Capítulo 24

Capítulo 24.

Jugarle al diablo (Día 18)

Posible Occ

Por todos los dioses, Sesshōmaru jamás había tenido la necesidad de estar detrás de una mujer... Eran ellas quienes siempre seguían sus pasos, como abejas a la miel.

Esta no sería la excepción.

Pff, ni más faltaba el gran Sesshōmaru corriendo por las faldas de una miko humana...

No, claro que no.

Así que la joven y su enojo se podrían quedar esperando, porque él no era ningún perro faldero Porque-

– ¡Joven Kōga!–el saludo de la morena lo saco de su ensoñación, ella sonaba extremadamente amable, el recién llegado doctor la saludo con un beso de mejilla y una sonrisa radiante decorando su rostro.

Si Sesshōmaru pudiera lanzar rayos por los ojos, de aquel hombre apestoso solo quedarían cenizas, como una versión pobre de Spider Men–"No me quiero ir señor Taisho"–el demonio sonrió con malicia.

Kōga se estremeció–Buenos Días–saludo con tranquilidad, ignorando aquella sensación de alerta recorriendo toda su espina dorsal.

–Hn–fue el monosílabo que obtuvo de respuesta, seguidamente bajo la vista, recordando el periódico que tenía entre sus manos.

Aome suspiro, Sesshōmaru tenía un humor insufrible desde ayer, tal vez no fue buena idea negarse a tener sexo. Pero se lo merecía, porque de esta forma aprendería a no dejarle marcas. Tan solo recordar la vergüenza que paso delante del Doctor, hacían que los colores subieran a su rostro, ni siquiera pudo inventar alguna excusa, estaba más que obvio lo que había sucedido, el hombre no era un tonto y ella se vería muy estúpida inventado cosas sin sentido, así que al final se disculpó y salió a toda prisa a cubrir la mancha con un poco de maquillaje.

Al final de ese día ella estaba tan alterada, que terminaron discutiendo, la marca no era el principal problema sino esa cara de "me vale madre lo que me digas, voy a hacer lo que quiera", esa estúpida ceja alzada, la hacía verse como una loca.

¡Vamos que Aome parecía hablarle a los muebles!

Y el simplemente le dedico una sonrisa altanera, al final de su berrinche. Eso hizo cabrear a la miko de sobremanera, fue como acercar una mecha a una vela encendida. Sesshōmaru debía estar loco

Loca estaba ella, por pensar que él se veía malditamente apuesto a pesar de todo su enojo, seguía siendo atractivo.

Estúpido Sesshōmaru y su estúpida suculencia.

–¿Amo Sesshōmaru?–la presencia de Jaken atrajo la atención del Inu–Tiene una llamada–se apresuró a decir este con un extraño gesto en el rostro, que al parecer Sesshōmaru había interpretado a la perfección, ya que simplemente asintió dejando a un lado el periódico, para caminar directamente a su oficina.

Mientras tanto la morena permanecía en compañía del especialista–Rin está esperando en su habitación.

Koga sonrió posando la mano encima de su barbilla, como un gesto pensativo–Hoy la llevare a mi clínica, tengo que hacerle unas tomografías y tomar también algunas muestras.

– ¿Creé que la medicación funcione?–cuestiono la joven con preocupación.

–Ha estado respondiendo muy bien al tratamiento, mantengo las esperanzas de obtener una buena noticia en los próximos días–respondió con convicción–sin embargo no debemos dejarnos llevar, solo hay que mantener el rumbo.

Estas palabras generaron una sonrisa cargada de esperanzas renovadas–Gracias Doctor Koga–el moreno sonrió– Buscare a Rin–anuncio finalmente y corrió escaleras arriba. Muy emocionada por lo escuchado–Rin, el doctor te está esperando abajo–dijo esta.

– ¡Ya voy!–se escuchó la respuesta desde el otro lado de la habitación de baño. Cuando la pequeña salió del aseo, Aome se percató de que se había arreglado para recibir a su enamorado platónico, ella lucía un hermoso vestido color verde pálido, una campera de hilo en blanco y zapatillas del mismo color.

Rin era sin duda, la niña más hermosa, encantadora y tierna que Aome había conocido, su amor por ella eran tan intenso que la Higurashi estaba dispuesta a sacrificar todo por verla feliz.

–Estas preciosa–susurro colocándole un escurridizo mechón azabache detrás de la oreja.

Rin sonrió agradecida– ¿Puedes acompañarme el día de hoy?–la niña dijo, sorprendiéndola, era la primera vez que le pedía algo así, ya que generalmente Rin solía ir con Ayame o incluso con el mismo Youkai.

Y aunque a Aome le resultara extrañamente bueno, no pudo resistirse a esos pequeños ojos avellanas–Claro que sí–respondió apretando sus mejillas–Antes voy a avisarle a Sesshōmaru.

