Capítulo 18
Capítulo Decimoctavo. (Día 13)
Posible Occ
Calor. (Día 13)
Cuando la pequeña Rin despertó esa mañana, jamás imagino que se encontraría con una joven azabache sudorosa y tiritando envuelta en sabanas, debido a un intenso calor corporal conocido como fiebre.
Si, el día de ayer la morena, había disfrutado tanto de la playa y el agua que termino pescando un resfrió, el cual evoluciono con el transcurrir de la noche o quizás fue producto de algún virus procedente del océano, lo cual era también una idea descartada porque de lo contrario se encontraría en la misma situación que su amiga, ya que el sistema inmunológico de Rin estaba al borde del colapso, pero ahí estaba más sana y de pie que nuca... Y no lo entendía.
Quizás solo era cuestión de suerte.
Rin se había preocupado al no ver la morena en la cocina, ya que en los últimos días era quien preparaba su desayuno, en un principio creyó que se había quedado dormida, pero ahora luego de verla en un estado de agonía, balbuceando cosas sin sentido y de comprobar con la palma de su mano la temperatura elevada de la mujer, comprendía que estaba enferma.
Ella bajo las escaleras a toda prisa.
– ¡Amo Sesshōmaru!– llamo al demonio, quien levanto la vista con interés antes los desesperados gritos de esta–¡La señorita no despierta!
El demonio contuvo el aliento, y Rin juro ver a su señor un tono más pálido de lo habitual, abandono el despacho tan rápido que la niña apenas pudo procesar el gesto, y poco tiempo para distinguir una figura subiendo las escaleras.
Cualquiera pensaría que estaba desesperado.
Tal vez debió explicarse mejor.
...
Sesshōmaru irrumpió la recamara de la miko, con un semblante que lucía ser tan serio y duro como una misma roca, sin embargo, en sus orbes se podía detallar un poco de preocupación. Su postura tensa se relajó en cuestión de minutos, cuando la respiración entrecortada de la miko y los latidos de su corazón llegaron a su sistema auditivo.
Estaba viva.
Pero había algo raro en ella, lucia enferma, él se acercó a la cama para seguidamente inclinarse y colocar una mano sobre su frente, la mujer abrió los ojos dejando ver sus orbes cristalizadas, sus parpados cansados delataban la fatiga que albergaba en el interior de su cuerpo, lucia sonrojada pero el demonio no estaba seguro de que esto fuera producto de su cercanía o de la fiebre.
Maldijo en voz baja, no debió darle el fin de semana libre a la enfermera. El demonio saco el móvil del interior de su bolsillo para rápidamente llamar a emergencias, un doctor estaría ahí en cuestión de horas, mientras tanto él tendría que bajar su temperatura al estilo tradicional, fue a la cocina y lleno un cuenco con agua y preparo también algunos paños que la ayudarían, él podía ser un youkai pero tenía conocimientos en medicina.
Trato la enfermedad de Aome con una paciencia que jamás imagino que tendría, aunque su ceño se mostraba fruncido la raza humana podía ser realmente muy débil.
La morena tenía un paño húmedo sobre la frente, mientras que con la ayuda de otro secaba la piel sudorosa de la miko, esta lucía un camisón de tirantes en un desgastado tono rosa, al parecer la prenda ya tenía sus buenos años, sin embargo lucia muy bien en ella, el color de esta lograba resaltar la piel morena de la joven, volviendo su cabellera azabache de un intenso tono más oscuro.
Sesshōmaru debía estar loco, esta mujer le atraía en todas sus facetas.
Volvió a tomarle la temperatura, el número no había bajado lo suficiente como para dejarlo tranquilo, su ceño se frunció ligeramente, otorgándole un brillo de aspecto peligroso a sus orbes doradas, cuando el demonio tomaba una decisión sobe algo no se retractaba, así que la fiebre bajaba sí o sí, se dirigió al baño, lleno la tina de agua caliente finalmente regreso y cargo a la mujer de forma nupcial, esta se removió balbuceando palabras sin sentido.
Y como lo suponía aquella prenda de dormir, era diminuta le quedaba unos dedos por debajo de los muslos, además de ser transparente la humedad que brotaba de la piel de la mujer, dejaba entrever más de lo necesario pegando la tela a las curvas de su figura.
Sesshōmaru hizo a un lado esos pensamientos.
No era momento para eso.
Se las arregló para despojarlas de su ropa pero conservo la ropa interior, quería brindarle ese poco de privacidad aunque conocía perfectamente cada parte de su cuerpo, la mujer se removió al entrar en contacto con el agua, esta desprendía un aroma dulzón producto de las sales que había vertido en el interior.
