Capítulo 50

Capítulo 50

(Día 22) No es mala idea

-Buenos días Aome, Rin-saludo el moreno con un meneo de mano y una alegre sonrisa-Quiero presentarles a alguien, ella es Sango. La nueva enfermera-y detrás de su espalda se mostró la figura de una joven mujer de cabellera castaña.

-Es un placer conocerlas-La aludida saludo con una leve inclinación de cabeza, mientras enseñaba su blanca dentadura con la más reluciente sonrisa.

-H-hola-saludaron al mismo tiempo las señoritas.

¡Es bellísima!

-No me habías dicho que fuera así de hermosa-la joven se dirigió al doctor quien sonrió antes sus palabras-Eres una niña preciosa-agrego luego sonriéndole a Rin.

Esta se ruborizo-Gracias usted también es hermosa.

-Es un placer conocerte-saludo estrechando su mano- Por favor cuida de Rin.

Sango asintió-Confié en que así será-respondió está muy segura.

-Por favor pasen y tomen asiento, Sesshōmaru bajara pronto.

Rin tomo rápidamente la mano de Kōga, este la miro con curiosidad-¡La señorita conocerá a su bebe hoy!-anuncio abruptamente, con una sonrisa que cubría todo su cara-Le harán una ecografía.

Aome soltó una risilla adoraba estas gestos en Rin.

Mientras que el moreno abrió los ojos con sorpresa-Cuando la tenga quiero que me lo enseñes, porque muero por conocerlo-respondió este sonriendo con dulzura.

Le hizo la seña de ok con los dedos mientras asentía animada-¿Va a revisarme hoy?

Kōga suspiro-No puedo, solo he venido a presentarles a Sango y tomarte una muestra de Sangre, tengo una conferencia en treinta minutos a la que no puedo faltar.

-Entiendo, no se preocupe.

-Pero la próxima vez no te salvaras-respondió en broma.

A Rin casi le da un infarto por un segundo creyó que había sido descubierta, sintió un gran alivio cuando los escucho reír a los tres, así que los imito y se mostró tranquila-Debería tomar mi sangre para no llegar tarde.

-Eres una niña muy considerada-la enfermera dijo con cierta admiración.

Kōga tomo una jeringa de su maletín y una banda elástica, con rapidez y precisión sujeto su brazo y saco unos cuantos milímetros de sangre, por suerte la niña ya estaba acostumbrada así que el proceso no le resultaba doloroso, ni molesto, al menos no durante aunque en alguna otra ocasión había expresado que el lugar del piquete le provocaba un pequeño escozor pasadas unas horas después.

Cuando finalizo y la muestra fue guardada le regalo una paleta.

-Sesshōmaru-Aome llamo al youkai cuando este entro a la sala dándole unos últimos retoques a su corbata-Mira Kōga ha traído a la nueva enfermera.

Los ojos del demonio cayeron sobre sobre la castaña, quien se puso de pie e hizo una ligera reverencia- Es un honor conocerlo Señor Sesshōmaru, mi nombre es Sango Taijiya.

-Hn

Ella se mostró descolocada ante su respuesta, miro confundido a los demás, sobre todo al doctor pero al ver la tranquilidad con la que se mostraba, parecía que todo estaba bien, incluso la niña sonreía feliz.

Pero no fue hasta que miro los ojos brillantes, de quien era su mujer, que comprendió lo que esa escueta y casi menospreciante respuesta significaba, que ella tradujo como:

"El gusto es mío, espero que hagas bien tu trabajo o tu cabeza pintara el suelo de mi sala con tu sangre y echare el resto de tu cuerpo a los canes"

Si eso se escuchaba más alentador.

...

Después de un rato el doctor se había marchado sango quedo al cuidado de Rin quien rápidamente y con toda confianza la había llevado a rastras a su habitación, porque estaba muy animada de presentarle a Yako, el cual por cierto había tomado la costumbre de dormir sobre la gran alfombra que la niña tenía en su cuarto, aunque Sesshōmaru sospechaba que por las madrugadas el muy pillo se colaba sobre la cama y terminaba roncando patas arriba en a los pies de la niña.

Estaba de más decir que Rin negaba todo asegurado que su Yako era un perro de los más ejemplar y obediente.

