Capítulo 25.

Cuando la confianza es alta, la comunicación es fácil, instantánea y efectiva.

—Stephen R. Covey


No sabía si iba a acostumbrarme a todo ésto. Pero haría mi más grande esfuerzo.

Que Leon me defendiera de esa forma causó un sentimiento de satisfacción y de sentirme protegida y es algo que me asusta demasiado, en serio. Tengo miedo de que todo esto sea perfecto y se arruine. Tengo la sensación de que a él le sigue importando Giselle, quizá sean cosas mías, pero así lo siento.

Hace poco estaba detrás de ella defendiendo su amor y ahora.. Quiere estar conmigo, eso me genera muchas dudas.

Si voy a salir lastimada, voy a disfrutar a Leon hasta que me rompa el corazón, sólo espero que no me duela tanto.

—Hueles delicioso mi amor —seguía en mi cuello.

"Mi amor"  palabra, que me hace sentir especial, única y que sólo me pertenece a mi ¿como debo asimilar esto?

Asumir que me gusta, es difícil, creermelo lo es aún más. Pero ¿Cómo no caer ante el? Si para mis ojos se está volviendo el hombre perfecto. La forma en que me habla, me trata y me mira, simplemente algo que hace que mi estómago se vuelva un remolino de emociones. Me asusta enamorarme de él.

Voy a disfrutar el momento.

Íbamos a hacer el amor de nuevo, a quien engaño, lo necesito.

Yo seguía en su regazo y el besaba mi cuello haciendo que mi piel se erizara, sus enormes manos apretaron mi trasero, el se levantó del sofá y me llevó hasta una mesa donde me sentó y se separó de mi.

—Eres hermosa mi amor —sonrió.

No sonrías, me vas a enloquecer..

Me abrió las piernas y se puso entre ellas para ir quitando la camisa que llevaba puesta, ya sin nada, una enorme mano se posó en el medio de mis pechos y descendía hasta mi abdomen, el atacó mis labios de nuevo mientras que su mano seguía en mi abdomen y la otra clavaba los dedos en mi piel, los gruñidos de Leon eran roncos y fuertes, también dominantes.

—Joder mi amor.. Me encantas —dejaba besos en mi mandíbula.

Quitó mi cinturón completamente e iba desabrochando mi pantalón, lo deslizó por mis piernas hasta dejarme en bragas, se detuvo solo un momento para mirar mi cuerpo, me senté derecha sobre la mesa y le terminé de quitar la camisa dejando el enorme torso de Leon desnudo. Lo repito, todo en este hombre es enorme.

—Me causa gracia cuando me miras así —lo escuché reír.

—Es que.. Eres enorme literalmente lo eres.. —tomó mi mandíbula.

—¿Y te gusta mi amor? —asentí— tu encajas perfectamente conmigo..

—¿Qué? —reí.

—Ya lo verás.

Soltó mi mandíbula y retrocedió un poco para ir soltando su cinturón y luego el pantalón, una sonrisa ladina apareció en sus labios y yo me relamí los míos, me perdí en esas enormes manos, se veían fuertes con muchas venas, creo que un golpe de esos te reinicia la existencia, Raul debió acordarse de cuando nació cuando Leon lo golpeó, no lo había notado pero Leon tiene los nudillos un poco rojos, seguro fue por los golpes que le dio a Raul.

Volviendo al Leoncito, si que estaba bueno, no, está bueno, tiene todo exactamente en su lugar, musculoso, bíceps grandes, brazos grandes, piernas grandes, trasero lindo, dedos y manos grandes y.. Joder, su miembro es grande, todo de él es enorme, todavía me causaba impresión y me enorgullecia de mi misma por haberlo soportado anoche.. Bien hecho Hayley, si se pudo.

Su pantalón ya estaba fuera al igual que su bóxer.. Diosito, gracias por los alimentos que voy a comer ésta noche.

—Tu cara es graciosa.. —rió— me gusta que me mires así.. Todo lo que ves es tuyo.

—¿Mío?

—Si.. —se metió en mis piernas— todo tuyo..

