Capítulo 49.
Que la otra persona te considere suya no es ternura, eso es posesión. Ternura es cuando una persona te cuida tan bien que parece que te está acariciando y entonces, sientes que estás protegido por un castillo de piedra.
—William Srekit.
Un mes después.
Londres.
El viaje a Londres se alargó más de lo que esperaba, creí que estaría dos semanas aquí pero no, fue un mes completo lleno de compromisos y muchas tareas, eventos de un lado a otro, cócteles por todos lados, fiestas aburridas y reuniones en base a la nación, la verdad que todo salió bien, pero fue más agotador de lo que pensaba. Ahora entiendo a mi padre cuándo me decía que cuándo fuese Rey, entendería el gran trabajo que conlleva gobernar una nación. Sinceramente pensé que sería sencillo pero no, fue todo lo contrario, difícil y complicado.
Todo estaba bien en el día, mantenía mi mente ocupada y esas cosas, pero cuando llegaba la noche, me sentía solo, me hacía falta mi esposa, estar a su lado, abrazarla mientras dormidos, sus besos.. Joder extraño a mi esposa. Todos los días la he llamado sin falta para saber como está y como van sus terapias, hasta ahora todo va avanzando según me ha dicho Antonia, eso me gusta ya que Hayley ha mejorado mucho. Ahora solo quiero estar con ella y abrazarla que es lo que más extraño.
Hoy era la última reunión en Londres, estábamos hablando sobre el turismo en Alemania, expandir nuestras costumbres al rededor de Europa, es magnífica la idea, así impulsamos la agricultura y artesanía del país, sin duda alguna saldría bien.
—Su majestad, gracias por haber venido y tomarse el tiempo de escuchar la propuesta.
—No hay de señor gobernador —estreche su mano—, lo espero en Alemania para terminar con los detalles.
—Por supuesto, saludos a su esposa.
—Con gusto.
Salí de la oficina y Abel estaba esperándome afuera con mi café en mano. Éste mes juntos nos hemos acercado más como amigos, hace unos días nos emborrachamos en el hotel, no lo hacíamos desde que teníamos veinte, decidí que se quedara como mi asistente y jefe de seguridad, por supuesto que aceptó el puesto pero tenía que darle un aumento porque si.
—Gracias.. Necesito que me acompañes a un sitio antes de irnos a Alemania.
—¿A dónde quieres ir?
—Ya verás.
Salimos del lugar y fuimos hasta el auto, espere que Abel terminara de desplegar la seguridad y uno de los miembros del consejo que vino con nosotros, quiso venir para asegurarse de que yo cumpliera con todas las actividades que hubieron en todo el mes, ya cumplí con todas así que esta misma noche regresaba a mi casa y a lo brazos de mi esposa.
Abel se subió al auto y le pedí al chofer que me llevara a la joyería más grande de Londres. Rato después habíamos llegado a una de las más prestigiosas de Londres, aquí iba a comprar el anillo para mi esposa.
—¿Un anillo?
—Si, un anillo para mi esposa, quiero que se quite el que tiene puesto.. Ese no cuenta.
Abel rió y entramos a la joyeria donde nos recibió una chica y la gerente.
—Su majestad, que honor que esté aquí —sonreía ampliamente— díganos que desea y lo buscaremos para usted.
—Gracias, estoy buscando un anillo de compromiso, que no sea tan grande ni llamativo, específicamente que tenga un zafiro en el, que sea pequeño.
—Por supuesto, tenemos lo que busca, sígame por favor..
Asentí y ambos seguimos a la mujer con la chica a su lado, nos llevó a una vitrina donde tenían varios modelos de anillos, había uno en Oro blanco con un zafiro en el, pero era demasiado grande, a mi esposa le gustan las cosas sencillas, obviamente quiero que tenga lo mejor, pero que sea algo que esté acorde a ella. Mi vista se fue hacia uno en específico, era perfecto, era de oro blanco pero el zafiro era pequeño pero elegante, justamente el que quería para ella.
—Quiero este —lo señalé.
La mujer lo sacó y me lo mostró, joder que hermoso es, me gusta y se que a ella le va a encantar.
—También podría grabarle alguna frase o inicial —dijo la chica.
—¿En serio? —asintió.
Tengo la palabra perfecta para ello.
—Que sea: Valió la pena.
Se llevaron el anillo para grabarle la frase. A penas llegue a casa se lo daré, no puedo esperar para hacerlo. Miré a Abel que estaba a mi lado mirando anillos también.
—¿Tan rápido?
—No —negó—, quiero regalarle uno de promesa..
—Estas jodido —reí.
—No hables demasiado Leoncito, tu te jodiste primero, déjame ser feliz..
