Capítulo 21.
En el amor hay siempre algo de locura, pero también hay siempre en la locura algo de razón.
—Friedrich Nietzsche.
Estaba emocionada por la locura que estaba haciendo con Leon pero quería conocer Francia, al menos un poco y teniendo esos molestos periodistas rodeandonos a cada lugar que íbamos, estaba segura que esto sucedería y por eso estaba más que preparada. Le pedí a Antuan una peluca para mi y un bigote para Leon.
Después que estacionó el auto me acomodé la peluca y me coloqué los lentes de lectura, no parecía yo. La idea de Joana había funcionado de maravilla.
—Bien Leon, vamos a colocarte el bigote —negó— ¿Por que?
—El bigote es horrible, así que no.
—¿Que importa? —bufé— pontelo por favor.. Quiero ir a comer.
—Bien —se lo di y el se lo puso, también los lentes y la gorra.
—Vaya.. No pareces tu —reí— ¿hay baños públicos aquí?
—Si.
Encendió el auto y manejó hasta un lugar donde habían baños públicos, ambos bajamos rápidamente, yo le entregué una bolsa con ropa, el entró al baño y yo también.
Me quité toda la ropa elegante que tenía y me puse el Jean azul, me deje la camisa blanca y me puse encima la chaqueta, salí y me mire en el espejo, me veía bien. Salí a esperar a Leon mientras veía el parque estaba en frente, que hermoso era éste lugar.
—Listo.
Voltee a ver a Leon quién tenía una camisa negra, una chaqueta de cuero y un Jean azul con botas, la verdad es se veía muy bien.
—No pareces tu —dijo con una sonrisa—, llevemos esto al auto y caminemos un poco. Ahí tengo la billetera con todo.
Asentí y dejamos todo en el auto, solo tome mi bolso con mis cosas y el teléfono, Leon saco lo que iba a usar y empezamos a caminar por el parque.
—Vamos a comer, conozco un buen restaurante cerca.
Asentí y el tomó mi mano entrelazando nuestros dedos, se sentía tan bien que lo hiciera, me hacía sentir protegida. Esta era la primera vez que caminaba por las calles desde que empecé a vivir en el palacio, mayormente pasaba todo el día rodeada de personas que me decían que hacer y que no, ahorita debo aprovechar este precioso momento.
Llegamos hasta un restaurante donde habían mesas afuera, por fuera era vintage, color café claro precioso. El me sentó en una de las mesas y entró al restaurante a pedir la comida, yo por mi parte empecé a tomarle fotos a todo. Desearía tanto que mis hermanos estuvieran aquí, estoy segura de que Hugo estaría fascinado viendo la torre eiffel a lo lejos.
Leon llegó con una pequeña bandeja donde había queso, jamón, pan y mantequilla, junto con un par de jugos de fresa.
—Se ve delicioso.
—Cada vez que vengo a París, vengo a comer aquí, tienen el mejor queso del país —asentí—, por lo general mando a cerrar este lugar para comer en paz pero como estamos camuflados pues, comeremos aquí afuera viendo todo el lugar.
—Gracias por traerme aquí —le dije.
—No hay de que mi amor, te sirvo..
El cambio de Leon me tenía aturdida, ésto simplemente es nuevo para mi, paso en poco tiempo de ser un imbécil a ser un ser humano que piensa y razona. Debo decir que es algo nuevo y acostumbrarme estará más difícil.
Leon empezó a picar el queso en pequeños cubos al igual que el jamón, ya el pan estaba rebanado y se veía que estaba recién hecho al igual que el jugo.
—Abre la boca.
Salí de mis pensamientos y mire a Leon confundida
—Abre la boca mi amor, tienes que probar el queso —negué— oh vamos, no te de pena.
Reí y abrí la boca y me dio a probar el queso y si estaba delicioso, sumamente delicioso.
—Tenias razón, éste queso es delicioso..
—Claro que si —sonrió— comamos, hay muchos sitios que ver. ¿que recomendaria?, no podemos pasar por Paris sin dar una vuelta por la orilla del Sena, hasta llegar al museo D' Orsy es un museo precioso en su arquitectura como en las obras que engalanan sus salas, luego una relajada comida en alguno de los preciosos "bistro" que abundan en la ciudad, contemplar las vistas de Paris desde Mont Matre, o tomar un delicioso cocktail en el mejor hotel de Paris y uno de los mas emblemáticos del mundo, el Ritz..
Escucharlo hablar sobre que lugares ver, es fascinante.. Lo decía con tanta emoción que no podía esperar para conocer cada lugar de esta ciudad.
—Vayamos a los que podamos hoy y mañana seguimos con el tour ¿que dices?
—Me parece perfecto mi amor.
Definitivamente tenía que acostumbrarme a que me llamara de esa forma.
