Capítulo 60.
La valentía es cuando entras en una batalla que no estás seguro de ganar.
—Jeffrey Fry.
Dos días después.
Habían pasado dos días desde que di a luz a mi hija, dos días en los que no he dejado de pensar en ella y extrañarla se ha vuelto doloroso para mi.
Mabel ha venido muy seguido a ver como he estado, la verdad es que no me interesa si se preocupa o no por mi, sinceramente me da igual, yo solo quiero morirme y terminar con lo que siento en este momento. Al menos se que si me voy, Luz estará bien con Leon.
—Hayley —mire a Mabel quién venía con un botiquín, venía a hacerme las curas de mi entrepierna ya que me desgarre un poco cuando tuve a Luz.
—¿Que hora es?
—Son las tres de la tarde —solamente asentí.
Se acercó con el botiquín he hizo lo correspondiente, yo solo me limité a mirar el techo o lo que se supone que es un techo, sentía mi cuerpo más cansado de lo normal y lo único que quería era dormir, nada más.
—Ya terminé —me ayudó a recostarme, luego puso el termómetro en mi boca—, escucha lo que te diré, voy a dejar unas tijeras debajo de tu colchón, la usarás cuando lo creas conveniente, hoy mismo salimos de aquí —me susurró.
Sabía porque susurraba, habían cámaras y ella debía ser cuidadosa con sus palabras, solamente le asenti y ella empezó a recoger todo para después irse. No se en que momento podría usarla pero supongo que lo adivinare.
No pasó mucho tiempo cuando Nathan bajó al sótano, me asusté por un momento pensando en que nos había descubierto pero no, solo la se sentó en la silla que había en el lugar.
—Es una lástima que tenga que matarte —chasqueo la lengua—, tengo que hacer sufrir a Leon con tu partida.
Me senté en la cama, tenía que enfrentarlo, tenía que acabar yo misma con su existencia.
—Y matandome ¿Crees que el va a amarte? —solté una risa seca— estás tan enfermo y desquiciado, entiende de una maldita vez que el jamás va a amarte, jamás.
Se puso de pie y camino hasta mi para subirse a la cama y tomarme con mucha fuerza del cuello.
—¡Muere maldita perra! —hizo presión en mi cuello— ¡Tu no lo mereces!
La respiración se me estaba cortando cada vez más, pero luego me soltó, traté de recuperar el aire. No me dio chance de buscar las tijeras porque Nathan me tomó del cabello y volteó mi cara de un puñetazo.
—Sigue golpeándome marica.. Hagas lo que hagas... Leon no va a amarte jamás... ¿Lo.. Lo entiendes?
—¡Cállate! —me tomó de nuevo del cabello y me bajó de la cama para arrastrarme por todo el sótano. Mi mente se fue por un momento cuando sentí mi cabeza ser golpeada contra la pared.
Estaba tan aturdida y sentía la sangre bajar por mi frente y cara, el solo me gritaba cosas que no lograba entender, mi cuerpo se estaba haciendo ligero pero no podía rendirme, si lo hago me matará y no quiero morir aquí encerrada. Así que como pude me arrastré hasta un lado de la cama para tratar de respirar poco a poco, como pude busqué las tijeras y las tomé con mucha fuerza en mi mano, Nathan se acercó de nuevo a mi para empezar a asfixiarme con sus manos, tome el valor y la fuerza que me quedaba para clavarle las tijeras dos veces a un costado de su cuerpo, me soltó y se tiró al suelo, recuperé un poco de aire y me levante para ir hasta la silla y la tomé en mis manos para destrozarla.
Tomé un trozo de madera y fui hasta Nathan quien seguía en el suelo haciendo presión en su herida, me subí encima de él para golpearlo con el trozo de madera en el rostro dejándolo inconsciente. No se si era la adrenalina o que estaba enloqueciendo pero me sentía tan bien destrozándole el rostro a éste hijo de puta.
Rápidamente busqué en sus bolsillos la llave de la cadena de mi tobillo, las encontré y empecé a probarlas hasta encontrar la correcta y así soltarme. Me puse de pie y camine rápidamente hasta la puerta del sótano, pero me detuve al escuchar un estruendo, baje la vista hacia la bata blanca y esta se empezó a teñir de rojo. Voltee hacia Nathan y estaba acostado con el arma en alto. Pero eso no me detuvo, salí del sótano y cerré la puerta con candado, sostuve mi herida con mucha fuerza y subí las escalera hasta encontrar la sala, ahí había un niño, supongo que es el hijo de Mabel.
