Capítulo 2. Eren, cásate conmigo
.
.
.
「Eren Jaeger」
—No entiendo qué está pasando... —solté por fin después de aquel incómodo silencio entre ambos, aunque más bien, el incómodo silencio solo fue para mí. Mi jefe me miró como si fuera el ser más estúpido del mundo, sorprendido de que no entendiera absolutamente nada de lo sucedido y por más que intentara seguía sin entender un gramo. Rodó los ojos y apartó su mirada de mi.
—Tranquilo, te beneficiará. —dijo sin voltear a verme, revisando manuscritos que ahora mismo tenía ganas de lanzarlos a su cara.
—¿Si? ¿Cómo?
Mi jefe suspiró y volvió a posar esos ojos azules en mi persona.
—Mi madre amenazó con darle mi puesto a Forster.
—Y es por eso que debemos casarnos...
—¿Cuál es el problema? —preguntó. Claro, como si casarse fuera algo tan simple— ¿Acaso te reservabas para alguien especial?
—Eso quiero creer. Además, mentirle así a tu madre es muy malo.
—Malo sería robar, eso sí es malo.
—Levi... —solté un suspiro— No voy a casarme contigo.
Él me dió otra de sus miradas burlonas y sonrió de lado, cosa que me causó miles de escalofríos.
—Dejame decirte ésto, Floch sería tu nuevo jefe y quién no dudará en despedirte, entonces, tú sueño de ser editor se irá por la borda; así como los momentos que pasamos juntos como las juntas, citas inesperadas, las compras de productos de limpieza, etcétera. Así que sí, nos vamos a casar.
No respondí porque sabía que tenía razón pero... Aún no era posible el procesar toda la información en poco tiempo.
—Ambos quedaríamos en la quiebra —continuó— así que, hasta que mi madre se convenza de que tú y yo somos pareja tendremos que ser cómplices, después de casarnos prepararé un divorcio rápido y listo.
El teléfono sonó y yo solo sentía que todo me daba vueltas.
—Los rumores son rápidos, ¿No es así? —dijo la señora Ackerman mientras nos observaba con curiosidad. Pude observar que ella no nos creía ni un poco sobre éste teatro de verdadero amor. Nos había llamado a ambos de vuelta para tener una conversación más "privada" así que los tres estábamos en la oficina de la señora Kuchell en uno de los edificios de la empresa.
—Vaya que sí. —se rió Levi.
—En verdad, sigo sin entender cuando comenzó ésto entre ustedes... ¿Cómo que tu familia ya lo conoce? —preguntó Kuchell hacía mi dirección y yo asentí— De verdad que aún no me lo creo.
—Si bueno, teníamos planeado contarles sobre nuestro compromiso éste fin de semana. La linda abuela está por cumplir años y suponemos que ésto será una gran sorpresa. —Levi le mintió descaradamente por segunda ocasión y yo le miré asombrado porque supiera esa información. Levi me miró con una mirada de amor muy bien fingida, que casi se la creía, casi.
—¿Éste fin de semana? —Kuchell frunció el seño y nos miró a ambos, de nuevo. Pasando su mirada de mi a Levi y así sucesivamente— Les voy a ser total y sumamente sincera... Creo que ésto es solo un invento de Levi para no casarse con Petra...
— ¿Qué? Pfft.
—Mira Levi, escúchame bien... —su voz cambió drásticamente y ambos nos paralizamos— Si ésto es una mentira voy a estar muy decepcionada de ti, te quitaré el puesto de jefe y no volverás a poner un pie dentro de la empresa, ya verás como te las arreglas. Mientras que tú... Edén.
—Eren. —corregí.
—Como sea, vas a estar despedido y me encargaré de que ninguna empresa vuelva a contratarte, tendrás mi odio absoluto y tendrás que buscar otra forma de ganarte la vida porque no te acercarás a ésta empresa tu tampoco.
Juro que sentí que la sangre se me helaba y unas fuertes ganas de vomitar aparecieron de repente. Fue al escuchar esas palabras que mi mente me dijo No seas imbécil, alejate de ahí, pero la otra parte me decía Recuerda que todo es por tu sueño, es arriesgado, sí. Pero podrás manejarlo, eres Eren Jaeger.
—¿Eren? —la voz de mi jefe me sacó de mis pensamientos, aún con miedo observé a mi "suegra", teniendo la confesión en la punta de la lengua.
—¿Tienes algo que decir, Edén?—preguntó Kuchell.
Asentí y sentí la fija mirada de mi jefe.
