Capítulo 23
Capítulo 23.
Advertencia:
Este capítulo tiene contenido sexual y también imágenes sin censura
si no te gusta abstente de leer y de mirar
Pero si te quedas baia baia :v
Pikarona.
Tócame (Día 17)
Preparo cuidadosamente el agua, le añadió burbujas y añadió unas gotas de aceite perfumado estas de inmediato llenaron sus fosas nasales, olía a rosas y duraznos era tan suave que con solo eso logro relajarse y comenzó a desvestirse lentamente gozando de aquellos orbes dorados que estaban fijos sobre la nívea piel de su cuerpo.
Y Sesshōmaru estaba ahí sentado sobre la tapa de baño, su cuerpo ligeramente inclinado hacia adelante, con los codos relajados y apoyados sobre sus rodillas, su mirada de un brillante y oscuro dorado se apreciaba a través de su flequillo plata que caía en cortina, Aome se estremeció, podía percibir el ardiente deseo que crecía rápidamente en el pequeño cuarto de baño, pronto su intimidad comenzó a humedecerse lo que la hizo avergonzarse, sus mejillas se llenaron de un rojo fuerte con los labios entreabiertos, espero impaciente a que él dará el siguiente paso.
El demonio se puso de pie y la morena pudo apreciar su pecho desnudo, como aquel conjunto de músculos se contraían en su dirección, admiro sus pectorales redondeados y la fila de cuadritos, él estaba realmente duro en todos los aspectos, excitada Aome relamió sus labios, y los ojos del Taisho centellaron, finalmente ella capto las líneas magentas que cubrían ambos lados de sus caderas y jadeo, quería tocarlo, quería sentirlo pero no se atrevía, porque no sabía hasta qué punto sus caricias serian bien recibidas por el youkai.
Y ella lo tocaba, claro que lo hacía, pero no tanto como quería... Y eso la frustraba un poco.
Aome se mantuvo quieta, con el corazón martillando su pecho de manera tan estruendosa, que incluso podía escuchar aquel Thump-Thump-Thump-Thump retumbando en sus oídos y contuvo el aliento cuando la mano del Taisho se desliza suavemente desde el nacimiento de sus caderas, muy lentamente hacia arriba para luego desviarla al centro de su estómago y pasar entre el espacio de sus pechos logrando que los botones de la morena reaccionaran ante su tacto.
Sesshōmaru podía sentir como la respiración de la morena se volvía irregular, pero su pecho bajaba y subía muy despacio, tratando de coger un ritmo normal, como si no quisiera que el demonio supiera lo que ya sabía y también percibió un ligero temblor proveniente del cuerpo de la chica, se sintió complacido ante las reacciones que lograba provocarle.
Aquellos orbes dorados estaban fijos y comenzaban a perderse en ese profundo azul marino.
-Sesshōmaru...-la morena susurró, extendiendo la mano derecho hacia el cuerpo del nombrado sin embargo se detuvo y cerro el puño antes de siquiera rozarle.
-Adelante-él dijo cogiendo la extremidad y colocándola sobre su pecho-Tócame
Aome asintió ruborizada, incluso su mano estaba completamente roja, si antes el corazón le latía acelerado, ahora era como tener cientos de caballos corriendo desbocados hacia un lugar indefinido.
La mano del demonio acompaño la de Aome, ella deslizo sus dedos a través su pecho cayendo hacia sus pectorales, entonces, Sesshōmaru la dejo continuar por cuenta propia, para que disfrutara de la sensación ardiente bajo la piel y la increíble suavidad que este poseía, soltó un pequeño jadeo al toparse con las rayas magentas con delicadeza las delineo con la yema de sus dedos.
Lentamente Sesshōmaru entrecerró los ojos, se estremeció y soltó un suspiro.
La morena había descubierto un punto sensible en el youkai, sus marcas.
-Es suficiente-Susurro, sin embargo ella no se detuvo prosiguió jugando hasta llegar a las marcas en su rostro, él entrecerró nuevamente los ojos y Aome gimió suavemente.
Todo él era tan hermoso y perfecto.
