Capítulo 51

(Segundo mes- Día 23 ) Inuyasha

Rin termino de limpiar la sangre que había quedado esparcida por el piso de su baño, lo fregó con papel y muchísimos productos de limpieza, sobre todo aquello que podía conocerse como lavandina, el cual, según su experiencia personal, era el más fuerte de todos, podía confundir el agudo olfato de su padre.

Vertió todo la basura dentro de una bolsa de residuo negra, la cual tomo a escondidas de uno de los armarios de la cocina, luego de asegurarse de que ningún rastro haya quedado, abrió la ventana de su habitación, el cual estaba en el segundo piso, como el resto de las habitaciones, se asomó y hecho un vistazo por esta, la abertura quedaba justo debajo de una gran cantidad de arbustos y flores, el problema era que también había una ventana frente a estos, y esa era la que daba justo en la sala, lugar donde estaban todos reunidos ahora.

Suspiro, no tenía otra alternativa que arrojarla y rogar porque nadie la encontrara entre las plantas, después tendría que ingeniárselas para salir al jardín y llevarla a toda prisa a los cestos de basura, que estaban cerca del gran portón, eludir a los guardias no sería un problema, ya que en varias ocasiones ella era quien sé encargada de ayudar con la basura.

Otra opción, muy mala por cierto, era bajar directamente con la bolsa arriesgándose a que su amo pudiera oler la sangre o lo que era aún peor que la curiosidad de la señorita Aome, la llevara a mirar en el interior de la bolsa.

Rin trago saliva, el primer plan era el más viable entre los dos, quizás la hora de la tarde la ayudara, muy pronto su nueva enfermera se iría, lo que sería perfecto para salir sin ser vista, por el momento debía actuar de lo más casual.

Decidida, abandono la seguridad de su habitación, paso por Yako antes recordando que era tiempo de darle de comer.

El cachorro estaba descansando aun lado de las escaleras, recostado con el hocico entre sus patas delanteras, mientras que su cola permanecía curvada entre las traseras, este al sentir la presencia de la niña alzo las orejas, alzando la cabeza la miro con lo que parecía ser una sonrisa, su lengua colgando hacia afuera mientras meneaba la cola sin cesar.

Rin se inclinó y acaricio el suave pelaje de su espalda, este correspondió serrando sus enormes ojos, disfrutando del cariño que le ofrecía.

–Ven Yako, te daré un bocadillo–anuncio la niña retomando la postura, el perro también la imito y la siguió escaleras abajo.

Pasaron sigilosos a través del salón donde estaban todos reunidos y Aome parecía estar hablando sobre ella con la nueva enfermera.

–Te vas a llevar muy bien con ella, Rin es una niña muy buena–la mencionada sonrió al escucharla y el perro al parecer también ya que ladro atrayendo la atención de todos.

La niña sonrió apenada– Tiene hambre–se apresuró a decir señalando a su mascota, antes de ir a la cocina por la comida.

Sango se puso de pie–Tal vez necesite ayuda–le hablo a la joven azabache, quien solo le sonrió y asintió.

Después de unas horas, Sango se marchó ella a diferencia de Akane no podía vivir en la mansión ya que tenía un hermano pequeño al cual cuidar, se convirtieron en huérfanos desde una edad muy temprana, ya que sus padres habían muerto en un trágico accidente automovilístico, razón por lo cual se había convertido en una hermana sobreprotectora.

En todo caso su apartamento no quedaba muy lejos, así que Sesshōmaru puso a disposición uno de sus autos y también un chófer para que la trajera en las mañanas y la llevaran al caer la noche.

Tal y como la azabache lo había previsto, la enfermera y la niña se llevaron muy bien para ser el primer día, compartiendo varios juegos, sin duda alguna Sango termino exhausta.

...

–Tu, tu, tu, tu, tu tu, tu, tuu, The club isn't the best place to find a lover. So the bar is where I go. Mmmm

Aome mecía sus caderas al compás de la canción Shape of you del artista Ed Sheerand, mientras revolvía feliz mente una cacerola la cual tenía arroz en su interior, de vez en cuando cantaba en voz alta, por su puesto se equivocaba en la mayoría de las palabras, su ingles no era el de una experta, por lo que resultaba gracioso para quien la escuchara.

