenas una gota se asoma y no vuelve a haber señales de vida, mierda, moriré de sed, digo mirando una vez más mi botella de agua que al parecer se niega a aparecer mágicamente llena una vez más. Probablemente de hambre, me recuerdo también, tomando en cuenta que solo tengo cinco latas.
recorro cada una de las habitación, y aún que no hay rastros de cadáveres el lugar ya es bastante lúgubre por si mismo, sin apenas un rayo de claridad que se asome entre las tablas que cubren cada una de las ventanas, excepto por la que he entrado yo, que al parecer no solo fue utilizada por mi...
-¡Qué haces aquí!-
pego un brinco que casi me hace chocar contra el techo de lo que queda de la casa. Una chica de piel morena y cabellos muy rizados me observa con desconfianza y sin parar de apuntar su arma directo a mi entrecejo. Mis manos dejan caer mi inútil arma y llevar mis manos a la altura de mi cabeza.
-No dispares- es lo primero que se me viene a la mente y escapa de mi boca como una especie de suplica.
-Tu nombre- no es una pregunta, me está ordenando que se lo diga.
-Ben Parish- digo con voz suficientemente alta.
-De donde vienes- medio pregunta al tiempo que se acerca a mi.
-Podrías bajar el arma- pregunto intentando no sonar desesperado, tampoco es que hubiese tomado muchas precauciones.
-¿Eres uno de esos a los que les lavaron el cerebro?- me pregunta sin soltar el arma.
-¿Un silenciador?- pregunto un poco confundido.
-¿Como se que no vas a matarme?- pregunta rodeándome en dos pasos sin dejar de apuntarme, supongo que se prepara para una posible huida.
-Ya lo hubiese hecho, si fuera uno de ellos- le explico.
-No hables como si fuesen de otra especie- me dice con tono de voz severo, solo les han lavado el cerebro...
Cassie
Entra en la tienda de campaña con ese porte tranquilo y esa mirada indiferente que pretende hacer creer a todos que todo ésta de maravilla. Me alegra no verlo entrar junto a su goma de mascar que siempre lleva a todos lados, es decir lo único que le falta a éste imbécil es meter a Amie a dormir a nuestra tienda de campaña. Pues si,hace un rato que he dejado de insistir, que haga lo que le plazca. ¡Si!, eso.
Si Evan Walker ha decidido encerrarse en si mismo, ¡a la mierda!, no lo necesito. El hecho de dormir en la misma tienda de campaña todas las noches durante esta semana no significa nada, mucho menos el hecho de que se haya tomado la molestia de darme su única frazada cuando la temperatura descendió abismal mente, yo hubiese muerto y el no habría podido con la culpa, estúpido Alienigena de mierda, ojala supiera cual es su verdadera forma, quizá así no me gustaría tanto, pero para nuestra desgracia querida Amie, su forma humana resulta irresistible, me maldigo por pensar en el de ese modo, tremendo estúpido.
Nuestro vocabulario tuvo un gran retroceso en los últimos días, se ha convertido en un un par de frases monosílabas cuando es estrictamente necesario. Si Evan Walker ha decidido que su mejor opción es alejarse de mi entonces no me importa, puedo hacer lo mismo y puedo hacerlo mucho mejor.
-Estás despierta Cassie?- me pregunta Evan.
Decido hacerme la dormida para no tener que lidiar con el, suficiente mal humor me causa verlo con esa niña estúpida todo el día como para en cima tener que soportarlo a él. Ese es el ultimo sonido que perturba mi noche, el sonido de su voz, el único capaz de alterar mi calma.
Despierto muy temprano decidida a ignorar todo lo que pueda ponerme de malas y mi día transcurre de maravilla ya que Evan y su chicle no han estado pegados como de costumbre, almenos no frente a mi, durante el almuerzo llego a la conclusión de que es ella quien se nota distante y eso me hace sentir bastante curiosa aunque prefiero continuar fingiendo que éste viaje es como un paseo por un lindo prado lleno de mariposas, Sams quien ha estado pegado a mi como nunca antes ha comenzado a preguntarme por que estoy enfadada con Evan, y aunque le niego que eso este ocurriendo mi pequeño hermano insiste en que estoy enfadada.
Narrador:
Una mirada basto para que Claire entendiera el mensaje.
-Iré a buscar algo de comida- dijo Claire intentando sonar disimulada al ver a su hermana salir de su tienda de campaña.
Ammie asintió y ocupo el lugar que su hermana mayor dejo vació bajo el árbol en el que esa noche montarían guardia Evan y Claire.
-¿Que haces aquí?- pregunto Evan con voz tranquila.
-No tenía sueño- respondío con voz dulce.
-¿Como va tu hombro?
-Está mucho mejor- respondío ella optimista aunque aún le molestaba el brazo y aun no recuperaba la movilidad, a veces punzaba todavía la zona de impacto.
-Me alegro- respondió Evan sin una expresión real, sus palabras vacías herían un poco a la joven chica que ilusionada acudía a verle con el único fin de hacerle compañía.
-Aún estas triste por que Cassie ésta enfadada contigo cierto?- pregunto la joven sin despegar sus bonitos y grises orbes de las largas y rizadas pestañas del chico alienigena.
-No estoy triste- negó el restando importancia al asunto, en un intento de evadirlo.
-No eres muy buen mentiroso- dijo la castaña sonriendo con timidez. Una de las sonrisas fugaces de Evan Walker apareció por primera vez frente a Ammie haciendo que los ojos femeninos se iluminaran con entusiasmo.
-Es complicado- respondió Evan antes de soltar un suspiro triste, sin dudas estaba evadiendo el tema.
