Capítulo 39
Posibilidad (Día 27)
Ella se sentía del asco, creyó que a la mañana siguiente se encontraría mejor, pero estaba peor, las náuseas la despertaron repentinamente y había vaciado su estómago por completo, estaba exhausta y adolorida y el amargo sabor de su boca parecía no quitarse, ni lavándose repetidamente los dientes.
El asco seguía presente.
–Demonio...–ella jadeo metiendo el rostro bajo la corriente de agua, la sensación refrescante parecía calmarla.
Sesshōmaru la vigilaba desde la puerta del baño–Alístate iremos al hospital.
Ella negó y cogió una toalla de mano–Ya se me pasara...–balbuceo secándose–No iré. No insistas–agrego luego ceñuda.
El demonio conocía muy bien esa terquedad, pero no estaba en condiciones de negarse.
–Mujer–llamo en advertencia.
La morena se giró para verlo con el ceño fruncido–No iré–repitió– y paso rápidamente a su lado, tenía que preparar el desayuno, sería algo rápido ya que había perdido mucho tiempo en el baño, por lo que Rin estaría despierta y esperando por ella en la sala.
El demonio fue tras ella.
–Buenos días–saludo la joven, dejando un beso sobre la frente de la pequeña–Cada día te ves más hermosa.
Rin sonrió avergonzada–Usted también–respondió feliz.
Le miro agradecida– ¿Qué desea mi princesa desayunar hoy?
–Mmm. Huevos y tocino–respondió– ¿Señor Sesshōmaru?–El susodicho la observo y la niña comprendió que podía continuar–Me gustaría poder viajar...
Aome la observo con emoción– ¡Qué gran idea!
–No podemos viajar–Sesshōmaru dijo secamente y ambas mujeres lo miraron.
– ¿Por qué no?–dijeron las dos al mismo tiempo.
–Están enfermas.
Rin jadeo–Yo me siento bien–aseguro mirando con asistencia el rostro de su señor.
–Quizás tu sí, pero ella no–azuzo señalando a la joven miko.
Rin abrió los ojos con sorpresa–Debe ir a que la revisen–señalo con preocupación.
Aome negó–Está exagerando.
–Pero...
– ¿Qué lugar quieres conocer?–la morena interrogo, cambiado el rumbo de la conversación.
–Quiero ver la nieve.
Había logrado distraer a Rin pero no al demonio de cabellera plateada.
–Entonces buscaremos un lugar con montañas y muchísima nieve–respondió sonriendo con felicidad genuina.
– ¡Sí!–chillo la niña feliz.
–Antes veremos un especialista–agrego el Inu
Aome bufo.
–Es una orden.
–Pero no es importante, Sesshōmaru quiero complacer a Rin–ella lo mira con suplica–Por favor.
Él negó–Después de ver a un doctor iremos a donde quieras.
– ¿Alguien dijo Doctor?– anuncio el moreno con una sonrisa en los labios.
Kōga apareció en el salón principal había sido atendido por Jaken en la entrada, estaba por esperar que terminaran de desayunar, pero la curiosidad termino derrotándolo.
–Señor Kōga–la niña saludo acercándose rápidamente hacia él.
Este le acaricio los cabellos con ternura– ¿Cómo estas Rin?
Sonrió avergonzada–Estoy muy bien–Respondió.
Él asintió y se encogió de hombros– ¿Qué sucede aquí?–cuestiono mirando a la pareja, quienes se ponían de pie para dejar el comedor y colocarse en la sala principal– ¿Por qué necesitan un doctor?
Aome negro rápidamente–Solo es una tontería–ratifico cruzándose de brazos.
– ¿Tontería?–repitió el albino arqueando una ceja, se podía percibir la molestia en su tono de voz–Tu salud no es una tontería
Kōga la vio de la misma forma acusatoria– ¿Estas enferma?–indago
Sesshōmaru se adelantó a responder– Tiene náuseas y mareos.
Aome se sintió avergonzada–Mareos estúpidos–agrego frunciendo los labios–Es por la comida, me debió caer mal–aseguro.