–Come on now, follow my lead. Come, come on now, follow my lead. I'm in love with the shape of you, We push and pull like a magnet do, Although my heart is falling too, I'm in love with your body. Oaaa, Oaaa, Oaaa. I'm in love with your bodyyyy

Sesshōmaru se río disimuladamente de ella, mientras cortaba un filete de carne en pequeños cubos, que luego serían salteados en salsa y verduras hasta cocinarse por completo.

– Come on, be my baby, come on. Come on, be my baby, come on. I'm in love with your body–si, por su puesto a esta altura Aome ya estaba gritando, mientras bailaba de una extraña y exagerada manera.

Rin se asomó por la puerta y al comprender que los dos estaban sumamente distraídos, tenía que aprovechar la oportunidad para poner en marcha su plan, así que fue rápidamente donde la bolsa y la arrojo, después bajo de igual manera las escaleras y salió por la puerta principal, rodeando toda la casa hasta encontrar el lugar donde había caído.

La tomo entre sus brazos y camino apresurada en dirección a los contenedores, uno de los guardias la reconoció desde la distancia y saludo con la mano, Rin le devolvió el gesto más una sonrisa.

–Hola señor–lo saludo, porque no debía levantar sospechas de ningún tipo.

Y tal como lo esperaba, el guardia levanto la pesada tapa del contenedor, como siempre lo hacía, para que ella arrogara las bolsas en el interior.

–Gracias–se despidió y regreso con más tranquilidad haca la casa.

Todo estaría bien.

De repente escucho como si algo o alguien cayera entre las plantas, haciendo crujir las ramas, asustada volteo a mirar lo siguiente que vio fue a una persona salir de entre estos mientras sacudía la tierra de sus ropas con ayuda de las manos.

Rin se quedó estática, repentinamente sin saber que hacer o cómo actuar, la poca luz del lugar no ayudaba para nada, no podía saber de quien se trataba, podía regresar y pedir ayuda a los sirvientes, pero la idea de que el intruso se escapara la obligo a quedarse en su lugar.

Así que se reunió de valor y se aventuró a investigar por cuenta propia, camino hasta una pequeña zona de árboles y arbustos, que era la dirección de la cual el sonido había salido, no camino más haya porque la oscuridad del pequeño bosque le daba cierta desconfianza y miedo.

Forzó a sus pequeños ojos, a ver más allá de lo que era posible, de pronto una sombra se movió rápidamente hacia su dirección, el grito de espanto murió en su garganta, cuando una melena plateada fue besada por la luz de la luna.

Alzo la vista abriendo los ojos de par en par– ¿Tío... Inu... yasha?–respondió con inseguridad.

El aludido sonrió cruzando los brazos por encima de su pecho–Con que eras tú.

Definitivamente se trataba de él, la niña simplemente asintió, había algo en su tono de voz que la mantenía en una alerta constante.

Este suspiro–Creí que eras Aome–respondió al tiempo en que restaba los pasos que los separaban– ¿Dónde está ella? He venido a buscarla–Esta vez teniéndolo de frente la niña pudo ver el semblante desencajado del híbrido pero no de una forma amigable, la hostilidad que emitía la hizo temblar y dar un paso hacia atrás asustada.

Sintió como cada pelo sobre su cuerpo se le erizaba, cuando este la miro con aquellos ojos dorados sin una pizca de cariño, eran fríos y calculadores, no parecía ser el tío de siempre.

–Te hice una pregunta niña–la voz del contrario salió con dureza.

Se abrazó a si misma asustada de que pudiera atacarla–Adentro–fue la única palabra que logro decir, él ni si quera respondió, tan solo paso a su lado caminando como si no tuviera nada de qué preocuparse, una vez que o sintió lejos Rin soltó un enorme suspiro mientras se dejaba caer sobre el césped.

¿Qué demonios estaba pasando? ¿Por qué los guardias no aparecieron para ayudarla?, recobrando las fuerzas se puso de pie y corrió hacia la gran entrada de la mansión.

Grito con horror al ver a los cuatro guardias tirados en diferentes partes del suelo, parecían estar muertos aunque no vio restos de sangre en ningún lado, con valentía se acercó al primero, el cual estaba de cara sobre el piso, con todas sus fuerzas lo volteo, se alarma de inmediato, al ver el gran moretón que comenzaba a formarse sobre su ojo derecho, además tenía su labio inferior partido, se inclinó sobre él y con la oreja totalmente pegada sobre el pecho logro corroborar que estaban inconscientes.