—Mami.. Mami.. —empezó a llamarla.
Mabel de inmediato salió de donde sea que estaba y al verme soltó un grito agudo.
—¡Dios mio! —se acercó a mi.
—Vamonos.. Tenemos que irnos ahora.. No hay tiempo.. —ella me ayudó a sentarme.
Se había ido a no se donde y luego regreso con un bolso pequeño y salió de la cabaña con el pequeño en brazos y luego regreso por mi, me ayudó a ponerme de pie y así salir de la cabaña, no pude ver nada más que árboles y árboles al rededor, a lo lejos podía ver más cabañas.
Mabel me subió al auto y luego ella lo hizo, escuché empezó a manejar rápidamente totalmente asustada y desesperada, yo solo mire por la ventana quedando atónita, pensé que estaba fuera de Alemania pero no, aún seguíamos en el país.. Maldito seas Nathan. A
—Resiste Hayley.. Ya pronto llegaremos al hospital..
No escuche nada más ya que sentí mis ojos demasiado pesados, tenia que dormir un poco, solo un poco.
No se cuánto tiempo pasó pero sentí como el auto se detuvo de forma abrupta, abrí un poco los ojos y divisé el hospital, a lo lejos pude ver una figura enorme correr hacia el auto, me asusté un poco porque empezó a gritar mi nombre.
—¡Hayley amor! —era la voz de Leon— joder.. ¡Llamen a un maldito médico! —su voz era fuerte y potente, pero también se escuchaba desesperado— tranquila mi amor, vas a estar bien..
Mire su rostro, extrañaba tanto ver esos ojos azules.
—Luz.. ¿Está bien? ¿Luz está bien..?
—Luz esta perfecta mi amor —me sonrió mientras que las lágrimas cubrían su precioso rostro— tienes que ponerte bien, tienes que estarlo, ella te espera...
Asentí como pude pero terminé inconsciente en sus brazos.
Escuche voces a lo lejos y mucho bullicio, había una luz cegadora muy molesta. Traté de abrir los ojos pero no podía, luego escuché su voz.
—¡Maldita sea déjenme pasar, es mi esposa! —era la voz de Leon.
—¡Rápido, hay que extraer la bala! ¡Traigan la sangre! —escuché una segunda voz y muchas más a mi alrededor.
Luego una pequeña luz se posó en mis ojos.
—Su majestad ¿Me oye? Soy el doctor Argo ¿me escucha?
—Tengo.. Tengo sueño..
Mi cuerpo dolía, dolía demasiado pero no podía articular una sola palabra de forma correcta.
—¡Denle morfina! ¡Preparen el quirófano, hay que operarla ahora!
Sentí mi cuerpo moverse de un lado a otro, mi cabeza dolía demasiado, necesito dormir, necesito hacerlo.. Aun seguía escuchando ruidos y muchas voces gritando.
Cerré mis ojos pensando en el rostro de mi pequeña Luz, solo así podía estar en paz.
Hola hola.. Se que fue demasiado cortito jeje pero será importante para todo ésto, ya pronto les publicaré el siguiente capitulo, solo tengan un poco de paciencia ya que estoy planificando como matar a Nathan, ya que lo hará el mismo Leon 🤭 estoy buscándole una muerte dolorosa.
Cómo ya saben, ya la historia está a punto te terminar 🥺 no desesperen que pronto se vienen cositas nuevas sobre estas historias.
Les cuento que esta será una trilogía de Reyes 🤭 no se si recuerden al príncipe Harry que estaba en silla de ruedas, bueno, el tendrá su historia junto a la bella Sandra, estoy trabajando en la trama y les cuento que ya tengo algo en mente jeje
La tercera historia será la del Rey Levi, ésta será un poco más cruda y trágica, creo que ya dije demasiado jejeje 🤫 espero que esas tengan también el mismo apoyo.
¿Cuándo las empezaré a subir? No tengo fecha todavía jeje ya que tengo en puerta tres historias pendientes, de igual forma les estaré avisando por aqui ❤️✨
Si les gustó el capítulo, dejen sus votos y comentarios, lxs leo ❤️
Besos, Ross.
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