Capítulo 24.

La mejor protección para las personas no es necesariamente creer todo lo que la gente les dice.

=Demóstenes.

Le di justamente en la nariz, pero no se iba a quedar así el imbécil éste, iba a romperle los dedos.

¿Cómo se atreve a hablar así de Hayley? Sobretodo decir esa sarta de mentiras sobre ella.. No se mucho sobre Hayley pero se perfectamente que ella jamás entraría a un club, ella no tiene pinta de ser así y encima hablar de su intimidad como si tuviese el derecho de hacerlo.

—Abel, saca a todo mundo de aquí —ordené.

El se encargó de sacar a las personas de la panadería, quedamos Hayley, Abel, el padre y la basura de Raul.

—Ahora si idiota —lo tome por la chaqueta y lo alcé—, me vas a explicar porque carajos dijiste esas cosas sobre mi esposa. ¿Qué es lo que buscas? Maldito cobarde.

—¿Me dices cobarde a mi? —rió— cuando fuiste tu quien me llamó aquella vez para que fuera a tu palacio a hacerla sentir mal. 

Le di otro golpe en el rostro, lo alce de nuevo.

—Incluso en eso sigues mintiendo —masculle con sorna—, muy bien sabes que yo jamás te llame para que fueras a mi palacio, malnacido —murmuré.

—Hazlo, su majestad —reía—, de igual forma ella lo sirve más que para abrir las piernas ¿no es así Babe?

Listo, se fue mi paciencia.

Le di en el estómago varias veces hasta hacerlo retorcer en el suelo.

—¡Cállate! —lo golpee de nuevo— eres un bastardo..

Quería golpearlo más pero Abel me separó de el, su padre lo ayudó a levantarse del suelo.

—Calma Leon —Hayley se posó frente a mi—, cálmate por favor..

Me zafe del agarre de Abel y trate de calmarme, éste imbécil merece que lo deje con el rostro desfigurado, menudo debilucho.

—¿Que es lo que quieres Raul? —Hayley le preguntó.

—Vengarme por lo.. Que me hiciste —escupió con rabia— me humillaste Hayley y eso, nadie lo hace.

—¿Humillarte? —preguntó molesta— ¡tu me engañaste por años! Yo estaba enamorada de ti Raul.. Te amaba más que a nada y tu solo jugaste conmigo.. Te acostabas con cada chica de ésta ciudad para después hacerlo conmigo —la escuche llorar—, me usabas solo para complacerte, estabas conmigo por lástima.. Yo te entregué años de mi y tu solo me usabas.. Eres un poco hombre.

—Me importa lo que digas ahora Hayley —se acercó a ella—, yo conozco muchos secretos de ti y tu familia.. Tengo unos cuántos videos ¿y que crees? Muchas televisoras pagarían muy bien por ellos.

Lo que dice es falso, Gerard se encargó de eliminar cada rastro o foto que tenía de ella en su computadora y teléfono.

—Quiero que escuches una cosa Raul.. Yo ya no soy la Hayley de antes, de la cual muchos en éste barrio humillaban.. Ahora ni tu ni nadie va a intimidarme y te lo advierto, sacas una sola nota en cualquier lado sobre mi o mi familia, te la verás con mi abogado y haré que te azoten en medio de muchas personas.. Ya no puedes meterte conmigo, ya no más.. Estas advertido.

Se quedó callado, muy bien.

—Escúchame bien mal nacido —lo señalé— quedas advertido.. Si hablas, yo mismo te azotare y creeme que lo voy a disfrutar mucho. 

—No te tengo miedo Leon Fischer.

—Deberías Raul, deberías..

Tomé la mano de Hayley y salimos de la panadería,  había una cantidad de personas en la calle, y yo le quedé con las ganas de seguir partiéndole la nariz a ese idiota.

—Vamos a la casa donde vivía —me dijo con una sonrisa tensa.

—¿Segura?

Ella asintió y subimos a la camioneta, tome su mano y le susurre.

—Te viste muy sexy hablándole así.

—Leon aquí no por Dios —susurró.

Reí y le di un beso. La camioneta se estacionó al frente de una casa. No puede ser que Hayley haya vivido aquí.

La casa no era tan grande ni tan pequeña, la estructura estaba decaída al igual que la pintura.

—Vamos.

