008. sospechas correctas

Taehyung y Jungkook estaban de vuelta en el castillo, pero todo se había ido a la mierda.

La horca ya se había preparado, Taehyung estaba en el calabozo en espera de que la plaza se llenara, su muerte sería pública, o eso se suponía. De cualquier modo, Taehyung estaba hecho pedazos en el piso de roca, no era por los golpes que le dieron, eso era lo de menos, sino que sabía que Jungkook debía estar peor, y su pecho dolía ante aquel pensamiento.

Jungkook, por otro lado, tenía la mejilla roja e hinchada por la cachetada que le había dado la reina, el vestido rosado lo habían hecho pedazos, incluso lo quemaron, la reina también le dio latigazos en la espalda por el atrevimiento que había cometido; pero nada de eso le dolió lo suficiente como el ver a Taehyung ser golpeado por tratar de que no los separaran.

Ahora Jungkook estaba sentado en una gran silla de oro con detalles celestes, estaba a la espera de que trajeran a Taehyung, la plaza se había llenado y todo el mundo quería saber la declaración de la reina, tenían curiosidad sobre la futura muerte que presenciarían.

—Tendrás que ver como muere ese cualquiera —dijo la reina con crueldad cerca de su oído—. Debiste dejarlo en el calabozo, no debiste meterte en asuntos que no te incumben, eres una maldición que pronto extirparé de la familia real si no te comportas.

—Si lo matas, también mátame a mí —susurró mientras una lágrima se deslizaba por su mejilla.

—Prefiero ver como sufres por ese extraño, quiero ver como te retuerces de dolor.

El puño de Jungkook tembló por la fuerza que ejercía, sentía tanta impotencia, tanto odio, quería incluso golpear a su madre, que sufriera aunque sea un poco, quería verificar si tenía algo de corazón o alma.

Cuando hicieron pasar a Taehyung frente a todos, sintió que el alma se le salía del cuerpo, comenzó a temblar de miedo, no quería perderlo, no podía hacerlo.

Taehyung tenía las manos atadas con una soga y era arrastrado por un guardia real, quien lo lanzó al piso de madera en el que se cometería el acto.

El bicolor volteó a verlo con una pequeña sonrisa, quizá era para calmarlo, pero solo hizo que Jungkook llorar más.

La persona encargada de poner a Taehyung en la horca se acercó, pero tenía una espada en su mano, Jungkook abrió los ojos en demasía cuando notó aquello, la reina sonrió en grande, ella pensó que era porque su hijo se había dado cuenta de que decapitarían a Taehyung... pero había otro motivo.

El guardia se puso en posición para decapitar a Taehyung, el pueblo estaba atento a cualquier acto que sucediera en la tarima, pero vaya sorpresa se dieron cuando el guardia no decapitó al hombre de cabellos bicolores, sino que cortó las sogas que lo mantenían atado.

Jungkook se levantó de un salto de su silla, le quitó la espada a su hermana y amenazó a la reina, todos los pueblerinos quedaron sorprendidos por las acciones del joven príncipe.

Rita se quitó el casco de caballero y silbó con dos dedos entre sus labios, a los segundos un caballo blanco corrió entre la gente, era un caos todo lo que estaba pasando.

—Un paso más y te corto la cabeza —habló Jungkook mientras apuntaba a la reina—. Será mejor que no te acerques.

Rita comenzó a pelear con los guardias que trataban de asesinarla, Taehyung se levantó para pelear contra la persona que lo había llevado allí a arrastras, y el pueblo comenzó a gritar asustado.

Cuando la reina se levantó para encarar a su hijo, Taehyung actuó sin pensar y estiró su brazo derecho, del suelo aparecieron picos de hielo que detuvieron a la reina de dañar a Jungkook.

Rita sonrió en grande al corroborar que ese niño era su príncipe, el pueblo quedó asombrado al ver, a quien sería decapitado, tener poderes, porque solo las familias reales los poseían.

Los ojos de Taehyung se volvieron azules completamente y sintió electricidad en sus brazos, al parecer no solo podía crear hielo, sino que también tenía la capacidad de crear electricidad, dominaba la electrokinesis, pues logró lanzar un rayo eléctrico sobre unos caballeros que venían de refuerzos.

Jungkook sonrió un poco al ver a Taehyung acercarse corriendo.

—Vámonos de aquí —le dijo mientras tomaba su mano para correr hacia el caballo—. Tendrás que subir tú primero, yo no sé cabalgar.

El rubio asintió, así que se subió de un solo salto y esperó a que Taehyung lograra lo mismo.

—Rita me fue a ver al calabozo antes de que todo esto iniciara —le habló al oído—. Y creo que sí soy el príncipe, así que con mayor razón debemos ir a Vaccinium, ella me dijo que llegando al reino habría un grupo de pueblerinos, ellos son los que vivían allí antes.

Jungkook apresuró un poco al caballo, así que este corrió con más fuerza y velocidad, necesitaban llegar a Vaccinium, Taehyung debía quitar la barrera y después de eso... No tenía idea.

—Dijo que también, la mayoría, eran de la guardia real o concejo de mis, ¿padres? —sacudió un poco la cabeza y terminó por apoyar la frente en la espalda del rubio—. Todo es demasiado caótico...

Muy caótico, la verdad, pero quizá esa sea la aventura de la segunda parte, ¿no lo creen?

Taehyung suspiró con una sonrisa, al final nos terminamos cayendo bien, aunque es obvio que, si me contratan para la segunda parte, seguiremos peleando, pero eso sería en el futuro.

Aún deben descubrir a qué se referían los profetas, si será real la leyenda de Jungkook, porqué sienten tanto por el otro.

Nuestros dos homosexuales protagonistas suspiraron agotados para terminar con una sonrisa de labios y un lindo sonrojo en sus labios.

Lo único que diré, es que espero que Jungkook patito no traiga un vestido, porque les juro que fue un estrés esa prenda.

Los dos rieron por el chiste, y de a poco empezaron a relajarse, porque sí, se venían muchas más cosas por delante, descubrir cosas de ellos mismos como de sus reinos, tendrán que enfrentar otras cosas, quizá no serían elfos o gigantes; pero vamos, en veinticuatro horas habían pasado de todo, ¿Realmente creen que unas nuevas cosas los derribaran?

Esta es la primera parte de su historia, no el fin, así que espero que voten, así la autora siente que les gusto la obra, ¡y comenten diciendo que me quieren para la parte dos!, porque imaginen les dan a un don amargado que no hace chistes, que aburrido.

Nos vemos en la otra parte, ¿no?

¡comenten modafakers!, el libreto dice que tengo que terminar, así que comentennnnnn.

Este era solo el incio de una gran historia, con mucho drama y mucha cursilería, con magia y amor, ¡pero con mucho humor si comentan y me vuelven a contratar!

¿Fin?