...

Tiempo sin escucharte–saludo la extraña.

–Hn. ¿A qué se debe esto?–cuestiono directamente el demonio, con el rostro serio.

La mujer río– ¿Acaso una madre no puede llamar a su hijo?

–No digas tonterías–le hace un desprecio. Aome ente en ese instante para hablar con Sesshōmaru, pero está el verla niega con la cabeza y hace un gesto para que se retire. La morena frunce el ceño y sin emitir sonido alguno se marcha.

Cachorro insolente–murmuro la dama, aunque el youkai podía imaginar una amplia sonrisa adornando la blanquecina piel de su rostro–Solo llamaba para avisarte que iré.

Sesshōmaru frunció el ceño–Puedes hacer lo que te plazca–llevaba siglos años sin verla, así que no era una sorpresa que apareciera de repente. Siempre lo hacía.

De todas formas no estoy pidiendo tu permiso.

–Madre–gruño exasperado.

La aludida río sin gracia–No me hagas enojar Sesshōmaru, estaré ahí en la noche–Claro ella era la única mujer en el planeta capas de colgarle y dejarlo con las palabras en la boca.

Este día sería sin duda todo un dolor de cabeza.

–Jaken–llamo el albino, su gélido tono de voz logro estremecer al enano verde

–Ssi, amo–balbuceo este temeroso.

Sesshōmaru lo vio fijamente, sus orbes doradas brillando como un depredador a punto de estrangular a su presa–Ella vendrá. Encárgate–ordeno tajante, para Jaken el mal humor de su amo, era algo a lo que ya estaba acostumbrado, pero cuando se trataba de su santa madre, las cosas cambiaban.

–Como diga amo–respondió de inmediato y se alejó a toda prisa.

Sesshōmaru se dejó caer sobre un pequeño sofá que tenía en su oficina, masajeo un momento el puente de su nariz, para seguidamente arrastrar sus garras entre sus cabellos.

Debía admitir que se sentía frustrado, acuso de su madre y sus incomodas visitas... O tal vez no era solamente eso, la miko cargaba con cierta culpa, no la tocaba desde ayer pero ante sus ansias –y sus testículos- parecían siglos.

Gruño antes de ponerse de pie y salir de su oficina buscando con la mirada algún indicio de la joven y sobre todo de aquel medicucho, no paso mucho tiempo antes de confirmar con ayuda de su olfato, que nadie más aparte de Jaken estaba en la mansión.

Esto no le agradaba en absoluto.

– ¡Jaken!–tal vez había sonado más molesto de lo normal, el aludido llegó a los tropezones ante su señor– ¿Dónde está la miko y Rin?–no le dio tiempo ni de reponer el aliento.

–Fueron a la clínica del Dr.

Estrecho los ojos, volviendo sus labios tan solo una línea recta–¿Por qué nadie me informo sobre esto?–estaba muy molesto.

Jaken trago grueso–B-bueno vera, amo b-bonito la mujer fue a su oficina p-pero usted–una hoja de papel tenía más color que el pequeño diablo.

Entonces lo entendió, así que por esa razón ella estaba interrumpiendo sus llamadas, pero ahora que lo sabía se sentía aún más molesto, porque eso significaba que habían salido sin su consentimiento y sobre todo que aquella mujer terca estaba con ese doctorcito.

Y por una obvia razón no le gustaba.

El doctorcito y la miko a solas, juntos en el mismo espacio y respirando el mismo aire.

Sesshōmaru frunció el ceño, no le hacían gracia algunas las escenas que pasaban a través de su cabeza.

No estaba celoso. Era tan solo una sensación de incomodidad y a él no le gustaba estar incómodo.

No le gustaba imaginarla haciendo "Eso" si no era con él, cada vez que pensaba en ello, quería enfurecerse, si ese doctor ponía sus manos sobre ella, lo iba a desaparecer.

Ahora tenía la ansiedad por coger el auto e ir hacia la clínica, tan solo echaría un vistazo y volvería de inmediato.

No. Debía de tener esos pensamientos, tenía que recordar lo que esto era y el motivo por el que la mujer estaba a su lado.

El pasado ya no importaba.

...

Eran exactamente las ocho de la noche cuando Rin y Aome regresaron de su largo día en la clínica.

La morena abrió los ojos con sorpresa.

Una mujer en la sala.

Aome parpadeo varias veces–"Esto no estaba aquí cuando me fui"–pensó la joven incomoda ante la mirada y sonrisa altanera que le estaba dedicando.

–Hola–saludo la desconocida.

Aome colgó su abrigo–Hola.

