Capítulo 54.

Ser padre te enseña el significado del amor incondicional.

—Nicholas Sparks.


Después de dejar a Hayley en nuestra habitación ya un poco más calmada, fui a mi despacho a hablar con Abel sobre lo que acaba de pasar, no es posible que ese hijo de puta siga molestando a mi esposa, ya estoy harto de su maldito juego.

Lo que quiero saber es como supo del embarazo de Hayley, se supone que nadie debía saberlo, hemos sido muy discretos.

—Aquí estoy.

—Nathan llamó a mi teléfono —se lo extendí—, Hayley contestó y la amenazó de nuevo, pero el problema aquí es que supo que está embarazada.

—¿Qué? Pero.. ¿Cómo lo supo?

—No lo sé —me pare de mi escritorio—necesito que refuerces la maldita seguridad, no quiero poner en riesgo a mi esposa y mi bebé.

—Mañana mismo lo haré mientras tanto ¿que haremos? Nathan no ha dejado una sola pista, el maldito es listo —dijo serio—, lo importante es que no ha ingresado al país.

—¿Y si no se fue? —mire a Abel de inmediato— que tal si ese bastado sigue aquí y esta escondido. Debe tener a alguien que lo esté ayudando.

—Mañana mismo voy a investigar eso.. No había pensado en esa posibilidad, tendré que interrogar a la doctor que atendió a Hayley hoy. Ella es la única que sabe sobre su embarazo fuera de nosotros.

—La doctora se llama Angela Kraus, mañana hay que hacerle preguntas porque si violo el acuerdo de confidencialidad, juro por Dios que voy a acabar con su carrera.

No me gusta hacer estas cosas, pero ahora tengo a dos personas que me necesitan y que debo proteger sobre cualquier cosa, mi esposa y mi bebé son lo más valioso para mi, no pienso ponerlos en riesgo.

Nathan es inteligente, pero en algún momento tiene que cometer un error y espero estar ahí para destruirlo yo mismo con mis propias manos.

—¿Le dirás al consejo?

—Si, debo decirles por cuestiones que se salen de mis manos —el asintió—, ahora más que nunca van a querer adelantar la coronación de Hayley y que cumpla con sus deberes como Reina mientras pueda, ya después de los cinco meses tiene que tener reposo absoluto.

La coronación no podrá esperar, ahora van a querer adelantar todo debido a su embarazo, también se lo dirán a la prensa, yo quería mantener su embarazo en secreto hasta que fuese necesario, pero el consejo no querrá eso. Y yo pensaba que iba a disfrutar de mi bebé y veo que no.

(...)

Desperté debido a los ruidos que venían del baño, estaba por amanecer y Hayley no estaba a mi lado, de inmediato me levanté y corrí hasta el baño, Hayley estaba de rodillas en el inodoro, sostuve su cabello y masajee su espalda. Después de que terminó de vomitar, la ayude a sentarse, estaba pálida.

—Estás pálida mi amor..

—Es normal, ya empezaron las náuseas matutinas, jamás pensé que fuese tan horrible..

—¿Hasta cuándo sería eso?

—No lo sé —suspiró—, tengo hambre.

—¿Que quieres de comer?

—Helado con galleta.

—Mi amor, no creo que eso sea un buen desayuno para ti, podría picar fruta o pan tostado ¿que dices?

Frunció el ceño y empezó a llorar, genial, la cague.

—Mi amor no llores —tomé sus mejillas.

—Tu no quieres darme helado —cerró sus ojos—, yo quiero helado.

—Mi amor pero.. Eso no es saludable para ti, además de que estabas vomitando.

—¡Pero yo quiero helado! —empezó a hacer un berrinche.

—Hayley basta —se detuvo—, voy a darte tu helado.

—Gracias mi amor —sonrió con lágrimas en sus ojos.

Se levantó y empezó a lavarse los dientes con mucha normalidad mientras que yo quedé en mi lugar atónito por tan repentino cambio de humor, tengo que investigar sobre eso para estar preparado mentalmente.

Me di una ducha rápida ya que tenía que reunirme con el consejo hoy temprano para darles la noticia sobre el embarazo de Hayley, terminé de colocarme el traje y peine mi cabello, Hayley estaba dormida de nuevo, me acerque a ella y deje un beso sobre su mejilla.

