Capítulo 4:
RUBY:
Me desperté con la lengua de Niebla raspando mi mejilla. Me vestí y desperté a Lily. Una vez estuvo lista cogimos los libros de Transformaciones y Defensa contra las artes oscuras y fuimos a desayunar. Cuando llegamos, me senté junto a Lupin y para mi sorpresa Lily se sentó a mi lado.
- ¿Estás mejor? - me preguntó Lupin.
- Sí. Perfectamente. ¿Tú como lo llevas? - le pregunté recordando que esa noche había luna llena.
- Como siempre.
Lily y yo nos servimos comida de los numerosos platos que había a nuestro alrededor.
- ¿Creéis que McGonagall perdonará los deberes? Es que con tanto follón ayer no tuve tiempo de hacerlos - preguntó Lily.
- Si cancelaron las 3 últimas horas supongo que dirá que hubo suficiente tiempo - contestó Lupin.
- Algunas estuvimos ayudando a resolver ese caos - reprochó Lily.
- ¿Se te dan bien las pociones? - preguntó Lupin.
- Más o menos. A Severus se le da muy bien y me ha enseñado varios trucos - dijo sin saber muy bien si mencionarle.
- ¿Tiene las mejores notas del curso no? - preguntó Lupin.
- Sí - contestó Lily sorprendida de que a Lupin no le molestara hablar de él.
- ¿De qué habláis? - preguntó Sirius sentándose enfrente nuestro.
- De los deberes de McGonagall - mentí.
- ¿Os dejamos solos y ya os ponéis a hablar de temas aburridos? - preguntó James sentándose junto a Sirius.
- Algunos queremos prepararnos bien para los ÉXTASIS - contestó Lily.
- Hay querida pelirroja, no hay nada que el talento natural no consiga - contestó Sirius.
- Así te va - le contesté.
Todos se rieron, incluida Lily.
- ¿Dónde estabas? - le preguntó James a Peter cuando éste llegó.
- Me había dejado los libros - contestó.
Cundo vio a Lily sentada con nosotros se la quedó mirando y ella pareció incomodarse.
- Si la sigues mirando así a lo mejor la transformas en sapo - bromeó James.
Volvimos a reírnos y Lily le sonrió agradecida.
- Nosotras vamos yendo - contesté cuando terminé el plato y vi que Lily también estaba lista.
- Voy con vosotras. No me apetece llegar tarde - contestó Lupin poniéndose en pie.
Sirius se recogió el pelo lleno de rizos con una mano y puso un rostro serio.
- Señor Potter, señor Black. ¿Acaso no saben a que hora comienzan las clases? - dijo imitando la voz de McGonagall.
James y Peter comenzaron a reirse y Lily también dejó escapar una tímida risa.
JAMES:
Como no, llegamos unos minutos tarde a Transformaciones y al entrar la profesora McGonagall nos miró frunciendo el ceño.
- Señor Potter, señor Black. ¿Acaso no saben a que hora comienzan las clases? - dijo con tono serio.
Canuto y yo intentamos aguantar la risa al recordar la imitación de mi amigo esta mañana.
- ¿Qué les hace tanta gracia? - preguntó molesta.
- Nada, profesora - contesté.
- Entonces siéntense o les tomaré de ejemplo para la clase de hoy.
- Sí, profesora - contestó Sirius.
Fuimos al fondo de la clase y nos sentamos detras de Lily y Ruby. En el pupitre de al lado estaban Colagusano y Lunático.
- Muy acertado Black - contestó Ruby en referencia a su imitación.
- Siempre es un placer - contestó el guiñándole un ojo.
En la clase de hoy, McGonagall explicó como transformar un lapiz en una cucaracha. Cuando comenzamos con la práctica, Ruby fue la primera en conseguirlo y todos lo supieron por el grito de Lily al ver la cucaracha. Todos nos reímos y ella se puso roja como un tomate.
- Bien hecho señorita Garroway. Intente deshacer el hechizo.
- Sí, profesora.
Cuando Sirius consiguió transformar su lapiz, cogió la cucaracha.
- Pelirroja - llamó a Lily.
Cuando esta se dio la vuelta, abrió la mano y sopló para lanzarle la cucaracha. Sabiendo lo que iba a hacer, había preparada mi varita y detuve la cucaracha antes de que llegara a Lily.
- Maldito Black, casi me da un ataque - gritó molesta.
- Yo te protegeré, Evans - le dije con un guiñó.