Sesshōmaru, era el demonio más poderoso, el más temido de todos y sin embargo estaba ahí, sujetando una esponja entre las garras, para frotarla suavemente sobre la piel morena, pocos minutos después la mujer se encontraba lista y su temperatura había bajado bastante.
Ella parecía lucir consiente de lo que sucedía a su alrededor o al menos eso aparentaba ya que tenía los ojos ligeramente abiertos, aunque su rostro estaba coloreado–Sesshōmaru–llamo en un susurro, el youkai la observo interrogante Aome le hizo una seña para que se acercara, el demonio se inclinó sobre ella–T-tómame.
El demonio la miro profundamente– ¿Qué estás diciendo?–cuestiono con un extraño brillo en los ojos, podía percibir que la fiebre había regresado.
Aome sonrió, relamiendo sus labios–Te necesito, Sesshōmaru– los orbes de la azabache brillaron, el demonio sabía que su cercanía solo conllevaría a una cosa, por esa razón se alejó de ella para sentarse a su lado.
La morena frunció el ceño ante su reacción, decidida se sentó sobre el regazo del youkai, tenía las mejillas rojas–Por favor–la morena suplico, acercando su cuerpo al contrario sosteniendo al youkai por el cuello, la respiración caliente de Aome rosando su rostro–S-Sesshōmaru...
El demonio gruño complacido ante su toque–...No–Sin embargo a pesar de esto, la respiración del youkai se volvió espesa con las manos sobre la cintura –Estas diciendo tonterías. No recordaras nada en la mañana–el gruño las palabras, porque realmente le molestaba la idea que no fuera consciente de las cosas que decía, y si hacían aquello él necesitaba que lo recordara, quería verla sonrojarse cada vez que sus ojos se encontraran.
Aome hizo un pequeño puchero, frunciendo los labios–P-por favor te necesito– Pero él tenía que negarse aprovecharse de una mujer enferma no estaba en sus planes.
La azabache estaba casi rosando sus labios, ansiosos y desesperados por probar la piel del otro, su respiración agitada y caliente lleno las fosas del demonio, el aroma de esa mujer era tan exquisito, que lograba endurecerlo con su sola cercanía.
El inoportuno tono de llamada, lo saco a ambos de su burbuja.
Aome soltó un pequeño bufido de molestia, antes de dejar caer su cabeza sobre el hombro del youkai, Sesshōmaru gruño y de muy mala gana respondió el llamado:
– ¡Diga!–aun sentía su erección palpitar debajo de la tela de sus pantalones.
Gruño.
–Iba a preguntar si usted era el Señor Taisho, pero ya no me quedan dudas–se escuchó la voz divertida de un hombre al otro lado y también el bullicio del tránsito.
Rodeo la cintura de la miko con su mano izquierda– ¿Y usted es?– él Inu arrugo el ceño, odiaba los ruidos molestos, odiaba la altanería del sujeto pero sobre todo que los haya interrumpido.
La mujer entre sus brazos comenzó a depositar pequeños besos sobre la piel.
El extraño rio tan solo un poco–Soy Kōga Okami, el señor Agamí me ha pedido que me comunique con usted, al parecer tiene una persona que requiere de mi atención–se presentó e informó de inmediato, el demonio logro sorprenderse por tan solo segundos– ¿Una niña?–cuestiono luego.
Aome movió intencionalmente las caderas sobre su miembro. Un segundo gruñido se escuchó–Mi hija, su nombre es Rin-respondió controlándose, esto era demasiado para su cordura.
–Oh–el contrario hizo una breve pausa, al mismo tiempo en que la mujer ceso sus movimientos– ¿Leucemia?–cuestiono dudoso.
–Si–respondió el demonio, el cuerpo relajado de la morena cayó sobre el suyo.
Lo siguiente, fueron segundos de silencio entre ambos hombres hasta que el doctor volvió a hablar–Esta de suerte, he decidido adelantar mi regreso a Japón así que estaré allí en la mañana–informo con cierta satisfacción– ¿Qué le parece vernos en la tarde?
–Sera en mi casa–Respondió el demonio.
–Sí, tengo su dirección, hasta luego–fue lo último que Kōga dijo antes de cortar.
Aome se había dormido.
Continuara...
*Buenas noches*
*Después de unos días sin tener noticias de esta historia
!Finalmente regrese!*
XD
*Como podrán darse cuenta, en el próximo capitulo ya aparece Koga*
*No quiero imaginarme lo que esta por venir*
*Coff coff celos Coff coff*
Chao.
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