Bajamos y la seguridad estaba al rededor, las personas se acercaban más, ambos entramos a la casa que por cierto la puerta estaba abierta, al entrar todo estaba casi que vacío, solo había un mueble, una mesa con cuatro sillas y un estante, la cocina era diminuta y el piso estaba podrido.

—Aquí viví toda mi vida —pasó la mano por la mesa—, ésta era mi triste realidad Leon.

Sus ojos conectaron con los míos.

—Jamás conocí a mi padre, según Lina, se había ido cuando ella estaba embarazada de mi.. Ella después de darme a luz, se volvió ausente —sonrió triste—, crecí en ésta casa viendo hombres entrar y salir para que Lina me diera de comer.. Crecí sola dentro de estas paredes.. Aprendí a cocinar, a lavar y limpiar a los siete años, aprendí a leer a los diez y fue cuando fui a la escuela..

La seguí hasta arriba, donde había una especie de ático donde había una cama pequeña, un closet de madera viejo y un baño al parecer improvisado.

—Deje la escuela para poder trabajar.. Siempre quise viajar y conocer el mundo, aprender cosas nuevas —rió leve—, pero eso se quedó ahí, en un sueño.. Lina había conocido a un hombre que la dejó embarazada de mis hermanos, los gemelos, aquel hombre una vez intentó abusar de mi siendo una adolescente, recuerdo que Lina lo golpeó y lo corrió de la casa, fue la primera y única vez que ella me defendió.

La abrace muy muy fuerte, no tenía idea de que ella había vivido algo así. 

—Mi amor si te duele seguir, no lo hagas.

—Tienes que saberlo Leon.

—Está bien.

Ella se separo de mi mientras observaba toda la habitación.

—Lina un día empezó a fumar cigarrillos, luego era la cerveza y después las drogas.. —suspiró—, me tocaba trabajar día y noche para poder darles de comer a los gemelos, soporte muchas humillaciones de personas que me hacían sentir menos por sólo tener una madre adicta, Lina me robaba dinero constantemente para consumir. Siempre me decía que me odiaba —su voz se quebró—, solo por parecerme a él..

—¿Nunca te dijo quien era tu padre?

—Jamás y tampoco le pregunté, no quise saber quien era porque jamás lo necesité.. Estaba bien para mi.

Se encogió de hombros y siguió hablando.

—Me gustaba ir al parque de vez en cuando, cuando tenía días libres en el trabajo, iba a la escuela y le leía a los niños —sonrió—, era uno de mis pasatiempos favoritos.. Pasear con los gemelos, pero luego llegaba a mi realidad, Lina drogada o borracha, sin comida en la alacena, los gemelos necesitando útiles para el colegio, yo pagando las deudas de Lina.. Usando la misma ropa cada día, hacerme cargo de mis hermanos.. Mis sueños se estancaron en ésta casa, en las adicciones de Lina.. —me miró—, por eso acepté casarme contigo, para tener un respiro de todo ésto, no tenía dinero para internar a Lina porque todo se estaba saliendo de control.. Por eso acepté, quería darle a mis hermanos la vida que yo jamás pude tener, quizá fui egoísta por pensar así, pero ya estaba casada Leon, cansada de cargar con todo yo sola.

Ahora mismo me sentía culpable por haberla tratado mal en aquella ocasión, pensaba que estaba conmigo por puro interés y era porque lo hacía para darle algo mejor a sus hermanos.

No puedo siquiera imaginar por todo lo que ha pasado. Hayley es una buena persona a pesar de las circunstancias, tiene el brillo con sigo.

—Ven aquí mi amor —abrí mis brazos, ella rió y me abrazó— Ya no estas sola —acaricie su cabello—, ahora me tienes a mi.. Y perdoname por haber sido un animal contigo, no lo merecías.

—Sólo prométeme que no vas a lastimarme, solo así, confiaré en ti. 

—Lo prometo, ahora —la tome de las mejillas— vámonos.

Asintió y salimos de la casa, me quedé de pie junto a Abel mientras ella saludaba a esas personas, yo los hubiese mandado a comer mierda, pero mi esposa es demasiado amable para hacerlo.

—¿Está lista la denuncia?

—Si Leon, ya bajaron el video, ahora solo queda hablar personalmente con la tal Jackie.

—Lo haremos mañana, por ahora quiero descansar, me duelen los nudillos —los sobe.

—Le diste duro —reímos—, ésto saldrá en la prensa, te comerán vivo.