—Me traes pollo Frito —murmuró dormida.

—Haré que lo preparen para ti..

—Y chocolate, tengo mucha hambre..

—Está bien mi amor —le deje otro beso—, te amo.

—Yo también te amo.

Salí de la habitación y por el pasillo venia una chica del personal con una bandeja en mano, en ella traía te y su desayuno, de inmediato la detuve.

—El té ¿de que es?

—De manzanilla su majestad, la misma Reina lo preparó, dice que es bueno para las náuseas, yo misma hice el desayuno mientras fui supervisada por su majestad.

—Muy bien, deja la bandeja sobre la mesa —ella entró a la habitación y dejó la bandeja sobre la mesa, luego salió y se fue por el pasillo, me alegra saber que mi madre ahora supervisa la comida para Hayley, todavía no confío en nadie dentro de éstas paredes.

Hace años se tenía una persona que probara la comida por sí estaba envenenada y así no poner en riesgo al Rey y su familia, mi padre por suerte quitó éste método y dejarían a una persona a cargo de supervisar la comida, todavía se usa el mismo método pero desde que sucedió con Hayley, mi madre se ha encargado de vigilar que la comida que haga bien, incluso a cocinado y está bien, no confío en otra persona que no sea ella.

Bajando a la entrada del palacio, estaba Abel hablando con Joana quien no lo soltaba.

—Tienes que venir a comer ¿si osito?

¿Osito? Joder, ya tengo con que molestarlo.

—Claro que si bonita —le dio un beso.

Hice presencia y ellos se soltaron.

—Hola Joana.

—Su majestad —sonrió— ¿Hayley sigue dormida?

—Si, seguramente despertará para comer, hazle compañía hoy por favor.

—Con mucho gusto.. —le dio otro beso a Abel y se fue hacia la habitación de Hayley.

—¿Nos vamos Osito? —reí.

—No me dejarás en paz.

—Tu me molestas con lo de Leoncito, estamos a mano —pase por su lado—, vámonos.

Abel como siempre desplegó la seguridad mientras que yo subí al auto, luego el subió y empezó a darme los horarios de hoy, por suerte no había mucho que hacer así que comparé unas cosas para Hayley y nuestro bebé.

Ya en el lugar del consejo, de inmediato me dieron la entrada, necesitaba hacer esto rápido. Tengo que ir a otro sitio después.

—Su alteza —todos se pusieron de pie—, sea bienvenido.

—Gracias —di un asentimiento solamente.

—¿A que debemos su visita? —preguntó uno de ellos.

—Vine a darles un anuncio, seré breve, mi esposa está embarazada.

Todos se sorprendieron y celebraron la noticia.

—Esa es una excelente noticia su alteza —el sonrió— ¿como se encuentra su esposa?

—Bastante bien, nuestro bebé está en buenas condiciones al igual que ella.

—Se que es muy pronto pero, sería una bendición que fuese un varón, así podría gobernar como se debe.

—¿Y que pasaría si fuese niña? —todos quedaron en silencio— ¿no creen que sea capaz de gobernar mejor que yo o mi padre?

—Su alteza, usted sabe que la línea de sucesión debe ser seguida por un varón.

—Ni ustedes ni yo podemos contra la naturaleza, Solo Dios decide si tendré una hembra o varón, sea lo que sea, lo quiero sano y fuerte, lo demás no importa, ya les di la noticia, me retiro entonces, tengan un buen día.

Salí de ese lugar molesto, ahora entendía a Hayley, parece estúpido que piensen que mi bebé si es niña no pueda gobernar la nación, que equivocados están.

Después de salir del lugar, fui hasta la construcción de la clínica, el proyecto que tiene Hayley con sus chicas, hasta ahora la obra va por un cuarentar7ando por ciento y se muy bien.

—Su majestad, que grata sorpresa —el ingeniero Grover extendió su mano y yo la estreche.

—Grover, cuénteme ¿que tal va?

—Como puede ver, perfectamente —asentí—, en menos de un mes ya estaremos inaugurando éste lugar.

—Me alegra saberlo —el sonrió—, solo quería venir a verlo por mi mismo, lo felicito, de verdad que esto está quedando increíble, mi esposa estará contenta.