- No se que haría sin ti, Potter - contestó con ironía.
Ruby comenzó a reirse y me molestó que su risa quedara tapada por el aviso de cambio de clase. Se puso en pie y le dijo algo a Lily que asintió y recogió sus cosas.
- Me voy adelantando. Que Lily y yo nos vamos a sentar con Severus - me dijo dándome un suave beso en los labios.
Sabiendo que no me haría gracia no esperó a que contestara. La vi salir tras la cabellera pelirroja de Lily seguida del cabello oscuro de Severus.
- Si no tocara Defensa contra las artes oscuras os diría de ir al lago - dijo Sirius recogiendo sus libros.
- Por una asignatura interesante que hay no vamos a perdérnosla - reproché.
- No deberíais saltaros ninguna clase. Al fin y al cabo quita parte del estudio - dijo Lupin caminando hacia la puerta.
- Pues a mi no me sirven de nada - comentó Peter.
- Como no aceleren el paso también van a llegar tarde a su próxima clase - nos regañó McGonagall.
- Sí, profesora - contestamos todos a la vez mientras salíamos.
Una vez en la clase de Defensa contra las artes oscuras, me senté atrás del todo junto a Sirius. Remus y Peter se sentaron en la mesa de al lado y me fijé en que Ruby, Lily y Severus aún no estaban. Saqué el mapa del bolsillo de la capa y susurré las palabras adecudas. Busqué el nombre de Ruby y la encontré con Lily volviendo de los dormitorios. Fui a guardar el mapa cuando me di cuenta de que el nombre de Henry estaba cerca del de Severus. Y para mi desgracia, Ruby y Lily se dirigían hacia ellos. Me levanté de golpe y sin decirle nada a mis amigos fui en su busca.
RUBY:
- Me alegro que les estés dando una oportunidad - le dije a Lily.
- Solo es porque James demostró no ser un capullo integral anoche.
- Igualmente me alegro - dije con una sonrisa.
Oímos unas risas a la vuelta de la esquina así que fuimos a ver que ocurría cuando nos encontramos con cuatro Slytherin. Lily iba a darse la vuelta para evitar problemas cuando la detuve.
- Eh, vosotros - les llamé.
No me sorprendió ver a Henry y sus dos secuaces pero si me llamó la atención que el cuarto fuera Severus y que estuviera en el suelo.
- Garroway. Perfecto que estés aquí. Así puedo vengarme de los dos al mismo tiempo - dijo con una sonrisa maliciosa.
- Porque no te apartas y te ahorras la vergüenza.
- Estos Gryffindor... Tan valientes como estúpidos y orgullosos - se mofó Henry.
Sin previo aviso lancé dos hechizos de Petrificus totalus seguidos que dejó inconscientes a sus dos amigos.
- No querría que esto fuera injusto. Mejor un uno contra uno - dije a modo de explicación.
Todos los presentes parecían sorprendidos y no era de extrañar ya que a pesar de mi fama en los duelos no muchos me habían visto realmente. Había practicado mucho y eso combinado con un don natural me había permitido llegar a lanzar hechizos seguidos a velocidades sorprendentes. Si esto fuera una peli del salvaje oeste, yo sería uno de esos vaqueros que ya había disparado antes de que nadie pudiera soltar aliento. Lanzar un solo hechizo requería mucha concentración pero dos tan seguidos era un reto mayor. Sabía que muchos profesionales podrían conmigo en segundos pero ya estando en sexto tenía habilidades dignas de mención.
- No les necesito - contestó.
Me lanzó un hechizo al cual respondí rápidamente. Tras esquivarlo lancé un Expelliarmus que resultó efectivo y antes de que alcanzara su varita un Levicorpus. Cuando empezó a flotar en el aire me acerqué a Severus.
- ¿Estás bien, Sev? - dije tendiéndole la mano.
Tiré de él para levantarle y asintió mientras se sacudía la capa.
- Es por lo del otro día - dijo.
- ¿El qué? - preguntó Lily.
- Henry me estaba acosando y Severus me hechó una mano - expliqué.
- ¿Le bajamos ya? - preguntó Lily.
Miré a Severus y supe que pensabamos lo mismo.
- No. Que se quede ahí un rato - contesté.
Severus sonrió y ante aquello Lily no pudo reprocharnos nada. Llegamos a clase segundos antes que la profesora Dermark. Vi a James al fondo de la clase con la corbata mal puesta y el pelo revuelto.