—Calma —palmeé su espalda e hizo una mueca de dolor—, me alegra que seas feliz con esa chica, cuándo se casen seré tu padrino y tu el mio.. Eres el único amigo que tengo, también espero que me hagas tío pronto.
—Hey detente —rió—, a penas estamos empezando nuestra relación, vamos lento.. Más bien el que debería hacerme tío eres tu, ya estas en los treinta.
—Hayley y yo no hemos hablado sobre el tema, creo que no es lo primordial entre nosotros —me encogí de hombros—, ella está recuperándose, yo tengo compromisos ahora como Rey, creo que a penas tendremos tiempo de dormir juntos. Aunque yo si deseo ser padre, pero cuando llegue mi oportunidad y por supuesto que ella lo desee también.
Y es cierto, Hayley y yo no hemos hablado sobre ser padres, creo que ni es un tema de prioridad para ambos, me parece bien que sea así, ella tiene sus sueños y metas, yo tengo las mías por supuesto, tampoco quiero que se sienta obligada a darme un hijo solo porque esté casada conmigo, ya llegará nuestro momento de hablarlo y decidir entre los dos si ella lo desea.
Trajeron el anillo ya grabado, las palabras: Valió la pena estaba en cursiva, quedó precioso.
—Quisiera ver algunas cajas.
La chica asintió y fue por varias cajitas para colocar el anillo pero ninguno me gustaba, hasta que vi una cajita que parecía una rosa.
—Es una rosa a simple vista, pero es una cajita —la abrió— dentro tiene la frase ¿Quieres ser mi esposa? Puede modificarla si lo desea.
—Quisiera cambiarla a un Te amo.
—Por supuesto.
La chica la cambió quedando un Te amo precioso dentro de la Rosa, la puso en una caja rectangular y luego un lazo rojo, perfecto.
—Muchas gracias —sonreí mientras miraba la flor.
Parece ilógico, es la primera flor que le voy a dar a mi esposa, debería llevarle un hermoso ramo, al menos se que le gustan las margaritas.
Pagué por el anillo y Abel compró uno para Joana, no es de compromiso pero al menos es de promesa, mi amigo está enamorado y no lo quiere decir por pena a que lo moleste.
Hamburgo, Alemania.
Ya al fin había llegado a Alemania, quería darle la sorpresa a mi esposa pero fue imposible ya que los periodistas estaban aquí, agradecía tanto tener la Rosa oculta porque ahí sí me dañarían la sorpresa. Salude a todos desde lejos, estaba ansioso por llegar a casa y abrazar a mi esposa.
—Abel, necesito comprar un ramo de Margaritas.
—¿Ahora?
—Si, ahora..
—No me pagan lo suficiente para ésto —suspiró.
—No te quejes, te subí el sueldo, ganas el doble de lo que ganabas antes —rodé los ojos— mientras más rápido mejor, tu quieres ver a tu novia y yo a mi esposa, así que vamos.
Ambos subimos al auto y el mismo condujo hasta una floristería cercana, eran las seis de la tarde así que llegaría a tiempo para la cena. Me sentía ansioso por llegar y verla, besarla y abrazarla, joder me hizo falta mi esposa éste mes. Compre el ramo de margaritas más grande y lo subí al auto. Por lo general casi siempre compran las cosas por mi, pero cuando se trata de algo para mi esposa, prefiero hacerlo yo mismo, yo solo se que le gusta y como le gustan las cosas.
Parecía un niño emocionado cuando a lo lejos divisé el palacio, extrañaba a mi madre y esposa, a mamá le traje un lindo bolso, no los usa pero ahí los tiene, jamás entendí porque.
Pasamos por el palacio para después hacerlo directamente a la casa, los sirvientes nos recibieron, Joana, los Gemelos, Antonia y Gerard estaban aquí, incluso mi madre... ¿Donde está Hayley?
El auto se estacionó y de inmediato bajé, me asusté al no ver a mi esposa aquí.
—Bienvenido mi amor —mamá me dio un beso en la mejilla.
—Hola madre.. Todos están aquí pero ¿Y Hayley?
—Está en el jardín —sonrió—, de hecho te está esperando..
Fruncí un poco el ceño pero asentí, salude a todos y tomé el ramo de Margaritas junto con la Rosa en la caja, entré a la casa y fui directamente al jardín. Cuando llegué, habían luces y velas en el suelo, mi vista se fue hacia Hayley quien estaba en su silla de ruedas, tenía puesto un lindo vestido azul, su cabello estaba recogido en una linda coleta, tenía un maquillaje sencillo pero hermoso. Mi sonrisa no se hizo esperar, estaba más hermosa que nunca.
