Capítulo 38

Capítulo 38.

 Día 26-noche Primera vez


Ella vio su reflejo en el espejo, creo que era la décima vez que lo hacía, se había probado varios vestidos de todas formas y variados colores. ¿La razón? Sesshōmaru había llamado en horas de la tarde, diciendo que regresaría temprano y ella tendría que estar arreglada para cuando él pusiera un pie dentro de la casa.

Aome ni siquiera tuvo tiempo de preguntar el ¿Porque? Ya que este había colgado de inmediato, luego de eso había tomado un baño con aceites aromáticas y burbujas, está la relajo gratamente, no fue difícil buscar su mejor lencería ya que hace muy poco había comprado algunas, opto por el tradicional color y siempre sexy tela de encaje.

Recogió su cabello en un rodete dejando varios mechones sueltos, que termino por darles forma de rulos, coloco una imperceptible capa de maquillaje, luciendo casi al natural, arqueo sus cejas y remarco sus labios con un brillo de labios rojo.

Hasta ahí todo iba perfecto, sin embargo, cuando llegó la parte de escoger el atuendo es cuando la morena se encontró en un bucle sin final de probarse una prenda tras otra, llevándola casi a llorar de la frustración, por suerte eso no sucedió, ya que encontró un vestido de color azul con la espalda descubierta, la abertura llegaba casi hasta la gloria y el largo le daba por encima de sus rodillas, dejando sus largas y bien proporcionadas piernas al descubierto, la tela era ligera por lo que se amoldaba perfectamente a sus curvas, aunque lamentaba tener que usarlo sin brasier, para finalizar se puso unos zapatos de tacón color negro y una cartera de mano.

Sonrió satisfecha y bajo hasta la sala para esperar, afortunadamente Sesshōmaru no tardo demasiado.

–Eres hermosa–susurro mirándola casi con devoción, la morena sonrió apenada él se acercó para sellar sus bocas con un largo beso, delineo la línea de su espalda descubierta con la yema de los dedos, Aome jadeo suavemente.

Este hombre podría provocarle un orgasmo con tan solo mirarla.

Ella se alejó porque tenerlo demasiado cerca era peligroso, Sesshōmaru no se rehusó porque de lo contraria tiraría todos sus planes por la borda y terminaría entre las piernas de la miko hasta la mañana siguiente y esa parte del plan venia después del postre.

Sesshōmaru tomo un ligero baño, ante de colocarse un tradicional esmoquin negro, tenía esa facilidad por verse guapo y sexy con cualquier cosa que se pusiera, aunque verlo sin ropa era mucho mejor.

...

Cuando ingresaron al restaurante varios ojos curiosos se voltearon a verlos, Aome sabía que esa reacción era por el Taisho, no por nada era, quizás, el demonio más conocido de la ciudad, siendo codiciado por muchas féminas... Pero ahí, a su lado estaba ella sosteniendo su mano, mientras caminaba con la frente en alto, ocupando el lugar de novia.

Algunas miradas fueron de envidia, otras de sorpresa y también admiración.

Sesshōmaru la guio hasta la mesa más alejada, curiosamente a su alrededor había muy pocos comensales, le resulto curioso pero no dijo nada sobre ello.

–Este lugar es muy agradable y elegante...–comento ella detraída, echando una mirada a su alrededor.

–Es el mejor restaurante de todo Japón–agrego el, ganándose una mirada de sorpresa.

En ese instante la carta les fue entregada, Aome casi se ahoga con su propio aire, un plato de ensalada valía más que su viejo apartamento.

¡Vamos que ni trabajando todo un año pagaría una cena en este lugar!

Quizás lo peor no eran sus extravagantes precios, sino que estaba todo en francés, ella de francés no sabía un carajo.

De repente se sintió mareada de tantas palabras sin sentido, Sesshōmaru pareció notar su confusión por lo que fue el quien ordeno rápidamente hablando con fluidez el idioma, aunque para ella fue como si estuviera invocando un fantasma.

Sonrió avergonzada y mordió su labio inferior.

– ¿Te gusta?–el pregunto tranquilamente

La morena sonrió y asintió– Me encanta. Ha puesto a que has traído a muchas... –ella rio ahora con nerviosismo, de la nada sentía tan celosa ¿Por qué había dicho eso?

–Eres la primera mujer–él dijo rápidamente mientras la veía fijamente a los ojos–Con la que tengo una cita–aseguro y Aome no hallo más que verdad en el dorado de sus ojos.

