Capítulo 49

https://youtu.be/7VZDNxswoMA

*Una melodía para el alma, también acompaña muy bien a la lectura*

Capítulo 49

(Día 21)  El Detective

Sesshōmaru había comprado los boletos con anticipación dejando al pobre demonio verde con el encargo, quien además obtuvo una gran cantidad de tickes para subir a todas las atracciones que las jóvenes quisieran disfrutar.

Así que pasar divertidas horas en la feria hasta la llegada de la tarde, si de repente se convirtió en el mejor de los planes, con un predio amplio con decenas de puestos a los lados, vendedores de algodones de azúcar, palomitas de maíz, hot dog, golosinas de todos los sabores y colores, las típicas estancias de comidas rápidas y bebidas con altas concentraciones de azúcar.

Con sus grandes estructuras sobresaliendo hasta pasar varios metros de altura como lo eran la rueda de la fortuna y la interminable montaña rusa y otros más pequeños como el carrusel o los autos chocadores, también habían lugares no aptos para cardiacos estos eran la casa de los espejo y el túnel fantasma, que se rumoreaba que estaba repleto de feos monstruos y varios fantasmas... e incluso podían disfrutar de un paseo en valsa por el lago de los enamorados.

Si eras amante de los trucos de magia, no te podías perder a los magos o reírte también por la gracia de los mimos y payasos... dejar tu suerte en la tienda de las adivinas.

Pff... habían cientos de cosas por mirar, y la pequeña niña estaba decidida a sacarle el mayor de los provecho a la salida familiar.

–Hay cientos de personas...–murmuro con el asombro tatuado en el rostro, mientras sujetaba un brillante globo morado con forma de corazón.

Sesshōmaru estuvo en completo acuerdo, había demasiadas personas, mucho ruido y aromas de diferente índole, no era de sus lugares predilectos... pero si la niña estaba feliz, entonces no había razones para molestarse–Hn

Aome asintió colocando las manos en su cintura–Pero también hace calor... sería bueno ir por algunas bebidas–comento tranquilamente mientras daba una rápida inspección a su alrededor en busca de un kiosco, finalmente detecto uno a unos pocos metros de su locación–¿Quieres un dulce?

–No, porque iré por un algodón de allí–Respondió rápidamente señalando a un señor regordete parado al lado de su carrito, este preparaba el azúcar moldeándolos de formas diferentes.

Aome rio suavemente–Entonces buscare las bebidas.

El demonio detuvo todo movimiento posible con la ayuda de su mano sobre el pequeño hombro de la sacerdotisa–Quédate aquí, yo iré–anuncio con parsimonia, Aome parpadeo varias veces y antes de que emitiera respuesta alguna este ya se alejaba de su lado.

Ambas mujeres se miraron y encogieron los hombros al mismo tiempos, seguidamente la de pelo azabache se acerca para comprarle a la niña la golosina–Huelen deliciosos–la joven expreso sonriendo.

–Muchas gracias... este día está siendo el más feliz de mi vida–se animó a confesar con una dulce sonrisa en los labios.

La morena respondió el gesto acariciando tiernamente su mejilla–¿Tienes idea de cuánto te quiero?–la morena cuestiono a la pequeña quien negó suavemente con un movimiento de cabeza ,Aome sonrió–Te quiero muchísimo, si pudiera hacer algo por ti... lo que sea, lo aria sin dudarlo ni un segundo princesa–Ella le extendió un enorme algodón de azúcar con la forma de un corazón en amarillo–Ahora come–sugirió guiñándole un ojo.

Rin sonrió y aunque sus labios permanecieron curvados, en el interior de sus pensamientos una lucha contradictoria comenzaba a despertar ¿Morir es lo que realmente quería?.

Suspiro llevando un trozo de azúcar a la boca–Vamos Señorita, quiero ver eso–anuncio con ánimo señalando con la barbilla un puesto cercano, alejando toda idea de la mente, la morena asintió y tomando su mano la guio hasta el lugar.