Terminamos de comer y el pagó, ambos fuimos hasta el Sena, definitivamente éste país es precioso, ya entiendo por qué le llaman la ciudad del amor.
Tomamos muchas fotos y compramos lindos recuerdos a artesanos que vendían en las calles.
—Me encanta esta pulsera —la miraba con una enorme sonrisa—, es perfecta.
—Y yo adoro la mía.
—Vamos por un helado —miró su reloj—, son las seis, Abel debe estar como loco buscándonos.
—Lo sé, pobrecito.. —le tomé la mano— vamos grandulón.
Seguimos caminando por todo la ciudad hasta que se hizo de noche y ahora si estábamos en problemas.
—Tendremos que quedarnos en un hotel —dijo Leon.
—¿Qué?
—Pues si, la señorita Toretto —soltó divertido—, no pensó en un plan para cuando cayera la noche.
Es cierto, no pensé en un plan, solo actué espontáneamente.. Ahora debemos buscar un Hotel, bueno, aquí debe haber muchos.
—Entonces regresemos al auto.
El asintió y regresamos al auto, lo encendió y el empezó a manejar buscando un hotel, pero la lluvia empezó a caer, genial.
—Oh no, no, no..
—¿Qué sucede?
—Ésto se está quedando sin gasolina.
—No puede ser —murmuré—, llamemos a Abel.
Saqué mi teléfono y no había absolutamente nada de señal. Genial, que suerte la mía.
—No hay señal Leon ¿que haremos?
—Por aquí hay una posada, esperemos que el auto llegue al menos hasta allá.
Y como si la suerte estuviera de nuestro lado, el auto se apagó justamente cuando llegamos a la posada, por suerte teníamos las maletas en el auto, Leon las bajo rápidamente y entramos a la posada que más bien parecía una enorme cabaña.
—Bienvenidos a la Posada Marie Claire —llegó una señora hasta nosotros—, están mojados, tengan.
Nos tendió un par de toallas y empezamos a secarnos.
—Disculpe, queremos dos habitaciones —habló Leon.
—Déjeme ver cuales están disponibles ahora —fue hasta el mostrador donde sacó una libreta— lo siento pero queda solo una habitación, estamos en temporada alta y siempre vienen aquí.. Lo lamento —dijo apenada.
Bien, definitivamente el universo me odia.
—Dénosla por favor —ella asintió—, pagaremos en efectivo.
Leon sacó unos billetes y se los dio, luego ella le entregó la llave, tomé mi maleta y el la suya para subir hasta arriba y buscar la habitación 19. Ya encontrada la habitación, el abrió y nos quedamos en silencio.
Había una sola cama, enorme por así decirlo, había una mesa con dos sillas y un pequeño sofá, una TV y un refrigerador pequeño debajo, la habitación se sentía cálida, me gusta y por supuesto el baño, donde habían batas y toallas.
—Tendremos que compartir por esta noche mi amor —habló mientras se quitaba la gorra y el bigote—, tengo hambre.
¿Por que lo está tomando con tanta calma? Estamos en la misma habitación, vamos a dormir en la misma cama, lo peor es que no hay un sofá para que el durmiera en el.
—Se que esto no es lo que esperabas —se acercó a mi—, y lo lamento.
—Tranquilo, en todo caso es mi culpa, yo fui quien hizo toda ésta locura.. No me molesta dormir contigo.
—A mi tampoco me molesta y no te preocupes que haré que te sientas cómoda. Ve a ducharte, pediré comida.
—Pide chocolate caliente por favor —asintió.
Abrí la maleta y saque mi pijama junto con mi estuche de uso personal, entre al baño y me desnude para tomar una ducha caliente, lo necesitaba, ya mi cuerpo estaba empezando a sentirse cansado. Ya lista me coloqué la pijama, solo a Hayley Parker se le ocurre meter en la maleta una pijama de dos piezas, genial.
Salí del baño y Leon estaba buscando su ropa, me miro y sonrió para luego entrar al baño, me senté en la cama pensando en como iba a hacer para dormir esta noche con Leon a mi lado.
Luego el salió con solo un pantalón de chandal negro, estaba secándose el cabello, tenía el torso desnudo y Santa madre, jamás en mi vida había visto a un hombre tan musculoso como el, ni siquiera Raul estaba así.
—¿V-vas a dormir así?
—Si, lo lamento mi amor, no sabia que esto iba a pasar, yo suelo dormir de otra forma, me puse esto para no incomodarte..
—Está bien..
Dios mio, esta iba a ser una muy pero muy larga noche..
Buenas noches mis lectorxs, aquí tienen su capítulo, el último por hoy ☺️❤️ espero que les haya gustado porque para el próximo estará 🔥
Por favor dejen sus votos y comentarios lxs leo ✨
Besos, Rosslix.
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