❀ ¿El rey sin reina? ❀
El rubio despertaba lentamente notando que su amada esposa ya no se encontraba con el, claro que no, odiaba su rapidez y puntualidad. Se maldecía a sí mismo por no haber despertado más temprano que ella, para siquiera poder tener un corto diálogo y despedirla al irse. Por otro lado, sacando esos pensamientos de su cabeza se dispuso a cambiarse apropiadamente.
— Papi — habló una pequeña voz muy conocida para el, su pequeño hijo — ¡Me alcance a despedir de Mami! — Mencionó emocionado, el sabía que ver a su madre en la mañana era un gran logro para el pequeño— ¡Que bien tris! ¿Que te dijo? — cuestionó el mayor, terminándose de poner la capa.
— Me dijo, que ella volvería en la noche y, y, ¿¡adivina que más!? — el rubio solo río un poco y siguiendo el juego a su hijo contesto.
— ¿que más Tris? —
— Que ella ya sabía la forma de estar aquí por siempre! — ante las palabras de su pequeño hijo el soberano paró su andar y lo volteó a ver asombrado, preguntó lo obvio.
— ¿como tris? — En esa pregunta esperaba dos respuestas, la primera era el como y la segunda era confirmar lo antes dicho— Si!, dijo que ella ya sabía la forma solo faltaba hablar contigo, ¡hoy! — el rubio se quedó asombrado por las declaraciones del pequeño— Bueno entonces esperemos con ansias la propuesta de tu mami — respondió verdaderamente feliz en mucho tiempo, podrá ser algo insignificante pero Meliodas de verdad amaba a su esposa y haría lo que sea por ella.
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— así que la reina a de Roma por fin aparecerá —comentó un albino de voz cantarina — Ban, deja a mi hermano — advirtió un azabache.— Oh vamos Zel ¿no te parece extraño?, digo nunca la hemos visto y hasta tienen a Tristán, yo sigo pensando que el capitán lo invento para ocultar una aventura, ¿no capi? — a causa de las palabras de el albino el rubio enfureció y se levantó de su asiento para encarar a aquel ignorante y mentiros— Primero que nada, ella si existe, que nunca la hayas visto es otro tema. Segundo, ¡Nadie que quiera salir vivo habla así de la mujer del rey demonio! y mucho menos si hablamos TU Reina y señora — aclaró enojado el rubio.
— Aparte Ban, yo si ha he visto, estuve en la boda de mi hermano — contesto el azabache — y déjame decirte que es muy real, como ese hijo. Aparte no voy a dejar que hables así de una persona muy importante tanto para mi, como para mi hermano — Dicho esto, es albino solo charraspeo un poco y siguió con su trabajo.
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Todos los días, todos los malditos días eran lo mismo, despertar, estar con su hijo y trabajar, trabajar hasta que dieran las nueve para esperar a su esposa, parecía que tenían un romance prohibido, lo cual estaba muy lejos de la realidad, lo cierto es que si, Elizabeth provenía de otra raza igual o en algún momento más poderosa que la raza demoniaca, pero la raza ya se encontraba extinta, por lo cual no se podía considerar un "romance" prohibido.
Dándole la menor importancia a las causas y a la misma historia de los dos, la extrañaba, la extrañaba como la luna extraña a el sol, la extrañaba como su lugar de descanso o su libro favorito.
Pero hoy, era diferente, hoy ella le contaría una solución para aquel sufrimiento interno.
𖤍
— Elizabeth — ya habían llegado las nueve y la susodicha ya había llegado.— Meliodas — Dijo con una sonrisa — Me voy a sentar — el rubio solo asintió.— Tristán me dijo que en la mañana te alcanzo a ver y que le dijiste que ya tenías una idea para que estuvieras aquí, ¿es verdad? — cuestionó el rubio un poco emocionado — Si, tengo una idea, pero te necesitaremos a ti, a Tristán y A Zeldris — gano toda la atención del rubio — ¿te digo mi propuesta? —
— tienes toda mi atención — Fue el detonante para comenzar el plan.
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Se que pensarán que todo va muy rápido y apresurado pero en realidad es todo lo contrario.
Como dato curioso. Sin contar estas palabras fueron 666, y si esa era mi intención.
Sin más que decir. Kaoru se va
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