Capítulo 57.
En la sombra, lejos de la luz del día, la melancolía suspira sobre la cama triste, el dolor a su lado, y la migraña en su cabeza.
—Alexander Pope
Me sentía asqueada a pesar de que no me hizo nada, con solo sentir su peso en mi cuerpo y en la forma que me tocó, me sentía sucia y asqueada conmigo misma. Lo peor es que sabía que Leon estaría viendo su maldito espectáculo, llevo horas encerrada en ésta cabaña y no me ha dicho que piensa hacer conmigo, aunque se que lo más probable es que me asesine.
Intenté huir pero salí lastimada en el proceso, además de que no tendría caso huir cuándo allá afuera había una tormenta de nieve.
Tengo que resistir por mi bebé, no puedo rendirme y quedarme aquí a esperar que me mate.
—Deja de llorar que no te hice nada —soltó con fastidio—, no me van las mujeres.
—Eso no evita de que hayas tocado mi cuerpo en contra de mi voluntad —lo mire con odio y el solo rió.
—Me importa poco lo que pienses o digas.
Me había soltado las manos pero me encadenó a un tubo de metal, la cadena en mi tobillo era lo suficientemente larga para moverme por la habitación, aun así no podía agredirlo ya que siempre está armado.
—¿Que es lo que quieres? —limpie mis lágrimas.
—Si piensas que te asesinare, no lo haré todavía Hayley, tengo muchos planes para ti y serán geniales.
—Tu esas loco, eres un maldito enfermo.. Leon me va a encontrar pero si no lo hace, te juro por Dios que voy a sacarte los ojos con mis propias uñas.
—No me das miedo, tu estas en desventaja, además de que llevas a esa cosa dentro de tu vientre —puso cara de asco—, tengo planes para eso.
De inmediato mi miedo apareció, retrocedí unos pasos y cubrí mi vientre.
—Vas a quedarte aquí hasta que tengas a tu cosa —se acercó a mi con el arma en mano—, después de que nazca, será entregado a Leon para que cargue con la conciencia de no haberte protegido de mi.
—¿Ese es tu plan? ¿Darle a mi bebé?
—Mi plan es castigarlo, que sufra por haberme traicionado contigo, el me había pedido que no me rindiera y terminé siendo rechazado de la peor forma.. ¡Hice todo lo que me pedía! ¡Íbamos de viaje y jamas me miró como yo lo miraba! ¡Yo lo amo! ¡¿Entiendes?! Y sacare de mi camino a todas las mujeres que se atraviesen en su camino por que yo soy el único que tiene derecho de amarlo.. ¡Solo yo! —sus ojos estaban estallando en ira y locura.
Ahora si tenía miedo, hasta que nazca mi bebé.. Tengo que idear un plan para salir de aquí. Es obvio que no está actuando solo, alguien lo debe estar ayudando, el maldito es muy astuto.
—Disfruta de tu estadía aquí princesa —sonrió como maníaco, salió del sótano dejándome sola aquí.
Mi mente se trasladó a Leon, el debe estar desesperado buscándome, sólo espero que sea rápido, no quiero dar a luz aquí.
(...)
Semanas después.
Después de cinco días, perdí el sentido, no sabía si era de día o de noche, no sabía que día era realmente ya que he permanecido aquí encerrada desde que llegué a éste lugar.
Nathan se ha encargado de venir a traerme comida y agua, hubieron veces en las que se la tiraba ya que tenía miedo de que tuviera algún veneno y que sucediera lo mismo cuando lo hizo con el arsénico, me había golpeado el rostro tan fuerte que la ceja se me abrió y como pude la limpie, luego de eso me dejó tres días sin comida y lo único que hacía era beber agua del baño, con eso pude resistir un poco.
No sabía si mi bebé estaba bien, no hacía más que llorar y tener mis crisis existenciales, deseaba tanto poder ver el sol, salir de aquí, éste maldito me quiere volver loca y lo está consiguiendo.
No me aseaba correctamente, mi cabello estaba sucio y mal oliente, lo único que tenia puesto era un pantalón de chandal con un suéter, no había más ropa para mi.
La puerta del sótano se abrió dejando ver a una chica con una bandeja, traía un vestido largo y un delantal puesto, tenía una larga trenza color castaño, al verme jadeo un poco, yo solo fruncí el ceño ya que se me hacía familiar.
—Princesa Hayley, mire como está —dejó la bandeja sobre la cama.
Intentó acercarse a mi pero retrocedí un poco.
