Capítulo 48.

Si a las personas les gustas, te escucharán, pero si confían en ti, harán negocios contigo.

—Zig Ziglar.

Día de la coronación.

Hoy era el día de la coronación, no he tenido tiempo para estar con Hayley al cien por ciento pero se que esta mejorando y eso me tiene ansioso, ayer tuvo un buen avance y pudo hablar con mucha comodidad, ya podía articular algunas palabras, estaba tan agradecido con Antonia por ayudarla con éste proceso, me molestaba también de que yo no podía ayudarla ya que la coronación la tenía encima, pero los avances que me da Antonia son favorables y puedo verlo en mi esposa, más orgulloso no puedo estar.

Estaba en la habitación con Hayley, tenía que despedirme de ella para ir a la capilla para la coronación.

—Ya debo irme mi amor.. Cuándo todo termine, vendré a verte —ella asintió— te amo.

—Yo también te amo.. —acarició mi mejilla y sonrió.

No quería estar allá afuera sin ella, me sentiría solo, pero ella misma me pidió no estar presente, no quiere que nadie la vea en esa forma y la entiendo, yo también lo haría.

—Te veré.. En la televisión.

—Lo sé —suspire—, te amo mi amor.

Deje un beso corto en sus labios y salí de la habitación, Joana estaba abrazando a Abel, al verme se soltaron.

—Ya dejen de hacer eso —rodé los ojos—, están muy grandes para tonterías..

—Lo siento.. —Joana estaba avergonzada.

—No lo sientas, mejor ve a hacerle compañía a Hayley, si algo sucede por favor llámame.

—Claro que si.. —le dio un beso a Abel y entró a la habitación, hace unos días formalizaron su relación y ella se venía a vivir aquí junto con Abel, la verdad estaba contento por mi amigo, se lo merece.

Ahora que no tenía asistente, Abel se estaba encargando de todo, incluso de mi seguridad. Necesita otro aumento. Ambos subimos a mi habitación y el se quedo afuera mientas que yo me cambiaba, frente a mi estaba un maniquí que tenia el traje de mi padre, el mismo que usó cuando lo coronaron Rey, hace una semana exactamente le mandé a hacer unos pequeños arreglos ya que yo tenía la misma contextura que el cuando tenía mi edad, mientras me vestía no pude evitar pensar el, en que si se sentiría orgulloso de mi en éste momento, quería que el viera todo lo que he hecho desde que no está, creo que se hubiese sentido orgulloso de mi.

Entraron a terminar de colocarme lo que faltaba, las medallas y la espada, ya estaba listo. Salí de la habitación y Abel me escolto hasta la salida de la casa, los militares estaban en fila de lado a lado, las trompetas sonaron y empecé a caminar en medio de ellos, lo hice firme y sin perder el ritmo, ya en la puerta de la capilla me esperaba mi madre, quien al verme sonrió y pude ver como sus ojos se llenaron de lágrimas.

—Eres idéntico a tu padre —me abrazó—, el estaría tan orgulloso de ti mi amor.

—Lo sé madre..

Nos dieron la señal de que todo estaba listo, ella entró primero y luego lo hice yo, todos se pusieron de pie y caminé hasta el sacerdote, me puse de rodillas para que el me diera la bendición, luego me puse de pie y me senté en el banco de madera. Mis antepasados decidieron usar un banco pequeño hecho de madera que simbolizaba la humildad y sencillez de la nación y reyes, jamas usamos sillas de oro ya que para nosotros eso representa la vanidad y egocentrismo, un gran ejemplo de lo que fueron mis abuelos y mi padre.

El sacerdote habló e hicieron una pequeña misa. Mi vista se fue hacia mi madre donde estaba sentada en primera fila, a su lado había una silla vacía donde representaba a mi padre, a su lado estaba mi primo Kai, su prometida y todos los reyes de naciones vecinas, también presidentes y gobernadores. Todas las personas importantes, pero faltaba mi esposa, la persona que más deseo que esté a mi lado.

—¡Damas y Caballeros! ¡Con ustedes Leon Fischer quinto, hijo de Lyan Fischer y nieto de León cuarto! ¡Rey de Alemania! —todos se pusieron de pie.

La corona fue puesta en mi cabeza e hicieron una reverencia, estaba hecho, soy el Rey ahora. Me pose en el podio para dar mis primeras palabras como Rey.

—Buenas tardes a todos, gracias por asistir.. Espero confíen en mi y en mis capacidades para gobernar, tienen mi palabra de que seré un digno gobernante, haré honor a mi apellido y a mi padre.. —hice una pausa— quisiera dedicar algunas palabras a mi esposa, como ustedes saben ella esta atravesando una dura situación que puso en peligro su salud.. Mi amor, quiero que sepas que te amo y que estoy orgulloso de lo fuerte que has sido, gracias por enseñarme a ser un buen hombre.

Todos aplaudieron y volví a mi lugar, para después salir a la puerta de la capilla, a lo lejos se podía ver a todas las personas con banderas y pancartas celebrando mi coronación, desde mi lugar los saludé a todos incluyendo a la prensa, que sabía que estaban aquí para saber de Hayley, todo por una noticia fresca. Mi madre a posó a mi lado y entrelazo su brazo con el mío para después darme una sonrisa.

—¿Irás al almuerzo?

—No lo sé madre, quiero estar con Hayley —suspire—, no me apetece estar rodeado de tantas personas si ella no está conmigo.

—Lo entiendo cariño.. Vamos a saludar a todos y después podrás irte..

