Capitulo 4

Capitulo 4

Tenseiga, (Día 1)

Hablar de una gran arma, es hablar de su propio dueño: Tōga No Taisho

En la época de las guerras civiles vivió un demonio, que fue considerado él más temerario y fuerte, entre todos los de su raza fue uno de los primeros en comenzar la guerra contra los humanos pero también el primero en recapacitar que estaban haciendo las cosas mal.

Matarse unos a otros no era la solución.

No después de ver lo hermosa que podía ser la vida humana, lo bello de su naturaleza compasiva que podía sobrevivir incluso en la peor de las épocas.

La amabilidad y gentileza tenía nombre de mujer: Izayoi

Cuando el General Perro Inu No Taisho conoció a la joven princesa humana, Izayoi, se sintió profundamente atraído hacia ella, quizás fue por la forma en que esta curo de su cuerpo herido en el medio de un bosque, sin demostrar temor alguno por su poderío, teniendo en cuenta de que eran enemigos por decreto, o tal vez fue el aroma que su larga cabellera negra desprendía al mecerse con el viento, o el matiz avellana oscura en sus grandes ojos que lo veían con gentileza y una pizca de curiosidad... Pudieron ser tantas cosas las razones por la cual no la asesino ese mismo día, ese mismo motivo lo llevo a visitarla en repetidas veces y de lo que pareció ser un encuentro transitorio, nació la más extraña relación amorosa que trajo como fruto a Inuyasha.

Inuyasha nació - como era de esperarse - siendo un híbrido a causa de la mezcla de sangres. Sesshōmaru tenía la apariencia de un niño que rondaba los ocho años cuando lo conoció, desde ese día fue instruido para cuidar de la nueva esposa de su padre y el de su recién nacido medio hermano, por su puesto, gamas entendió las razones que el mayor tuvo para cargar su vida con la de una humana sin marca.

La marca, es lo mismo que el matrimonio para los humanos, pero en los demonios es muy diferentes, es un lazo irrompible, que los ataba a la vida de su pareja, otorgándole la dicha de la longevidad, permitiéndo - en este caso - al humano vivir tantos años como su pareja elegida, otorgándole además otras cualidades, como la curación rápida y la agilidad, muchas veces estas uniones lograban cambiar la apariencia de la hembra elegida, para que se asemeje al físico estético de su Señor.

En cierta forma, era un regalo para la hembra ser marcada, ya que podría salir muy beneficiada, sin embargo, en el proceso de esta unión podían llegar a morir, si su cuerpo no era lo suficientemente capaz de soportar el veneno, inyectado a través, de los colmillos sobre el torrente de sangre que corría por su cuello.

La unión youkai era un regalo, pero también un pase hacia la tumba.

El temor de su padre por verla morir, fue el causante para que dicho ritual no se llevara a cabo nunca... Pero también fue su punto débil, una víctima más que caía bajo la ira de quienes odiaban al Gran General.

Padeció desangrada a la temprana edad de veinticinco años, dejando a un niño de casi cinco años sin madre, y gracias a que este supo ocultarse muy bien de los agudos sentidos de los asaltantes, posiblemente también hubiera muerto ese mismo día, por otra parte Sesshōmaru e Inu No Taisho se encontraba defendiendo la frontera este del territorio, por lo que ninguno estuvo presente cuando esta dio su último aliento; para cuando la hallaron, ya no era posible utilizar la espada *Tenseiga sobre ella para revivirla, porque los mensajeros del otro mundo, aquellos que se encargaban de llevar las almas al otro lado, ya habían hecho su trabajo.

El cuerpo de Izayoi, no era más que un recipiente vacío, por lo que los poderes sagrados del arma serian inútiles. Colmillo Sagrado, fue creado por el espadero Totosai de un colmillo del DaiYoukai, el Gran Perro Demonio, es una espada capaz de cortar fantasmas y seres del otro mundo, también puede revivir a los muertos y curar a los vivos a través de su aura sagrada, lo que permite a su portador dejarle ver a los demonios mensajeros del otro mundo y acabar con ellos. En casos extremos es capaz de proteger la vida de su dueño si se encuentra en peligro. Sin embargo, a pesar de todo esto Tenseiga no puede herir a los seres vivos.

Exactamente ciento cincuenta años más tardes, su padre fallecería a causa de una gran hemorragia provocada por una herida profunda, producto de una ardua batalla con el demonio *Ryukotsusei, cuando esto ocurrió Sesshōmaru tendría alrededor de dieciséis años - en tiempos humanos - mientras que Inuyasha estaría por los ocho.

Desde ese día tanto humanos y demonios comenzaron a cuestionarse porque el mayor de los herederos no había utilizado el poder de la espada para curar a su padre y así salvarle su vida, por este motivo se ganó la desconfianza y el desprecio de muchos, inclusive la de su pequeño e ignorante medio hermano, el cual, jamás fue capaz de perdonarlo, incluso a pesar de que este lo criara hasta que tuvo la madurez suficiente para abandonar el hogar en el que había nacido.