—Además de las chicas por supuesto —asentí de acuerdo—, cualquier cosa que necesite saber, sabe que estoy a la orden.

—Claro que si —estrechamos las manos—, hasta luego.

Regresé de nuevo al auto donde Abel me tenia un café listo, había olvidado de que no había desayunado, yo solo quería hacer todo e irme al palacio a ver a mi esposa y dormir a su lado.

La emoción que tenía al saber que sería padre, era enorme, nada se comparaba a ésta felicidad que siento, me muero de ganas por ver a mi bebé crecer dentro de la pancita de Hayley, estar con ella cuando de a luz y luego sostener a mi bebé en mis brazos, creo que no hay nada que no desee más que eso.

Abel estacionó el auto en el centro comercial, como era de esperarse habían y muchas personas que querían hablar conmigo, al igual que los fotógrafos, salude a todos como pude y entramos a una tienda de ropa para bebés, hoy haría mi primer regalo para mi hija o hijo.

—Su majestad, que alegría verlo por aquí.. ¿Que desea?

La gerente estaba que me besaba los pies, confieso que antes me gustaba que me alabasen de esa forma para sentirme superior, pero ahora me resulta muy incómodo.

—Vinimos por ropa para mi amigo presente —palmee la espalda de Abel—, esta en la dulce espera y vine a comprarle un regalo al bebé.

—Oh creí que era para usted..

—No —negué— ¿nos muestra?

Odio tener que negar a mi bebé, pero por ahora no quiero que nadie sepa, lo haré cuando sea necesario.

La gerente nos llevó hasta un área donde había ropa de bebe, habían muchos modelos, tamaños y colores, desearía llevarme toda la tienda pero seria injusto con Hayley porque ella tiene que estar presente cuando tengamos que venir, por ahora solo llevaré dos prendas y ya, solo eso.

—Abel, mira éste —le enseñé un mameluco amarillo—, está precioso ¿crees que le guste a Hayley?

—Está bonito, me gusta este de elefante —me lo mostró.

—Lo llevamos, también uno de panda —el asintió.

Pagué los mamelucos y salimos de la tienda rumbo al auto, quería llegar al palacio y comer un poco, también abrazar a mi esposa.

—¿Cuándo le dirás a la prensa sobre el embarazo de Hayley? —Abel estaba a mi lado mirando la tablet—, la prensa subió las fotos de nosotros en la tienda.

—Eso fue rápido —me la extendió y mire las fotos, había un articulo sobre eso:

"El Rey fue visto recientemente en una tienda de ropa para bebés, todos estaban contentos al saber que tendríamos a un primogénito en camino, pero al parecer no será así, esperemos que al comprar ropa despierte las ganas de tener un bebé, aunque no sabemos si la princesa podrá tener hijos debido a la enfermedad que la azotó hace unos meses. Esperemos que pronto llegue la cigüeña pronto"

La nota me parecía absurda así que decidí no leer más.

—Todos esperan que tenga un hijo para que pueda gobernar —bufé molesto— el consejo espera que sea varón.

—La nación ha sido liderada por hombres desde hace años Leon, es obvio que esperan que tengas un varón.. Pero te aseguro de que si viene una niña, lo hará bien, te lo aseguro.

Me puse a pensar en eso, siempre anhele tener un hijo varón para que siguiera mis pasos, pero ahora cambié de opinión, me imaginé a una niña de cabellos rubios, piel blanca como porcelana, pecas en su rostro y ojos claros, una niña igual a Hayley, joder sería maravilloso.

—Si es niña o no, lo importante es que nazca sano, me preocupa un poco lo que pueda pasar más adelante.

—¿Que es lo  que te preocupa?

—La enfermedad que tenía Hayley, ella no lo tuvo fácil por meses, me preocupa que eso haya dejado secuelas y eso afecte su embarazo.

—No pienses en eso amigo —Abel palmeo mi hombro—, confía en que todo saldrá bien y que Hayley y tu bebé no les va a pasar nada.

—Claro que si —sonreí.

No quería pensar en nada malo sobre mi bebé, pero es inevitable, no quiero que Hayley se sienta mal.