Sesshōmaru aprecio con algunas bebidas, se quedó de pie a un costado mientras presenciaba como las dos mujeres más importantes de su vida gruñían con enfado, jugando "Tiro al blanco" los monos de metal se movían con rapidez de un lado al otro, saliendo en todas direcciones con sus rostros pintados con gran burla, un poco más arriba por encima de una estantería de madera amarilla se encontraban los premios, una fila de muñecos de peluches lo bastante grandes, había osos pandas, leones y unicornios, lo cierto era que estaban bonitos y muy coloridos, entendía porque las jóvenes tenían tanto entusiasmo por jugar, sin embargo, la última de las pelotas fue tirada y al igual que las cuatro anteriores, Aome fallo, bufo y se cruzó de brazos con los labios estirados, las porras de Rin también habían cesado vio con cierta desilusión el no obtener nada.

Aome chasqueo la lengua, y con la mirada decidida extendió la mano hacia el joven encargado–Deme otras...–Susurro como si estuviera a punto de ingresar a la guerra, tenía ese aspecto de terror en la mirada, bajo la fría sombra de su flequillo sus ojos azules se ocultaron, mientras una sonrisa de costado se asoma sobre la comisura de su boca.

El joven trago saliva y le extendió las pelotas–Aguarda–Sesshōmaru se adelantó a intercambiar las pelotas por las bebidas, Aome lo miro con duda al mismo tiempo en que la pequeña niña sonreía–Yo lo are.

–Debe derribar cuatro en total señor–informo el joven del puesto mientras se movía a un lado para darle el espacio suficiente para que lanzara las pelotas, no transcurrió ni un segundo tras decir esto que Sesshōmaru ya había derribado dos de los fastidiosos monos.

–¡Impresionante!–exclamo Aome tan asombrada que mantuvo su boca con forma de O, por su parte el demonio estrecho la vista sobre el objetivo, para lanzar rápidamente las dos bolas faltantes.

–¡Sii!–Los brazos de Rin se alzaron al aire y dando pequeños saltos festejo el triunfo–¡Los derribo!

La morena se apresuró aplaudir tanto como sus ocupadas manos le permitían

–Felicidades ¿Qué premio quiere?–El joven sonrió señalando la estantería.

–¡El Unicornio! ¡Quiero el unicornio!–rápidamente se apresuró a decir la niña, dando de saltitos mientras señalaba con uno de sus pequeños dedos. El joven miro al youkai como este asentía pausadamente dándole su aprobación.

–Aquí tienes niñita.

–Gracias–revoleo las pestañas mientras le sonreía genuinamente, sus grandes ojos marrones brillaban de felicidad–Mire señorita–lo extendió frente a la vista de la miko.

–Es precioso, elegiste muy bien... ¿Verdad Sesshōmaru?–se animó a decirle este asintió de forma tranquila–Vayamos al siguiente juego–sugirió la morena pasando los dedos entre los cabellos de manera juguetona.

La niña frunció los labios, al mismo tiempos su mirada se estrechó de una forma pensativa–¿Probemos la rueda de la fortuna...?–respondió con cierta duda.

Aome le entrego uno de los refrescos que aun tenia cargando–Claro. ¿Vamos?

–Hn.

La morena entrelazo la mano del youkai con la suya, Sesshōmaru respondió al tacto mirándola para ver su reacción, sin embargo, esta mantenía la mirada baja detrás de su flequillo, por lo que dedujo que se sentía avergonzada. Una pequeña sonrisa se extendió por la línea de su boca, apretó suavemente el agarre, tenerla así de cerca lo hacía sentirse tranquilo.

La figura de Rin se movió al frente, jugando con el peluche entre los brazos.

Estaba tan feliz.

...

Retomaron el camino de regreso al caer la tarde, cuando los últimos rayos de luz tiñeron el firmamento de tonos naranjas, les tomo quince minutos en llegar a la estancia, el demonio bajo rápidamente y estaba a punto de ser un caballero y abrirle la puerta del lado de su mujer, pero el vibrador se su celular detuvo su acto.

Aome descendió y le dedico una mirada interrogante, en ese momento Rin bajo y salió corriendo hacia la entrada, pues durante todo el viaje de regreso había expresado lo mucho que deseaba enseñarles los peluches al demonio verde y al cachorro.

–Ve primero–Sesshōmaru dijo mirando la pantalla de su móvil que brillaba con insistencia, la morena asintió y persiguió con apurado paso a la niña escurridiza.