Ella dejo pequeñas caricias circulares sobre la mejilla, hasta que fue interrumpida por la mano del contrario, Aome se agita bajo aquella penetrante mirada cargada de un profundo oro oscurecido.
La respiración de uno se mezcló con la del otro. La morena no percibió enojo o incomodidad en aquel semblante, sino que todo lo contrario, había cierto brillo de aceptación y complacencia, lo que la llevo a inclinarse hacia él, el pecho del demonio se topó con los voluptuosos senos de la joven y luego sus bocas se unieron para comenzar una danza interminable de besos y gemidos ahogados, los brazos de Aome rodearon el cuello del youkai, mientras este la sujeta fervientemente por la cintura.
Pegándola.
Sintiendo cada milímetro de su adictiva piel.
Sesshōmaru era un maravilloso besando, Aome podía sentir su lengua recorriendo el interior de su boca, como está la manejaba a voluntad mientras una fila de garras recorría su espalda, no la herían, pero si lograban hacerla estremecer.
Aome se dejó besar, se dejó tocar ella simplemente cerro los ojos y se entregó a las cientos de sensaciones que comenzaban a despertar de lo más profundo de su ser, ella también lo acaricio y beso sin temor al rechazo. Ambos memorizaron cada parte del otro.
Cuando Aome recobro los sentidos, Sesshōmaru estaba completamente desnudo con las manos presionando las nalgas de su trasero, mientras interrumpía el beso para tirar suavemente de su labio inferior.
Las piernas de la morena flaquearon, su intimidad pedía a gritos ser penetrada.
-Te necesito...-susurro jadeante, sus mejillas brillando de un rosa fuerte- Por favor...
Sesshōmaru miro aquellos orbes azules estaba cristalizados, aguados por el deseo en el que estaba sumida, su pecho subía y bajaba de manera dolorosa. Sin pensarlo más la guía hasta el interior de la gigantesca tina, ingresando el primero para que ella pudiera colocarse a horcajadas sobre él.
Aome soltó un gemido, sus intimidades apenas lograron rosarse y ella ya estaba a punto de tener un orgasmo y la tibieza del agua sumando el aroma dulzón que desprendía, no estaban haciendo sus ansias más fáciles.
Ella estaba sumida en un elixir afrodisíaco, con el demonio más apuesto del planeta.
Y sexy.
Aome estuvo a punto de penetrarse a sí misma, pero un gesto del youkai la hizo detenerse, él tenía una hermosa sonrisa ladeada surcando la palidez de su rostro- ¿Me deseas?-cuestiono en un susurro e intencionalmente roso su miembro contra la intimidad de la miko.
Aome tembló y gimió sobre el-Sssí, Sesshōmaru.
Él sonrió, la azabache odio y amo esa sonrisa altanera en partes iguales-Dime lo que quieres-su tono de voz grave y sensual, le envió una descarga eléctrica que cayo directamente sobre su columna vertebral.
-A ti, Sesshōmaru-ella dijo ansiosa pero el demonio negó lentamente, se inclinó y susurro algo en su oreja, el rostro de Aome se tiña de un rojo brillante.
"Por todos los cielos"
Sus ojos azules se ampliaron incrédulos, cubierto por una nueva capa de humedad, la morena se encogió y mordió con vergüenza sus labios.
¿En verdad quería que ella dijera eso?
Oh no. Ella no.
Ella no usaba palabras sucias.
Pero... Pero.
-Quiero que- que me metas tu verga-ella finalmente lo dijo de forma rápida y cerrando los ojos por la vergüenza de esas tales palabras, el flequillo le cubría la mitad del rostro.
El demonio estaba sorprendido, complacido y feliz. No pensó que ella lo fuera a decir realmente, quiso hacer una broma, pero esa broma lo termino poniendo a mil, no había palabra para describir lo que su cuerpo y sobre todo su miembro terminaron sintiendo.
Aome sintió como aquel erecto y duro miembro sé adentrada en el interior de su vagina, de una sola y profunda estocada, provocando que se sostuviera clavando sus uñas sobre la piel de los hombros del contrario, mientras gemía en voz alta echando la cabeza hacia atrás.