Si hubiera usado la espada, quizás los sucesos ocurridos después de eso hubieran sido muy distintos, en primer lugar, no hubiera perdido a Colmillo Sagrado.

Cuando ahora más que nunca necesitaba de ella y de sus poderes curativos.

...

Todo lo que el Dai youkai sabia era que su niña estaba feliz, Rin lucía una sonrisa que podía describirse como de oreja a oreja, traer a la miko era lo mejor que había hecho en todo este tiempo.

Esa mujer, con su irritante forma de ser hacia feliz Rin.

Entonces todo estaba bien, aunque Sesshōmaru había omitido ciertos detalles sobre la condición de la niña, como no mencionar el tiempo estimado de vida que le quedaba a partir de ahora, pero eran detalles que ninguna de las dos debía saber, al menos no por ahora, porque no tendría el valor y sobre todo las palabras exactas para darles tan perturbador anuncio.

El siendo un demonio caracterizado por su fría naturaleza y poca labia. ¿Cómo sería capaz de enfrentar el rostro de su hija? Porque a pesar de ser temido por muchos y con una reputación macabra de criatura sanguinaria, la niña humana fue de las pocas personas que despertaba el sentimiento de la compasión en él.

Sesshōmaru nunca pudo hacer nada en su contra, lo supo desde el instante en que se topó con su pequeño ser arrojado a tan solo unos cuantos metros de su puerta, siendo abrigada del frío con tan solo una maloliente u desgastada toalla naranja. No supo poner nombre - hasta años más tardes - al sentimiento que lo domino aquel día cuando la sostuvo entre sus manos, pero desde entonces Rin no se ha separado ni un instante de su persona, ante todos ella era su protegida, su hija, la había adoptado bajo la ley de los seres humanos e incluso sobre su raza.

La vida del youkai inicio realmente con ella apareció.

Y ahora ella se estaba yendo, solo que no estaba dispuesto a soltarla, había hecho una promesa y la cumpliría.

Rin debía seguir viviendo, Sesshōmaru se encargaría de eso.

...

Aome camino en silencio, con ambas manos detrás de su espalda baja, admirada finalmente y con más minuciosidad cada detalle en la decoración - previamente ignorados por estar pensando en los recientes sucesos - se detuvo en el nacimiento de las escaleras que la llevaban a la segunda plata y miro a al frente de esta el exquisito y elegante recibidor de paredes negras y el piso cubierto por piezas de un mármol cincelado color blanco, tan limpio y brillante que podía ver su propio reflejo del techo caía una pequeña lámpara de araña con diferentes piedras de cristal, bajando como si fueran cadenas, la luz que este emitía se reflejaba sobre una de las paredes, a ser directos la derecha, la cual estaba cubierta por cristales que daban la sensación de ser un enorme espejo, en el lado contrario se apreciaba una ventana cubierta por cortinas de seda, también había un mueble pequeño y encima de este un jarrón dorado con rosas tan rojas como la misma sangre.

Dio unos pasos al costado y pudo notar que detrás de lo que parecía ser el enorme espejo se encontraba un acogedora área de descanso con un sillón tapizado de negro y sus parientes más pequeños rodeando una mesa enana, en la que seguramente podías tomarte una taza de té, mientras apreciabas la vista que brindaban las ventanas hacia el frente de la casa.

Se dio cuenta de que la mayoría de los objetos que decoraban la estancia eran de un tono blanco, dorado o negro, incluso las revistas colocadas sobre la mesilla, parecían combinar con el entorno.

Dejo escapar un suspiro, no podía hacer más que conocer la casa por su propia cuenta, le hubiera gustado mucho que Rin, se la enseñara, pero la pequeña estaba tomando una siesta y también intento hacerlo pero le fue inútil, tenía tantas cosas girando de una forma alocada en la cabeza, ella prefirió distraerse para no pesar más en lo sucedido o de lo contrario, pescaría una jaqueca que le tomaría meses en curar, después de todo no parecía molestar a nadie y no tenía a nadie con quien conversar.

Miro a los lados y sin saber exactamente hacia dónde ir, comenzó a trazar un camino de pasos lentos hacia lo que parecía ser el salón principal, pero se detuvo abruptamente y giro el rostro seguidamente de todo su cuerpo hacia la derecha, frente a lo que reconoció como un gran expositor rectangular vidrio, podía jurar que por el ancho de este podía ser blindado, detrás de la capa transparente se apreciaban tres soportes para armas, dos de los mismos estaban vacíos, los ojos de Aome se abrieron con sorpresa en cuando dedujo a quienes pertenecían y su boca se transformó en una O.

Las dos espadas restantes eran *Tessaiga la cual había sido entregada a Inuyasha como parte de pago y la otra era *Tenseiga.

-"La espada que posee poderes de sanación"- dijo la voz de su conciencia con palpable asombro.

Sintió una familiar presencia a su lado, vio al recién llagado demonio de reojo, percatándose de que este también veía el expositor, la curiosidad picaba detrás de su nuca, dubitativa Aome se mordió suavemente el labio inferior, su nerviosismo debió delatarla ya que este giro mirándola fija.