Tomó mi mano y la puso en su duro.. Miembro, Dios mio que grande es, tengo que soportarlo, si lo hice anoche, puedo hoy, es sencillo.

Era la primera vez que tocaba un pene, me gusta pero me asusta.

¿Desde cuando soy una pervertida? Me desconozco.

Leon quito mi brasier y rompió mi braga ¿Por qué lo hizo? Se rió, supongo que por mi cara de confusión por haberme roto mi braga, me bajo de la mesa y me llevó al otro lado de la habitación, específicamente hasta un enorme espejo que había justo en la ventana, agradecía que estuviéramos en un décimo piso y que las ventanas estuvieran cerradas. El espejo era enorme, exageradamente enorme, estaba de pie frente a él y Leon estaba detrás de mi.

—Te voy a enseñar como es que encajas perfectamente conmigo mi amor —beso mi cuello— abre las piernas.

No lo pidió, lo exigió.. Y yo le obedeci.

Puede mandarme en el sexo, en eso no tengo problema, pero fuera de eso no.

—Te vas a quedar quieta ¿está bien? —asentí— tampoco vas a despegar la mirada del espejo.

Asentí de nuevo y el le dio un beso a mi mejilla.

Miré lo que estaba haciendo, su enorme mano tomó uno de mis senos y lo apretó con firmeza, luego tomó mi pezón y lo jaló solo un poco, por supuesto que me estremecí y solté un gemido que al parecer a el le encantó porque soltó un gruñido. La mano bajó a mi vientre, bajó un poco más hasta mi intimidad, ahora si me puse nerviosa.

Iba a moverme pero Leon me detuvo con su brazo rodeando mi cintura, estaba inmóvil, di un respingo cuando su mano dio palmadas en mi intimidad, cerré los ojos por un momento y me mordi el labio.

—No cierres los ojos mi amor, no querrás que te castigue —mordió mi oreja.

—¿C-castigar?

—Si.. Un castigo que puede gustarte, pero si te portas bien, te daré un premio.

—¿Que sería?

—Un orgasmo, pero usaré la lengua.. ¿Que dices? ¿Serás una niña buena o una mala?

—Estoy indecisa —reímos.

—Portate bien hoy.. —besó mi hombro—, no cierres los ojos.

Ok, si antes me impresionaba el Leon cariñoso, ésta faceta de hombre duro en el sexo me dejaba mucho que desear, aunque para ser sincera, me gustan ambas facetas de Leon.

Obedeci a su orden y deje mis ojos abiertos, vi como su mano entró en mi intimidad y de como abrió mis pliegues para ir introduciendo su dedo.

—Estas mojada mi amor y eso que no he empezado..

—No te detengas —lo mire mal.

—Pero que impaciente es mi esposa —rió.

Sin verlo venir introdujo su dedo en mi, solté un enorme gemido mientras que su dedo entraba y salía de mi, Leon no despegaba sus ojos de los míos, el muy idiota sonreía mientras que yo me estaba retorciendo de placer, tuve que clavar las uñas en su brazo para sostenerme. El mismo abrió más mis piernas e introdujo otro dedo, ya eran dos dedos dentro de mi, el dedo corazón y el anular, mientras que con el pulgar frotaba mi clitoris.

—Leon.. Oh joder.. —gemi.

—Eso es mi amor —pegó su miembro en mi espalda baja— aún queda mucho por hacerte.

Aumentó la velocidad de sus dedos y mi vientre se contrajo y dejé salir mi orgasmo, Leon me sostuvo cuando mis piernas fallaron un poco, me quedé de pie mientras que sentía como me temblaban las piernas. Jadee cuando Leon se metió los dedos en su boca.

—Tu orgasmo es delicioso.. Ahora es mi turno.

Me tomó de la barbilla y alzó mi rostro quedando cerca del suyo, empezó a besarme con deseo e introducir su lengua dentro de mi boca, me gustaba como besaba, esos labios suaves y enormes, me mordió el labio y me soltó.

