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「Levi Ackerman」

La hora de dormir llegó más rápido de lo que me imaginé, Eren y yo ya estábamos listos para descansar. Sin embargo, después de la pequeña escena vergonzosa que habíamos vivido hace unas pocas horas, ninguno de los dos se digno a dirigirse la palabra hasta ahora.

-Te vi desnudo... Desnudo... -dijo Eren desde su incómoda cama improvisada. (Sí, él estaba usando la "fábrica de bebés" porque yo no iba a dormir con eso encima)

- ¿Podrías cambiar de tema? Por favor-el silencio volvió a invadir el lugar y Eren no soltaba ninguna palabra así que, fui ahora yo quién corto con ese silencio.- ¿Cómo es tu relación con tus hermanos?

-Eso no, Levi.

- ¿Y si nos preguntan?

- QUE ESO NO ACKERMAN, YA DUÉRMETE. -me gritó.

Si, era la primera vez que Eren me gritaba y aunque en otra ocasión seguro le hubiera respondido con más gritos ésta vez no sería así. Porque yo sabía que me estaba metiendo en algo muy personal para Eren y me lastimaba un poco la idea de que, aunque todo el mundo pensara que él y yo nos íbamos a casar, en realidad solo teníamos relación de jefe y empleado nada más.

Yo no merezco saber más de Eren y él tiene el derecho de no confiarme nada.

Pero... Yo quería conocer un poco más de él, saber lo que odia o lo que ama, si le gusta el té o el café... Y para eso yo tenía que dar el siguiente paso.

-Me gusta el canal de cocina. -solté- No se cocinar, cocinar me sale horrible. Solo me gusta ver ese canal.

- ¿Qué?

-En la universidad tuve un grupo de Rock con mis amigos llamado "No name", El cantante de Linked Horizon me parece muy apuesto. No he dormido con un hombre en un año y medio -suspire y tomé fuerzas porque lo siguiente que diría era muy personal y jamás se lo había dicho a nadie-... El tatuaje que tengo son dos golondrinas... son por mis mejores amigos: Farlan e Isabel eran sus nombres, ellos murieron frente a mi y no pude hacer nada. Pensé en quitarme ese tatuaje pero al final me arrepentí. Y ese día en que Floch me gritó frente a todos los empleados de que el día que yo muera no habría nadie para llorarme me encerré en el baño a llorar.

El silencio no se hizo esperar de nuevo y me temía que Eren se hubiera dormido justo en éste momento, porque lo que había hecho probablemente jamás volvería a pasar.

- ¿Sigues ahí?

-Si... -respondió- ¿En serio no has dormido con un hombre en 18 meses?

- ¿De todo lo que dije es lo único que escuchaste?

-Bueno es que eso es mucho tiempo para alguien como tú.

¿Alguien cómo yo?

-Pues... Tu sabes que soy un hombre ocupado.

-Levi ¿Puedo confesarte algo sin que lo tomes mal?

-Claro.

Se tomó su tiempo, parecía que de verdad le costaba un poco lo que estaba a punto de soltar. Pareció titubear un momento y luego soltó lo que jamás pensé que escucharía de él:

-Me refiero a alguien como tú porque... eres un hombre... Muy apuesto.

-Gra- Gracias. -respondí sintiendo mi rostro caliente.

- ¿Linked Horizon? -Eren cambió de tema repentinamente.

- ¿No lo conoces? Es el que canta la de "Sasaageyo Sasaageyo Shinzou wo Sasageyo"-cante un poco- ¿Todavía no lo reconoces?

-La verdad sí, solo quería escucharte cantar -rio.

Y yo reí con él. Mi rostro no dejaba de sentirse caliente así que temí que me diera alguna fiebre.

-Sugishi hi wo itsuwaru mono -Cantó ahora él.- yatsura wa zouo subeki teki da, ano hi donna koe de, kotoba de oretachi wo katatteita.

No pude evitar sonreír porque Eren de verdad cantaba pésimo, aunque le daba puntos porque lo intentaba.

-Eso Eren, siéntelo.

-Nani wo manabeba akuma wo mo hofureru? -Hacia según él el sonido de la guitarra y al mismo tiempo cantaba la letra de la canción, haciendo que su cover sonara más bien como un nido de ratas apareándose.- Gijutsu demo senjutsu demo, subete muda ni nado shinai.

-Sasaageyo sasaageyo shinzou wo sasageyoo. -Cantamos juntos. Aunque Eren quiso hacerlo un poco más interesante haciendo una nota alta que claramente no le salió, haciéndome soltar una carcajada y casi después de mi él se soltó a reír también.