Asentí y entramos al castillo, especialmente a la sala de eventos, donde todos estaban ahí, hablando entre todos y saludándose, al verme aplaudieron e hicieron una reverencia, por supuesto les agradecí a todos y fui hasta Kai.

—Primo —me abrazó—, al fin eres Rey, felicidades.

—Gracias..

—¿Cómo está Hayley?

—Mejorando ya sabes.. —asintió—, ahí va con sus terapias, ha habido mucho avance de su parte.

—Me alegra saber que ella esté bien —sonrió—, mañana la visitaré con mi prometida.

—Le dará gusto verlos.. Me disculpo, debo saludar a los demás.

El asintió mientras que iba saludando a todos, mientras más rápido lo hago, podré irme con mi esposa y estar en nuestra cama. Ya después de saludar a todos, caminé hasta el pasillo donde estaba el estudio de mi padre, me quité la corona y la puse en donde estaba anteriormente, ahí permanecería hasta que fuese una ocasión específica, quizá la use cuando coronen a Hayley como Reina.

Al estudio entró Abel, a juzgar por su cara no se veía nada contento.

—¿Sucedió algo?

—Si, resulta que mañana tienes que ir a Inglaterra, el consejo Real quiere que estés en Londres dos semanas para las actividades que tienes programadas ahora cómo Rey.

—No me jodas —dije molesto—, no puedo irme dos semanas y dejar a mi esposa aquí..

—Lo sé Leon, pero ya sabes que no puedes suspender ninguna actividad, ahora eres Rey y hay muchos compromisos por hacer. No tienes de otra.

Tiene razón, no puedo faltar a una sola reunión ahora que soy Rey, no me queda de otra que ir a Londres estas dos semanas.

—Vámonos a la casa y arreglamos el viaje.

—Ya lo hice, solo me queda coordinar la seguridad nada más.

—Vaya, mereces un aumento..

—¡Claro que merezco un aumento! —rió— estoy haciendo un trabajo doble..

(...)


Habíamos regresado a la casa, la verdad no deseaba estar mucho tiempo en ese lugar, estuve ahí dos horas solo para hablar un poco y saludar a todos, hablar de algunos planes que tenía en mente, no quería hacer o decir nada sin la opinión de mi esposa, ella será la Reina de ésta nación y las decisiones las tomamos los dos.

—Haré que éstas dos semanas pasen rápido mi amor —la tenía sobre mi regazo, ambos estábamos en el sofá— no quisiera dejarte sola dos semanas.

—Joana esta.. Conmigo.. —sonrió—, también Gerard, tu madre.. Y.. Y los Gemelos, estaré bien.

—Eso me deja un poco más tranquilo, mi deber es estar a tu lado.

—Pero ya eres Rey mi amor.. También es un deber que no puedes descuidar.. Sólo llámame todos los días para.. No extrañarte tanto.

—Lo haré mi amor, lo prometo.

La abracé  más  a mi, iba a extrañarla demasiado. Es la primera vez en meses que nos separamos por tantos días y no me agrada irme y dejarla, si no fuera por sus terapias, me la llevo.

(...)

Ya el día de irme había llegado, estaba terminando de arreglar mi traje, ya todo estaba listo para irme a Londres. Abel ya arregló la seguridad, el avión y el hotel. Me acerque a mi esposa quien dormía plácidamente, me senté a su lado y acaricie su rostro, una sonrisa hermosa apareció en su bello rostro al sentir mis dedos tocar su mejilla.

—Buenos dias amor.. —abrió sus ojos— que hermosa eres.

—Ya.. Ya te vas.

—Así es mi amor, debo irme.. Te llamaré a penas llegue a Londres —asintió— te amo.

—Y yo a ti..

Deje un beso corto en sus labios y otro en su frente, tomé mis cosas y salí de la habitación, baje al living donde estaba Abel despidiéndose de Joana.

—Me llamas cuando llegues osito.

—Lo haré preciosa —le dio un beso.

Salí de la casa y entregué mis maletas subí al auto a esperar al osito. Que por cierto venia con una gran sonrisa.

—¿Listo osito? —me reí.

—No te burles Leoncito.. Ya vámonos que vamos un poco retrasados.

Reí y el rodó los ojos, siempre me molesta con Hayley ahora es mi turno hacerlo con Joana. Lo haré cuando lleguemos a Londres, por lo pronto pensaba solo en lo mucho que iba a extrañar a mi esposa estas dos semanas, dormir sin ella será un calvario total. Cuando regrese de Londres le mostraré la sorpresa que tengo para ella, estoy seguro de que va a aceptar casarse conmigo de nuevo, esta vez haremos las cosas bien y quiero que nos casemos como debimos hacerlo en un principio, ahora nos amamos y queremos estar juntos, ahora será mi esposa como se debe.


Hola hola mis lectorxs espero que estén bien.. No he podido actualizar seguido porque tengo problemas con mi teléfono y me cuesta escribir 🥺✨ espero poder solucionarlo pronto, de igual forma aquí les dejo actualización de La prometida del Rey 💕✨

Por favor sigan dándole mucho amor 🥺😭❤️ me esfuerzo mucho en escribir y actualizar cada día, sigan votando y comentando, así me motivan a seguir escribiendo y actualizando más seguido ❤️

Se que les pido mucho, pero el leer sus comentarios me alientan a continuar porque créanme que escribir es un gran compromiso para mi porque no quiero defraudar a mis lectorxs 😭 pero soy una persona agradecida y en serio agradezco todo el apoyo que ha tenido la historia 💕 sin ustedes nadie me conocería 😭 en serio muchas gracias.

Besos, Ross.

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