- Ahora voy - les dije a Lily y Severus.
Me acerqué a él y me di cuenta de que tenía las mejillas algo coloradas.
- ¿Estás bien? - le pregunté.
- Eh, sí, sí. Perfectamente - contestó.
- Parece que acabes de terminar un partido de Quidditch.
- Es que ha salido corriendo a saber a donde - dijo Sirius.
Arqueé una ceja en dirección a James.
- Vale. Solo quería ver si estabas bien.
- ¿Y tanto te costaba admitirlo? - le pregunté inclinándome para que mi rostro estuviera a la altura del suyo.
James sonrío con suficiencia como solía hacer cuando no quería responder o no sabía que decir. Volví a mi sitio junto a Severus y detrás de Lily y Tiana. La profesora Dermark comenzó a escribir en la pizarra.
'Primera Guerra Mágica'.
- Todos los aquí presentes habéis nacido en 1971, es decir, un año después de que comenzara la Primera Guerra Mágica. Como ya sabréis, El que no debe ser nombrado busca la pureza de sangre y para ello ha formado un ejército. Quién puede decirme los principales seguidores.
Varias personas levantaron la mano.
- Señor Lodge - nombró la profesora.
- Mortífagos.
- ¿Y cómo se identifica a los mortífagos?
- Con la marca tenebrosa.
- En efecto. La marca tenebrosa. No solo es una forma de identificarse sino también la forma de llamada del Señor Tenebroso - dijo haciendo un boceto de la marca en la pizarra.
- ¿Qué más seguidores se encuentran entre sus filas? Señor Snape - dijo volviendo la vista hacia nosotros.
- Gigantes, hombres lobo, dementores e inferi.
- Correcto, señor Snape. ¿Quién me explica que es un inferius?
De nuevo las manos se alzaron.
- Señor Potter. Ya que se divierte tanto con su amigo el señor Black por qué no nos dice alguno de los dos lo que es.
- Es como un zombie - contestó Sirius.
- Esa definición es del todo incorrecta, señor Sirius. Señor Potter, ¿cree poder hacerlo mejor?
- Los inferi son cadáveres humanos poseídos por magia oscura y controlados por un mago.
- Mucho mejor.
- Pero profesora Dermark, un zombie tambien es un muerto viviente - dijo Peter.
Toda la clase le miró. Había metido la pata hasta el fondo. Nadie corregía a la profesora Dermark y aunque esa no era la intención de Peter, la profesora no tendría piedad.
- ¿Acaso señor Pettigrew cree saber más que yo? Estupendo. Quiero que me entregue en la próxima clase diez páginas acerca de los inferi y los zombies. Información independiente de cada uno, diferencias y similitudes. Influirá en su nota así que esfuercesé al máximo.
Sirius y James intentaron aguantar la risa para evitar el mismo problema pero no se les dio muy bien.
- Y los señores Potter y Sirius investigarán sobre hechizos que puedan causar la risa ya que al parecer uno debe haberles afectado.
- Rictusempra - dijo James.
- Muy inteligente señor Potter. Quiero que cada uno me traiga una lista con diez hechizos y no puede ser el Rictusempra.
Sirius fulminó a James con la mirada.
- Continuando con la clase de hoy, quiero que hagáis una redacción por grupos de cuatro. Debería daros tiempo en lo que queda de clase. Sobre la mesa aparecerá el tema a tratar de cada grupo.
Lily y Tiana, sentadas en la mesa frente a Severus y yo, se dieron la vuelta y sobre la mesa apareció un papel. Nuestro tema era la marca tenebrosa. Abrimos los libros y cada uno fue tomando apuntes de lo que le pareció conveniente. Cinco minutos antes de que acabara la clase me tocó redactar todo por la escusa de que mi letra era la más ordenada y clara. Segundos después de terminar sonó el aviso que indicaba la hora de comer y el papel con la redacción que había ocupado casi cuatro caras salió en dirección a la profesora. Se oyeron algunas quejas y murmullos de gente que posiblemente no había terminado o quería algo más de tiempo.
- Bueno chicos, no sé vosotros pero yo me muero de hambre - dije poniéndome en pie.
- Dejamos las cosas en el cuarto y vamos a comer - propuso Tiana.
- Secundo la moción - exclamó Lily.
- Entonces ya nos vemos luego que yo la tercera hora la tengo libre - dijo Severus.