Suspiro aliviada, ahora solo tendría que llamar a la policía, su amo podría necesitar ayuda, algo le decía que su tío Inuyasha no tenía buenas intenciones al venir, corrió hacia la casilla de los guardias y encerrándose en esta tomo el teléfono rápidamente.

....

El sigilo jamás fue una cualidad en Inuyasha, para ser exactos él era temperamental con un carácter infantil y explosivo, por lo que resultaba muy difícil poder lidiar con él, podía llegar a ser muy impredecible.

Por su puerto que Sesshōmaru había sentido su presencia, por lo que le ordeno a la joven miko que se mantuviera oculta hasta averiguar con que intensiones venia su medio hermano, la hostilidad que brotaba de su mestizo cuerpo, le daba una clara idea de que no venía en son de paz.

Su mujer obedeció de inmediato ya que ahora no solo tenía que preocuparse por ella, debía proteger también a su bebé.

El menor de la familia Taisho, miro forma retadora a su medio hermano, se acercó con suma tranquilidad al sillón más cercano y tomo asiento bajo la cautelosa mirada del youkai.

– ¿Qué estas esperando?–cuestiono Inuyasha tirándose hacia atrás–Ve por mi mujer.

Y lo que altero a Sesshōmaru no fue la sonrisa arrogante que le dedico al final, sino el hecho de que le estaba dando órdenes en su propia casa, delante de sus narices, y tratando a su mujer como si fuera de su pertenencia.

–Aún no se si eres valiente o estúpido.

El mitad bestia frunció las cejas–Ve por Aome, me la llevare de aquí.

Sesshōmaru rogó por una paciencia, que ya no tenía.

–Cuantas veces tendré que decirte–comenzó con exasperación– Ella es ahora mi mujer y no puedo entregártela.

–Desde niños siempre me has arrebatado todo lo que me pertenece–lo acuso poniéndose de pie, rememorando cada uno de los sucesos que habían pasado en los últimos siglos.

–Deja de decir tonterías–el Dai Youkai también lo recordó.

El mestizo asintió con la mandíbula tensa, soltando una profunda respiración– No fuiste capaz de cuidar de mi madre, cuando era tu único trabajo– espeto disgustado, mientras por su mente se repetía el momento en que esta murió– Y luego dejaste morir a mi padre–escupió apretando los puños.

–No tienes idea de lo que estás diciendo–expuso con molestia.

Por su parte la joven sacerdotisa los estaba espiando, a través de una de las paredes, decidida a intervenir en la conversación y obligar a Inuyasha a que marchara, se apresuró a ponerse a la altura de su marido.

Sesshōmaru le dio una mirada desaprobatoria, pero ella no se dejó, permaneció decidida

–No sé qué estás haciendo aquí, pero te pido que te vayas y no regreses.

–Aome, puedes regresar conmigo encontré a colmi–lo que estuviera a punto de decir se desvaneció lentamente al notar el vientre hinchado en la joven, entonces olfateo el aire y descubrió su estado de preñez.

La morena lo miro con cierta precaución–Inuyasha, por favor vete–pidió y el híbrido la miro directamente a los ojos, mientras daba ondas respiraciones, parecía perturbado y sumamente molesto.

–Largo–Sesshōmaru ordeno.

La siguiente mirada que Inuyasha le brindo fue una cargada de completo asco–Eres una zorra maldita–escupió con resentimiento, las pupilas doradas de sus ojos, se tiñeron de rojo, mientras los colmillos de su boca salieron amenazantes del interior de su boca, al tiempo en que dos líneas magentas desaliñadas aparecían sobre sus mejillas.

Sesshōmaru se interpuso en su campo de visión, protegiendo a la morena de cualquier locura que Inuyasha pudiera hacer; Aome se ocultó tras su espalda, cubriendo con los brazos la superficie de su vientre sintiendo sus piernas temblar con miedo.

Jamás lo había visto de esa forma, tan aterradora.

–Te advertí que eres mía–él dio un paso amenazante.

Sesshōmaru no movió ni un solo de los músculos de su cara, no había manera que ese mestizo pudiera intimidarlo.