Para sorpresa de Aome un hombre se encontraba senado en el sillón de la sala, con las piernas cruzadas y un vaso de agua sobre la mesilla del frente, el extraño se puso de pie a causa de los apresurados pasos de Rin que corría cargando varios peluches enredados en sus brazos.

–¡Sr. Jaken regresamos!–llamo en voz alta, pasando a un lado sin poder notarlo porque la montaña de muñecos le obstruía un poco la vista–¡Yako estoy aquí!

El joven rio ante el despiste de la niña–Rin–esta se detuvo de inmediato, dejando caer los peluches giro sobre sus talones, una hermosa sonrisa se coló en su cara al percatarse de quien estaba presente.

–Sr. Miroku–grito antes de correr rápidamente hacia él y aferrarse a sus piernas.

Aome miro la escena con cierta sorpresa pero también con mucha ternura, porque era evidente el cariño que ambos se tenía.

–¿Cómo has estado? Vaya sí que has crecido–hablo risueño removiendo su cabellera.

–Son demasiados peluches–alego con una poco de pena–¿Fuiste de compras?–cuestiono curiosos.

Aome permaneció quieta y sin decir una palabras, ya que sentía que ese par llevaba tiempo sin verse y lo mejor era no irrumpir su reencuentro

Rin le extendió el unicornio el cual era el más grande–Mire, el amo gano este para mí en la feria. Pasamos toda la tarde en los juegos y comiendo dulces–conto esta rápidamente con notable emoción

Miroku por su parte tan solo pudo verla con sorpresa y curvar sus labios e una asombrosa O.

Rin soltó una risilla por su gesto–Oh, Sr. Miroku quiero presentarle a alguien–anuncio cogiéndolo de la mano para guiarlo hacia donde la silenciosa morena se encontraba.

Aome le sonrió gentilmente y le entendió la mano con cordialidad–Ella es la Sr. Aome, la novia de mi amo, está embarazada–concluyo esta la presentación, dejándolo con una mezcla que se debatía entre la sorpresa y la diversión.

–Rin...–la higurashi llamo sonriendo avergonzada–No digas esas cosas–susurro con el rostro teñido de rojo,

Sesshōmaru aparecía en esos momentos cruzando la puerta, sabia con anticipación la vista de moreno gracias a su olfato.

–Es todo un placer conocerla finalmente –Respondió este cogiendo la mano contraria, pero en vez de solo estrecharla la condujo hasta la comisura de sus labios y dejo un tenue beso, sin apartar su mirada de aquellos pozos azules.

Aome se avergüenza –"¿Conocerme finalmente?"–pensó ella intrigada parpadeando varias veces antes de reaccionar y responder el saludo– "¿A caso Sesshomaru ha hablado de mí?"– Se cuestionó con cierta ilusión naciendo dentro de su pecho, la morena sonrió con eso en mente –El placer es mío...– respondió con amabilidad.

–Oh Sesshōmaru–saludo detrás de la joven, e podía notar cierto tono de diversión en su voz.

El youkai estaba a su lado en menos de un parpadeo, mirando al detective como si fuera a perforarlo tan solo con los ojos–Miroku–saludo con la mirada hecha filo, y quizás tras su siseo había una advertencia, que podía jurar que fue captada.

De no ser así, este no hubiera sonreído de la forma en la que lo hizo.

–Ha pasado mucho tiempo, tengo tantas cosas que contarte...

Tenía una sensación muy extraña brotando desde la boca del estómago, podría decir que tal vez fuera ansiedad, pero no estaba convencida de ello. –"¿Conocerla finalmente?" dos palabras bastaron para sembrar la duda en ella, sería posible que ¿Sesshomaru hablara de ella con sus amigos? No sabía porque pero la repuesta comenzaba hacerle ruido.

Finalmente un recuerdo fugas de sus propias fotografías se estrellaron en su mente, apretó los labios evitando decir algo, no era el lugar, ni el momento para preguntar sobre eso–Perdón estoy segura que necesitan conversar en privado–Aome reacciono de repente mostrando una sonrisa–Rin cariño recoge los juguetes y vamos a tu habitación–Sugirió y la mencionada la obedeció sin chistar.

–Iré enseguida–informo el demonio, Aome se apresuró a subir las escaleras.