Me llevó hasta la pared y todavía nos seguíamos viendo en el esoejo.

—Pon las manos sobre la pared y abre las piernas.

Obedeci sin rechistar, vi por el espejo como se acercó a mi con esa cosa enorme erecta, el no me miraba a los ojos, miraba mi cuerpo, en esa posición. Sus manos acariciaban mi espalda y bajaba a mi trasero donde lo apretó con fuerza.

Se arrodilló y metió la cara en mi intimidad, gemi cuando su lengua rozó mis pliegues con su lengua, su boca empezó a succionar mi clitoris con fuerza, yo apreté los puños mientras gemia muy fuerte, Leon seguía con su lengua en mi intimidad, estaba aturdida por el placer que me estaba generando su lengua. Aumento la velocidad y mi vientre se contrajo de nuevo haciendo llegar mi segundo orgasmo, me sostuve de la pared para no caerme, me había dado un orgasmo con su lengua. Que maravilloso fue.

—Quieta mi amor.. Ahora si veras como encajas conmigo..

Su miembro entró de una sola estocada en mi, tomo mi rostro para ver a través del espejo, ver como su enorme.. Miembro entraba y salían de mi de forma dura me excitaba demasiado.

—¿Ves como encajas conmigo mi amor? —soltó un gruñido— eres deliciosa..

Sus manos se aferraron a mi cintura mientras me embestia más y más fuerte, me excitó tanto la imagen de Leon cerrando los ojos y haciendo su cabeza hacia atrás y jadeaba con la boca abierta, el sudor recorriendo su frente y cuello. Una imagen sin duda magnífica.

Leon me embistió más duro y soltó un gemido gutural y antes de correrse salió de mi, él estaba soltando su orgasmo y yo también.

Su cabeza se posó en mi espalda y sentí su respiración acelerada.

—Joder mi amor.. Fue increíble —jadeaba— vamos a la cama.

Me tomó en sus brazos y caminó hasta la cama donde me acostó con cuidado y me cubrió con las sábanas.

—¿A donde vas? —murmure.

—A limpiar mi desastre —rió leve—, duerme mi amor, ya regreso.

Tuve tres orgasmos en una noche, la mejor noche.. Fue increíble y delicioso. Leon es un semental increíble. Me dejó cansada y satisfecha.

(...)


Desperté temprano para ir a desayunar con Joana, me coloque un traje liviano color rosa pálido y los tacones no tan altos, recogí mi cabello y me maquille muy sencillo.

Miré hacia la cama y Leon seguía dormido, estaba boca abajo con su cabello bastante desordenado y la sabana solamente cubría su lindo y redondo trasero.

Llamé a Abel para que me llevara al restaurante donde iba a desayunar con Joana, allá la esperaría. Deje un beso en la mejilla de mi esposo y salí de la habitación, seguramente enloqueceria cuando no me encuentre en la habitación.

—Abel buenos días.

—Princesa buenos días —dio un asentimiento— ¿Y Leon?

—Está dormido todavía.

—Bien, si está lista, la llevo.

Asentí y bajamos hasta recepción donde hubieron muchas personas que me saludaban, yo les regresaba el saludo, tengo que que ser educada, si no, la prensa me comería viva y me llamarían mal educada.

Subí a la camioneta me llevaron hasta el restaurante, desde que tenía dieciocho quería venír aquí, es el más caro de la cuidad, aquí venían personas de mucho dinero, me sentiría cómoda en uno sencillo, pero quería comer aquí y ¿Porque no? Darme ese gusto.

—Sea Bienvenida a nuestro Restaurante princesa —el gerente hizo una reverencia.

Odiaba no poder estrechar la mano, las reverencias me parece lo más exagerado que existe, pero no puedo cambiarlo.

—Gracias —sonreí.

—Sigame por favor.

Lo seguí hasta una mesa para dos personas junto a la ventana, vi a Abel dar órdenes a los de seguridad, tomó su teléfono y sonó el mio.

—Princesa, debo regresar al hotel, debo organizar la seguridad y el avión para más tarde..