Ya habíamos llegado al palacio y como siempre habían personas de un lado a otro y mamá supervisando todo como siempre, ahora tiene mucho tiempo libre y puede hacer lo que quiera.

—Madre.

Llegué hasta ella y le dejé un beso a su mejilla.

—Hola mi amor, en un rato haré que te suban el almuerzo, debes estar hambriento.

—Lo estoy.. —ella sonrió.

—¿Cómo te fue en el consejo?

—Bien supongo, estaban felices por la noticia —dije sarcástico—, esperan que tenga un varón

—Era de esperar.. Yo estaba así, vamos —empecé a subir las escaleras con ella—, cuando el consejo de supo de mi embarazo estaban más contentos que yo, pero ellos no esperaban, exigían que tuviera un varón para poder gobernar, yo estaba tan nerviosa y ansiosa porque así fuese, quería cumplir con mi deber, me sentía tan presionada que enfermé, tu padre se molestó tanto con el consejo que jamás dejó que regresara a ese lugar porque querían monitorear mi embarazo hasta tu nacimiento, con solo verlos me ponía mal, tu papá me protegió de ellos así que debes hacer lo mismo —hizo una pausa—, no le digas a Hayley sobre eso, ella debe estar tranquila.

—Lo haré madre —deje un beso en su mejilla—, bajaré para comer juntos.

—Claro. —se fue hacia su habitación.

Me quedé pensando en lo que dijo mi madre, no voy a dejar que presionen a mi esposa por eso, yo quiero que ella esté bien.

Entré a la habitación y Hayley estaba en el sofá de la habitación leyendo un libro sobre la maternidad, ella está igual que yo, queriendo saber sobre los bebés.

—Hola mi amor —Besé su mejilla.

—¿Cómo te fue? —dejó el libro a un lado.

—El consejo me felicitó y esperan que tengas un embarazo tranquilo.

—No te creo —entrecerró los ojos.

—No quiero alterarte, quiero que estés tranquila —la senté en mi regazo y acaricie su vientre— mejor dime cómo te sentiste hoy.

—La verdad más o menos, no me deja comer nada, todo lo he vomitado y es horrible —se recargo en mi—, estaba leyendo que las náuseas pueden variar, algunas se van y otras duran por meses.. Que horrible.

—La doctora te dio algo para las náuseas, con eso estarás bien —me dio un beso en el cuello.

—También aumenta el apetito sexual —murmuró sobre mi cuello—, hoy tuve un orgasmo cuando me duche.

—¿En serio? —reí.

—No te rías —se separó de mi—, no es gracioso.

—Lo siento.. Pero me parece divertido que hayas tenido un orgasmo con sólo bañarte ¿te gustó?

—Si —se sonrojo.

—Ya vamos a solucionar eso —le di un beso—, estas hermosa.. Muy hermosa.

—No mientas, parezco un zombie.

—Pero eres el zombie más hermoso del mundo —ella sonrió y dejó un beso en mis labios— tengo algo para ti.

La baje de mi regazo y busque la bolsa donde estaba la ropa para nuestro bebé, se la entregue y me senté para ver su reacción.

—Abrelo linda.

Ella abrió la bolsa emocionada y sacó los mamelucos, una hermosa sonrisa se dibujo en su rostro. Sabía que le gustaría.

—Están hermosos —no dejaba de mirarlos— gracias mi amor..

—Te juro que quería traerme la tienda entera —ella rió un poco— pero con eso está bien ahora, cuando sepamos el sexo iremos por más.

—Yo no quiero saber el sexo —negó.

—¿Por que?

—No quiero sentirme presionada y que debo darte un varón por obligación, quiero estar tranquila durante todo mi embarazo, todo lo que compremos para el bebé, será unisex, ya cuando nazca lo sabremos.

Justo lo que me dijo mi madre.

—Está bien mi amor —sonreí— ven aquí preciosa.

Se sentó de nuevo en mi regazo y la abracé con fuerza, estoy orgulloso de mi esposa y de lo fuerte que ha sido, solo espero encontrar pronto a Nathan, necesito borrarlo de faz de la tierra para que mi esposa esté en paz.


Hola hola mis lectoras, espero que les haya gustado el capítulo, Denle mucho amor ✨❤️

Besos, Ross.

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