—Tranquila, no le haré daño.. ¿Esta bien?
—Yo.. Yo te conozco.. Trabajas en el castillo —mi voz salió temblorosa— sácame de aquí por favor..
—No puedo —negó—, lo siento.
—¡¿Lo sientes?! —empecé a alterarme— ¡Nathan me tiene encerrada desde hace tiempo! Tu.. Tu lo ayudaste a sacarme del castillo.. Estas aliada con el.
Esto no me podía estar pasando.
—No estoy aliada con el —negó rápidamente—, soy una prisionera al igual que usted.. No tuve más remedio que ayudarlo, me tiene aquí encerrada con mi niño.
—¿Tu niño..?
—Mi niño tiene cuatro años, antes de fugarse fue a la escuela donde estudia mi hijo para sacarlo de ahí, no tuve más remedio que hacer lo que el me pedía —su rostro reflejaba miedo—, lo siento tanto princesa Hayley, usted no merece ésto.
Se veía tan asustada pero no le creía, ya no creía en nada ahora.. No confiaba ni en mi propia sombra.
—Vine a traerle comida, no se asuste que no tiene nada.. Es avena como a usted le gusta, también pan tostado y jugo de naranjas..
—No quiero la avena —negué.
—Debe comerla, por su bebé.. Aquí hay unas vitaminas, tenga.
Dejó todo frente a mi y se puso de pie, la verdad es que tenía mucha hambre, hace muchos días que no comía nada que no fuese arroz solamente. Tomé la pastilla y luego empecé a comer como si jamás lo hubiese hecho en mi vida, luego de hacerlo empecé a llorar porque mi bebé estaba recibiendo comida.
—No entiendo porque el me hace ésto... —sollocé.
—Nathan tiene un grave problema mental señorita, a pesar de que es demasiado inteligente y astuto, tiene un serio problema.
—Se nota que lo conoces bien..
—Es mi hermano —se limpió las lágrimas—, es el único pariente que me queda, nuestros padres murieron hace muchos años y el quedó devastado, desde ese día cambió, lo llevé a un buen médico pero nada servía, jamás nadie supo que era lo que tenía ya que es muy astuto para evadir a los psiquiatras. Cuando entro a la universidad, vio a Leon por primera vez, ahí empezó su amor obsesivo hacia el e hizo todo lo posible para trabajar en el palacio, hizo mucho fraude para entrar.. Ya después no se detuvo.
—Ya escuché suficiente —dije con odio—, no quiero saber más por favor.
—Lo siento princesa.. Lamento haber hecho ésto, pero temo por la vida de mi hijo también, Nathan es capaz de hacer cualquier cosa.
Se levantó y salió del sótano dejándome la comida, pensaba en Leon ¿Cómo estará? ¿Me seguirá buscando?
La chica volvió a entrar con una bolsa en sus manos.
—Voy a ayudarla a bañarse, vamos.
Intentó tocarme pero retrocedí —Puedo hacerlo yo sola.
Me levanté cómo pude y caminé hacia el pequeño baño que improvise ya que era solo un cuarto pequeño con una letrina y un grifo, con lo que había en el sótano hice un lavamanos pequeño para que no se filtrara tanto el agua.
La cadena todavía seguía en mi tobillo, ya podía moverme con ella por el pequeño sótano, ya estas alturas no pesaba. Me quité la ropa con la chica observándome, ella sacó de la bolsa cosas para el aseo y por un instante me alegré de ver Shampoo y Acondicionador, al igual que jabón y crema dental.
La chica llenó la cubeta de agua y sabía que estaba fría.
—Lo siento si esta fría —fue lo único que dijo y después me ayudó a asearme, empecé a llorar de nuevo al ver mi cuerpo, el agua sucia cayendo me hacía sentir miserable, no merezco esto.
La chica solo se mantuvo en silencio y terminó de bañarme, me sentía limpia y liviana, me dio bragas limpias al igual que la ropa.
—¿Podría quedarse eso aquí?
—Claro —no me miraba—, vendré a traerle sábanas limpias, sobre la cama hay un cepillo y un pequeño espejo.
Volvió a salir del sótano, me senté en la cama y con mis manos temblorosas tomé el espejo, jadee al ver mi reflejo, tenía una pequeña cicatriz en mi ceja, mis ojeras eran muy oscuras, mi rostro más pálido de lo normal, mis pómulos se venían más al igual que mis mejillas, había bajado demasiado de peso. De la rabia que tenía lance el espejo lejos de mi haciendo que se Rompa en pedazos, daba asco mi aspecto.