El vaivén del demonio no se hizo esperar, sus envestidas eran rápidas y profundas, el agua de la tina comenzó a caer directamente sobre el piso, mientras que la superficie era cubierta por una cadena de ondas que se mecían al compás de los movimientos del youkai.
Aome lo besaba con ansias, mientras acariciaba insaciable cada centímetro de aquella piel, que se había convertido en un adictivo para ella.
Plaf-Plaf
El sonido obsceno de sus pieles chocando y el chapoteo del agua, no dejaban ninguna duda de lo que estaba ocurriendo en la habitación del gran youkai.
Gracias a Dios no tenían vecinos.
Gracias a Akane por llevar a Rin con ella.
- ¡Cristo!-la azabache grito cuando este la apretó contra sí y profundizaba las embestidas. El miembro del youkai, estaba tratando de abrir las puertas de su útero y Aome estaba enloqueciendo, todo lo que salían de su boca eran una mezcla de palabras indescifrables y sonidos extraños.
Ella estaba chillando, por todo el placer que le estaba brindando aquel apuesto demonio.
Como siempre él se vino dentro de ella, su liquida y blanca semilla salió disparada en grandes chorros ingresando al útero de la mujer.
Aome estaba exhausta y jadeando para recuperar el aire que tan ansiosos pedían sus pulmones, Sesshōmaru la tomo dos veces en el tiempo en que estuvieron a solas, ambas en la bañera... Aunque la segunda vez ella estaba dándole la espalda y mientras la penetraba desde atrás, con una mano apretaba uno de sus senos y con la otra estimulaba el sensible botón rosa.
La pequeña Rin apareció minutos después de aquel último polvo, gritando desde el exterior de la habitación su llegada y que el doctorcito venía con ella.
Aome se cambió rápidamente-Sera mejor que lo reciba...-murmuro mientras terminaba de arreglarse el cabello.
Sesshōmaru frunció el ceño ante la apariencia de la mujer.
- ¿Por qué tienes esa cara?-la azabache noto su cambio de humor.
- ¿Qué es eso?-Pregunto con seriedad señalando la vestimenta.
Aome arqueo una ceja conteniendo la risa-Es un vestido... ¿Por qué?
-Nada-el gruño y ella parpadeo varias veces confundida, realmente no entendía sus cambios de humor.
Aome suspiro y se encogió de hombros, pero antes de irse siente la mano del youkai sobre una de sus muñecas y como seguidamente es tirada hacia él, atrapándola entre sus brazos, entierra el rostro entre la piel de su cuello y ahí la besa.
Un beso largo y largo.
La morena está nuevamente avergonzada y su corazón late a toda prisa-Sesshōmaru...-ella dice y el susodicha la libera revelando una sonrisa divertida dibujada en el rostro.
Aome niega con suavidad pero también ríe, este hombre y sus cambios de humor, acabaran con ella, cuando la morena abandono la habitación dejando una huella de perfume, Sesshōmaru recordó algo, no estaba poniendo cuidado en sus cambios de aroma.
-Buenos días Dr. Kōga-Saludo con genuina felicidad y amabilidad la azabache, bajando por las escaleras.
El nombrado se puso de pie de inmediato-Buenos di-tanto el saludo como el doctor quedaron estupefactos, al poner sus ojos sobre ella.
Aome lo miro extrañada- ¿Qué ocurre?-cuestiono preocupada ante el repentino mutismo del médico.
Este estrecho la vista sobre ella, analizándola de arriba abajo, logrando que la morena comenzara a ponerse nerviosa-Tienes algo en el cuello-Señalo.
Aome hizo el gesto de ver se así misma, sin lograr nada- ¿Qué tengo?
Kōga río.
-Un chupón.
Continuara...
Agradecería infinitamente si me dicen, sí el capitulo es de su agrado o no. Y en el caso que no les guste editarlo y no volver a cometer ese error 😐😶
Por otro lado no olviden votar y señalar faltas ortográficas 😚
Bye 🙋
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