En fin, ellos se habían marchado a la clínica donde Aome había pactado la cita para realizarse la ecografía.

Durante todo el trayecto Sesshōmaru percibió todos los tipos de cambios que sufrió su aroma, pasó de estar feliz a volverse completamente nerviosa, luego se tornó ansiosa y nuevamente a estar feliz.

Estaban por ingresar juntos a la clínica, pero el celular del demonio comenzó a vibrar con insistencia, miro detenidamente el número en pantalla.

-¿Trabajo?-ella curiosa pregunto.
Asintió-Adelántate-pidió con una ligera sonrisa, la morena le correspondió con el mismo gesto, Sesshōmaru espero a que se metiera en el edificio para responder.

Su gesto cambio radicalmente por aquella personalidad fría de siempre.

-¿Señor?

-Hn-respondió simplemente.

-Soy portador de malas noticias, como sabe su hermano a estado frecuentando varios casinos, acaba de perder todo el dinero que le ha dado-el hombre hizo una breve pausa esperando que el youkai dijera algo, pero al solo obtener silencio prosiguió-Planea regresar a Japón para buscar a la señora Aome.

Sesshōmaru sintió su mandíbula tensarse y estaba seguro de que sus ojos estaban tiñéndose de rojo.

Si ese híbrido estúpido pensaba en llevársela, le aria conocer el infierno en carne viva.

-¿Qué desea que haga señor?

-Deja que regrese, veremos si tiene las agallas de tocarla-respondió sombrío mientras el juramente de una amenaza se volvía real.

-Como usted diga-este alcanzo a responder.

Sesshōmaru cerró los ojos brevemente mientras el móvil hacia un esfuerzo inhumano para no partirse en mil pedazos.

Necesitaba disminuir su rabia o hacer las cosas con la mente caliente solo le traería más inconvenientes, encontraría la manera de que ese idiota que tenía por hermano, entendiera de una maldita vez que ella no le pertenecía.

Pero conociendo al cabeza de burro de Inuyasha, necesitaría más que palabras para convencerlo.

Con algunas ideas en la mente fue tras la sacerdotisa, esta lo esperaba sentada en un sencillo sillón de color negro, algunas de las mujeres que también estaban allí esperando voltearon a verlo, pero como siempre fueron cruelmente ignoradas.

La morena le sonrió y le hizo un espacio para que se acomodara a su lado, cuando se sentó el cogió su mano, podía jurar que escucho a más de una suspirar desilusionadas, lo gracioso era que todas estaban embarazadas.

Aome también lo noto y las fulmino a todas con una feroz mirada, las muy golosas deseando la carne ajena.

Se acarició el vientre con el propósito de que supieran, que aquel apuesto demonio a su lado le había llenado la barriga, con un bebe que seguro heredaría su exótica belleza-Brujas...-murmuro entre dientes con cierto aire malicioso.

Sesshōmaru sonrió al escucharla y entonces ella volcó los ojos sobre él- Hace un momento parecías muy serio ¿Está todo bien?-inquirió suavemente.

Él beso el dorso de su mano-Todo bien-aseguro, Aome sonrió.

La puerta del consultorio se abrió y una mujer de unos cuarenta y tantos se asomó por esta-Aome Higurashi, el doctor la atenderá ahora- le informo reconociendo a la pelinegra.

Esta asintió y se puso rápidamente de pie.

...

El Dr. Era un hombre de una edad considerable, por lo que también largos años de experiencia lo abalaban, Aome había recibido muy buenas referencias, ya que este se especializaba en embarazos híbridos.

-Por favor póngase esto-la enfermera dijo mientras le extendía una bata de hospital-Puede cambiarse ahí atrás-agrego señalando la puerta de lo que parecía ser un pequeño baño.

Ella obedeció y en unos cuantos minutos ya estaba lista, acostada sobre una camilla con el demonio sentado a su lado, quien volvió a sostener su mano.

Aome miro ansiosa la gran pantalla que se inclinaba casi sobre ella, lo que le otorgaría una mejor visión al momento de ver a su bebe.

En ese instante el medico ingreso llevando una bata de color celeste, con un par de guantes cubriendo sus manos-¿Cómo están los futuros padre? ¿Emocionados?

-Sí, mucho-ella fue quien respondió rápidamente.