Kōga la vio de arriba hacia abajo–Te tomare una muestra de sangre–informo rápidamente y ella lo vio con espanto–Quizás debas recostarte–agrego señalando el sillón, Aome vio al demonio pidiendo auxilio no le gustaban las agujas pero el ver que este no tenía intenciones de ayudarla, bufo con molestia.
–Sería más fácil si solo me das medicina...
El doctor suspiro–No sé lo que tienes, no puedo asegurar que los remedios funcionen.
–La muestra de sangre será–Sesshōmaru dijo seriamente.
Ella le dedico una mirada que le gritaba "Traidor" en toda la cara.
¡Odiaba las agujas!
–Recuéstate–pido sacando un pequeño frasco y un paquete de inyectables–Estira el brazo–la morena obedeció de muy mala gana, Kōga rodeo el miembro con una pequeña goma, que ejercía presión sobre la piel y llegaba hasta la vena, preparo la ampolla, Aome paso saliva asustada–solo sentirás un piquete.
Ella asintió aterrada pero la mano de Sesshōmaru su poso sobre la suya e inmediatamente volteo a verlo, la sensación de protección que recibió logro tranquilizarla, se había perdido tanto en aquellos hermosos ojos dorados que ni siquiera noto cuando la punta de la aguja había atravesado su piel y ahora absorbía parte de su sangre.
–Listo–dijo el moreno y Aome parpadeo confundida.
¿Eso había sido todo?
Genial, ojala todas las inyecciones fueran iguales a esta.
Guardo la muestra en un recipiente, similar a una caja cuadrada pero de plástico, lo que permitía que esta no se abriera accidentalmente y se volcara–Ahora necesito que me dejen a solas con Aome–pidió amablemente.
Kōga se había vuelto inmune a las miradas asesinas del Taisho, estaba agradecido o de lo contrario hubiera salido corriendo como alma que se cargaba el mismo diablo. Aunque en esta ocasión el diablo estaba frente a él.
Rin quien se había mantenido en silencio sentada sobre uno de los sillones se paró de inmediato–Iré a mi habitación–anuncio y el doctor asintió dándole una sonrisa.
–Enseguida iré a verte–agrego este y la niña sonrió antes de subir por las escaleras rápidamente.
Aome meció las pestañas confundida–No comprendo.
–Tengo que hablar contigo.
–Lo que tengas que decirlo, lo dices frente a mí–azuzo el Inu arqueando el ceño.
El moreno asintió–De acuerdo–respondió vencido y sentó frente a la pareja, aflojando el nudo de su corbata– ¿Qué tan seguido han tenido sexo?
Silencio sepulcral.
–...
–...
– ¿Qué clase de pregunta es esa?–manifestó el Inu con el rostro ensombrecido, las ganas de descuartizar al médico había regresado y multiplicadas.
El contrario se echó hacia atrás para quedar más cómodo–Una muy simple–alego con tranquilidad–Responde.
–No es de tu interés.
–Sí, necesito la respuesta–señalo–Aome–llamo pidiendo la colaboración de la joven, pero está bajo el rostro completamente avergonzada–Es de interés profesional, de lo contrario no podre darte un diagnostico posible.
Aome estaba temblando y aun con la mirada sobre un punto fijo del piso intento formular palabras–Te-te-nemos-
–A diario–el Inu la interrumpió, el rostro de Aome estaba aún más rojo que una huerta de tomates.
Kōga asintió y carraspeo incomodo– ¿Con protección?
–Sin–respondió con tintes de arrogancia.
El rosto del médico era indescifrable, no sabía si la noticia le había caído bien o mal–Eso es todo lo que necesito saber.
– ¿Y bien?–fue Aome quien pregunto.
Kōga se puso de pie metiendo las manos en el interior de sus bolsillos–Existen dos posibilidades–comenzó mirando seriamente a la pareja–la primera que efectivamente padezcas de una intoxicación–hizo una breve pausa antes de continuar– Y la segunda opción es que estés embarazada.
¿Qué?
Continuara...
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