Ella le sostuvo el gesto valeroso, sin dejarse intimidar por aquellos fríos pozos de oro líquido, pero se humedeció los labios con ayuda de la lengua, ya que estaban repentinamente resecos, este gesto involuntario logro algo en el temple del demonio, porque transformo fugazmente su expresión, sin embargo, desapareció antes de que pudiera averiguar que era.

- ¿Dónde está Colmillo Sagrado?-finalmente se armó de valor para que las palabras dejaran ver su curiosidad.

Los ojos dorados la miraron con gravedad y Aome se esperó una negativa, hasta incluso un rechazo o que el la ignorara como en el mejor de los casos, porque jamás pensó que él fuera responderle.

-Lo perdí hace tiempo-fueron las simples palabras.

Aome no dijo nada simplemente lo miro con asombro, para luego asentir, porque no estaba segura de cómo seguir una charla con él, no había un manual con las instrucciones para tratar a alguien con el carácter de su contraparte, así que solo dejo que sus ojos se movieran nuevamente en dirección al vidrio, desde ahí podría apreciar el reflejo del demonio, lo detallo minuciosamente hasta detenerse, en la peculiar figura de la luna en su frente y las líneas que surcaban sus mejillas pálidas, eran estas las marcas que caracterizaban a su clan.

Entonces su cabello, era quizás la cosa más interesante, porque ella no podía dejar de mirarlo.

-Me gusta tu corte de cabello- soltó sin pensar y cerró la boca de golpe ruborizándote por completo. No fue su intención decirlo en voz alta, así que no se movió, ni siquiera tuvo el valor de levantar la cabeza.

- ¿Por eso has estado viéndome todo el día?-la pregunta la tomo desprevenida, Aome se atascó con su propio aire, su ritmo cardíaco se elevó a niveles inhumanos, la vergüenza la golpeo de lleno y el rojo de sus mejillas se volvió intenso, brillante y notorio. Lo miro de reojo.

Él estaba tan serio, tan sereno, no parecía enojado mucho menos molesto, es más podía jurar que su actitud era la aburrida y desinteresada de siempre... Pero había algo raro en su mirar.

Los labios de la miko se fruncieron levemente-Yo no te estaba viendo- replico a la defensiva haciendo un mohín.

El Dai youkai respondió con un sonido, similar aun gruñido desaprobatorio, Aome mando finalmente al diablo su vergüenza y levanto la barbilla, se miraron el uno al otro, pero fue ella quien rompió el contacto primero, el silencio siguiente fue raro e incómodo, sobre todo para la joven, quien paso saliva, para nuevamente armarse de valor y voltear a verlo, Sesshōmaru la imito segundos después, pero esta vez la línea visual no se rompió.

Sus ojos azules se veían brillantes y la boca entreabierta- ¿Por qué te cortaste el cabello?-murmuro. Ella debía detenerse, sabía que estaba indagando más de la cuenta, pero la curiosidad era mayor que su lado racional.

El matiz ocular del DaiYoukai se tornó de un intenso dorado obscuro, casi sombrío, Aome se quedó quieta, la intensidad en sus ojos era tanta que incluso detuvo su respiración.

-Lo hice por deshonor, luego de perder a Tenseiga.

La respuesta la hizo sentir culpable, ya que podía percibir de manera casi invisible cierta melancolía en él, no debió preguntar, no era de su incumbencia.

-Lo siento-ella dijo con la voz un tono más bajo.

Sesshōmaru le respondió con un movimiento de cabeza.

Aome seguía mirándolo, no podría dejar de hacerlo.

¿Porque no podía? Lejos de sentirse intimidada la joven azabache descubrió que la compañía del demonio no le disgustaba, quizás se había acostumbrado a las presencias demoníacas, después de todo había convivido con Inuyasha desde hace un tiempo.

Inconscientemente la lengua de Aome salió, remojándose los labios, ahora brillantes y entreabiertos, Sesshōmaru la veía fijamente con esa extraña mirada en el rostro.

Continuara...

***Capitulo editado el día 25/07/19***

Términos Utilizados:

Tōga/ Inu no Taisho: Padre de Sesshōmaru e Inuyasha, también conocido como, el Gran General Perro, el Gran Perro, Gran general, Demonio Perro.

Tenseiga: Colmillo Sagrado.

Tessaiga: Colmillo de Acero.

Ryukotsusei: Es un demonio de la raza Dragón, considerado como enemigo del tratado, ya que se oponía rotundamente a convivir con los humanos, y por esta razón los mataba sin piedad, aun después de pactarse el trato de Sangre.

*Vista desde la entrada, con el recibidor⬇⬇

*Detrás de esa pared de espejos habría un pequeño lugar de descanso ⬇⬇

*Si te paras desde la entradas verías las escaleras al segundo piso, mientras que al fondo estaría el salón principal, y a la derecha se encontrarían las estanterías con las espadas. ⬇⬇

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