–Señorita Kagura–se escuchó la voz de Rin con tono sorprendido, la nombrada saludo con gesto de mano y una radiante sonrisa, captando el interés de la miko ante su repentino cambio.

–Rin. ¿Cómo has estado?–saludo de forma amable la mujer.

–Estoy muy bien–respondió está sonriendo.

–Así parece, te ves preciosa–aseguro esta.

La morena carraspeo pidiendo atención–Disculpe, ¿Quién es usted?

Kagura dirigió sus penetrantes ojos zafiros hacia ella, Aome sé sentido expuesta ante estos, finalmente la mujer devolvió los ojos hacia Rin–Pensé que Ayame seguía siendo tu cuidadora–murmuro con cierto tono cansino–Sesshōmaru no mencionada acerca de la nueva empleada.

– ¿Empleada?–hora sí que Aome estaba en el límite–No soy ninguna empleada, soy amiga de Rin

La mujer hizo una mueca–Oh, como lo siento–a la cual Aome no pudo distinguir si lo decía con sinceridad o no.

– ¡Si, la señorita Aome es mi amiga!–aseguro Rin con entusiasmo.

–Ya veo–la dama se puso de pie y le extendió la mano–Soy Kagura Onigumo, es un placer conocerla Aome.

–Lo mismo digo–respondió la morena ¿Qué hacia una mujer guapa sentada en el sillón de la sala? ¿Y dónde estaba Sesshōmaru para brindarle una explicación?

–Señorita Aome podría acompañarme–al parecer tendría que saldar sus dudas luego.

...

–Me alegra volver a verte–saludo la joven con una ligera sonrisa dirigida hacia el demonio, este simplemente asintió y relajo las facciones.

– ¿Mi madre?

–No tardara en llegar, ya sabes cómo es, se entretiene con facilidad...–respondió está cruzándose de piernas, en ese instante Aome bajaba nuevamente, percatándose de aquel gesto claramente sugerente, estaban más que claras las intenciones de esa señorita.

¿Qué relación tenia esta mujer con su Sesshōmaru? Aome frunció el ceño y miró seriamente a ambos.

El youkai se hubiera reído, pero sería un acto suicida, tan solo observo como la morena carraspeaba incomoda y se sentaba a su lado, a una reducida distancia. Tenía noción de lo que causaba en la segunda hembra, sin embargo no le interesaba en absoluto su coqueteo, a menos que sea para-

–Lamento haberte confundido con una empleada.

Aome parpadeo confundida, ¿Por qué de un momento a otro esta mujer se portaba amable y poco irónica?– No se preocupe...–susurro como respuesta.

Kagura asintió y luego sonrió hacia el Inu–Oh, Sessh la última vez no pude ver la estatuilla–comento con tono decaído–Esa obra de arte de la cual tanto me hablaste.

¿Sessh? Debía ser una broma.

¿Ultima vez?

¿Hablaste? Pero si Sesshōmaru casi no habla.

–Puedo enseñártela ahora–aseguro el demonio sonriendo.

Aome odio su sonrisa. Iba a golpearlo.

Él hizo un gesto con la mano señalando una dirección, para luego ponerse de pie y guiar a la tal Kagura, colocando una de sus manos sobre la esbelta cintura de esta.

Aome iba a vomitar.

Ella no fue consiente cuando sus piernas se movieron siguiendo desde atrás a la pareja, se veía estúpida pero en ese momento no le importaba, tan solo quería saber que era esa mujer para Sesshōmaru, y porque le molestaba tanto el hecho de que, ni siquiera voltease a verla.

Y al parecer a la tal Kagura si le molestaba, lo supo en el instante en que se sujetó del brazo del youkai y susurro algo en voz baja.

El youkai ladeo el rostro hacia Aome –Ve con Rin

La expresión en el rostro de la morena era todo un poema, paso de la sorpresa al enfado en cuestión de segundos, ella lo miro con esa cara que ponía antes de empezar a gritar, sin embargo no emitió palabra alguna, ni siquiera asintió, simplemente se giró y salió de ahí.

El youkai debía admitir que esa reacción, no fue la esperada. ¿Ahora que aria con la empalagosa de Kagura?

Aome paso cerca de una hora con la pequeña Rin, bueno su cuerpo estaba con ella, pero sus pensamientos estaban un piso más abajo.

–Señorita Aome iré por agua–Rin la saco de su nube.

–No te preocupes Rin yo voy–se apresuró a decir esta, mientras salía como alma que llevaba el diablo, en dirección a la cocina.

–Oh, eres tú–murmuro con desagrado, una voz a sus espaldas.

Bien Aome de por sí ya estaba enfadada– ¿Por qué me ve de esa forma?

–Porque me desagradas–respondió esta con naturalidad–No entiendo que hace una mujer como tú, al lado de Sessh.

