Capítulo 5

Capitulo Quinto

Mojado (Día 2)

Miro con molestia la pantalla de su celular, brillando con insistencia mientras el vibrar del artefacto comenzaba a desesperarla, soltó un bufido de indignación al leer el nombre de Inuyasha, mientras una nueva llamada entraba en el sistema.

De inmediato la rechazo y harta de las insistencias del hanyou apago el móvil para luego dejarlo olvidado sobre la cama.

Aome no estaba interesada en lo que tuviera que decir, no quería oír sus escusas y mucho menos comprobar que definitivamente no estaba arrepentido en lo absoluto, ella conocía perfectamente la obsesión de Inuyasha por esa espada, y sabía que no sería capaz de devolverla ahora que finalmente la tenía en su posesión.

El no traería de regreso la espada y el dinero menos.

Y pensar que ella había dejado de tratar con su familia, solo por ser feliz con él, ya que su madre y hermano no aceptaban que saliera con un mitad bestia, desde el principio Inuyasha no encajo en su familia, esto le costó varias discusiones y peleas dolorosas, la situación se volvió insostenible para todos. Al final, la morena decidió mudarse con Inuyasha e iniciar una vida nueva sin su familia, en ese momento era muy joven y estaba cegada por el amor que seria, creía que no habría jamás otro hombre en su vida, que era el indicado para convertirlo en el padre de sus hijos y envejecer a su lado.

Qué tontería.

–Señorita, buenos días–la alegre voz de la niña la saco de sus pensamientos, quien se aceraba rápidamente.

Aome volteo el rostro hacia ella, con una sonrisa que enseñaba los dientes–Estas hermosas el día de hoy Rin–piropeo mientras, la recibía con un abrazo y le daba besos dulces en la frente y sus mejillas.

Una joven de cabello corto y negro entro en la habitación con un vaso de agua y una caja de medicamentos en la mano–Es una buena niña. La más tierna de todas–aseguro con una sonrisa amable–Es hora de tus medicinas– dijo acercándole el vaso.

–Gracias Akane –respondió.

Akane era la enfermera personal, debido a la salud tan delicada de Rin, ella vivía en la mansión desde hace unos años, quizás era lo más cercano a una amiga.

Tomo las pastillas haciendo una mueca de total desagrado, Aome sonrió– ¿Qué tal si jugamos?–propuso de repente.

El semblante de la niña se ilumina– ¡Si, a las escondidas!–sugirió entusiasmada, mientras devolvía el recipiente.

Akane asintió–Mientras tanto iré a comprar las cosas para el almuerzo. No tardare–aviso, mientras les dedicaba una despedida con la mano.

–De acuerdo–respondió la morena, seguidamente mira a la niña–Yo contare.

Y así lo hizo Aome se giró y cubrió sus ojos mientras murmuraba los números lo suficientemente alto para ser oída, los pasos de la pequeña resonaron apresurados sobre el piso.

– ¡Aquí voy!–grito antes de soltar un suspiro, mientras pasaba la mirada a su alrededor.

...

Él tenía suficientes problemas acumulándose en su cabeza como para sumarle la tontería de su hermano, quien al parecer estaba entrando en un proceso de arrepentimiento o quizás solo culpa. De todas formas, cualquiera que sea su motivo le importaba tres hectáreas de mierda, pero no iba a tolerar que amenazara con irrumpir en su casa y perpetuara su tranquilidad.

–Acaso no entiendes, la miko no quiere hablar contigo–Sesshōmaru masajeo el puente de su nariz, reprimiendo la exasperación e irritación que le provocaba la voz chillona al otro lado.

El contrario bufo alzando la voz– ¡Dile que si no atiende mis llamadas iré a verla!–amenazo nuevamente.

Su mandíbula se tensó y sus ojos brillaron de furia–No soy tu puto mensajero–no sabía el motivo por el cual estaba susceptible a ser irritado, a decir verdad lo sabía perfectamente.

– ¡Sesshōmaru!–Chillo el mestizo exasperado.

El aludido apretó los dientes–No pienso decirle nada y te advierto no asomar las narices por aquí–respondió este escupiendo cada palabra como si fueran veneno.

Inuyasha era el único ser sobre la tierra capaz de volcar su mal humor.

Su medio hermano bufo como si estuviera indignado–No puedes negarte a que la vea, es mi mujer–recordó y definitivamente había algo en su tono en su tono de voz que lograba enfurecerlo, sus ancestros estarían agradecidos si le rebanara la cabeza accidentalmente.