—No te preocupes —lo salude—, por favor tomate un café, yo invito.

—Gracias, vendré por usted más tarde, si sucede algo, la seguridad actuará de inmediato.

—Esta bien, adiós —le colgué.

Me concentré en el teléfono ya que le sentía las miradas de todos sobre mi, me era incómodo. Mire por la ventana a Joana quien venía bajando en un taxi, esa morena usaba un vestido de flores precioso, extrañaba a mi amiga, caminó hasta la entrada y la espere que pasara.

Frunci el ceño cuando no la vi entrar, me puse de pie y fui hasta la entrada, me moleste cuando no la dejaron entrar.

—No puede pasar señorita.. Y menos vestida así ¿tiene reservacion?

—Le he dicho que no.. Me están espe.. —la mujer la interrumpió.

—Si no tiene reservacion váyase.

Cómo detesto a las personas clasistas.

—¿Que sucede aquí? —llegué hasta la entrada y la seguridad se acercó.

—Disculpe princesa, pero tenemos un pequeño inconveniente con ésta.. Señorita, no se preocupe que ya ella se iba.

—Puedes pasar Joana —le dije.

Joana pasó por el lado de la chica y le tiró el cabello en la cara. Yo reí mientras veía a la chica ponerse roja, entrelazamos nuestros brazos y pasamos a la mesa.

—Que mujer tan pesada.

—Lo siento, debi decir que llegarías.

—Tranquila —sonrió— mejor cuéntame ¿cómo estás? Hay mucho que hablar linda.

—Lo sé.

El mesero llegó con los cafés y desayuno. Ambas empezamos a hablar de sobre cómo estaba llevando el ser una princesa, las peleas de Leon, la rehabilitación de Lina, del cómo están los gemelos, las actividades a las que iba con Leon, nuestras charlas y la reconciliación que he tenido con el.

—¿Y te gusta?

—Si, me gusta mucho Joana.. Pero su comportamiento me parece tan drástico, o sea, pasó de ser un imbécil conmigo a ser todo un amor.

—Te entiendo, yo estaría igual de asustada que tu.. Pero Hayl, disfrútalo, déjate querer y que pase lo que tenga que pasar.. Hasta donde me has dicho el cambio es notorio.

—Al principio pensé que estaba planeando algo ya sabes.. Para seguir jodiendome la vida y renunciar a todo ésto. Pero me equivoqué cuando realmente me demostró que iba en serio.. Solo espero no llevarme una sorpresa.

—Tu tranquila.. Confía solo un poco, más no bajes la guardia Hayl, puede que sea una trampa no lo se.. Aunque ayer cuándo golpeó a Raul para defenderte fue lindo —chilló.

—Lo sé, me hizo sentir bien como le partió la nariz —reímos— y de como me defendió de el.. Hoy iban a hablar con la Jackie, hicieron una denuncia por difamación, el y yo daremos una entrevista con ella, Leon tuvo la genial idea de hacerlo.

—Espero que ponga en su lugar a esa plástica —rodó los ojos— esa mujer es detestable.

—Lo sé... Oye cambiando de tema —puse la bolsa en la mesa—, ésto es para ti.

—¿Que es?

—Abrelo tonta —reí.

Abrió la bolsa y sacó el bolso Chanel que le regalé junto con un par de lentes Gucci que me parecían horribles pero sabía que a ella les iba a gustar.

—Son preciosos.. Gracias Hayl —sonrió.

—No hay de qué —sonreí.

Hablamos un poco más hasta que salimos del restaurante, la iba a llevar hasta su casa, afuera habían varias personas gritando palabras ofensivas hacia mi, me llamaban: mentirosa, arribista, infiel, zorra y demás.. Raul se encargó de difamarme ¿Quiere sus cinco minutos de fama? Pues se los daré..


Buenos días mis lectorxs, espero que estén bien y que les haya gustado el capítulo ☺️✨haré lo posible por darles el mataron que les prometí.. Espero ver sus comentarios aquí 🥺✨

Dejen sus votos y comentarios 💕

Besos, Ross. 

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top