Alzo una ceja– ¿Una mujer como yo?– repitió apretando los puños– Y su nombre es Sesshōmaru–grito al final exasperada.

– ¡Como te atreves, yo soy amiga de Sessh!

Aome podía sentir una vena palpitando en su frente– ¡Puede ser la amiga del mismísimo Obama, pero a mí me respeta!

– ¡Insolente!–chillo está arrogándole, el agua que la misma Aome había depositado dentro del vaso y dejado sobre la plataforma flotante.

Esa fue la gota que derramo el vaso.

Kagome, la tomo de las muñecas y prácticamente la arrastro hacia la puerta de salida, la mansión se llenó de gritos y chillidos. Kagura no fue capaz de liberarse y cuando sintió sus muñecas sin la presión de una mano, ya se encontraba en la calle.

Aome cerró la puerta, con un portazo.

Estaba furiosa y mojada, bufo y dio una patada al piso.

El youkai apareció en ese instante, gracias a su agudo sentido del oído pudo escuchar todo y no detuvo el enfrentamiento, porque ya estaba harto de tener a Kagura todo el día encima y por qué le pareció divertido.

La mirada oscurecida de la mujer cayó sobre él, y Sesshōmaru supo que tal vez se había pasado– ¿Por qué estas molesta?

–Pir qui istis milisti.

Sesshōmaru reprimió una sonrisa–No hagas eso.

Ella frunció el ceño y cruzo los brazos sobre el pecho– ¿Qué?–algunas gotas de agua escurrían a través de ella y caían sobre la alfombra.

– ¿Por qué sacaste a Kagura de esa forma?

Porqué sicisti a Kagura di isis firmi.

Él no tenía que reír, debía permanecer molesto–Mujer–el demonio advirtió, para que se detuviese.

– ¡Ella me provoco, solo estaba molestándome!

–Ese no es un motivo.

– ¡Me mojo!–ella chillo inflando las mejillas.

–"Yo también, te mojo"–la mente pervertida del demonio reacciono y no tuvo tiempo de responder ya que el timbre comenzaba a sonar.

Aome se giró malhumorada, seguro era esa mujer de nuevo.

Abrió la puerta con algo de brusquedad–¡Ah no puede ser otra más!– chillo molesta–una mujer hermosa alta, de cabellera negra y larga estaba de pie en la entrada, esta intercambio miradas entre la joven y el apuesto demonio.

–Sesshōmaru–llamo e hizo un ademan para entrar pero fue detenida por la figura de la miko, la dama arqueo una ceja–Sesshōmaru ¿tienes alguna relación con esta hembra humana?–cuestiono divertida.

Bueno, Aome estaba confundida –"¿Hembra humana?"

–Hn

–Ya veo–sonrió hacia la joven, quien parpadeo repetidas veces–Y es que acaso no piensas saludar–la mujer se llevó una mano hacia los cabellos y tiro de estos– A tu madre–la peluca cayo, dejando ver cientos de hilos color plata.

Los ojos de Aome se abrieron como platos–¡¿Ma-madre?!–balbuceo con sorpresa.

¡Suegrita!

...

Aome estaba escondida, después de aquel papelón con la madre del Inu. No deseaba volver a mostrar su rostro, así que se metió en su habitación y cayo de boca sobre el colchón amortiguando con este, las miles de maldiciones.

El sonido de la puerta al ser abierta, la obligo a descubrir su rostro y ladearlo– ¿Sesshōmaru?–cuestiono, antes de girarse y apreciarlo desde un mejor ángulo.

Aome to tuvo tiempo para enderezarse, ya que el cuerpo del youkai se colocó sobre el suyo, sin llegar a aplastarla, pero quedando de tal forma que le impedía escaparse.

Ella seguía muy molesta pero si estaba así de cerca no podía... Se removió tratando de liberarse– ¿Qué estás haciendo?– frunció las cejas y lo miro con severidad.

Los orbes del demonio estaban más dorados que nunca, lucían divertidos– ¿Te he dicho que eres demasiado celosa?–dijo dando una lenta aspiración.

Aome arrugo la nariz y también el entrecejo–Y-yo no soy celosa–replico molesta con las mejillas infladas.

–Si–replico inclinando su rostro hacia ella, las mejillas de Aome estaban completamente rojas, ella abrió la boca pero ningún sonido salió, el youkai sonrió.

–Lo eres–él dijo llevando sus labios hasta el lóbulo, tiro suavemente de este– Me encanta.

Aome murió.

Continuara...

*¿Como están todas?*

*Este mensaje sera rápido, así que no olvides comentar, votar y señalarme fallas ortográficas*

*El próximo en actualizarse sera Tuya por accidente. Si, finalmente después de 84 años :v lo tendrán*

Nos vemos hijas del Sesshome <3

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