Una vez que se perdió de la vista de ambos Sesshōmaru se precipito a decir–Ni te atrevas–corto marcando el camino hacia el despacho.

El detective frunció los labios decepcionado–No dije nada–se excusó fingiendo estar ofendido, pero lo seguía y una vez dentro fue quien se encargó de cerrar la puerta a sus espaldas.

El youkai hizo un gesto con la mano, Miroku lo interpreto como una señal de que podía comenzar a decir toda la información que había recolectado en este tiempo.

El joven investigador saco del interior de su chaqueta un sobre de tamaño medio, y lo dejo sobre la mesa para arrastrarlo frente al Youkai, quien lo abrió una vez lo sostuvo entre sus garras, del interior cayeron varias fotografías, con un total de tres sujetos diferentes.

– Hace cinco meses descubrimos que Tenseiga estaba en manos de un traficante llamado Suikotsu, es el de tatuajes–Lo reconoció en la foto, tenía la cabellera negra y corta con el cuerpo cubierto de tinta china, Sesshōmaru sintió el enfado crecer como un volcán a contratiempo.

–¿Tiene mi espada?–pregunto afilando la mirada sobre la foto.

Miroku negó aunque este no estuviera mirándolo–La tenía–El demonio alzo la vita–Organizamos un operativo para extraer la espada y mandar esos desgraciados a la cárcel, pero alguien se nos adelantó...– Miroku le hizo un gesto para que continuara con las imágenes siguientes–Un grupo de aficionados ingreso a su guarida y se llevaron todo lo que encontraron, incluyendo tu espada–el segundo y el tercero se trataban de demonios proveniente del clan de los gatos leopardo, podía diferenciarlos gracias a las peludas orejas que sobresalían de sus cabezas y también por sus largas colas–Los gatos leopardos, seguimos un par de pistas, los rastreamos y es por eso que estoy aquí...

–¿Qué?

Tenseiga está aquí, en Japón–Miroku dijo y el demonio abrió los ojos con sorpresa.

Eso sí que era una gran noticia–¿Cuándo darán el golpe?

El detective suspiro–Cuando arribaron a Japón, se escabulleron como ratas, lo último que supimos fue que un hombre anciano los había comprado.

–Otro traficante–el demonio siseo apretando los labios.

Miroku se inca de hombros–Quizás, aun no tengo la información suficiente pero creí correcto que supieras al respecto–Sesshomaru asintió arrojando las fotografías sobre la mesa–Estoy a punto de conseguirlo, por favor confía en mí.

–Lo hago, de lo contrario no seguirías con vida.

El moreno sonrió–Parece que la vida marital te ha vuelto blando.

El youkai sonrió perversamente de lado–Aun puedo mutilarte

–No lo aras, soy tu único amigo. Sé que me extrañaras si me matas

Sitio la urgencia de rodas los ojos, mas no lo hizo tan solo le dedico una mirada lo bastante dura para que dejara las tonterías aparte.

Miroku carraspeo y se encorvó sobre el asiento–¿Aun no lo sabe?– inquirió mirando el semblante sereno de su amigo, mientras colocaba las fotos en el interior del sobre nuevamente.

Sesshōmaru masajeo el puente de su nariz–No aun–no le apetecía seguir el rumbo de esta conversación.

Miroku asintió apretando los labios–¿Cuándo se lo dirás?

El demonio lo vio directamente a los ojos, sin embargo, no hubo ninguna reacción de sentirse intimidado por parte del contrario, sino todo lo opuesto este parecía estar disfrutando de su pequeña batalla silenciosa.

Sesshōmaru suspiro reclinado el peso de su cuerpo hacia atrás, sobre la comodidad de la silla–Jamás debe saberlo–respondió y el detective estudio las palabras.

Miroku extendió las manos hacia la parte externa, justo sobre una mesilla de madrea descansaba una botella y algunos vaso.

Sirvió dos tragos wiski, le acercó uno al demonio quien miro con suma atención el contenido, el hedor del alcohol quemo sus fosas nasales.