El Dr. Sonrió mientras preparaba el ecógrafo cubriéndolo con un gel especial para este tipo de embarazos, Aome por su parte abrió la abertura marcada en su bata, la cual estaba especialmente hecha para esto, ya que exponía todo su vientre sin ensuciar sus prendas con el líquido.

Seguidamente paso a untarle ese mismo gel al estómago para que el encontrarlo fuera aún más fácil... o eso es lo que el medico esperaba, le tomo alrededor de al menos cinco minutos encontrar la bolsa.

-Pequeño escurridizo-dijo este soltando una risa algo ronca, los altavoces comenzaron a emitir el palpitar de un corazón sumamente acelerado, cuando en la pantalla se mostró la figura del bebe, que teniendo en cuenta su anatomía estaba claramente desarrollado.

-Les presento a su hijo- la sonrisa del Dr. aclamaba la más pura felicidad, unas manos pequeñas se movieron al igual que un par de pies.


-Todo indica que será un niño y muy sano al parecer- comento señalando unas pequeñas orejitas que se podían apreciar si ponías mucha atención, resultaba muy difícil porque el pequeño no dejaba de moverse ni un segundo- Está lleno de energía.

Aome se llevó la mano a la boca, sentía sus lágrimas caer y la calidez de la mano del youkai rodeando la suya, este acerco sus labios y dejo un dulce beso sobre la cabellera azabache.

Ella no podía apartar los ojos del monitor, cada latido de su bebe le acariciaba el alma, estaba tan llena de dicha, jamás pensó que algo tan pequeño lograra despertar en ellas tantos sentimientos, sobre todo el amor más puro de su vida...

Pero también había algo de temor.

-Vean este círculo a su alrededor-este dijo mientras trazaba el círculo con su dedo- Es su energía espiritual, para ser un bebe en desarrollo posee un poder impresionante-comento asombrado-Ya que debería manifestarse poco después de haber nacido. No antes-aseguro.

-¿Eso es bueno?-pregunto dudosa.

El medico asintió enérgicamente-Por supuesto, me atrevería a decir que su hijo será incluso más fuerte que su padre.

-Es un Taisho-el demonio dijo aceptando las palabras, era su forma de demostrar cuan orgulloso se sentía.

Aome lo tomo del mentón y acerco sus labios rápidamente plantándole un beso en la mejilla-También será un niño muy guapo-agrego soltando una risilla, haciendo mención de su propio atractivo femenino.

El sonrió con arrogancia-Sí, ya que soy el padre.

Su mujer frunció los labios y lo miro con las cejas arqueadas-Serás creído-regaño molesta, el río ante su reacción la vio cruzarse de brazos como solía hacerlo cuando estaba enfadada, pero él tenía un truco muy eficiente.

Cogió el ostro de la sacerdotisa con ambas manos y la pego muy cerca de su rostro, ella seguía enojada podía verlo en sus ojos, Sesshōmaru unió sus labios y moviéndolos suavemente sintió como todo su malestar se esfumaba.

El Dr. carraspeo un poco incómodo y también avergonzado de estar presenciando algo tan íntimo-Tomare las capturas para que puedan irse-anuncio.

Unos minutos más tarde Aome ya se había cambiado y el medico les había entregado un sobre con los resultados y las imágenes del heredero, los despidió a ambos con muy buenos deseos y una felicitación.

Todo el trayecto de regreso a la mansión se la paso con la vista fija sobre la primera fotografía de su hijo, se imaginó como sería el momento de tenerlo en sus brazos, podía ver su carita toda hermosa, de mejillas rosas y los ojos del mismo color que su padre.

Sonrió enternecida, mientras acariciaba el papel entre sus dedos-¿Crees que sea momento de pensar en nombres?

-Sí.

Aome volteo a verlo con una gran sonrisa-Luces feliz...

Él sonrió-Lo estoy-aseguro y Aome no tuvo ninguna duda.

...

Rin salto a los brazos de Aome en cuanto la vio atravesar la puerta, está por su parte la abrazo y tras un breve cuestionario sobre cómo se había portado, le entrego una copia extra de la ecografía.

Sesshōmaru jamás vio a alguien saltar y gritar de esa forma, parecía poseída, pero por una felicidad y emoción desbordante.