–Lárgate, antes de que mi paciencia se agote y acabe contigo.

Inuyasha enseño los dientes–No pudiste conformarte con solo cogértela ¿Verdad?–cuestiono con la voz distorsionada– ¡Tenías que llevar tu puta obsesión con ella más lejos!

Sesshōmaru se tensó y Aome en cambio abrió los ojos con sorpresa.

– ¿Obsesión?–repitió en voz baja, el mestizo clavo su mirada en ella y le sonrió de una manera que podía ser espeluznante.

El youkai camino hacia el– ¡Suficiente estoy harto de tu charlatanería!–su voz demandante retumbo en toda la habitación, preparo su garras venosas para atacarlo, pero la ruidosa risa del mestizo lo corto.

–Están tan desesperado porque no le diga la verdad ¿Qué serias capaz de matar a tu propio hermano?–por su puesto las irónicas palabras, hicieron hueco en la mente del youkai, quien lo miro con profundo desprecio–Adelante, dile sobre tu obsesión por ella–animo con burla, señalando a la azabache con la punta de su barbilla–Dile que has pasado años vigilándola como un maldito psicópata.

Aome salió de su escondite y miro con duda el rostro de Sesshōmaru, esperando que este negara cada palabra, sin embargo, nada ocurrió.

–Que contratabas a personas para que la siguieran y la fotografiaran–se cruzó de brazos, dedicándole una mirada llena de arrogancia– ¿Creías que no iba a darme cuenta?

De forma inconsciente ella retrocedió, alejándose del youkai, al comprender que este, no estaba negando nada y mucho menos hacia el esfuerzo por defenderse de las acusaciones.

–No te sientas tan inteligente, no eres más que un imbécil–el demonio finalmente dijo.

Aome sintió sus lágrimas caer– ¿Todo era un juego?–balbuceo, Sesshōmaru olio la tristeza en ella.

–Si–Inuyasha dijo.

–No–Ratifico el youkai, pero no podía consolarla, no con su medio hermano a punto de perder el control. Un descuido podría significar una catástrofe.

El hanyou negó lentamente– Solo está contigo porque antes eras mía, siempre ha sido así, me arrebata todo lo que me pertenece.

–No soy un objeto Inuyasha–Le da una molesta mirada– No le pertenezco a nadie–fue la respuesta que la joven miko le brindo–Te he dicho que lo nuestro termino, ya no te amo, así que por favor vete.

Las palabras de la muchacha salieron con calma, Inuyasha la miro detenidamente por un segundo, analizándola de los pies a la cabeza, finalmente río de una forma burlona y frota su frente con desesperación.

Las sirenas policiales se oyeron a lo lejos.

–Eres tan estúpida, maldita zorra–respondió dolido–Pensar que estuve a punto de cambiar la espada por ti.

Sesshōmaru arrugo el ceño–Tessaiga, no me interesa.

El mestizo volvió a sonreír–Jamás dije que fuera ella– tanto Sesshōmaru como la misma Aome abrieron los ojos con sorpresa, paralizados ante la posible idea de que Colmillo Sagrado estuviera en manos de Inuyasha–No creas que esto acaba aquí...–murmura a medida que se alejaba rápidamente y luego dando grandes saltos.

– ¿Él tiene la espada?–pregunto la morena después de un rato.

El demonio la mira minuciosamente, percatándose de que el miedo aún la poseía–Olvídalo. ¿Tu estas bien?

Ella también lo miro detenidamente, como si estuviera tratando de indagar en el interior de su mente.

–Si...–su respuesta fue tan solo un susurro, descubrió que el azul de sus ojos estaban dolidos.

Sesshōmaru se dio cuenta de que Inuyasha había hecho muy bien su trabajo, sembrando una gran duda en su mujer, quien posiblemente estaría lidiando con miles de preguntas y ninguna respuesta.

–Dame una noche.

Los ojos de la morena brillaron de confusión– ¿He?

Se acercó y acaricio su mejilla–Cenemos esta noche y te contare todo–aseguro.

Aome le dio una larga y silenciosa mirada, si Sesshōmaru estaba dispuesto a aclarar sus dudas, eso significaba que sus sentimientos por ella ¿Eran verdaderos? Tenía que escucharlo y comprobarlo.