Ambos reímos casi toda la noche, sin poder parar por las locuras que el uno al otro nos decíamos. No sabía que Eren podía ser más que un pasivo asistente y yo no sabía que Levi Ackerman podía tener sentimientos...

Esa noche quizá fue una de las mejores noches de toda mi vida.

Sus manos se pasaron delicadamente por mi rostro, delineando cada una de mis facciones. Sus dedos estaban helados pero eso no me molestaba, para mí eran el maldito paraíso.

Delineó mis labios y los observó con hambre, haciéndome temblar. Se notaba que quería devorarlos, no podía mentirme porque yo también deseaba besarlo hasta el amanecer. Se mordió los labios y luego delicadamente mordió los míos sin llegar a lastimarme.

La desesperación me estaba consumiendo, necesitaba mostrarle cuánto es que lo amaba y lo necesitaba.

Se acercó un poco sin embargo no me besó, bajó a mi cuello para lamerlo en repetidas ocasiones haciéndome sentir que ya estaba en el éxtasis solo con eso. Sus cabellos castaños me hicieron cosquillas y su lengua no dejaba de lamerme como loca.

Gemí su nombre y él levantó el rostro, esperaba ver sus preciosos ojos verdes pero...

Desperté de golpe, notando que estaba en una de las posiciones más extrañas para dormir y junto a mi, la horrible bola de pelos blancos que lamía mi cuello con emoción.

- ¡Fuchi Sarnoso! -le susurré porque no quería despertar a Eren. El perro bajo de la cama haciendo un poco de ruido, cosa que me preocupó. Pero al levantarme y notar que Eren seguía en brazos de Morfeo procedí a verme en el espejo de la mesita de noche.

Estaba horripilante, no podía ser atractivo para nadie con una apariencia así.

Con mis manos cepille un poco mi cabello para que ya no pareciera un nido de pájaros. Pellizque mis mejillas porque un poco de color no haría mal y de uno de los cajones encontré un lápiz labial rojizo que me haría ver un poco más vivo, así que me coloque sutilmente para que no se notara que lo llevaba puesto.

- ¡Desayuno para los novios! -hablaron desde la puerta. Era la mamá de Eren.

Entré en desesperación porque claramente como estábamos dormidos no parecíamos una pareja felizmente comprometida.

-Eren -le hablé, sin embargo ni se inmutó.- ¡Oye estúpido! -tomé una de las almohadas lanzándosela a la cara.

- ¡Oye! -se quejó.

- ¡Tu mamá está en la puerta, sube a la cama!

En tres segundos Eren ya estaba sobre la cama.

- ¡Baja eso! -sin darse cuenta él había subido la fábrica de bebés a la cama. Así que sin pensarlo dos veces la tire al piso, que asco.- ¿¡Oye qué es eso que me picó!?

-Es muy temprano y es natural.

- ¡Ya puede pasar! -lo ignore.

La puerta se abrió y Carla entro con una charola que llevaba pan y tazas de humeante chocolate caliente. Detrás de ella entraron ambos hermanos Jaeger, quienes no se veían muy contentos con estar ahí, parecía más bien que Carla los había obligado a venir para limar asperezas con Eren.

-Por favor no quiero una charla de familia unida en éste momento, estoy con mi prometido. -dijo Eren.

-No es eso Eren, anoche hablamos con Carla y nos dimos cuenta que nosotros estamos mal. Lo lamentamos. -dijo el mayor, Zeke.

-Venimos porque les queríamos pedir que... Bueno ya que se van a casar... -dijo Mikasa pero fue interrumpida por la madre emocionada junto a ella.

- ¡Queremos que se casen aquí mañana! -gritó Carla.

- ¿Qué? -respondimos.

-Pues se van a casar entonces queríamos que fuera en algo más familiar y tradicional, porque es muy tradicional que los Jaeger se casen en el granero.

-No, no como creen es el cumpleaños de la Abuela. -respondí.

- ¡Pero ya tuve 83 cumpleaños! Y nada me haría más feliz que ver a mi nieto casarse. -dijo la abuela que de algún lado había salido.

-Pero...

-Antes de que muera.

- ¡Está bien! ¡Está bien! -respondimos.

-Bien entonces nosotros nos vamos, felicidades chicos. -la hermana no parecía convencida.

De a poco todos fueron saliendo de la habitación excepto la mamá de Eren que nos veía con una enorme sonrisa.

- ¡Que emoción! Mi hijo se casa.

- ¡Mamá! -gritaron desde afuera.

- Ya voy, ya voy. -Y por fin salió, dejándonos solos de nuevo.

Giré a ver a Eren, quien tenía un rostro de preocupación muy notable.

-Maldición, cuando mi abuela se entere que esto es una farsa la voy a matar y mi madre ahg, esto fue una terrible idea...