Pero así como mi sonrisa llegó, se fue cuándo la vi levantarse de la silla, retrocedí unos pasos al verla caminar hacia mi con una sonrisa en sus labios, no podía creer lo que estaba viendo, se había levantado de la silla, de inmediato me agache sin poder creer lo que estaba viendo, deje las flores sobre el suelo junto a la caja, estaba en shock, ella se había levantado, estaba de pie frente a mi.
—¿No vas a saludarme?
Oh maldita sea, su voz.
Me levanté. de inmediato para abrazarla con fuerza y acariciar su espalda, la aferre a mi con fuerza y sin pensarlo solté mi llanto.
—Mi amor.. Estás de pie, Dios mío.. —tome sus mejillas.
—No llores porque me harás llorar a mi también —sus ojos se llenaron de lágrimas.
—Lo siento —limpié mis lágrimas— es que.. No puedo con tanto ¡estás de pie mi amor! ¿Cómo..?
—Te lo explicaré —sonrió—, pero ahora quiero que me beses.
Sin pensarlo demasiado uní mis labios con los míos, joder extrañaba tanto besarla de ésta forma, que pudiera corresponderme como se debe, extrañe tango sus labios.
—Te extrañé tanto mi amor —susurré sobre sus labios.
—Y yo a ti cariño.. —acarició mis manos.
Nos separamos y para verla a los ojos, sus ojos ahora estaban alegres, con ese brillo que la caracteriza, sabía que algún día se iba a recuperar de todo ésto pero jamás pensé que sería así de rápido.
—Ven —tomó mi mano—, hice la cena para ambos.
—Espera..
Me solté de ella y recogí el ramo junto con la caja.
—Son para ti, jamás te he regalado flores, se que son tus favoritas.
—Gracias —sonrió.
Nos sentamos en la mesa, sobre ella había comida, bebida, lo había preparado para mi.
—Ahora si, quiero que me cuentes todo mi amor —tome su mano y deje un beso en ella.
—Pues todo este mes que estuviste fuera del país me dediqué a tiempo completo con las terapias y como ves han funcionado más que bien, Sandra fue de mucha ayuda la verdad.. —suspiró—, cuando estaba sola en la habitación hice más ejercicios, necesitaba salir de esa silla.. También hice ejercicios para el habla, aprendí a hacerlo bien antes de caminar —rió leve.
—¿Por que no me lo dijiste? No sabes lo mal que estaba al llamarte..
—Tenía que darte la sorpresa mi amor, lo lamento.
—¿Todo está bien?
—Perfectamente, fui al médico también, me hice algunos estudios y ya estoy más que bien ahora.. Claro, aun me cuesta correr, pero ya estoy caminando que es un gran progreso.. —sonrió.
—Estoy tan feliz y orgulloso mi amor —Besé sus manos—, sabía que podías hacerlo.
—Lo sé.. Ya estoy haciendo todo por mi cuenta, en unos días voy a intentar montar a caballo.
—Lo haremos juntos —asintió.
Ambos cenamos mientras hablábamos de lo que hizo en todo el mes en mi ausencia, no quería contarle nada de sobre el trabajo, solo quería escucharla a ella, saber como se siente. Me dijo que hizo algunas cosas con madera, jardinería y pasear por el pueblo con los Gemelos, por supuesto que no supe que estaba mejor ya que estaba tan ocupado con las cosas en Londres que no me dio tiempo de ver noticias o estar en las redes sociales. Ahora que ella está mejor, puedo estar un poco más tranquilo, al fin está recuperada, joder no puedo estas más feliz.
—Bailemos mi amor —se levantó.
Yo también lo hice, la música en el pequeño radio empezó a sonar, tome su cintura y la pegué a mi, ella puso sus brazos en mi cuello y nos empezamos a mover al ritmo de la música.
La sonrisa en mi rostro era enorme, al fin podía hacer ésto con ella, ya sonríe aún más, joder amo a mi esposa.
—Te amo Hayley —acaricie su mejilla y ella cerró sus ojos.
—Y yo a ti Leon —sus ojos me miraron— te amo y no sabes cuánto extrañaba estar así contigo.
El orgullo que siento por ella no me cabe en el pecho al igual que la felicidad, estoy tan contento de que ya no use más esa silla, que pueda caminar por si misma, me hubiese gustado verla caminar cuando lo hizo por primera vez desde que estaba en esa silla. Amo con toda mi alma a esta mujer.
Buenas tardes mis lectorxs preciosas ✨❤️ espero que estén bien.. Aquí tienen su actualización jeje espero que les guste mucho 🥺❤️ Denle mucho amor.. También dejen sus votos y comentarios lxs leo 💜
Besos Ross.
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