- Hasta luego - nos despedimos.
Al salir, se unieron a nosotras James, Sirius, Remus y Peter.
- ¿Vosotras habéis terminado? - nos preguntó Remus.
- Sí. Casi cuatro caras - contestó Tiana.
- Nosotros solo tres - comentó Peter.
- Teniendo en cuenta que lo habrá hecho todo Remus yo creo que está muy bien - dije.
- Nosotros no hemos hecho mucho. Pero los dos Hufflepuff con los que nos han tocado han escrito dos caras y media así que no está mal - dijo Sirius.
- Aunque ellos parecían descontentos cuando la profesora los ha recogido - añadió James.
- Todo belleza pero poco cerebro - espetó Tiana.
- Así que al menos te parezco guapo - dijo Sirius pasando su brazo sobre los hombros de Tiana.
Ella se apartó balbuceando al tiempo que se sonrojaba. James y yo nos reímos. Cruzamos miradas unos segundos pero después la aparté. Sentía que debíamos hablar de lo que pasó la tarde anterior pero lo peor que podía hacer era presionarle. Una vez en la habitación, dejamos los libros. Lily y yo teníamos Cuidado de criaturas mágicas y el profesor Kettleburn prefería clases prácticas a teóricas por lo que no llevábabamos libros. Sin embargo, Tiana tenía Aritmancia así que le tocaba cargar con un par de tomos.
- Aún no sé como elegís Cuidado de criaturas mágicas - nos dijo asqueada.
- Es más interesante - dijo Lily.
- Además no soporto los números - me reí.
- Hoy es vuestro primer entrenamiento de Quidditch, ¿no? - me preguntó Lily mientras bajábamos las escaleras.
- Sí, aunque hay que hacer las pruebas.
- ¿Por qué las hacen todos los años? - preguntó Tiana.
- Porque siempre puede presentarse gente nueva o gente que aunque se quedó fuera otro año haya mejorado - expliqué -. Además dos de los cazadores terminaron sus estudios el año pasado.
- James, Sirius y tú entrasteis en tercero, ¿no? - me preguntó Lily.
- Sí. Pocas veces cojen a los de tercero y los de segundo y primero no se pueden presentar.
- Que suerte.
- Pues sí. Porque nos pasamos haciendo el tonto toda la prueba. James se presentó a guardián y no lo hizo mal pero vacilando al antiguo buscador consiguió atrapar la snitch.
- Y Ruby y yo solo intentabamos tirarnos de la escoba con las bladgers. Fue muy divertido - dijo Sirius a nuestra espalda.
- Cotilla - le regañé con una colleja.
Acababamos de llegar a la sala común y Sirius y Peter ya estaban ahí.
- ¿Y os volvieron a elegir estos años a todos? - preguntó Tiana.
- Sí. ¿Acaso no viste los partidos? - preguntó Sirius.
- No soy muy fan del Quidditch - respondió Tiana avergonzada.
- Supongo que este año os volveran a elegir. Además, no hay mejor buscador que James - dijo Lily.
- Gracias, Evans - dijo James entrando en escena.
Lily se puso colorada e intentó remediar la situación.
- Que no se te suba a la cabeza - reprochó.
- Ahora no intentes volver a atrás. Acepto tu cumplido encantado - dijo con un guiño.
- Eres insoportable, Potter - contestó mientras se daba la vuelta para irse.
- Siempre tan humilde - le dije entre risas.
- Ya me conoces - contestó pasando su brazo por encima de mis hombros.
Caminamos hacia la cabaña del guardabosque. Kettleburn era un hombre enorme, con cicatrices de heridas y quemaduras por toda el cuerpo y alguna que otra extremidad amputada sustituida por una prótesis. Daba un poco de miedo pero en el fondo solo era un hombre tranquilo amante de los animales.
- Buenas tardes a todos. Veo que este año seguimos siendo unos cuantos - dijo con su ronca voz -. Quería empezar el curso con algo tranquilo así que hoy hablaremos de los kneazles. He pedido a una de vuestras compañeras que traiga el suyo.
Una chica de Hufflepuf se acercó con un gato en brazos. Tenía el pelaje jaspeado y la cola y orejas de un león.
- Estas criaturas son muy similares a los gatos. Igual de inteligentes e independientes. Pero pueden ser muy agresivos si sienten que alguna persona de su alrededor es sospechosa. Posiblemente los que tengáis gato será mitad kneazle. Estos cruces son comunes y más manejables. Pero el de Geraldine es un kneazle de pura raza.
