Junio 08 // Dietrich
Junio 08, 2015
Hoy volvió a llamar la editorial.
Según sus propias palabras "No desean presionar" pero aún así, han estado acosándome al teléfono hasta que me digné a tomar su llamada. Si eso no es presionar, Markell, que sabré yo lo que es realmente.
Supongo que, para el mundo editorial, mi pérdida no fue más que un tropiezo en el camino; haberme quedado viuda a los 26, sólo es un pequeño desperfecto en mi plan de vida que habría de haber pasado en un par de semanas, tal cual habláramos de una gripa o un pie roto: "¿Falleció el amor de su vida? Lo sentimos mucho, Mörgen, ve a tomarte un fin de semana y vuelva para cumplir con el contrato"
Insensibles.
Hace un par de días Dietrich, mi editor, también llamó, lo único que deseaba era saber como me encontraba; mamá le comunicó (informó deliberadamente y sin autorización previa) que me mudaría a Berlín para "tratar de superar lo sucedido" Según dijo, sólo se aseguraba de que las cosas fueran un poco mejor en mi nuevo hogar, pero, ¿Quieres la verdad? Sé perfectamente que no llamó para preguntar como es que lo voy llevando o si el apartamento es acogedor, no, estoy segura de que siquiera le importa, sólo intenta tantear el terreno que pisa conmigo.
Tengo un manuscrito, Markell, uno nuevo y es maravilloso, de las mejores cosas que había escrito desde mi primera publicación. Las fechas de revisión se organizaron estratégicamente para enviarlo a imprenta por finales de noviembre. Entregué la primera parte del borrador justo dos semanas antes de que Jürgen decidiera suicidarse, así que, como imaginarás, es lo único que han recibido mi editor y sé que eso lo vuelve completamente loco. ¿La buena noticia? Se ahorrarán bastante en gastos de publicación, ¿La mala? todo se ha ido al carajo ahora, no más novelas de Mörgen Klummer. Ya puedo ver como Dietrich comienza a buscar mi remplazo, seguro se tratará de una joven escritora sin experiencia alguna, inocente y manejable, completamente dispuesta, llena de vida, con cientos de metas y ese tipo de cosas que yo poseía a montones, pero que perdí desde mi llegada a Berlín. A mi se me terminaron las ganas de salir, dar una vuelta por la editorial, revisar la bandeja del correo electrónico, incluso hablar por teléfono, pero sobre todo, se me extinguieron las energías para escribir y ese es un grave problema para la industria literaria.
"No quiero presionar" Lo escuché decir al menos 5 veces durante nuestra cortísima llamada. ¿Sabes que es lo más gracioso? Nadie quiere presionar y aún así, lo hacen, me joden la existencia constantemente con sus falsas intenciones de preocupación que al final, no son más que formas desesperadas de confirmar que no entienden por lo que estoy pasando.
Si la gente "No quisiera presionar" No llamarían, no preguntaría, siquiera intentarían obligarme a salir de casa, tomar el desayuno, o enviar la siguiente parte de una estúpida novela que no planeo terminar en mucho tiempo.
Su "preocupación" comienza a asfixiarme Markell. ¿Es tan difícil aceptar que me importa un carajo el mundo entero? Si pudiera desconectarme del mundo, ahora mismo, sería maravilloso, así al menos no tendría a nadie pisándome los talones para tratar de revivir a lo poco que queda de la Mörgen Klummer de antes.
Muero lentamente a cada segundo que pasa y nadie está dispuesto a respetarlo.
Siento que los odio a todos.
Son unos entrometidos.
Mörgen K.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top