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Dicen que tu boda es el día más feliz de tu vida, pero no fue así para Tae. Tae despertó el día de su boda con un arma en la mano y su prometida llena de sangre y muerta.
Los padres de la novia llegaron y lo primero que pensaron es que Tae era el culpable, su amada hija estaba muerta y fue asesinada el día de su boda y por su propio prometido. Prometido de hace dos años y novio desde que eran adolescentes.
Los dos habían crecido juntos y se enamoraron en el camino, cuando Tae tenía 20 años le propuso matrimonio, dos años después se iban a casar, pero la tragedia no lo permitió.
Tae fue enjuiciado por asesinato, treinta años por haber asesinado a su novia. Tae les dijo a todos que era inocente que él no la había asesinado, que cuando despertó el cadáver de su prometida lo recibió. Pero todas las pruebas estaban en su contra, todos le dieron la espalda y lo dejaron solo inclusive sus padres lo abandonaron y le desearon la muerte.
Tae lloraba cada día que estuvo en la cárcel, durante siete años Tae lloro y deseaba volver al pasado donde era tan feliz con la mujer que amaba y su familia, pero su realidad lo golpeaba todos los días al verse encerrado en esas cuatro paredes.
Un milagro ocurrió siete años después un testigo del asesinato declaró y Tae fue absuelto de su crimen y se le dio libertad inmediata junto con una indemnización por haberlo enjuiciado mal y pagar un delito que no cometió.
Sin embargo, Tae ya no tenía nada afuera de esas cuatro paredes, Tae ya no era el mismo y afuera nadie lo esperaba.
Salió dos días antes de la navidad lloro solo en la montaña y sus recuerdos felices con la persona que amaba lo hicieron desear morir, pero la llegada del hombre de rostro angelical evitó que lo hiciera.
Ahora Tae está en un café viendo como el hombre angelical toma su café espumoso. Tee saborea su café y deja residuos en sus labios, Tae sonríe al ver que Tee parece un niño de siete años que no puede comer bien y bota toda la comida, el pan que compró para Tee la mitad se desperdició debido al desorden de Tee.
Tae no podía creer que estaba acompañado en esta navidad y de un ser tan especial como es el hombre que está delante de él. Su salvador, su ángel, su... luz, que le da la esperanza de que puede tener una nueva vida, una nueva historia donde pueda ser feliz.
Tae agarra una servilleta y limpia las sobras de la espuma del café que estaba en los labios de Tee. Tee se sonrojo al ver la cercanía de la cara de Tae con la suya.
Tee era un joven de aproximadamente 24 años que está en su último año en la universidad y pronto será un médico y financiará, cursa dos carreras a la vez, una por orden de su padre y la otra porque era su pasión. Siempre ha deseado ayudar a otros, pero su padre quiere que dirija el grupo financiero de la familia.
Tee es el hijo consentido y mimado de la familia Jaruji, es considerado el hombre adulto más mimado de todos, a Tee nadie le niega nada, obtiene lo que quiere a cualquier costó.
Tee no ha tenido relaciones con mujeres ni con hombres, él está esperando a esa persona especial que será su amor verdadero y para siempre, es al único al que se entregará en cuerpo y alma. Fueron órdenes de su abuela.
- ¿No me dirás por qué lloraba? - Tee pregunta de repente cuando Tae está bebiendo su café negro caliente, provocando que Tae bote le café que tenía en su boca.
- Bueno, es una larga historia - Tae quiere evadir el tema
- Tengo toda la noche y todo el día de mañana para escucharla - Tee insistía. Tee le dio una encantadora sonrisa a Tae, quien de inmediato se derritió ante esa sonrisa.
- Bueno, está en el pasado - Tae dijo con voz dolida - Es algo que no quiero recordar - Tee miro fijamente a Tae, y pudo ver dolor, tristeza, melancolía, soledad, pena; pudo ver que en la vida de Tae le faltaba alegría, paz, necesitaba liberarse del pasado y enfocarse en el futuro y él quería estar ahí para él.
- Lo siento, mamá tiene razón soy demasiado hablador. Pero Tae yo quiero... - Tee suspiro- Tengo una propuesta para ti - Tae miro con atención a Tee
- Yo... quiero... bueno, yo... - Tee solo tartamudea no sabía cómo decir las palabras correctas para que no suene tan loco.
- Tee, tranquilo dime con confianza - Tae sostuvo las manos de Tee. Los dos sintieron ondas eléctricas que viajaban por sus cuerpos por solo tocarse.
Tee suspira - ¿Cásate conmigo?
Tae no sabía que decir, había conocido a Tee hace media hora en la montaña mientras lloraba y recordaba su duro pasado, le había propuesto pasar la noche de Navidad con él y lo invito al café más cercano, y a hora estaba escuchando una propuesta de matrimonio. ¿Cómo es que esto está pasando?
Tee esperaba la respuesta y miraba con atención a Tae. Tee sentía que su corazón iba a explotar de lo rápido que palpitaba.
- Tee, yo... necesito decir muchas cosas, aunque estés bromean debo decirte, el por qué lloraba en la montaña - Tee miro con seriedad a Tae que estaba muy nervioso.
- Está bien, pero aquí no, vamos a otro lugar - Tee sostuvo la mano de Tae y lo llevo a un hotel.
Tae se sienta enfrente de Tee y suspira. Nunca pensó que le tenía que decir a un extraño su historia. - Tee, yo... estuve en prisión por siete años - Tae bajo la mirada - Yo fui a prisión por asesinar a mi prometida el día de nuestra boda.
Tee miro muy sorprendido a Tae, no sabía cómo reaccionar Tae se miraba una persona buena y de buen corazón, pero él dice haber matado a su novia.
- No creo que seas el culpable - Tee dijo con seguridad, Tae lo miro con asombrado.
- ¿Por qué lo crees? - Tae pregunto a Tee sorprendido e incrédulo, en todos estos años nadie creía que era inocente y por eso le dieron la espalda.
- No tienes cara de malo, mucho menos asesino - Tee sonrió - Además, estoy seguro de que si la hubieras asesinado no estarías libre - Tae sonrió débilmente y apretó la mano de Tee.
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