—¿Sí?
Negué.
—¿No?
—La verdad es que... —ambos me miraron expectantes de lo que diría y ahora, con lo que diría, sería tarde para echarme para atrás— Levi y yo somos dos personas que no debían enamorarse. Incluso Levi dijo que me haría editor pero se lo negué obvio no haría algo como eso.
Levi me miró asombrado, Kuchell suspiró y yo pude sentir todo mi cuerpo temblar. De verdad, creo que mi trasero se movía cuál gelatina y sudaban litros de agua. ¿Asqueroso? Sí.
—Bien... Irán allí con la familia de Eren y yo llegaré después para conocer a mi otra familia, porque al parecer, ya se van a casar y yo no tengo ni idea de que tipo de familia es. —Kuchell seguía dudando de nosotros, lo sabía. Al escuchar aquello mi temor aumentó, lo peor no era engañar a la señora Ackerman, si no que también tenía que mentirle a mi propia familia y dolía, muchísimo.—¿Dónde es que vive tu familia?
—Alaska.
—No es necesario, mamá. —interrumpió Levi.
—Sí, si lo es. Iré allí justo después de que haya terminado con mi trabajo acá, ahora váyanse que toda ésta noticia me ha dado un fuerte dolor de cabeza.
Y eso hicimos, salimos de aquella oficina repletos de dudas y miedo, o más bien, yo salía con dudas y miedo pues mi jefe seguía dándome órdenes como si lo que su madre nos había dicho no valía absolutamente nada. No quería mentirle a mi familia, no quiero que ellos se decepcionen de mi si es que llegaran a enterarse de toda ésta absurda mentira.
—...Y que me lleven el té que tanto me gusta. La última vez me dieron café y no sabes cuanto lo detesto. —Levi siguió hablando— Oh, también que el asiento sea limpio y consigue un bote de gel antibacterial para... ¿Me estás escuchando?
—¿Tu no escuchaste lo que dijo? —le encaré.
—¿Qué? Oh, lo de ser editor. Jaja —se rió algo fuerte— Se lo creyó por completo.
—No lo creo. Además, dijo que haría que ninguna empresa me contrate. ¿Puedes imaginar lo que sería eso? Mi sueño desperdiciado por tu tonto capricho.
—¿Editor? No. Jamás.
—Bueno Levi, —me dí la vuelta y comencé a caminar— fue un gusto. Renuncio, estás solo en ésto. Suerte.
—Eren... ¡Eren! —me detuvo— Está bien... Bien... Te haré el mejor editor por lo que llevemos de vacaciones en tu casa.
Sonreí victorioso pero sin que él me viera. Lentamente me giré y le mostré la mejor cara de seriedad que podía tener.
—Y vas a publicar mi manuscrito.
—Bien, que sean 10,000 copias.
—20,000 y le diremos a mi familia de nuestro compromiso cuando quiera y como yo quiera. —Levi estaba asombrado e internamente yo lo estaba siendo también. ¿De dónde saqué valor? No lo sé.
¿Me divierte mucho tratar así a mi cruel jefe? Absolutamente.
¿Me acabo de cagar en los calzones porque recordé que es Levi Ackerman? Efectivamente.
—Bien.
—Ahora, pidemelo con ternura. —le ordené, sí, le ordené. Por fuera tenía el rostro serio y por dentro daba brincos de diversión. La gente nos observaba curiosa y la situación no podía ser mejor. Además, Wonka dijo gozenlo. ¿No?
—¿Qué? —preguntó ya algo enojado.
—Pideme con ternura que me case contigo, Levi.
—¿Qué? —repitió.
—De rodillas.
Le escuché tronar la lengua y mirar a los lados, estaba avergonzado... como estaba disfrutando ésto. Esperaba que me lanzara varios de sus tan apreciados insultos, me golpeara y se fuera pero para mí sorpresa hizo todo lo contrario; con una increible lentitud se arrodilló exactamente como lo hacen en las propuestas de matrimonio, tomó una de mis manos y me miró dulcemente.
Que miedo.
—Eren...
—Levi.
—Dulce y querido, Eren.
—¿Si Levi?
—Por favor, ¿Me darías el honor de permitirme ser tu esposo?
—Mmm, claro. Tu sarcasmo fue desagradable pero acepto. Nos vemos mañana.
Y por fin me alejé dejándolo solo e hincado y yo con una enorme sonrisa de completa satisfacción.
Esperaba haber tomado una buena decisión, de todos modos, solo estaremos casados unos días. ¿No?
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top