¿Por qué estaba siendo tan desconfiada? En los últimos días sus cambios de humor eran impredecibles, estos empeoraron luego de hallar las fotografías.

La curiosidad la estaba carcomiendo por dentro pero no era el lugar, ni el momento para interrogarlo, ya encontraría la situación ideal, por ahora disfrutaría de la compañía del youkai y de la deliciosa comida.

Porque joder, los platillos estaban como el manjar de los mismos dioses.

La cena transcurrió con tranquilidad, para la sorpresa de Aome el demonio estaba siendo muy comunicativo interesándose por temas que involucraban a la joven, estaba compartiendo asuntos de su vida pasada, aunque luego de encontrarse con esas fotografías, se cuestionaba que es lo que tanto sabia el youkai sobre ella, tenía el presentimiento de que conocía más de lo que aparentaba.

¿Habría el indagado más allá de su vida privada?

Aquel interrogante la inquietaba, porque no era algo que la hiciera sentir cómoda, es más estaba segura de que se molestaría muchísimo si así fuera, alejo una vez más esos pensamientos, no era el momento.

Regresaron a la casa unas horas más tarde, esa noche le había hecho el amor, Aome lo sintió en cada beso y cuando sus manos se movieron lentamente sobre la firmeza de piel, lo vio en lo profundo de sus ojos, cada vez que estos se encontraban, la joven percibió algo más que un simple cariño.

Estaba tan cómoda entre sus brazos, el calor que le proporcionaba el cuerpo del Inu era exquisito, algo dentro de ella se envolvía con este y la embriagaba de una completa seguridad, como si nada en el mundo fuera capaz de dañarla, no si permanecía entre estos, un suave suspiro se escapó de sus labios, acercando la nariz hacia su cuello, aspiro aquel aroma que era capaz de volverla loca sin proponérselo se había vuelto una adicta a su piel, su sabor, su olor a bosque era tan refrescante.

Ella sonrió.

¡Dios le gustaba tanto este hombre!

Todas las cosas que le hacía sentir, cosas hermosas, cosas buenas que jamás pensó que sentiría es que esto iba más allá del sexo y de la tracción física, por primera vez en su vida experimentaba lo que sus amigas llamarían tener "Mariposas en la panza", el revoloteo en su estómago la hacía sentirse mareada.

Un momento, si estaba mareada

¿Que estaba sucediendo?

De repente su estómago se contrajo, no era una sensación dolorosa pero si incomoda, jadeo cuando el sabor amargo subió a través de su estrecha garganta, rápidamente salió de la comodidad de la cama, sus movimientos bruscos despertaron al Taisho, este apenas alcanzo a ver como la mujer se metía desesperada en el interior del baño, salió de un salto saliendo tras ella.

El olor a bilis toco el puente de su nariz, a pesar de su sensible olfato se acercó a la joven y recogió sus cabellos para que no se ensuciara, mientras esta arrodillaba frente al retrete vaciaba dolorosamente todo el contenido de su estómago.

Sesshōmaru coloco una mano libre sobre la espalda desnuda de la joven y la movió de forma circular, a los pocos minutos ella se detuvo– ¿Mejor?

Aome asintió–Comí demasiado...–respondió está en un jadeo, mientras sujetaba su estómago tenía la boca reseca y un horrible sabor amargo.

–Veremos un doctor mañana–era más una orden que una sugerencia, Aome negó rápidamente.

–Solo necesito un antiácido y dormir–Aseguro enderezándose, camino hacia el lavabo cepillo sus dientes, busco en el pequeño mueble blanco dentro de este existía botiquín en el que ella recordaba haber visto un par de pastillas, cogió una y la tomo con un vaso de agua–Lo ves...–ella sonrió abiertamente–ahora solo necesito dormir.

El arqueo una ceja dudoso de su accionar–Si continuas así, te llevare al centro más cercano–la morena hizo un puchero disgustada–Aunque tenga que amarrarte–advirtió., ella lo observo con los ojos abiertos de par en par.

–No te atreverías–musito.

Él sonrió y Aome sintió un escalofrío recorriéndole el cuerpo–Ponme a prueba.

Estaba hablando en serio, por ello la joven bufa e indignada camino rápidamente de regreso a la cama, Sesshōmaru fue tras ella y se colocó a su lado cuando esta se arrullo debajo de las sabanas, podía oler su descontento, últimamente parecía molestarse por cualquier cosa, intento abrazarla pero ella se alejó.

El demonio suspiro internamente, sería una larga noche.


Continuara...

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