—Me importa una mierda, lo hice para defender a mi esposa..—la mire desde donde estaba, es hermosa.

—Me dejas muy impresionado amigo —rió—, pareces un tonto enamorado.

—No te rías —dije divertido—, algún día llegará la chica que te tenga comiendo el piso.

—Lo dudo —bufó—, no tengo tiempo para eso.

Escuchamos a una chica pelear con los de seguridad.

—Te dije que soy amiga de la princesa, dejame pasar ¡Hayley!

Hayley volteó y dio una seña para que la dejaran entrar, ambas corrieron y se abrazaron con efucibidad. Luego se separaron y Hayley la trajo hasta nosotros.

—Les presento a mi mejor amiga, Joana —sonrió.

—Un placer, Joana —extendió su mano hacia mi y yo la estreche.

—Leon Fischer.

—Joan, el es Abel, mejor amigo de Leon y jefe de seguridad.

—Hola Abel, soy Joana.

Quería reírme, por la cara de imbécil que tenía mi amigo al ver a la chica frente a él.

—Mucho gusto, Joana..

La chica también parecía encantada con Abel.

—Debemos irnos Joana, mañana nos vemos y hablamos ¿Que dices?

—Claro preciosa —se abrazaron—, llamame para ponernos de acuerdo.

Hayley asintió y ella se despidió de Abel con un beso en la mejilla, Abel estaba rojo..

(...)

Ya estábamos en el hotel y por supuesto Hayley se quedó conmigo, mañana por la tarde nos iríamos a Alemania después que ella pase tiempo con su amiga.

—¿Todo bien? —le pregunté al verla tan callada.

—Me preguntaba.. El porqué tu padre me escogió a mi para ser tu prometida.. Digo, hay tantas chicas de buena familia y la nobleza que hubiesen sido un gran partido para ti.

Ahora que lo pienso, es cierto, mi padre solo me ha dicho que fue una promesa que hizo hace años y que debía cumplirla.

—No lo sé.. Mi padre sólo me dijo que fue una promesa que hizo hace años, nada más, la última vez que hablamos sobre eso, terminamos discutiendo.

Me senté sobre el sofá de la habitación, que por cierto es enorme y bien distribuida. Ella se quitó las botas y la chaqueta, caminó hasta mi y se sentó en mi regazo con las piernas abiertas.

—Tienes que reconciliarte con tu padre —acarició mi mandíbula—, si quieres mejorar como persona, debes dejar el rencor atrás.

—Cuando regresemos a Alemania lo haré, tengo que dejar los rencores atrás con el, no fue el mejor padre, pero al menos estuvo a mi lado.. Además tengo que agradecerle por hacerme ver las cosas de otra forma.

—¿Por que lo dices?

—Hablamos sobre ti hace un par de semanas, me hizo entender de que no tenías la culpa por mi comportamiento, que yo era dueño de mis actos y que no debía seguir tratándote así.. Fue bueno hablar con él en ese momento, no peleamos, solo hablamos como dos personas adultas y fue reconfortante.

—Me alegra que te haya hecho pensar —rió—, aún.. Aún pienso en lo de anoche Leon.

—¿En serio?

Ella asintió y sus mejillas se tornaron rojas, empezó a quitar los botones de mi camisa.

—Me gustó que me hicieras el amor.. —susurró.

—Puedo hacerlo las veces que quieras —sonrió—, me gusta cuando sonríes.

—Basta con eso —empezó a reír.

—No puedo evitar apreciar la belleza de mi esposa —le alce el rostro con mi dedo—, eres hermosa Hayley Fischer.

—Quisiera enamorarme de ti Leon, pero me asusta. —se sinceró.

—Creeme que yo deseo lo mismo.. Esperemos que suceda con el tiempo.

—Y.. Gracias por defenderme de Raul, de verdad. 

—Para eso estoy, para protegerte mi amor.

Ella me besó y maldita sea, me encantaban esos labios, su aroma y sabor, sus labios son mi perdición total. Ahora me estoy dando cuenta de que jamás amé a Giselle y.. Creo que amo a mi esposa.

Oh joder..


AHHHHH! Que emocionante... Esta buenísimo! Yo. Ame el capítulo 🥺💕 espero que sigan comentando para seguir con el maraton, comenten mucho!

Dejen sus votos y comentarios 💕🥺

Besos, Ross. 

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