–Si puedo, lo estoy haciendo.

–Tu mi-

–No molestes–siseó y corto la llamada, sabía que eso enfurecería al hanyou, y para ser francos le importaba un carajo.

Tenía cosas más importantes por cuales preocuparse, su celular volvió a vibrar y él decidió que era suficiente, lo arrojo aun lado el artefacto choco con la pared más cercana y se hizo añicos. Sin inmutarse abrió el primer cajón de su escritorio y tomo el paquete con el móvil de repuesto, Jaken podía ser un latoso pero sin duda alguna era precavido, no era la primera vez que sucedía.

Ni sería la última.

Y como si su amo, lo estuviera llamando con solo usar su presencia el pequeño sirviente hizo acto de presencia.

– ¿Amo Sesshōmaru?–la cabeza de Jaken se asomó con cautela atrás de la puerta, él lo miro y fue una señal para que hablara–Está listo amo–anuncio.

Este asintió para luego ponerse de pie–Jaken–el kappa lo observo asustado, ya se había percatado del desastroso accidente tecnológico.

No quería correr con la misma suerte– ¿Si Señor?–Parpadeo intranquilo, admirando aquel perfecto rostro, que ahora, solo destilaba molestia y una sentencia de muerte.

La mirada del Taisho era severa, letal–Inuyasha no puede poner un pie aquí.

–Entiendo.

Sesshōmaru abandono el despacho para dirigirse al cuarto de baño.

...

Aome entro y reviso en interior de cada habitación, buscando a Rin y debía de admitir que era muy buena escabulléndose, debía ser más lista la próxima vez.

Agudizo su sentido de la audición, dispuesta a encontrarla.

Entró en la recamara más grande de la mansión, entrecerró los ojos y reviso hasta debajo de la cama, en ese instante la puerta atrás de si, se abrió y Aome se congela al percatarse de quien era, Sesshōmaru acababa de salir de la ducha, ni en calzoncillos y tampoco en toalla.

Desnudo.

De inmediato de giro y cubrió sus ojos–Lo siento–ella dijo en un jadeo de palabras ahogadas, mientras su rostro era bañado por la pena.

– ¿Qué estás haciendo aquí?

–E-Estoy buscando a Rin, estamos jugando a las e-escondidas–respondió con prisa, tropezando con su propia lengua, descifro algo como un suspiro de respuesta– ¿Ya puedo irme?–inquirió con referencia a su desnudez.

–Hn.

Ella dudaba ante su indiferenciada respuesta, así que se movió lentamente trato de no mirarlo pero le fue imposible, Sesshōmaru estaba aún lado de la puerta, sujetando el picaporte con su mano derecha mientras que en la otra sostenía una toalla con la que acababa de secarse.

Había dejado de pensar coherencias, como podría con Sesshōmaru frente a ella en tales condiciones.

Aome se quedó quieta, simplemente mirando él tenía un pantalón tipo Jogger en color negro, le quedaba ligeramente flojo por lo que dejaba al descubierto las líneas musculares de su cadera, y estas marcaban el camino descendiente hacia el notable bulto entre sus piernas, Aome se ruboriza y trago grueso, su saliva corrió a través de su rasposa y reseca cavidad, sus ojos se movieron hacia arriba, sin permiso alguno sin pudor alguno, ella no deseaba detenerlos, entonces apreció en primera fila el abdomen de Sesshōmaru, era firme, plano estaba tan marcado que se le hacía agua a la boca.

La forma en que la miro, con sus ojos dorados penetrantes y oscurecidos, removieron el interior de la morena– ¿Te iras o seguirás mirándome?–Sesshōmaru cuestiono con la voz ronca.

La morena gimió–Yo- yo–balbuceo con el rosto ardiendo.

El cerro los ojos y cuando los abrió lucían normales–Lo sé, tú no estabas viéndome–había cierto tinte irónico en su nota, sin embargo, Aome lo ignoro solo asintió anonada.

Ella corrió de la habitación a toda prisa.

Continuara...

**Capitulo editado el día 30/07/19**

*inserte meme de Bob esponja con arcoiris*  

Bendita sea la imaginaciónnnn

Sesshomaru de cabello corto y sin camisa.

¡Jebus agárrame ya voy!

*Pantalón que usa Sesshomaru después de que Aome interrumpa en su habitación.

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