-Oye... Tranquilo, ellos nunca sabrán que no es real. Nos casaremos, haremos un divorcio rápido y listo. -sobe su espalda para tratar de calmarlo un poco.

Él asintió y luego dijo:

-Tienes razón... Ellos no van a saber.

-Mira, -me levanté un poco de la cama para tomar una taza y un pan, se lo entregué a Eren y él lo tomó.- come algo. Debería de aprender a cocinar para atender a mi futuro esposo. -bromee.

-Si claro, deberías de hacerlo.

Sobe su espalda y hasta entonces recordé mi sueño. Recordar el cómo me tocaba me hizo volver levemente a esas sensaciones increíbles.

Eren me miró curioso y después de unos segundos me di cuenta que tenía una enorme sonrisa adornando mi rostro mientras aún continuaba acariciando su espalda.

Me detuve de hacer aquello y me levanté rápidamente de la cama.

-Yo... Tengo que salir, necesito algo de aire.

-Esa es la puerta del baño.

-Ah.

Al salir de la casa ya cambiado de ropa tomé una bicicleta que parecía ser de Mikasa y me adentre al pequeño bosque que estaba junto a la casa de la familia de Eren.

Esto no podía estar pasando, tenía que concentrarme con lo que éramos en realidad, esto no podía pasar a algo más que solo negocios y yo debía saberlo perfectamente. Eren no debía ser algún inconveniente para terminar con éste matrimonio falso pero yo estaba cayendo lentamente y eso no estaba bien.

-Tranquilízate Levi, son solo negocios. -me dije.- Casados y divorciados al instante, no debería haber problema. Sin sentimientos.

El sonido de un tambor siendo tocado me hizo salir de mis pensamientos.

- ¿Qué es eso? -pregunte en voz alta como si alguien fuera a escucharme y luego responderme.

Me asusté un poco porque sonaba como si fuera algún tipo de extraño ritual. Me acerqué hacía dónde era el sonido y efectivamente parecía un ritual; una señora muy vieja bailaba al rededor de una enorme fogata, cantando incoherencias y vestida con ropas raras.

Quise huir de allí pero la vieja de repente habló, extendiendo sus brazos hacia al frente y dándome la espalda.

-Ven hacía mi Levi Ackerman de Nueva York.

Casi mojo mis pantalones.

-Soy yo la abuela Jaeger. -hablo girándose, dejando ver su rostro.- Estoy agradeciéndole a la madre tierra por tu compromiso con Eren, ven a agradecerle también.

-Yo le agradezco desde aquí, no se preocupe.

-Vamos Levi, no seas tímido.

Asentí y con pena me acerqué hacía la abuelita quien no dejaba de sonreírme.

- ¿Qué hago? -pregunte.

Ella no respondió, se limitó a abrir y cerrar los brazos frente a ella y hacer una extraña respiración mientras caminaba al rededor de la fogata.

Yo la imité, tratando de no interrumpirla.

-Canta Levi, canta.

- ¿Qué canto?

-Lo que te salga del corazón, di lo que sientas.

-Bien, bien... Eh... -no se me ocurría nada así que solo solté lo primero que se me ocurrió.- La ventana, La ventana, la pared, la pared. Éste baile me da sed, piojosa como usted.

- ¡Más fuerte Levi!

- ¡La ventana, La ventana, la pared, la pared. Éste baile me da sed, piojosa como usted!

Y entonces bailé, simplemente me deje llevar. Moví las caderas mientras no dejaba de cantar "La ventana, La ventana, la pared, la pared. Éste baile me da sed, piojosa como usted".

Nunca me había divertido tanto bailando, perdí la noción de que es lo que estaba haciendo mientras seguía bailando.

- ¡Vamos abuela!

Ella me miró extrañada, incapaz de seguirme el ritmo pero poco me importó porque yo seguía bailando sensualmente.

¡Gracias madre tierra por mi compromiso con...!

- ¿Qué estás haciendo? -preguntó Eren.

La abuela y yo dejamos de bailar de golpe. ¿Hace cuánto estaba ahí Eren?

-Yo estaba... Agradeciéndole a la madre tierra...

- ¿Bailando así?

- Ahh... Sí.

-Si ya acabaste de agradecer me puedes acompañar por tu nuevo celular.

- ¡Bien! -camine hacía Eren pero me detuve a regresarme con la abuela un momento.- ¿Está bien que vaya con él?

-Lo que tú hagas está bien. -respondió ella.

- ¿Segura?

-Adelante.

-Vale, adiós abuela.

Ahora si caminé hacia Eren y él comenzó a reír.

-Estas loco. -decía mientras reía.

-Cállate.