-Puedes confiar en mi para lo que sea, ¿lo sabes verdad?- pregunto ella sonriendo con gentileza.
-Lo se- respondío el con tono distante.
-Vamos- le animo ella.
-Va más allá de tu comprensión- intento explicar él.
La castaña conmovida por la confusión que se leía en los ojos del chico, se acerco del modo más natural del mundo y le estrecho en un abrazo reconfortante esperando hacerle sentir un poco mejor. Evan Walker parecía un tipo muy frió y tan solido como una roca, sin embargo sabía derretirse en los brazos de aquella chica, que una noche bajo las estrellas se autodenomino el ultimo ser humano sobre la tierra, ella era la humanidad, era su humanidad. Una vez que el abrazo termino Ammie recargo su cabeza en el hombro de Evan y cerro los ojos un segundo, imaginando lo que hubiese dado por vivir algo así antes, Quizá si lo hubiese conocido antes que Cassiopea... solo quizás
-Sabes- soltó Evan de pronto.- me recuerdas mucho a alguien, dijo en tono soñador, como quien se pierde entre sus recuerdos y olvida en donde se encuentra.
-¿Enserio?, ¿a quien?- pregunto la chica un poco asombrada.
-Alguien del pasado- añadió sin dirigirle la mirada.
-¡valla!- expreso ella con la sensación de sentirse extraña.
-me recuerdas mucho a Lauren- dijo casi en un susurro.
-¿Lauren?- repitió ella en voz alta familiarizándose con el nombre.
-si-
-¿en que nos parecemos?,¿somos parecidas físicamente?- pregunto ella con curiosidad.
-No, de hecho son todo lo contrario, su parecido es más bien en la forma de ser.
-ella era... Ella jamas permitiría que alguien a su alrededor sufriera...
-¿Era tu hermana?- pregunto la chica imaginándose a que iba todo eso.
-Solía ser mi novia- dijo el chico antes de volver a sumirse en sus pensamientos, dejando a la chica inmersa en los propios.
Un largo rato después mucho analizar la conversación Amie decidió volver al punto de partida.
-¿Qué es eso que va más allá de mi comprensión?- Evan la miro fijamente a los ojos por un largo rato, estudiándola lo suficiente antes de responder, quizá ella podría ayudarlo.
-¿Que harías si todas las cosas de las que crees estar seguro, no fueran reales, si solo fuesen algo que te han obligado a creer?- Ammie lo miro un poco confundida antes de comenzar a analizar la pregunta. Una idea se le cruzo por la mente pero no creía que él estuviese hablando de...
-¿ a que te refieres con exactitud?- pregunto la chica sospechando una posible respuesta.
-A todo ésto de la invasión alienigena- respondío el inseguro.
Ben:
-Solo eres un sobreviviente más- me dice la chica apartando el arma de mi cuerpo.- mi nombre es Sharon, me da gusto encontrarte, eres la segunda persona viva que me encuentro por aquí, y mira que en estos tiempos no hay mucha.
-Gracias- le digo mientras levanto mi arma del suelo.
-No hay de que, tendrás que ayudarme a cazar algo para la cena, es difícil conseguir alimentos hoy en día, casi parece un sueño cuando solo tenías que ir al super mercado a comprar fideos y ponerlos a hervir en agua no lo crees- me dice la chica con naturalidad.
asiento un poco mareado por su parloteo, tengo muchas cosas que preguntar antes de socializar,para empezar como es que ha sobrevivido en una zona de desastre y rodeada de nieve.
-No te imaginas, el otro día estaba caminando por el bosque cuando apareció un oso, casi me pareció un magnifico día de campo en Yellowstone arruinado por un oso, fue tan irreal que la vida casi parecía normal...
-¿Oye, vives aquí?- pregunto interrumpiendo su monologo sobre la vida de antes o lo que sea.
-No en realidad, estoy viajando, pero he estado en este pueblo desde hace un par de días, aquí hay más presas, en todo el camino que me tomo llegar aquí no había nada, estaba casi desértico, son esas cosas que el estúpido ejercito lanza por ahí que toda la vida que se encuentra al alcance de su radio muera.
-Yo fui parte de la quinta ola- le digo recordando esos artilugios.
-No hablo de ese ejercito de niños manipulados, hablo de el ejercito real, del que protegía nuestras epaldas, el que planeo todo el exterminio...
-Zombie- llama mi nombre una voz bastante familiar.
Sharon me observa asombrada.
-¿Tu eres Zombie?- me pregunta ella, mi vista vuela en dirección a donde se encuentra lo que solía ser el recibidor de la casa. El corazón me da un vuelco enorme y mi estomago se revuelve de entre emoción y nervios.
Ahí esta ella, más radiante que nunca, pareciera que nada de lo que vivimos le sucedió conmigo, se ve tan entera tan bien que casi parece un espejismo, mi arma cae al suelo y mi boca no puede abrirse más que ahora, mi cara debe ser un poema, lo se, ahora mismo no me importa, camino un par de pasos muy lentamente temiendo que su figura se borre justo antes de alcanzarla, tal como en mis últimos sueños, mis manos vuelan y arden por tocar sus mejillas, cuando finalmente lo consigo siento mis ojos llenarse.
-Te he estado buscando- le digo antes de atraer su rostro al mío sin pensármelo mucho. En un solo beso el alma me vuelve al cuerpo y dejo de sentirme como eso, dejo de ser Zombie, y vuelvo a ser Ben Parish almenos por unos segundos, vuelvo a sentirme vivo después de mucho tiempo.
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