–Si–finalmente le respondió.

...

El demonio camino de un lado al otro de su despacho, con la furia intimidando a cualquiera que lograra sentirla, esa fue la suerte de Jaken.

–Ese idiota violo mi seguridad por segunda vez–bramo.

Su lacayo negó con la mirada perdida–No entiendo cómo pudo derrotar a todos los guardias, son guerreros de sangre pura–proclamo seguro arrugando la verdezca piel de su frente–Lo más probable es que se las haya ingeniado con sucias artimañas.

El Dai youkai medito en silencio lo que su sirviente había dicho, dándole la razón, no había otra explicación, su hermano no era ningún tonto, no se enfrentaría por si solo a toda su guardia, entonces, la idea de que haya usado trucos no sonaba a locura.

–Envíalos al hospital y que les realicen pruebas de sangre.

Fue la última orden que dio antes de abandonar su despacho, para tratar con los oficiales de policía que habían llegado minutos antes a la puerta de su casa.

...

Por otra parte la morena había terminado de preparar la cena, que fue abandonada minutos antes de la interrupción de Inuyasha.

Suspiro desanimada, mirando la porción servida en el plato y colocándola en una bandeja junto con un vaso de jugo recién hecho, se dirigió perezosamente a la habitación de Rin, la niña había sido muy valiente y de gran ayuda al dar aviso a las autoridades, que en este momento estarían buscando por cada rincón de la ciudad a Inuyasha.

Sin embargo, no podía dejar de darle vueltas a todas las cosas que este había revelado, como de repente todas las cosas extrañas en Sesshōmaru, así como las fotos parecían encajar a la perfección, ¿Y si realmente solo estaba por ella a causa de una obsesión?

No, no debía juzgarlo antes de tiempo, aún tenían una charla pendiente, así que solo esperaría.

Golpeo la puerta de la habitación y la niña le abrió segundos después, dejo la bandeja en la superficie de la cama.

– ¿Te encuentras bien?–interrogo con preocupación al verla un poco pálida, la niña ni siquiera se arrimó, permaneció quieta en su lugar y asintió.

La miro con cierta duda, el aspecto blanco de su piel, le enviaba una silenciosa señal de alerta– ¿Segura?–volvió a preguntar.

A lo que la niña le sonrió, era una débil mueca de sonrisa, mientras asentía de forma perezosa con la cabeza–Estaré bien...–respondió.

Aome sintió que el corazón se le estrujaba, se veía muy ojerosa y exhausta–Por favor come y descansa–Le dijo y ella volvió a sentir–Si necesitas algo estaremos en la sala.

Aome fe fue cerrando la puerta tras de sí, camino pensativa hasta la altura de las escaleras y se detuvo, permaneció estoica por aproximadamente un minuto, de repente la urgencia por volver a la habitación palpito dentro de ella, extendiéndose en el interior de su vientre hasta culminar en su pecho, giro angustiada sobre sus propios pies, haciendo caso a la voz de alarma retumbando en su cabeza, rápidamente corrió de regreso a la habitación y abrió bruscamente la puerta, cada célula de su cuerpo se paraliza, mientras que un tono de voz temeroso salía desde el fondo de su garganta.

– ¡Rin!–llamo horrorizada socorriendo el cuerpo inconsciente de la niña, tirada donde segundo antes la había visto de pie, rápidamente la sostuvo entre sus brazos, su ropa y también sus manos se tiñeron con la sangre que esta perdía por la boca y los orificios de la nariz– ¡No, Rin!–meció el cuerpo entre sus brazos, en un intento por que despertara, mientras se ahogaba en su propias lagrimas– ¡Auxilio, por favor!–solicito desconsolada mirando a todos lados– ¡Sesshōmaru!

El demonio aprecio dando un ágil movimiento, atraído por los gritos desesperados de su mujer y el hedor de la sangre.

–No respira, Sesshōmaru, Rin no respira.

Continuara...

**Ha después de 300 años aparezco con nueva actualizanción y un montón de drama, así que mas les vale estar bien preparadas porque no sera fácil lo que viene y mucho menos sera lindo**

Les dejo un beso de consolación  :+

no se marchen sin antes indicarme faltas de ortografía y su gustan también me dejan una estrella.

Nos vemos pronto en "Tuya por Siempre"

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