Chapter 2

Con un paso firme, pero muy agitado, Clarie se dirigió a la estación del bus. Se molestó enormemente al revisar el móvil y verlo vacío. Mientras esperaba, un niño cerca de allí anunciaba el robo de una caja fuerte en el banco municipal por un periódico que vendía.  Esto le llamó la atención, pero justo llegó el bus. En el viaje, el conductor mantuvo la radio encendida y más de una vez se anunciaba aquel robo. Clarie llegó lo más aprisa que pudo a lo de su amiga, la cual tenía todo listo para su llegada.

-Crys, me alegra tanto que me ayudaras, sabía que podía contar contigo.- dijo abrazando a la chica que le abrió la puerta.

-Solo asegúrate de que no los pille la policía.- correspondió al abrazo.

-Espera un minuto... ¿Los? ¿A qué te refieres?- se separó mirando confundida a su amiga.

-¿Recuerdas lo que te dije que te ayudaría?- ella asintió. - Pues bien, creo que él te será de utilidad. ¡Jack, ven aquí!

De a través de la puerta de una habitación, salió un joven alto y hermoso, su pelo rubio era corto y su tez, blanca. Su cara tenía una expresión seria y sus ojos estaban tapados por unos lentes de sol de los que ves tu reflejo en el cristal o reflectantes.

-Este chico te ayudará en lo que necesites y no lo juzgues, es un crack.

-Si lo dices tú, debe ser verdad. Hola, Jack, soy Clarie. -ella le tendió la mano para saludarlo, pero él no correspondió al gesto.

Ella se quedó mirándolo un momento.

-Es un gusto para mí también, espero nos llevemos bien.

-Crys, por favor, dime que esto es un chiste de mal gusto.

-¿Por qué?

-¿En serio? Mis amigos están en peligro de muerte, tengo dos semanas para robar dos tesoros nacionales o ellos mueren y tú me dices que mi gran ayuda es trabajar con un muchacho que no ve.

-Clarie, no lo insultes así sin saber. Además, no tienes por qué discutir las opciones, no tienes muchas, solo te ofrezco lo que sé que te ayudará.

Ella no contestó, salió disparada por la puerta dejando el eco del portazo en la casa.

-¿Soy yo o ella está decepcionada?

-No te culpes, Jack. Ella solo está frustrada por lo que le ocurre. Si la conozco bien, debe estar llorando en las escaleras de la entrada.

-Me intriga un poco ella, lo intentaré.

-Te darás cuenta pronto de que es algo especial.

-Ya se le nota...- él salió también.

En efecto, ella estaba sentada en las escaleras llorando sobre sus rodillas. Él se sentó a su lado cuando la oyó, dobló su bastón, se quitó las gafas de cristal de espejo, se puso unas negras y dijo sin dirigirse a ella.

-Vaya si es fuerte la amistad.

Ella levantó la cabeza y lo miró sollozando.

-Jack, yo... siento mucho lo que te dije allí dentro. No lo tomes a mal, pero estoy desesperada y no tengo opciones...

-¿Sabes acaso quién robó el banco municipal hace tres días?

-¿Qué?

-¿Lo sabes? Pues yo. No me subestimes por mi defecto, es casi un don para mí. Y según lo que me dijo Crys, haremos un equipo genial. Solo quiero ayudarte, ¿qué dices?

-Hum, supongo que podrás ayudarme con algo.

-Por mí, está bien. Ten, dejaste tus cosas.- le da una bolsa cilíndrica y con una correa.

-Ah, gracias. Al menos se te da bien lo de llevar paquetes.

-Te sorprenderías.

Clarie revisó la bolsa para saber con lo que contaba. En efecto, lo más que tenía eran puras herramientas como pinzas y destornilladores, una cajita con varios utensilios similares a los de un dentista y unos zapatos deportivos. También tenía una cartera con un buen fajo de billetes y un móvil.

-Ay, Crys... Juro que te devolveré tus ahorros.