Solo le faltaba rodar como un tronco por el suelo mientras se abrazaba a la fotografía.

Después de eso no hubo tiempo ni si quiera de entablar una conversación, porque esta había salido prácticamente disparada a su habitación, afirmando que tenía el lugar perfecto donde colocarla, ya que en su ausencia había creado un portarretratos casero, con pegatinas de corazones y todo tipo de osos bebes.

Sango por su parte permaneció con la sacerdotisa y el youkai en la planta baja comentando todo esto y otras cosas que habían estado haciendo.

...

Miro una vez más sintiéndose orgullosa de lo que había creado con sus propias manos, había puesto mucho de su amor en ello, porque después de todo era para su hermano.

Se convertiría en hermana mayor y estaba muy feliz por eso.

También estaba agradecida de poder ver a su señor feliz, viviendo con una joven muy dulce y buena.

Sonrió enseñando los dientes, mientras tomaba aquel peluche de unicornio que su amo había ganado para ella, lo coloco detrás del cuadro-Es mi regalo para ti-lo dijo como si realmente fuera escuchada.

Suspiro, al percatarse de que sus manos aún tenían pegamento y brillantina, camino rápidamente hacia el baño, ya que no quería tardarse, ansiaba regresar con la señorita para que le contase todo lo que vio.

Ella se quedó quieta de repente a tan solo uno o tres pasos del retrete, su rostro se contrajo del más puro dolor y sin poder evitarlo cayó de rodillas, mientras presionaba su pecho con sus manos vueltas puño-No ahora-rogo cuando una puntada de dolor la dejo sin aliento, que logro desplomarla por completo, golpeado la cara contra el frio suelo suelo-Esto es... horrible-gimoteo mientras usaba la fuerza de sus brazos para poder mantenerse, trato gateando-No te des...mayes... no... Te desmayes...no-contrayéndose de forma fetal abrazo sus piernas con fuerzas, rezando que el dolor terminara.

Parte de su sangre se escurrió entre sus vías respiratoria, el líquido caliente le recorrió la boca y parte de su mejilla hasta culminar en su mentón donde cayó sobre el suelo convertido en grandes gotas, luego tocio cubriéndose la boca sus manos terminaron tenidas de un rojo carmesí muy brillante.

Rin cerro los ojos con fuerzas mientras la sensación de ser atravesada por cuchillos comenzaban desde la planta de sus pies y terminaban en la boca de su estómago, como si este se le retorciera por dentro, mientras las palpitaciones eran acompañadas por olas de dolor que no le daban tregua ni para recuperar el aliento.

Su rostro infantil termino bañado en su propia sangre, dejando una gran marca circular sobre el piso de mármol, a tan pocos centímetros del retrete apoyo las manos temblorosas sobre este se impulsó con las fuerzas que le quedaban hacia arriba, si no tuviera este apoyo, estaba segura de que terminaría nuevamente derrotada, usando el pie logro arrastrar una botella de cloro, esta perdió el equilibrio y rodo sobre el suelo derramando su contenido ya que la tapa estaba floja a propósito, el olor del químico era sumamente potente podía opacar al de la sangre, utilizaba este truco a menudo.

Podía decirse que se sentía agradecida de que funcionara siempre.

Respiro agitada una, dos, tres veces... las que fueran necesarias para normalizar su ritmo cardiaco, sintió el escozor picando cruelmente sus ojos, lloro, lloro tanto que podría jurar que se quedaría seca, reprimió cada quejido y lamento cubriendo su boca.

Tenía miedo de que los oídos de su señor llegaran a escucharla, que de repente la puerta se abriera bruscamente y el la viera en ese estado tal lamentable, podía imaginarse aquellos ojos dorados bañándose en preocupación y tal vez desesperación, podía imaginarse las preguntas que le aria y escucharía a la señorita llorar junto a ella.

No quería verlos sufrir, pero ella estaba cansada y muy adolorida necesitaba que al cerrar los ojos toda esta angustia desapareciera.

La idea de morir no parecía mala.

Continuara...

*:) desde aquí se viene lo chido*
Me las imaginare así en los capítulos siguientes

😘 podéis dejarme un comentario
Y una brillante estrella si les gusto.

Adiosito

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