Con un simple movimiento de su varita, una cúpula se formó sobre nosotros y abrió la puerta de la cabaña en la que vivía. Varios kneazles salieron y el de Geraldine saltó al suelo. Kettleburn nos pidió que nos sentaramos y todos le hicimos caso. Los kneazles fueron paseando de alumno en alumno y en ocasiones se quedaban un rato en algunos grupos. Uno concretamente se pegó a Lily y a mí.
- Son super suaves - dijo Lily rascándole la cabeza.
- Yo no suelo caer bien a los gatos así que mejor me aparto - contestó Remus entrecerrando los ojos.
- ¿Y eso? - preguntó Lily extrañada.
- Soy más bien de perros - dijo Remus.
- No seas bobo. Si le has caído bien a Niebla seguro que a este pequeño también le caes bien - dije agarrando el kneazle y colocándolo en mi regazo.
Obligué a Remus a acercarse lentamente y aunque al principio el gato le miró intensamente, finalmente se dejó acariciar. Al poco rato, otro kneazle se acercó y empezó a ronronear mientras restregaba su pelaje por la capa de James que suavemente lo cogió y comenzó a acariciarle. Durante la clase, el profesor Kettleburn nos fue contando cosas de los kneazles. A pesar de que a finales del año pasado habíamos hecho los TIMOS que quitaban la obligación de dar optativas, la mayoría de los alumnos que dabamos Cuidado de criaturas seguíamos eligiéndola. Era una asignatura de lo más interesante y el profesor Kettleburn hacía que más que una clase fuera una hora de relax. Cuando terminó la hora, Kettleburn guardó los kneazles de nuevo en la cabaña y Geraldine se llevó el suyo en brazos.
- Chicos, si no espabiláis vamos a llegar tarde a clase del profesor Flitwick - grité mirando hacia atrás donde los demás merodeadores charlaban tranquilamente.
- Ir yendo. Nosotros ahora vamos - me gritó de vuelta Sirius.
Remus les lanzó una miradita que yo entendí como que no pensaban ir. Puse los ojos en blanco y volví al cuarto con Lily. Cogimos nuestros libros de Encantamientos y fuimos a clase. Cuando llegamos, nos sentamos una a cada lado de Severus.
- ¿Qué tal tu hora libre? - preguntó Lily.
- Igual que siempre - dijo encogiéndose de hombros.
Sev era demasiado callado y tímido lo que le dejaba con muy pocos amigos. Concretamente Lily y yo. En el fondo era un chico tierno y encantador pero no era fácil llegar a conocerlo. Cuando el profesor Flitwick entró, ninguno de los merodeadores estaba presente. No me sorprendió. Incluso Remus se saltaba algunas clases y prefería tener algo de tiempo libre. Yo misma había hecho pellas en numerosas ocasiones pero las clases de Encantamientos aunque algo aburridas, me parecían de lo más fundamental.
El día siguiente comenzó con esa misma asignatura. No sé quien hizo el horario pero debía odiarnos bastante. Tras una inaguantable tertulia del profesor Flitwick, intentamos aprender el hechizo que pretendía mostrarnos desde la clase anterior. Inútilmente claro, puesto que tras la hora de clase ninguno lo había conseguido. Continué en la siguiente hora con Lily y Snape, dado que salvo Lupin los demás tenían hora libre. Al finalizar la clase de Runas Antiguas, dejamos los libros en el cuarto y fuimos a aprovechar nuestra hora libre para comer rápido y luego disfrutar en el jardín. Severus, Lily y yo nos sentamos bajo un árbol e hicimos los deberes que nos habían mandado.
- ¡Claro que no! Como vas a morirte por comerte una semilla de Risum - espeté.
- Si te ríes sin parar y dejas de respirar digo yo que te mueres - contesta Severus.
- Menuda tontería - dije a punto de estallar en risas.
- ¿Te atreverías a comprobarlo?
Sin previo aviso se lanzó sobre mí y comenzó a hacerme cosquillas. Lily también estalló en carcajadas ante aquel espectáculo y el mismo Severus sonrió. Intenté apartarle sin mucho éxito mientras reía tendida en el suelo con Severus sentado a mi lado.
- Ruby - oí que me llamaban.
Aunque Severus dejó de hacerme cosquillas me costó un poco recuperarme y cuando me incorporé vi a James absolutamente molesto.