-También ayudé con ello. Crys me dijo que lo necesitarías.

-Debo dar una gran carrera por varias tiendas. Necesito materiales para hacer unas manualidades.

-¿Te parece bien si voy contigo? Soy bastante bueno con las tecnologías. Podré ayudar.

-Supongo.- ambos se pusieron en pie y Jack desplegó su bastón.

Ella lo miró sin moverse, tentada de preguntarle si debía de sujetarlo para caminar.

-Tú me dices cuándo nos vamos.

-... Perdona mi ignorancia, pero...-dijo ella apenada.

-Si no me quieres dar tu brazo, por mí está bien, pero no creo que te vean bien los demás si andas conmigo y no me guías.

-¿Ja? Eres un aprovechado. Y yo que tenía pena de preguntar.-Clarie tomó su mano.

Jack estuvo unos segundos palpándola con cautela, lo que hizo que ella se estremeciera.

-¿Qué haces?-dijo sonrojada.

-Tienes mano firme, pero no creo que sean manos de luchadora. Más bien, y por el tono de tu voz y tu reacción, pareces una princesa.

Clarie se enojó por aquella comparación, por lo que lo obligó a seguirla por casi todo el trayecto. Entraron a un centro comercial repleto de personas. Jack se detuvo justo en la entrada haciendo que Clarie perdiera la paciencia con él.

-¿Y ahora qué pasa?- dijo ella con tono de molestia.

-Mucha gente, mucho ruido. No me puedo concentrar como para seguirte.- él se encogió de hombros.

Clarie dudó unos instantes y no dijo una sola palabra.

-Esta vez es cierto. Pero si no quieres, puedo esperarte aquí.

-¿Qué eres? ¿Mi escolta?

-Sería un honor si no fuera porque esperaría a una princesa que finge ser luchadora.

Clarie perdió los escrúpulos y trató de tomarlo por el cuello. Con un movimiento él puso el mango de su bastón de por medio. Sorprendida por la reacción, ella se quedó paralizada al ver su mano tocarle el pelo.

-Esto es lo que quería sacar de ti. La luchadora. Aunque no es justo si decimos que pelearás contra mí.

-Jack, no bromees conmigo.-él puso su dedo índice en su boca.

-Shhhh, haz silencio...

-¿Qué? Estoy callada.

-Me refiero a tu corazón. Debes calmarte. Sé que la situación te supera, pero estoy aquí para ayudarte. No te sientas mal, no estás sola.

-Jac...Jack.- logró decir antes de echarse a llorar en los brazos de él.

-Canaliza tu dolor, usa tu ira a tu favor. Por hacerlo no dejarás de ser tú.- la abrazó consoladoramente.

-Fue Crystal quien me enseñó a llorar. No sé por qué ya no lo puedo detener.

-Una chica tan linda como tú no debería llorar. Eres hermosa y debes creerme cuando te lo recuerde.

-Ahora eres un adulador...- él le secó las lágrimas.

-Preciosa, yo necesito tu ayuda tanto como tú necesitas la mía. Ahora, tomemos esto con calma, piensa bien las cosas y hazlas paso por paso.

Su sonrisa la transformó completamente en una persona calmada y un poco arrepentida. Lo había lastimado sin darse cuenta por su impotencia, pero él solo la consolaba sin prestar atención a sus sentimientos.

-Lamento el espectáculo, Jack.- dijo con un tono suave.

-Hey, solo quiero que te animes.

-Gracias. Ahora lo estoy.

-Bien, dime qué comprarás.

-Necesito soga y un equipo de alpinismo. Un cuchillo de caza, una caña de pesca, una sombrilla y varios metros de cuero negro. Si falta algo, se me ocurrirá en la marcha.

-Yo compraré dos pares de audífonos manos libres, dos radios portátiles y dos tuberías finas.

-No preguntaré. ¿Vamos?

-Después de ti, lindura.- ella hizo que la tomara del brazo.

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