Escuché la puerta ser abierta.
—Vaya, ya no apestas.
Voltee a ver a Nathan quien sonreía como loco mientras se comía un trozo de manzana.
—Lárgate.
—Oh no querida, tu no me das órdenes —me sostuvo del cabello con fuerza— vendrás conmigo, quiero que veas ésto.
Esposó mis muñecas y soltó mi tobillo, luego tapó mi boca con cinta adhesiva, me puso de pie y me sacó del sótano, cerré los ojos al sentir la pequeña luz en mis ojos, subimos hacia la cabaña, vi de reojo a la chica subir con un pequeño niño, no me dio tiempo de ver nada en la cabaña ya que Nathan me sentó en el sofá de la sala y encendió la televisión.
En un canal de noticias, estaban hablando sobre mi, el subió el volumen para que yo escuchara.
—Las investigaciones indican que la Reina Hayley, pudiera estar muerta —abrí los ojos sorprendida—, ya que el día de ayer se encontró el vestido que usaba el día en que fue secuestrada, según nuestras fuentes, el vestido estaba rasgado casi a la mitad y en el había mucha sangre que pudiera pertenecer a la Reina —la chica hizo una pausa—, hasta ahora el Rey no ha dado ninguna declaración, se ha negado a hablar con la prensa e incluso con los miembros del consejo Real, que según los rumores, quieren buscarle un reemplazo a la Reina si no llegase a aparecer, no sabemos si la Reina sigue o no con vida.
No puede ser.. Leon debe estar devastado.
—La nación no ha parado de buscar a la Reina, incluso los mismos ciudadanos buscan por cada rincón del país ya que ellos tienen la esperanza de que la Reina esté con vida y... —Nathan apagó el televisor, estaba tan concentrada en ver aquello, que no le fije que día era.
—Que patéticos, cinco semanas buscándote —empezó a reír— deberían darse por vencidos ya, aunque fue divertido enviarles tu vestido con tu sangre, soy genial.
¿Escuché bien? ¿Cinco semanas?
Se puso de pie y me tomó del brazo, fue fácil regresarme al sótano, me puso la cadena en mi tobillo y me soltó las muñecas, luego quitó la cinta de mi boca.
—Algún día.. Algún día saldré de aquí, pero antes voy a matarte.
—Lo esperaré con ansias princesa —me tomó de la mandíbula y me dio un beso con fuerza—, no me amenaces Hayley, puedo llegar a hacerte mucho daño y me importa poco si llevas a esa cosa en tu vientre.
Me soltó y salió entre risas del sótano, yo solo me acosté en la cama ya limpia y pase mis manos por mi vientre.
—¿Seguirás ahí? —susurré.
Quería creer que mi bebé estaba ahí, quería creerlo. Tengo que ser fuerte y luchar para no caer en la locura, no quiero enloquecer aquí abajo.
No se que hora era.
La chica había bajado con una bandeja de comida, yo estaba sentada en la cama mirando hacia la nada.
—Aquí está su cena, es sopa de pollo con verduras, también pan y jugo.. Debe comer.
—No tengo hambre —murmuré.
—Hágalo por favor, recuerde que tiene un bebé que cuidar..
—Ya no se si mi bebé esté bien o no —empecé a llorar—, Nathan me está matando lentamente..
—Su bebé sigue ahí, solo debe ser un poco más fuerte.. Se que no debería decirle ésto, pero debe luchar por su bebé, coma un poco.
Me puse de pie y levanté un poco el suéter, estaba tan delgada que mi vientre se veía abultado, mi bebe estaba creciendo dentro de mi, no pude evitar llorar de nuevo.
—Leon sácame de aquí.. —solloce— por favor, sácame de aquí...
Pensé que iba a soportarlo, pero no puedo más, simplemente no puedo soportar estar encerrada un día más aquí. Tengo que salir de aquí.
Hola hola mis lectoras, espero que estén bien y que el capitulo les haya gustado.. Vamos a seguir poniendo drama a la historia 🤭 ya que pronto se acerca el final de ésta.. No saben lo ansiosa que estoy por que sigan leyendo 🥺✨ así que voteeen y comenten que es muy importante!
Sigan dándole amor y comentando muchísimo para que siga subiendo capítulos seguido... Ya saben, dejen sus votos y comentarios, quiero leer sus comentarios ✨❤️
Besos, Ross.
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