–Nunca he cuestionado tus decisiones...–susurro y bebió el líquido de un solo trago, la piel pálida de su frente se arrugo por el intenso sabor que le quemaba el estómago–Pero esta vez, no estoy de acuerdo–Bajo el vaso con cierta intensidad, Sesshōmaru alzo las cejas en su dirección cuando se sirvió otra medida–Bankotsu, yo–repaso señalándose así mismo, seguidamente gruño frunciendo las cejas–Incluso tu madre sabe lo mucho que esperaste por ella...–hizo una breve pausa en la que movió el vaso distraídamente, el alcohol se meció hasta formar ondas–Te tomo ¿Cuánto? ¿Nueve años?–agrego con duda hacía el demonio, quien no respondió, ni si quiera asintió o negó nada y quizás no era necesario, porque el detective sabía que sus cálculos no podían estar del todo errados, el había contribuido a la causa importancia mucha información sobre Aome–Siempre quise saber ¿Cómo fuiste capaz de soportar que este con tu hermano?

La interrogante danzo en el aire, Miroku no esperaba que fuera respondida, al menos no ahora, pero no podía ser hipócrita y decir que no le interesaba, porque estaría mintiendo, a pesar de que los tres eran amigos cercanos, el Inu Youkai siempre fue el más cerrado, el más misterioso y reservado de todos, porque aunque conocían su atracción hacia la que fue la mujer de su hermano, jamás lograron descifrar como se sentía cada vez que la veía en las manos del híbrido.

Obligarlo que contara algo era una completa pérdida de tiempo, además de un salto al suicidio asegurado.

Sesshōmaru finalmente bebió un sorbo–Nada podía hacer–Miroku alzo la vista con sorpresa–Fingí que no sentía, pero me asegure de que estuviera bien. Pretendí no saber que él la engañaba y aun así me moría por asesinar al imbécil–el sonrío pero el gesto fue todo menos alegre–Y cuando pensé en decírselo vi que era feliz.

–No pudiste...– Miroku suspiro la frase mientras asentía suavemente, el demonio no afirmo, ni negó al respecto simplemente guio el vaso hacia su boca y termino lo que le quedaba de la bebida.

Dejo el baso en su lugar para seguidamente girarse y tomar el sobre para asegurarlo en el bolsillo interno de su chaqueta, Sesshomaru se puso de pie adelantándose a los acontecimiento lo acompaño hasta la puerta.

–Nos veremos otro día, te llamaré si tengo algo–se despidió este.

El demonio permaneció de pie un momento en la entrada, observando como aquel que consideraba un amigo se metía dentro en el auto, para marcharse minutos después.

En la habitación Aome lo esperaba, sentada al borde de la cama con las manos sobre su regazo, mientras sujeta el teléfono entre sus dedos, su mirada estaba perdida y una sonrisa se había paralizado en sus labios.

El aire en la habitación olía a felicidad.

–¿Te encuentras bien?–él dijo, Aome pareció notar su presencia finalmente alzo las pestañas hasta el, ensanchando su sonrisa

Asintió ligeramente–Arregle una cita con un obstetra, mañana–comento con una dulce sonrisa en los labios–Quiero saber cómo está creciendo mi bebe.

Él se acercó tomo el rostro de su mujer entre las manos y uniendo lentamente sus labios comenzó a moverlos, el rose de sus bocas fue suave, lento pausado pero cargado de un sentimiento mutuo.

Aome rompió el beso soltando un leve suspiro, alzo los ojos para mantenerlos sobre los contrarios–¿Se-Sesshōmaru?–llamo temerosa.

–Hn

Se mordió el labio inferior–¿Irías conmigo?

El demonio la estrecho entre sus brazos–Hn

...

(Día 22)

en la siguiente mañana tal y como lo había anunciado Koga llego a las puertas de la mansión junto a una joven mujer.

–Buenos días Aome, Rin–saludo el moreno con un meneo de mano y una alegre sonrisa–Quiero presentarles a alguien, ella es Sango. La nueva enfermera–y detrás de su espalda se mostró la figura de una joven mujer de cabellera castaña.

–Es un placer conocerlas–La aludida saludo con una leve inclinación de cabeza, mientras enseñaba su blanca dentadura con la más reluciente sonrisa.

–H-hola–saludaron al mismo tiempo las señoritas.

¡Es bellísima!

Continuara...

*Aquí publicando una rápida actualización, espero que como siempre les guste y me dejen sus comentarios*

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Namaire

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