- ¿Qué? - le pregunté extrañada.
- ¿Podemos hablar?
- Claro.
Me levanté y vi como Sverus se había puesto serio y miraba a otro lado. Sirius y Remus continuaron su camino seguidos de Peter.
- ¿Qué ocurre? - le pregunté una vez nos habíamos apartado.
- Sabes que no me gusta que estés con él - me dijo.
- Sí, lo sé.
- ¿Y entoncés?
- ¿En serio me preguntas por qué me junto con un amigo?
- Es un Slytherin.
- ¿Y qué? ¿Acaso no tengo amigos de Ravenclaw y Hufflepuf también?
- Es distinto.
- Es distinto porque se trata de Severus.
- Exacto.
- ¿Se puede saber que te ha hecho para ganarse tu odio? Siempre le has tratando fatal sin conocerle. Y antes no teníamos estas discusiones por juntarme con él.
- Ahora eres mi novia.
- Vamos a dejar las cosas claras, Potter. Que sea tu novia no significa que puedas tomar decisiones por mí o que tengas el poder de decirme que hacer.
- Solo me preocupo por ti.
- ¿En serio? No veo cómo.
- ¿No lo entiendes? Es un SLYTHERIN. De donde te crees que salen la mayoría de los mortífagos.
- ¿Utilizas un tema tan serio como lo es la Guerra para justificar tus celos?
- Yo no estoy celoso.
- Entonces explícame que más te da que me junte con un amigo.
- Estoy harto de que siempre le defiendas. Yo soy tu novio, no él.
- Tú no necesitas que te defiendan.
- Pero me gustaría recibir tu apoyo en ocasiones.
- Yo te apoyaré siempre.
- ¿Cómo el accidente del pasillo?
Ahí estaba nuestra conversación pendiente.
- Tú lo organizaste y yo corrí a por Sev. Él solo intentó ayudarme. Tuve suerte de llegar hasta él.
- ¿Lo ves? Ahí vuelves a defenderle.
- Ese es tu problema. Te quitas la culpa y se la hechas a otros. Asume tus actos de una vez por todas.
- No es solo eso. Siempre que se trata de él o de mí, tu le eliges.
- Si te metes con él claramente le voy a defender. Es amigo mío. Meteté con cualquier otro. Si alguien fuera siempre detrás tuyo a humillarte también te defendería.
- ¿Así que ahora yo soy el malo?
- Lo que eres es un irresponsable. No me importa que te divierta gastar bromas aunque sean pesadas. Yo también lo hago. Pero no soporto que la tomes con un amigo mío y luego le eches la culpa.
- No es amigo tuyo. Date cuenta de eso antes de que salga de Hogwarts y te traicione. Solo quiero evitar que te haga daño.
- El único que me esta haciendo daño ere tú - le grité antes de salir corriendo.
No quería que nadie me viera llorar. No solía hacerlo pero me daba rabia su actitud y necesitaba desahogarme. Llegué a un árbol junto al lago y me apoyé para intentar recuperar la respiración pero el llanto y las lágrimas me lo impidieron. Noté una mano fría y delgada apoyarse en la mía y me di la vuelta para abrazarle.
- Tranquila - me dijo Severus acariciando mi pelo.
Era un chico alto aunque esmirriado y al abrazarle mi cabeza quedó a la altura de su pecho. Me gustaba aquel contacto familiar y el olor tan peculiar que desprendía. Permanecí abrazada a él sin importarme nada. Incluso cuando dejé de llorar me permitió quedarme ahí. Sabía que llegabamos tarde a clase de Herbología y que a la profesora Sprout no le gustaría pero ya era tarde para entrar y quería evitar ver a James aunque no sabía si él iría. Cuando me separé y miré a Sev a esos profundos ojos negros, fue la primera vez que la idea de besarle pasó por mi mente. Sacudí la cabeza y me senté en la hierba.
- ¿Estás mejor? - me preguntó.
- Sí, gracias - contesté apoyándome sobre las rodillas para observar la calmada agua del lago.
- Yo no te traicionaría nunca - me dijo de pronto.
Tal vez James y yo habíamos discutido demasiado alto.
- Lo sé - le contesté con una amarga sonrisa.
Severus se sentó a mi lado y apoyó su cabeza en mi hombro. Yo apoyé la mía sobre la suya y cerré los ojos dejando que mi cuerpo se relajara.
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